La tranquilidad del hombre gris

La tranquilidad del hombre gris

Teko

Y antes de que alguna ampolla estalle, el enunciado sirve para cualquier persona: hombre, mujer, alien o ardilla voladora.

De forma oficiosa "hombre gris" es una actitud ante la vida en la sociedad que nos rodea. Para intentar definirlo de forma sencilla, más que un tipo de persona es un perfil de actuación. Con ejemplos se entiende mejor y con anécdotas reales aún más.

Pongo por ejemplo este libro. Escrito por un ex buscador de personas, utilizando mil y una técnicas de localización. Al cabo del tiempo Luna se dió cuenta de que estaría genial escribir una guía para evitar, precisamente, las acciones de personas que se dedican a esa actividad. Es decir, cómo bloquear toda posibilidad de ser localizado. Suena a contraespionaje, y es justo así.

Una de las primeras anécdotas que incluye el libro es la de una librería-café, de esas en las que la gente se sienta a tomar un delicioso café mientras lee un libro. El autor estaba practicando dicha actividad y no pudo evitar fijarse en un individuo que parecía extrañamente nervioso, como si alguien le vigilara. "Vaya, parece que este hombre se siente perseguido, y no soy yo...". Tras unos minutos observando dicho individuo cometió uno de los mayores errores en dicha situación. Pagó su consumición con tarjeta de crédito. "Ya está pillado. Cualquiera que le esté buscando, si es es que es así, puede saber su localización ahora mismo". La tarjeta de crédito crea un registro en la nube de dicha transacción, el local donde se ha realizado, el titular, y por ende, la localización geográfica en la que se ha producido, entre otras cosas.

Este es un ejemplo de lo simple que puede ser encontrar a alguien que no quiere ser encontrado. El autor abunda en más ejemplos, y de hecho no he terminado de leer el libro. Pero su meta es educar al lector para que no cometa errores de bulto como el descrito.

¿Qué es un hombre gris, o un hombre invisible?

Es una persona desconectada por completo del sistema, una persona que no llama la atención jamás, ni por sus acciones ni por su aspecto. Alguien que pasa completamente desapercibido a los ojos de los demás. Está ahí, pero nadie lo ve. En resumen eso es el perfil del hombre gris.

Para conseguirlo hay que esforzarse un tanto. Desconectar significa no utilizar medios de pago electrónico, ni tampoco redes sociales, ni siquiera un teléfono móvil para comunicarse con los demás. Nada que deje una huella, un rastro de información, que a saber dónde va a parar y quien lo puede utilizar.

Desde que una inmensa mayoría de gente utilizamos el teléfono móvil, estamos ofreciendo una cantidad ingente de información, de forma pasiva, que ni imaginamos. Según algunos estudios, un teléfono móvil parado, es decir, sin hacer nada, está enviando más de 1.000 datos sobre nosotros. Y si activamos el terminal y lo usamos, con cualquier app que se nos ocurra, ese número se dispara.

Desde nuestra posición geoespacial, vía GPS, hasta nuestro horario de actividad, rutas que seguimos a pie o en un vehículo, prácticas habituales, rutinas laborales, hábitos alimentarios, cualquier cosa que se nos pueda ocurrir está ahí. El móvil se ha convertido en una herramienta imprescindible para la vida actual, pero por contra también es un instrumento que atenta contra nuestra vida privada de mil maneras que no imaginamos.

Es posible cortar accesos, recortar privilegios y desactivar opciones del mismo, por supuesto. Ello conlleva no poco trabajo de configuración y también una serie de inconvenientes para el uso del mismo. Se pierde comodidad a costa de la privacidad. El método más seguro es tan sencillo que asusta: no tener un terminal móvil, así de sencillo.

A riesgo de ser tildados de "analfabetos digitales", cabe preguntarse si los beneficios de estar conectado de forma permanente o parcial pesan más que nuestra privacidad. Sin duda cualquiera ha comprobado que tiendas online, como Amazon por poner la más conocida, nos ofrece productos que ni siquiera hemos consultado en la tienda, pero que sí hemos buscado en Google, o en cualquier otra parte. Eso significa que el mercadeo de información entre diversas plataformas es incesante. Si no, Amazon, como ejemplo, sólo podría basar sus recomendaciones en nuestras búsquedas en su páginas Web, no en la de otros.

Lo más chocante es que incluso acciones realizadas en una página Web desde un terminal móvil, se reflejan luego en recomendaciones recibidas en otro dispositivo y por otros medios. Hablo del correo electrónico, o, hasta ahí puede llegar, recomendaciones de series de televisión o películas en una plataforma digital en nuestro televisor.

