SECURITATIS SCIENTIA: Bolívar vs Monroe 2. Los nuevos dominios de la guerra y un viejo conflicto; la lucha de clases ( Segunda Parte )

SECURITATIS SCIENTIA: Bolívar vs Monroe 2. Los nuevos dominios de la guerra y un viejo conflicto; la lucha de clases ( Segunda Parte )

Y13-Sc2

Primera Parte

El Almirante Francés y el nuevo dominio de conflicto: 

A finales del 2020 el Contraalmirante francés François Du Cluzel ( comandante de la Misión Heracles, Afganistán. 2001 ) ahora parte del Innovation Hub ( centro de innovación ) que participa en el Innovation Challenge de la OTAN dónde ofrecen premios en efectivo a investigaciones que ayuden afortalecer la agenda del Complejo Militar-Industrial euroestadounidense, es el espacio en que exponen los trabajos de la comunidad de expertos e innovadores que trabajan para la OTAN diseñando “soluciones” para abordar los desafíos futuros para la organización Atlántica. Como parte de dicho evento Du Cluzel desarrolló el documento “Cognitive Warfare(Guerra Cognitiva) en el que se plantea —la OTAN— una nueva dimensión de la guerra, la cognitiva o dominio humano ( la cual entenderemos como epistemológica ) que se agrega a los dominios doctrinales de la guerra; aéreo, terrestre, marítimo, espacial y cibernético, en palabras de Du Cluzel; «Si bien las acciones tomadas en los cinco dominios se ejecutan para tener un efecto sobre el dominio humano, el objetivo de la Guerra Cognitiva es convertir a todos en armas». El salto cualitativo entre la guerra psicológica, manipulación mediática y ésta nueva dimensión de Guerra Cognitiva es todavía difícil de magnificar, pero de entrada queda profundamente claro que si se publica abiertamente es por que ya bastante tienen avanzado en este nuevo dominio.

 

Pero los antecedentes de la guerra cognitiva no son de data reciente, ya antes en la Alemania nazi se estudiaba el tema desde una perspectiva aún más amplia y quizás más sincera políticamente que los estudios actuales, —el fascismo siempre ha sido la declaración sincera del espíritu violento de los explotadores— ya que lo entendían desde el concepto de Weltanschauungskrieg ( guerra de cosmovisión o ideología ) con un enfoque evidentemente antagónico a la Klassenkampf ( lucha de clases ) marxista y que gracias a la espiral acrítica y totalitarista nazi, dicha la teoría quedó en el olvido. En todo caso cae en las limitaciones que hemos evidenciado —desde Sc²— dónde muchas de las teorías que pretenden evadir el concepto de Lucha de Clases terminan siendo vulnerables, limitadas e ineficientes respecto a los propósitos que pretenden.

De la "destrucción de la fuerza vital de Rusia", Hitler ya tenía el 31. Julio de 1940 ante sus generales. En marzo de 1941, se hizo más claro: "Esta próxima campaña es más que una simple lucha de armas; también conduce a la disputa entre dos visiones (ideologías) del mundo". La URSS debe ser aplastada y la "inteligencia judía-bolchevique" debe ser eliminada. La consideración por la población civil ya no debería existir en esta "guerra de visión del mundo". En la comprensión de Hitler, esto significaba sobre todo la destrucción y exterminio del sistema soviético, así como de sus capas de apoyo social, al mismo tiempo el terror contra todo un país. Lo que fue planeado en la primavera de 1941 y aceptado por el liderazgo de la Wehrmacht fue una violación fundamental del derecho internacional de guerra. Los planes de exterminio se justificaban con el terror bolchevique contra la propia sociedad y con la "amenaza" revolucionaria bolchevique contra Europa. Para muchos representantes de la dirección de la Wehrmacht, esto también fue razón suficiente para poner de lado las preocupaciones sobre la guerra bárbara y contraria al derecho internacional planificada en la "guerra de cosmovisión o ideología". (negrillas nuestras).


 

Orden militar Nazi de desplegar la Operación Barba Roja donde inspirados en el concepto "Weltanschauungskrieg" se ordena la aniquilación de los soviéticos, lo que evidencia el carácter ideológico de clase del concepto.


