ANÁLISIS HÍBRIDOS: Bolívar vs Monroe la pelea del milenio, develando las nuevas tendencias del imperialismo para hacer la guerra (primera parte)

ANÁLISIS HÍBRIDOS: Bolívar vs Monroe la pelea del milenio, develando las nuevas tendencias del imperialismo para hacer la guerra (primera parte)

Y13

La tendencia del imperialismo a la Tercerización de la guerra:

La tendencia del imperialismo en medio de una coyuntura donde fenece la unipolaridad y se abren las puertas a cambios mundiales de tendencias tripolares o multipolares ( para los más optimistas ) enmarcados en la pugna entre globalistas y soberanistas —según algunos analistas— que polariza las tendencias y perspectivas políticas en las naciones. En medio de este conflicto donde no existe ninguna propuesta antisistémica, vemos el choque de modelos capitalistas conun bloque que coquetea con el nazi-fascismo sin el mínimo asco y el otro con herencias socialistas marxistas del siglo XX presenta un capitalismo con un rostro más humano, pero capitalismo a final de cuentas.

En medio de este metaconflicto las naciones subdesarrolladas o en vía de desarrollo sin capacidades para desplegar Guerras Híbridas —y que en su mayoría carecen de la capacidad para resistirlas— están sujetas a alinearse con los bloques de las superpotencias o esperar bajo la masca de neutralidad o de no beligerancia a que caiga uno de los bloques para alinearse con el vencedor, atrás quedaron las iniciativas como los Países No-Alineados que intentaban ser una alternativa a la dinámica bipolar.

En este entorno la propuesta del imperialismo atlántico o euroestadounidense muestra una tendencia clara hacia el ejercicio desesperado de la violencia, que al igual que en épocas anteriores cuando vio su modelo amenazado por el auge comunista soviético, recurre a apoyar al nazi fascismo como recurso para desgastar al menos a la Federación Rusa, eso sin descartar que plantee alguna forma de confrontación enfocada en China. Dicha expresión del extremismo violento tiene como método el modelo de Guerra Híbrida el cual por la crisis sistemática del imperialismo muestra una fuerte tendencia hacia la tercerización en todos los ámbitos y dimensiones del conflicto.

A la Guerra Híbrida se le busca complementar con nuevos conceptos que vienen desarrollándose con no menos de una década de anticipación, lo que es evidencia de que el conflicto entre superpotencias era algo esperado por las élites estadounidenses y de la Unión Europea, nos referimos a la Guerra Cognitiva la cual según su planteamiento viene a engrosar las dimensiones de dominio de la guerra, en todo este escenario Venezuela ha sido un laboratorio recurrente donde se prueban, corrigen y adecuan sus nuevos planteamientos, por lo que no es descabellado pensar en que los eventos de Apure en 2021 y 2022 responden a esta dinámica, la cual si ampliamos nuestra perspectiva de análisis podemos ver que elementos constitutivos de la Guerra Cognitiva están operando —y complementando— al mismo tiempo que la Guerra Híbrida, ante la cual los planteamientos defensivo parecen no seguirles el ritmo.


La Tercerización de la Guerra o como se pretende reducir costos maximizando ganancias.

Las guerras proxy o tercerizadas (término más preciso) son alianzas entre actores estatales (AE) y para-estatales (APE) o irregulares (AIr) que tengan condiciones para acciones asimétricas y no convencionales implicando el intercambio de recursos militares. En otras palabras un Estado o potencia proporciona a un actor (AE o AIr) implicado en el conflicto la logística o preparación militar, financiación directa o indirecta de carácter legal o ilegal (narcotráfico y contrabando) y plataforma política, todo ello a cambio de que represente sus intereses e implemente su estrategia en el terreno de conflicto. Uno de los elementos constitutivos de una guerra tercerizada es la relación entre estos actores los indirectos y los beligerantes, es por ello que las relaciones implícitas en las guerras tercerizadas son estratégicas y poseen características oportunistas, utilitarias e inmediatistas. Éstas características las vemos operando en los conflictos actuales como Siria o Ucrania donde participan soldados estadounidenses y rusos activamente en el campo de batalla, cuando teóricamente solo se encontraban allí por motivos de entrenamiento.



Estos conflictos son subalternos a una estrategia de agresión mayor sean “guerras no convencionales” o para ser más precisos Guerra Híbrida aunque muchas veces impliquen a ejércitos convencionales a distintos niveles. Como todos los conflictos representan un escalamiento en la violencia pero éstos en especial traen consigo niveles muy elevados de crueldad y por su proyección temporal gracias al factor dinero (negocio) resultan en conflictos bastante desgastantes para la Nación Huésped lo que es un objetivo estratégico de la Nación Agresora, finalmente hay que destacar que el objetivo ulterior de estos conflictos es la fragmentación o balcanización del país agredido y particularmente el control que permite el caos.