En su defensa, estas campañas cuyos responsables están en la sombra, argumentan que lo que pretenden es mejorar nuestra experiencia de usuario. Sí, claro, pero... ¿han pedido permiso para hacerlo? No. O si lo hacen, es de forma testimonial, no por sistema.

Si en el territorio digital podríamos estar horas y horas sacando a la luz casos y ejemplos de intrusión y condicionamiento de nuestra conducta (cito el libro de Shoshana Zuboff, La Era del Capitalismo de la Vigilancia*), no es menos el tiempo que puede dedicarse a ser invisible en el mundo real, en el día a día, a pie de calle.

En tiempos remotos un compañero de trabajo que recién estrenaba un vehículo, hizo un comentario muy esclarecedor. Su coche tenía una potencia por encima de lo habitual, y sin embargo en el exterior del mismo no rezaba ningún logotipo ni identificativo de tal característica. Por citar ejemplos populares, su coche no tenía ninguna plaquita con la potencia del motor o el tipo del mismo. Nada de "GTi" o "Turbo" o similar. Mi sorpresa le hizo comentar dicho aspecto. "A mí me interesa lo que hay dentro no lo que se ve desde fuera. A nadie le importa si llevo 100 CV o 200 bajo el capó.". Me hizo reflexionar. Su forma de vestir y actuar también concordaba con lo dicho. Bien vestido, como correspondía a su puesto de trabajo, pero sin estridencias. Sin complementos ostentosos, relojes de alta gama, etc. Gris. Muy gris. Pero efectivo. Si alguien se fijaba en él era por su desempeño, no por su imagen.

Irse de fiesta es una cosa, andar así por la calle es otra. Exagerado ejemplo, pero ilustra lo que explico. Incluso con estas pintas es posible ser gris en medio de un carnaval, pongo por caso. Hay que ser menos vistoso que la mayoría.

¿Cómo se consigue desarrollar el perfil del hombre gris?

Con tenacidad y constancia, con un cambio de actitud profundo. Dejando a Sr. Ego de lado, y conteniendo toda una serie de emociones y emotividad.

Volviendo a las redes y el entorno digital. Si a pesar de lo dicho estamos presentes en una comunidad digital (foro, red social, grupo, etc.), nuestras reacciones y comentarios crearán nuestra marca personal en la misma. Toda reacción será vista por muchas personas y determinarán nuestra imagen digital, sea correcta o no. La distorsión vendrá dada por el propio medio y por nuestras acciones. Es frecuente actuar de forma diferente en medio de los bits que en la calle. Esa sensación de anonimato y falsa impunidad que nos confiere nuestro particular avatar digital, es la que crea, por un lado, a los llamados trolls, englobando en el término toda suerte de gamberrismo y delincuencia, y por otro, víctimas propicias para sus ataques. El hombre gris se mantiene al margen, un paso al lado, nunca participa en un debate o discusión generada por el troll, y deja de alimentar su ego destructivo. Y no menos importante, se hace invisible a sus ataques. El troll busca reacción y si no la hay se aburre y va a por otra víctima.

Así pues, hace falta temple, voluntad y piel gruesa para poder nadar entre las turbias aguas donde se mueven los tiburones, trolls y otras subespecies. Y ello no es nada particular del medio digital, no no, en el mundo real también existe esa figura, llamada de muchas otras maneras. Haciendo memoria seguro que nos viene a la mente la imagen del típico abusón de patio de colegio. La mejor defensa, a menos que físicamente se tenga el aspecto de alguien que puede desmontar cualquier amenaza, es que el abusón de turno no nos vea, no se fije en nosotros, no sea interesante para él. La falta de estímulos y de provocación apagan la sed de sangre de estos individuos.

Indiferencia, temple, voluntad, paciencia, tesón, principios claros... El hombre gris es así para poder pasar por detrás del telón sin que nadie lo vea.

Autoeliminación

Bien. Decidimos ser independientes del sistema. No dejar rastro ni indicio alguno para invisibilizarnos por completo. Ya lo digo de entrada: es casi imposible, por no decir imposible.