Nota: merece una aclaratoria etimológica el concepto Weltanschauungskrieg, que se complementa con el de Vernichtungskrieg (guerra de aniquilación) del cual no ahondaremos, si bien la traducción literal del welt-ansschauungs intuición o visión de mundo, con más precisión, "cosmovisión", pero mientras la noción de ideología se refiere a un conjunto sistemático de ideas y creencias que determinan nuestra visión de mundo, la cosmovisión ha sido interpretada como algo personal mas espiritual. en ambos casos dicho concepto en el contexto original en el que se da tiene (y tuvo) consecuencias nefastas. Evidentemente con el concepto Weltanschauungs en relación con la guerra, los nazis se referían a su visión de mundo —que no es más que un ocultamiento retórico de su ideología— la cual era la correcta, única, verdadera, natural y superior, en síntesis excluyente y es justo ese elemento el que motivo todo el esfuerzo bélico nazi, el sistema de creencias místico pseudo científicas o su ideología. Si bien claro está que es un debate abierto, lo cierto es que el resurgir nazi en Ucrania y nociones como Guerra Cognitiva representa una eventual reedición de la etapa mas nefasta de la Europa contemporánea (cabe destacar nuestro cinismo al decirlo).


Tales estudios que fueron abandonados por los nazis tras la consideración de que los avances tecnológicos limitaban su desarrollo e implementación, pero, fueron posteriormente retomados fragmentariamente y con otra dirección por los estadounidenses de la mano de Sidney Gottlieb ( beneficiario de la operación Paper Clip ) en proyectos de la serie MK ( MK-ULTRA, ARTICHOKE, CHATTER, MK-NAOMI ) de la Agencia Central de Inteligencia ( CIA ). En épocas más recientes oficiales de la Fuerza Aérea estadounidense y británicos en 1996-98 dedicaron algunos estudios al concepto de Guerra Cognitiva, partiendo del trabajo alemán, pero es la segunda década del siglo XXI donde ha vuelto a tener protagonismo con personajes como el Coronel Británico Paul Ottewell  perteneciente a la iniciativa ( Think Tank ) Over the Horizon ( tratada anteriormente por nuestro equipo 1 y 2), impulsada por los demócratas y la USAID como respuesta a la crisis pandemica ( lo que abre un sin fin de preguntas dada la preparación de ésta iniciativa y posible relación con los laboratorios de Ucrania ) en la cual la teoría de Guerra Cognitiva posee un papel relevante como complemento o vanguardia de la teoría Híbrida. Todo esto evidencia lógicamente que aquellas limitaciones que desanimaron a los nazis ya no representan una traba para el desarrollo de este tipo de agresión.

 

Otro elemento que evidenciamos en el concepto de Guerra Cognitiva es el modo retórico —ya bastante usual en el imperialismo— en que se presenta como una acción preventivo-defensiva ante la posibilidad de que el “enemigo” la utilice en contra de las “naciones democráticas”, en ese tono se presentó la guerra preventiva contra Iraq, la guerra contra el terrorismo y el narcotráfico, dónde al contrario de esa narrativa los estadounidense y la OTAN ponían en práctica acciones realmente terroristas y totalitarias que a final de cuentas garantizan la continuidad de la violencia, desestabilización y el flujo del narcotráfico, exactamente el mismo fenómeno que hemos señalado sobre el desarrollo de la Guerra Híbrida bajo la excusa de la “amenaza híbrida” rusa o china.

 

¿Pero qué implicaciones potenciales tiene la guerra cognitiva? o ¿Hasta qué punto tenemos la posibilidad de evidenciar sus efectos e impacto en nuestras vidas? queda claro que en síntesis lo que se propone es un salto cualitativo en el ejercicio de la guerra pasando de la dimensión psicológica e informativa —a la que a duras penas el público en general está comenzando a entender su significado e impacto— a una dimensión epistemológica, que ya de por sí, implica un nivel más determinante que el psíquico, emotivo o conductual que ya hemos visto como parte de la real politik y el neuromarketing político 2.0. en varios teatros militares, políticos y de consumo mercantil.

Ésta pretensión de ir más allá del comportamiento o toma de decisiones ( psicología conductual ) y aprovechando la plataforma que ofrecen las nuevas redes digitales y tecnologías de la información para penetrar en la intimidad de los individuos, accediendo así a un terreno que difícilmente se pudiera haber logrado en épocas anteriores, nos da la certeza de que actualmente se muestra urgente y fundamental para los poderes hegemónicos —en nuestro contexto de quiebre de paradigmas y cosmovisiones— obtener la llave del cerebro para controlar el futuro, ya sea en lo económico, militar o político (tal como hemos señalado en relación al caso de Cambridge Analytica).