En el caso venezolano las acciones marco que han propiciado la posibilidad de una guerra tercerizada en los llanos fundamentalmente son posibles gracias a la implementación del bloqueo, su afectación ideológica y psicológica por un lado y de un Plan Yakarta en tres niveles, político, económico y militar, el cual hemos denunciado anteriormente, de ello señalaremos más adelante distintas etapas en las cuales el Gobierno Bolivariano ha caído presa. En éstos conflictos tercerizados un elemento fundamental es que las potencias financistas no están atadas al conflicto pudiendo deslindarse en cualquier momento, tal como lo hizo Estados Unidos al abandonar Siria (oficialmente, mientras extraoficialmente mantienen fuerzas en el terreno) y a los actores que había financiando (DAESH y rebeldes “democráticos”), porque a final de cuenta su objetivo siempre fue el caos controlado, pero esa flexibilidad en los compromisos con los aliados resulta perjudicial a largo plazo ya que mina su credibilidad como contratante y la posibilidad de futuras alianzas con nuevos o antiguos actores.


En ese sentido las guerras tercerizadas se circunscriben en la tendencia generalizada (no solo a lo militar) del capital imperialista de tercerizar y fragmentar las relaciones laborales como lo es el emprendedurismo y la desregulación laboral (trampas en las que ha caído actores locales replicándolas) ya que ello abarata el costo del conflicto en comparación con una guerra directa (convencional) y es la respuesta natural de un poder hegemónico en crisis (ejemplo de ello los últimos años del Imperio Romano, el papel de la piratería en el caribe y La Guerra De Los Cien Años), ya Eisenhower adelantaba que la tercerización de la violencia era “el seguro más barato del mundo”, éste modelo de conflicto le permite al imperialismo mantener sus manos “limpias” relativamente, mientras el saldo negativo corre de la mano de los tercerizados, en nuestro caso los grupos residuales de las guerrillas colombianas y el Gobierno oligárquico colombiano.

Entre los elementos que deben estar presentes para la viabilidad de una guerra tercerizada podemos señalar de manera general:

•      Reducción de costos operativos y de la inversión a largo plazo: desplazar la carga impositiva, de inversión de capitales hacia terceros actores menores, lo que se traduce en la maximización de la ganancia y minimización de los riesgos.

•      Evasión legal: evasión de la responsabilidad jurídica de las acciones que pudiesen recaer directamente a la nación tercerizadora, como costos en indemnizaciones y perdida de legitimidad internacional e interna, igualmente garantiza la posibilidad de que en un momento crítico pueda sacrificar a sus socios tercerizados condenando sus acciones.

•      Evasión moral y audiencia: entre tanto se mantenga y garantice una imagen impoluta y moralmente correcta de la nación tercerizadora ello le permitirá garantizar plusvalor ideológico, ya que el apoyo de la audiencia interna, internacional y hasta la población víctima legitima e incita la continuidad de la agresión y por ende las ganancias proyectadas a largo plazo.

•      Diversificación del mercado: permite a mas actores acceder a las ganancias en el terreno, cuando participan mercenarios y combatientes de diversos bandos la dependencia tecnológica a las armas garantiza el consumo de las mercancías de la industria militar, es así que como producto del plusvalor ideológico vemos en los teatros de guerras tercerizdas como en todos los bandos consumen las mismas marcas de armas, ropa, equipos, vehículos, que no hubiesen sido consumidos de no haber tales conflictos permitiendo a esa industria descargarse de mercancías caducas y renovar sus productos con dos “valores” agregados se arraiga la marca en la subjeitivdad de mercenarios, combatientes y población civil (ejemplo de la marca 5.11) y las empresas pueden someter sus productos a uno de los mejores controles de calidad posible lo que fortalece la imagen de la marca.



Neuro-Guerra Nuevos Métodos Viejas Estrategias:

El proceso de evolución de la guerra apunta hacia una simplificación de sus principios y estrategias, mientras, proporcionalmente aumenta la complejización de sus expresiones y métodos, en cierto sentido a pesar de que en las formas parezcan confusas, su fondo implica un retorno a lo más básico, de allí que ideas de los mas antiguos filosofos de la guerra como Sun Tzu o Musashi estén más que vigentes al momento de comprender la realidad político militar; obtener la victoria antes de entablar combate o vencer primero en la mente del oponente. Ya hemos dicho que en medio de la crisis del capital, el imperialismo vive un proceso de adaptación ante la nueva dinámica geopolítica y está en una búsqueda de respuestas efectivas que permitan conservar su hegemonía mundial y lo mismo sucede en la dimensión militar, dónde en los últimos años hemos visto un aumento de la influencia de disciplinas que en épocas pasadas tenían poca o ninguna incidencia en el ámbito de la guerra, inclinando la balanza de la violencia hacia expresiones mas sutiles, refinadas y casi imperceptibles. 