Caso número uno. Queremos salir de Facebook y eliminar todo rastro de nuestra presencia en dicha red. No es nada sencillo ni fácil. ¿Es posible? Sí, posible lo es, sin embargo tendremos mucho trabajo que hacer. Dado el contrato firmado con Facebook aceptando sus condiciones al registrarnos (y lo hacemos de forma autómata, sin leer la letra pequeña...), Facebook adquiere unos derechos sobre nuestro contenido que nos costará retroceder. Cualquiera puede buscar en Google "cómo eliminar mi perfil de Facebook" y verá de lo que hablo. Aplican tal cantidad de argumentos y malas excusas para mantener nuestros datos activos que el proceso de eliminación puede ser una odisea. ¿Es posible? Ya he dicho que sí. Pero no de la noche a la mañana.

Esto mismo sucede con WhatsApp, Instagram, Twitter, etc. Nunca leemos las condiciones de uso por una razón casi estúpida: las prisas. Registramos nuestros datos en cualquier parte sin prestar atención a lo que estamos haciendo. Y es normal. ¡Lo hace todo el mundo! Quizás si leyeramos dichas condiciones ni siquiera pensaríamos en registrarnos en tal o cual sitio. Es una mala praxis personal. Comparable, quizás, a no leer las instrucciones de uso de un medicamento ni los posibles efectos secundarios que tiene. Muchas personas leen el prospecto de arriba a abajo, y deciden que no tomarán ese medicamento, a pesar de la recomendación de su médico. ¿Por qué no hacemos lo mismo al entregar nuestra privacidad a una red social? Es un misterio sin resolver.

Por tanto, autoeliminarnos de una red social, o de todas ellas, va a ser un duro trabajo. Y ya no digo de todas esas páginas Web en las que en algún momento pusimos nuestro correo electrónico para que nos abrieran las puertas y acceder a un recurso cualquiera. Seguro que estamos en cientos, si no miles, de sitios así, sin saber qué ocurre con esa información. Luego todos nos sorprendemos de la ingente cantidad de spam que entra en nuestro buzón de correo electrónico... De alguna parte proviene, ¿no es cierto?

El Estado, las instituciones, servicios, banca...

Si ya es complicado desaparecer del mundo digital social, más lo es todavía del sistema, de Papa Estado, de toda suerte de instituciones, de empresas que nos ofrecen sus servicios y del sistema bancario.

Sin medios electrónicos, sin vida social en la red, sin dispositivos... bien. Pero... detrás de nosotros existe una partida o registro de nacimiento, ya no digo registros de eventos tales como rituales eclesiásticos (bautizo, comunión, boda, etc.) ni por supuesto los laborales y sanitarios. Número de Seguridad Social, identificador de Tarjeta Sanitaria, historial médico, licencia de conducir, títulos de propiedad, tarjeta de cliente, tarjetas de socio, registro en federaciones, escuela, universidad ... Los puramente legales: documento nacional de identidad, antecedentes policiales y penales, registros del Ejército, cuenta bancaria, etc. ¿Cuántos documentos y numeritos se asocian a nuestra persona? Más de los que podemos recordar. Y eliminarlos es imposible. ¿Es abrumador verdad?

Por tanto la aspiración de ser hombre gris tiene sus límites. La meta está muy lejos. Lo cerca que estemos de ella es nuestra responsabilidad.

Notas


Alfabetos y Diccionarios

https://telegra.ph/Alfabetos-y-diccionarios-05-13

Libros impresos a bajo coste

https://telegra.ph/Libros-impresos-a-bajo-coste-05-13

Cien años de perdón

https://telegra.ph/Cien-a%C3%B1os-de-perd%C3%B3n-05-06

Whipple van Buren Philips

https://telegra.ph/Whipple-van-Buren-Phillips-03-29

Buscando libros

https://telegra.ph/Buscando-libros-11-01

No hay suficiente vida

https://telegra.ph/No-hay-suficiente-vida-10-19

Prestas libros... y pretendes recuperarlos?

https://telegra.ph/Prestas-libros-y-pretendes-recuperarlos-06-11

¿Es el coleccionista un sociopata digital?

https://telegra.ph/Es-el-coleccionista-un-soci%C3%B3pata-digital-01-18

¿Qué es un libro de autoayuda?

https://telegra.ph/Qu%C3%A9-es-un-libro-de-autoayuda-05-15

LEGOPURISMO

https://telegra.ph/LEGOPURISMO-04-03

Beneficios de escribir a mano

https://telegra.ph/Beneficios-de-escribir-a-mano-03-25

¿Digital o papel?

https://telegra.ph/Digital-o-Papel-02-21

Marcapáginas

https://telegra.ph/Marcap%C3%A1ginas-02-18




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