En este nuevo planteamiento militar de EEUU y la OTAN pretende aprovechar las vulnerabilidades del cerebro y la mente humana y Du Cluzel en su documento expresa que “El cerebro será el campo de batalla del siglo XXI… Los seres humanos son el dominio en disputa… es probable que los conflictos futuros entre las personas ocurran primero digitalmente y después físicamente en las proximidades de los centros de poder político y económico». Con un tono futurista Du Cluzel intenta expresar que dichos fenómenos pertenecen a un tiempo próximo y que son ajenos al momento actual, y justamente tal declaración es un perfecto —y cínico— ejemplo del impacto que tendría lograr un dominio cognitivo de carácter bélico, ya que en el instante en que el lector se percata de que dicho dominio militar pertenece a “lo posible”, “probable” y “futuro” y no a la realidad próxima, efectiva y actual, automáticamente le resta importancia como dato relevante al que remitirse al momento de comprender su realidad y los fenómenos que se nos presentan, terminando por aceptar que la posibilidad de incidir en la epistemología humana con fines militares es un supuesto negado o ciencia ficción, cuando en realidad, gracias a estas sutilezas conceptuales, al lector se está aplicando de manera efectiva y concreta la manipulación cognitiva, comprobando así que es posible y actual dicha afectación con fines bélicos. Pero a su vez debemos aceptar que lo que revelamos en este párrafo no es nada complejo y mucho menos novedoso, por lo que inductivamente podemos asegurar que de lo que se trata en dicha propuesta de la OTAN es mucho peor. 


Lo que ello representa es la construcción de un modelo bélico realmente de espectro completo, quedando por ahora excluida la idea del uso masivo de otras especies como armas, o el logro de un dominio zoológico de la guerra ( vale destacar que no nos referimos al uso de animales como medio de transmisión de armas biológicas tal como posiblemente se halla hecho en Ucrania ) y aquí debemos hacer un señalamiento con el máximo rigor científico y “objetivo”, la única teoría capaz de explicar el por qué son posibles éstas aberraciones conceptuales donde un grupo de una especie que ha evolucionado dentro de un equilibrio biológico sostenible ( pero delicado ) atenta contra el resto de su especie y el propio ecosistema que lo sostiene, dicha teoría que permite comprender esto de manera plausible, integral y completa es el marxismo y su noción de lucha de clases, aclarado esto, intentaremos profundizar un poco en las potenciales “expresiones futuras” de dicho nuevo dominio del conflicto.

 

Hasta el día de hoy en Sc² hemos podido develar someramente la instrumentación de las vulnerabilidades comunicacionales ( manipulación informativa ), las psicológicas ( operaciones y guerra psicológica ) y como inciden en la toma de decisiones y conductas a través del uso de las representaciones simbólicas para la manipulación de las masas y su conexión con las emociones, que serían porciones de dominio mucho menores en comparación al incipiente neurocentrismo que proponen las fuerzas militares del imperialismo atlántico.

Para desnudar ésta nueva forma de hacer la guerra debemos tener en cuenta los avances de jóvenes “disciplinas” constituidas a partir de la neurociencia, como el neuromarketing, la neuroeconomía o la neurosociología que apuestan a desarrollar conocimiento útil para comprender más a fondo al ser humano, pero, que se traduce en un perfeccionamiento de las capacidades de quienes ejercen poder para mantener su dominio.

Red cognitiva; ethos, psique, episteme y doxa ( para profundizar conceptos aquí ):

Ahora bien intentemos exponer someramente como se relacionan entre sí, partiendo de lo más básico y elemental, —sin que por ello no sea compleja y en gran medida incomprendida— entonces: mientras la episteme es el cómo pensamos, conocemos, creamos y comprendemos nuestra realidad, la psique es la expresión de un conjunto único e irrepetible fenómenos mentales individuales.

Metafóricamente hablando la psique sería la obra de un artista, un cuadro, mientras la episteme sería la teoría, técnica, estética o la ciencia detrás del arte, por ello mientras las operaciones psicológicas de guerra —hasta el surgimiento de las redes sociales y algoritmos de personalización— iban dirigidas con ambigua eficiencia hacia grupos de personas mas o menos homogéneos, lo que propone la teoría de guerra cognitiva tiene implicaciones mas aberrantes al afectar el cómo conocemos y entendemos lo real.

La doxa u opinión, es una expresión mayormente relacionada con la psique ( en tanto que experiencia individual única ). Cuando un experto en una materia ofrece su perspectiva personal sobre un hecho lo hace a partir de su vivencia basado en cierto grado —pero no necesariamente dependiente— en su formación académica, técnica o científica que no exige necesariamente una investigación metodológicamente científica, el problema sucede cuando las opiniones son presentadas y aceptadas como certezas científicas, cuasi verdades incuestionables y por ello la comprensión y existencia del ethos en tanto que guía del compromiso y responsabilidad al emitir una opinión y presentarla como tal, revela la función reguladora de la ética en el quehacer humano, lo que nos permite entender que la opinión es un hecho moral y que sin ataduras superiores su práctica se limita a referentes en extremo reducidos y excluyentes que pueden ir en contra de la condición social humana, un taliban, un militante de DAESH, un soldado de cualquier nación puede cometer delitos de lesa humanidad, que esten justificados desde su perspectiva moral, pero que por ello no dejan de ser aberraciones.