De la antropología de la contrainsurgencia a el neuromarketing como arma: 

Ya hace años Gilberto López y Rivas ( Estudiando la Contrainsurgencia de los EE.UU. 2020  ) denunciaba como el ejercito estadounidense se ha venido inclinando cada vez más a preponderar la incidencia de disciplinas como la antropología, lingüística, filosofía, filología o sociología, ya no en el área de asesorías externas, sino en el terreno operacional llevando al campo de batalla a profesionales de las ciencias sociales a implementar sus conocimientos con el objeto de garantizar la eficiencia y victoria en las intervenciones de turno. El panorama se ha profundizado con el avance en el campo neuro-científico, dónde, tras el lucro comercial y gracias a la plataforma que ofrecen las nuevas tecnologías digitales como las redes “sociales” y terminales (teléfonos inteligentes) han logrado un nivel de invasión de nuestra intimidad aterrador, todo ello aprovechándo las vulnerabilidades evolutivas de la psique y el cerebro humano, lo que en síntesis representa un avance en sus capacidades de dominio.

Ello ha implicado un cambio importante en la estructura militar estadounidense, que no se reduce sólo a la presencia de profesionales de las ciencias sociales entre las filas de combatientes, ya a partir del 2014 —administración Obama— las FF.AA. estadounidenses iniciaron un proceso de reducción de su personal lo que revelaba el cambio de perspectiva y adaptación a los nuevos tiempos, donde mantener grandes y costosas estructuras militares ya no era una opción. Tal transformación debemos entenderla no como un deterioro o debilitamiento, sino como un intento de hacerse eficiente respecto al ambiente geopolítico y desde esa época se evidenciaba con claridad la tendencia hacia la tercerización de la violencia. Es un fenómeno que no sólo afecta a las estructuras militares, es así que tanto la Agencia de Seguridad Nacional ( NSA ) como la CIA se han inclinado por subcontratar, en el caso de la primera la tercerización se hizo famosa gracias a las revelaciones de Snowden y en cuanto a la segunda cada vez más depende para sus operaciones de los “guardaespaldas” que contratan para el Global Response Staff ( GRS ) que se ha vuelto tan fundamental para el espionaje gringo, que la CIA ha transformado la formación de sus espías en "Farm" —academia de oficiales de campo al el sur de Virginia— para enseñarles como operar con éstos operativos del Grupo de Respuesta Global que en su totalidad está compuesto por operadores de fuerzas especiales retirados, que ven en esto una opción mejor que la obsolescente y poco redituable jubilación. En conjunto estos elementos hablan de una especie de neoliberalización de la estructura militar.

Por otra parte, a lo antes señalado debemos relacionarlo con casos como el manejo inconsulto de metadatos ( a partir de redes digitales ) de Cambridge Analytica, para la manipulación político - electoral y psicométrica de la población a favor de “políticos” como Peña Nieto, Mauricio Macri, Nayib Bukele y Donald Trump, por señalar algunos y para no decir que es lo que define a los políticos ideológicamente de derecha. Igualmente lo que se destapa con el escándalo de la campaña republicana tiene una íntima relación con los éxitos en la estrategia de manipulación mediática en torno naciones como Ucrania, Venezuela, Siria, Yemen, Rusia, China, Irán, Iraq, Libia, Líbano, Palestina o prácticamente cualquier nación que se salga de los márgenes de la cosmovisión euro - estadounidenses. Todo ello señala la tendencia hegemónica a desestructurar el zoon político ( social ) a favor de un ser digital híbrido, predecible, matematizable y controlable perspectiva de la que no escapan ni los progresistas en su afán de utilizar las armas melladas del sistema a falta de creatividad científica.

Las estrategias de dominio expresadas en lo anterior implican la manipulación de las emociones, instrumentación epistemológica ( que no es otra cosa que la reconstitución ideológica), psicometría social y manipulación de los instintos básicos de supervivencia amalgamados en nuevas formas de Terapias de Shock Socio Económico y Guerras Híbridas como métodos de dominación que pueden llegar —y eso pretenden— a ser utilizadas como armas para ataques de dominio cognitivo contra amplios sectores de la población, naciones enteras o audiencias mayores, dejando lo que George Orwell expresó en su libro "1984" como una fábula infantil.

Lograr este tipo de poder implica la integración de capacidades cibernéticas, desinformación, operaciones psicológicas y de ingeniería social, con los avances en disciplinas noveles como la neurociencia, psiconeuroinmunológia, genopolítica, fisiología política, neuroeconomía, neuroderecho, todas intentando abrir la dimensión cognitiva ( epistémica ) de la humanidad al control de los poderes fácticos globales, los fenómenos sociopolíticos antes mencionados demuestran como a partir de esos conocimientos se puede manipular la toma de decisiones políticas o el comportamiento social de amplios grupos. Todo ello posible al carácter fundamentalmente politikom (social) del ser humano y como nuestro cerebro ha evolucionado, con sus fortalezas y vulnerabilidades que se pretenden instrumentar para en otras palabras, profundizar la alienación y la subsecuente esclavitud de las voluntades.

Continua...


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