La cultura actual se sostiene en éstas distorsiones, que hacen pasar lo psicológico y lo moral como hechos universales y necesarios con una intencionalidad eminentemente manipuladora, mientras que a las nociones que apuntan a esa universalidad se les reduce a mitos, lo que permite explicar que existan personas profundamente convencidas en la veracidad de ideas como el terraplanismo, o que la teoría de la evolución sea reemplazanda por una constante intervención de una especie extraterrestre, o que el comunismo científico en tanto que modelo teórico social que no ha existido en la historia —por muy sólido que sea— posee mayor criterio de fracaso que el modelo capitalista existente, tangible y responsable de una realidad autodestructiva, o que una marca de mercancía cual fetiche otorga cualidades supra humanas. Sobre éstas distorsiones podríamos extendernos y enlistarlas durante miles de horas pero esperamos haber sido mas o menos claros en estos ejemplos.

Todo ello es posible gracias al gran impulso que han ofrecido las redes digitales para la fetichización, mistificación, alienación, en síntesis, deshumanización, la manipulación de las masas y la construcción de una sociedad de control aún más eficiente, difícil de percibir y comprender que la actual.

 

Una aproximación a la relación mente - cerebro: 

Entre las pocas certezas que tenemos sobre nuestro cerebro, está el hecho de que éste procesa la totalidad de la información proveniente de los sentidos al mismo tiempo, sin que necesariamente estos datos sean percibidos por la consciencia, a ella sólo llegan los datos a los que voluntaria o reflejamente le prestamos atención.  En todo caso somos conscientes de una cantidad mínima de la información percibida sensorialmente, mientras la totalidad llega directamente al inconsciente (o subconsciente según la teoría) y puede representar una debilidad gracias a la cual quién comprenda esta “arquitectura mental” puede aprovecharla y hacer posibles acontecimientos que parecen ilógicos como las ilusiones, los trucos de magia, la sugestión o la manipulación. Es justo esto lo podría permitir la influencia de la voluntad y el control social en la actualidad, es algo que ha evolucionado con el desarrollo de las sociedades humanas y sus instrumentos, pero respecto a lo que propone la Guerra cognitiva es aún muy superficial y resulta un reto evidenciarlo ya que por preservación psicológica la mayoría no estaría dispuesto a admitir el hecho de que en realidad nuestras decisiones y conducta no son tan libres y autónomas como creemos, lo que nos coloca en un estado de negación plausible o no ver las verdades que implican ser autocriticos.

Si tenemos en cuenta que toda experiencia sensorial, consciente o inconsciente queda registrada en el aparato neuronal y puede ser evocada posteriormente en condiciones propicias, algo parecido sucede con nuestro conocimiento hereditario inconsciente que constituye una base de manipulación con potencialidad mucho mayor (Popper, 1980, p. 136-7) e igualmente, la vastedad y los recursos de la mente son tan eficientes que el ser humano puede elegir, en un instante dado, cada una de las 10.000.000.000 oraciones diferentes de que dispone una lengua culta (Polanyi, 1969, p. 151). Es así que la inteligencia humana no puede ejercerse sin estar unida a la base sensorial (imaginación, memoria, experiencias concretas) a la que ilumina y de la que se sirve como plataforma. De un modo análogo, la voluntad humana encuentra una continuidad “sistémica” con la afectividad (pasiones, sentimientos) en sus diversos niveles.

Esta conexión intrínseca de la razón con la sensibilidad superior exige una continua actividad cerebral por este motivo, sin la actividad sensorial, cognitiva y afectiva, la inteligencia y la voluntad no pueden operar, siendo que si se puede desarrollar métodos de afectación a los sentidos, las emociones o la cognición, evidentemente se puede afectar las actividades que requieren de estas para operar. El cerebro, en consecuencia, no es un mero “instrumento extrínseco” de la inteligencia. Más bien es un órgano —instrumento funcional especializado— esencial pero a la vez “no proporcional” a la inteligencia, pensamos con el cerebro, pero trascendiéndolo y ello revela que es posible blindarse, a través de la ampliación de nuestra consciencia, ante este tipo de afectaciones que hemos venido señalando.

Se comprende, entonces, que nuestra inteligencia, comprensión de la realidad y toma de decisiones en nuestro quehacer concreto esté condicionado por las características y las actuaciones específicas del cerebro, que interviene como causa material. Por otra parte, el humano necesita no sólo del cerebro para pensar, sino además de instrumentos culturales externos gracias a los cuales su inteligencia “cerebralizada” puede operar más eficientemente —esas prótesis exocerebrales de R. Bartra—, con amplitud, con grandes asociaciones, con memoria, unida a los sentidos, etc. Entre estos “instrumentos”, en primer lugar está el lenguaje, sistema de signos sensibles ligados según reglas relacionales que la misma inteligencia crea y comprende. Las obras de la cultura, por tanto ( lenguaje, escritura, ciencias, ordenadores, sistemas inteligentes, etc. ), así como los estímulos y motivaciones que proceden de las relaciones sociales —educación, familia, ambiente— condicionan el ejercicio de la inteligencia de las personas, pero a su vez la inteligencia como capacidad operando aunada a una consciencia “ampliada” y crítica es evidencia que a pesar de la ausencia de las condiciones materiales favorables y bajo la afectación de emociones adversas, tenemos la capacidad de adaptación y generar nuevas prótesis conceptuales, lingüísticas y materiales para superar y adecuarnos a los retos, justo ahí radica esa idea de resistencia a las nuevas formas complejas de agresión.

Por último, la episteme, inteligencia y la voluntad humana operan gracias a un “bagaje” constituido por hábitos que la conforman y potencian, permitiéndole un crecimiento estable —lingüísticos, científicos, artísticos, comunicativos, virtudes o vicios, etc. —. Algunos de estos hábitos se reciben gracias a la educación e inculturación así como los que tienen que ver con habilidades perceptivas o motoras y todos en la medida en que exigen memoria de trabajo y memoria narrativa, que ponen en marcha los mecanismos atencionales, exigen configuraciones neurales específicas. Por ejemplo, hábitos musicales, lenguaje, hábitos de dibujo, dominio espacial, esas inteligencias múltiples de que habla Gardner ( 2005 ) musical, cinética, analítica, etc. Pueden entenderse como hábitos intelectuales por lo que ciertamente son modificables e influenciables, pero también podemos operarlos —u otros agentes— de manera contraria a ello y revertir tales efectos.

Algunos de los contenidos de la conciencia (por ejemplo, sensaciones, pensamientos, emociones, recuerdos) pueden producirse de modo inconsciente —no ser advertidos— o semiconsciente, si bien la persona domina sus actos con plena "libertad" sólo en el estado de conciencia intelectual y si esos actos son conscientes. Hay dimensiones de la psique no son conscientes directamente, es decir, no son experimentables como tales, aunque sean reales.

En conclusión, de la mente entendemos y percibimos muy poco de su Ser, de la psique igual, pero con certeza las ciencias han avanzado en la comprensión del funcionamiento de la neuroquímica, abriendo la posibilidad de desarrollar formas de dominio a partir de la precisión de dicho conocimiento al manipular las condiciones ambientales y subjetivas de un entorno para influir en los estímulos que traducidos por el cuerpo limitarán, influenciarán o simplemente controlarán la conciencia, la toma de decisiones y solución de problemas que enfrenten los individuos sometidos a este dominio, en especifico los combatientes de un bando y población civil.

Pero que sucedería si se pudiese retrotraer ese tipo de conocimiento hacia expresiones mentales  más primitivas y sacar del ámbito de la certeza científicamente comprobada un hecho que representa en si mismo la evolución del pensamiento humano en  la comprensión de su universo y lograr que más allá de las pruebas los individuos crean con profunda “certeza” que el planeta es plano y que la noción de esfericidad planetaria es un engaño y manipulación. Justamente hacia allá apunta el primer sótano de la guerra cognitiva y lo hemos visto operando en una especie de laboratorio global de experimentación —con cúspide en la pandemia— que busca imponer nuevos paradigmas de lo real que diluyan el reciente descontento, los cuestionamientos y la incomodidad de porciones considerables de la población mundial con el sistema imperante, todo ello con el objeto de garantizar la continuidad de las relaciones de explotación ocultas bajo nuevas capas de distorsiones, distracciones, mentiras y engaños. Nos referimos a ese nuevo “Orden Mundial” que se nos está imponiendo fácticamente más allá de nuestra participación, consenso, deseos y necesidades.



La guerra cognitiva, una nueva mascara de la vieja lucha de clases.

El funcionamiento de la estructura física y de los neurotransmisores del cerebro todavía no son comprendidos en su totalidad, por una parte éstas expresiones —hasta el momento— “inmateriales” como la psique, el ethos, doxa y episteme tienen una relación íntima y dependiente con varios órganos del cuerpo humano y aquí debemos hacer una pausa para otra explicación necesaria: la realidad es un fenómeno espacio temporal en el que simultáneamente suceden, el hecho físico, su percepción y la construcción de lo real, que sólo es posible en seres con cierto grado evolutivo, cuyo cuerpo tiene los órganos suficientemente evolucionados para procesar el dato físico material en formas intelegibles. El haz de luz que emana de esta pantalla mientras usted lee sólo tiene sentido si quien lo está percibiendo reúne ciertas características físicas, químicas y temporales especificas, si existiese otra especie inteligente en el universo ésta misma experiencia carecería totalmente de significado.

Así que cuando se da un fenómeno ( dato ) que sucede en nuestro entorno y que representa una amenaza para nuestra existencia, el cuerpo dispara una serie de eventos fisiológicos que activan las condiciones necesarias para percibir y responder dicha amenaza de manera tal que se garantice la preservación, un hecho existente en la vida animal del que no estamos exentos los seres humanos a pesar del desarrollo actual, comprender y tener en mente esto es fundamental para ver la magnitud y la muy cercana posibilidad del desarrollo de técnicas de Guerra Cognitiva.

A este respecto un elemento que se menciona tanto en los primeros pasos nazis de la Guerra Cognitiva como en las investigaciones de la década de 1990 es el ciclo OODA; observar, orientarse, decidir y actuar, del cual aquellos conocedores y formados en el ámbito militar y principalmente en operaciones especiales son concientes de la importancia de este “método” epistémico para un combatiente.

En dichas menciones se planteaban interrogantes sobre como intervenir en dicho ciclo y posteriormente como detenerlo, con el fin de anular la capacidad de respuesta del combatiente, producto de ese conocimiento se desarrollaron técnicas como las granadas aturdidoras, que afectan el ciclo OODA desorientando a los enemigos.

Si analizamos esto desde una perspectiva marxista podemos darnos cuenta de que —recientemente— han logrado desarrollar técnicas para ser implementadas a nivel social y colectivo, lo hemos visto no sólo en Venezuela, sino que hoy en torno al conflicto Ucraniano está siendo implementado.

En síntesis la propuesta es “cortar el ciclo” contraponiendo a observar, corromper ( la percepción ). A orientarse, desorientando. A Decidir, incomunicando, logrando así evitar la acción, lo que vemos aplicado en las intervenciones y guerras recientes como parte del proceso de preparación de los teatros de conflicto y el combate mismo por medio de la manipulación de las condiciones ambientales ( sociales, mediáticas y económicas ) incidiendo así en la conciencia colectiva, apresto de resistencia y capacidad de respuesta de la sociedad objetivo en general y sus combatientes en particular.

Hemos identificado un método similar a escala social, donde al  conocimiento lo agreden con corrompiéndolo o distorsionándolo. A la doxa u opiniones, des-referenciando o desprestigiando referentes. A la psique, se le aísla quebrando el tejido social y la ética se le mitifica, reduciendo su valor e importancia. Justamente es esto lo que hemos visto suceder en la agresión contra Venezuela, fenómeno que va más allá de la doctrina clásica del Shock Económico pero que, a su vez expresa que, si bien tiene elementos de Guerra Cognitiva e Híbrida, éstos aún no se han desarrollado al máximo, lo que por lo menos concuerda con nuestra perspectiva de que la Guerra Híbrida es más un proceso de búsqueda y adecuación que una doctrina elaborada y acabada.

¿Pero cómo opera este control ambiental neurológicamente incidente? Tengamos en cuenta que el encéfalo humano como órgano de control biológico posee un impacto determinante en la psiquis y nuestra actividad mental, ya que éstas se construyen a partir de las estructuras biológicas existentes en el cerebro: prosencéfalo, mesencéfalo y rombencéfalo, donde se modula a través de la química cerebral (endorfinas, neurotransmisores, hormonas) la gran mayoría de nuestras actividades, desde las más básicas y vitales como el movimiento, sueño, hambre, sed y otras necesarias para la supervivencia, al igual que otros procesos más complejos.

Así mismo se regulan la comunicación, interacción social, ambiental y la sexualidad, entre otras. Desde el encéfalo se responden a estímulos ambientales, situaciones de estrés, miedo, odio, alegría, dominio, egoísmo, solidaridad y otras. En síntesis es un medio de asimilación y generación de impresiones ( ideas ) de diferentes patrones de conducta, cuyo proceso de desarrollo evolutivo ha permitido nuestra adaptación al medio físico y social como especie e individuos, constituyendo de ésta forma la psique en tanto que expresión no física de como entendemos e interactuamos con la realidad.

Ya la comprensión somera de como operan los sentidos y sus vulnerabilidades permitió desarrollar disciplinas como la prestidigitación para generar ilusiones, por señalar algo sin gran incidencia militar, pero la comprensión de la psique ha permitido en el ámbito militar —con su correspondencia comercial— desarrollar técnicas para influenciar al enemigo con bastante efectividad, ahora bien, la comprensión de dinámicas aún más profundas ofrece una capacidad de dominación sin precedentes que trasciende la dimensión bélica y desenmascara la pugna vital en el seno de la especie humana por la dominación de unos por otros o lucha de clases.

El cerebro humano al igual que su expresión mental o psíquica, se ha estructurado en distintos grados de complejidad constituido por etapas, a través del desarrollo ontogénico del ser humano y sus ciencias y tecnologías, cubriendo un amplio espectro, desde los centros analizadores de las señales, (lóbulos temporales) provenientes de los órganos sensoriales, hasta llegar a crearse las estructuras que posibilitan la existencia de pensamientos, sentimientos, voliciones, etc., en los lóbulos frontales.

 

Por ejemplo pensemos en sustancias químicas como la dopamina, serotonina, oxitocina y endorfinas, relacionadas con nuestras emociones positivas, placenteras y necesarias para enfrentar adversidades, se activan cuando logramos un éxito, una aprobación, satisfacemos un deseo o sentimos euforia o para contrarrestar situaciones de estrés, estamos respondiendo a estímulos que en general nos permiten fortalecernos, sentir confianza y seguridad, en síntesis nos premian al hacernos más eficientes para la vida, nos reafirman. Pero, imaginemos que se logre afectar la función de dichas hormonas, la forma más simple que podemos señalar es a través de la incidencia en las condiciones ambientales ( materiales ) como la alimentación, estabilidad económica y calidad de vida, que evidentemente es posible y un hecho comprobado en la cotidianidad venezolana, ello genera un entorno contrario a la condición humana y permite a quien lo genere establecer una especie de síndrome de Estocolmo, dónde la población puede llegar a un punto de aceptar cualquier condición con tal de que cambie la situación, lo que no solo favorece una agresión o también un cambio de identidad social, esta ruta de instrumentación neuroquímica es comprensible y ampliamente desarrollada principalmente gracias a los “avances” de Cameron y Friedman —por mencionar algunos—  que le han dado al imperialismo capacidades de control impresionantes.

Pero que sucede si yendo más allá de las condiciones ambientales físicas y tangibles, se pudiese encontrar como re-significar la relación entre el dato físico, los procesos que se disparan y el significado de la recompensa —relaciones a final de cuentas—. Si hacemos ejercicio físico recibimos una descarga de estos químicos al superar nuestros límites, pero imaginemos que cambiemos el significado de la recompensa y lo que produzca placer sea el ejercicio de violencia extrema, generado a través de un video juego por ejemplo o que por medio de una plataforma de red digital de micro videos recibamos pequeñas dosis de estos químicos al reírnos del contenido visualizado. Aquí el papel de las redes digitales es fundamental, ya que gracias a la ilusión de intimidad que poseen se genera la percepción de exclusividad en el usuario, ello hace inconscientemente valioso el contenido visualizado y tras de dicha estructura la interacción con datos luego de anclar al usuario a través de contenido “inocente” pero químicamente adictivo, se puede pasar en el momento adecuado a la difución con contenido cargado de situaciones como el gore, la hipersexualización, teorías conspiranoicas o desinformación con apariencia de primicia, así el usuario va sintiendo pequeñas y constantes descargas de las hormonas relacionadas con tales actividades —refuerzo positivo— que por un lado genera un estado de microadicción y por ende dependencia, a la vez que cubre la función de espacio catárquico ante una realidad cada vez mas compleja e incomprensible así como traumática, violenta e inhumana.

Ahora bien, si tomamos el nivel ya clásico de operaciones psicológicas y de manipulación mediática y a ello le agregamos una agresión contra las condiciones ambientales ( bloqueo y medidas económicas ) y el potencial adictivo-catárquico de las redes digitales tendríamos en apariencia los elementos constitutivos de una Guerra Híbrida que con los de Guerra Cognitiva estarían adquiriendo y ampliando aún más su espectro de acción — o la capacidad de implantar un nuevo orden social— y aún así no estaríamos tocando el fondo de las implicaciones de una Guerra Cognitiva ampliamente desarrollada.

Esto que que hemos señalado es aún somero respecto a todo el potencial que tienen la capacidades del imperialismo estadounidense. En el marco de todos estos hechos que parecen eventos asilados, como la cachetada de un actor a un presentador en los Oscars por un insulto a su esposa que parece espontaneo, desconectado, ajeno al entorno global de desenmascaramiento del nazismo en Ucrania, lo que permite a escala global legitimar cierto tipo de violencia mientras se des-referencia e individualiza moralmente, estableciendo la idea de que existe una violencia necesaria, natural, legitima y reivindicable a la que estamos sometidos y condicionados más allá de nuestra voluntad y que existe una violencia desdeñable, lo que determinará cuál es cuál, serán las fuentes de doxa ( opiniones ) a las que recurra conscientemente o no el individuo, las que evidentemente tendrán una intencionalidad clara y sistemática —ya a estás alturas deberíamos habernos librado de bastante inocencia—, “Rusia = violencia mala” mientras que “EEUU+OTAN = Violencia justa y necesaria”.

En el solo acto de la cachetada sutilmente se reafirma las estructuras de violencia favorables al sistema de ideas como lo es el machismo representado en que el hombre salga a golpear al otro en defensa del "honor" de la mujer y termine siendo un acto heroico, lo que luego de arraigado en el inconsciente colectivo puede ser extrapolado en formas distintas, como que “el acto heroico en el que los europeos vayan a la defensa de una Ucrania humillada y victimizada por la violencia ilegitima rusa”, manipulación que sólo es posible lograr si se puede sincronizar la dimensión intima gracias a las redes digitales con la hegemonía mediática, la acción diplomática y otras medidas menores, por ello en varias ocasiones Sc2 ha señalado que son muy pocas las naciones que pueden desplegar una Guerra Híbrida de espectro completo y la Guerra Cognitiva es igual de elitesca.


El papel de las redes para la despolitización, fragmentación social y deshumanización, es posible gracias a los algoritmos de personalización, a partir de los cuales las búsquedas y toda la actividad del usuario generan perfiles que permiten una aproximación a la matematización y predictibilidad del comportamiento humano, pero en el fondo se constituye en un monologo de pensamiento único acritico, hedonista y masturbatorio, que reduce la capacidad creativa intelectual, la solución de problemas, el pensamiento lateral y divergente, en un fetiche o mercancía, en síntesis en un nivel de alienación ulterior que lleva la comercialización a lo más intimo de lo humano, de nuestros pensamientos, en la guerra esto es relevante en el ámbito de la información y la concentración de las masas en la narrativa favorable al bando propio.

La arquitectura de las redes digitales y éstas nuevas tecnologías no solo están impregnadas de un sesgo psicosocial, ideológico e informativo, sino que gracias a los "filtros burbuja" los usuarios están aislados de puntos de vista conflictivos o contrarios a los propios lo que a final de cuentas genera un pensamiento, escuálido, desnutrido. El activista Eli Pariser los define como "el ecosistema personal de información que ha sido provisto por algoritmos".

Este mismo fenómeno se ha descrito también en otros términos como "marcos ideológicos", en cuestiones militares si un soldado u oficial está determinado por este tipo de pensamiento burbuja, sin apertura critica ni de resolución alternativa de problemas, su capacidad de toma de decisiones es fácilmente predecible y en tal sentido no representa una amenaza ante un enemigo como el imperialismo estadounidense y su acólitos, en el fondo realmente es una amenaza contra si mismo y a su autodeterminación como ser independiente y autónomo, simplemente no es libre y en el campo de batalla ya esta derrotado antes de entablar combate al desconocerse a sí mismo, es un hecho que debe considerarse con sumo cuidado en la ciencia militar.

En ese sentido cuando se tiene en cuenta todo esto, resulta ininteligible que el Gobierno Bolivariano en medio de una Guerra Híbrida que bastante ha avanzado, centre su trabajo mayoritariamente en las redes digitales y en los términos de la misma lógica que nos agrede, igual que incentive la visión acritica estigmatizando al otro, al pensamiento divergente, de tal actitud se entienden las múltiples desviaciones en las que funcionarios del Estado lamentablemente caen, siendo todas ellas previsibles con la perspectiva revolucionariamente adecuada. En cuanto a eso el manejo comunicacional ha sido difuso y hasta funcional y proclive al capitalismo, la alienación y explotación, siendo que ello en el ámbito militar es exponencialmente peor, por ejemplo al hacer propios los conceptos del imperialismo, como; terroristas, abatidos, neutralizados, se fomenta el morbo e incentivan a la naturalización de la violencia que es a final de cuentas un requisito del agresor para generar las condiciones propicias a una intervención.

En conjunto estos elementos operando de manera constante, variando en intensidad, y principalmente no dándole respiro a la población, pueden, en el caso más extremo generar la afectación a la plasticidad cerebral de los individuos más vulnerables, o cuando menos un estado lo suficientemente deteriorado como para que sean más que manipulables.

Continuara con "Bolívar vs Monroe 3. Entendiendo el teatro híbrido en Apure, la multidimensionalidad de la agresión".


Notas sobre el ecosistema hormonal:

Bibliografía de Fuentes consultadas:


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