Día 86. Martes 09 de junio de 2020
Todos los días, a razón de cuatro veces promedio, mi hijo mira la película de Bob Esponja. Si yo me sé los diálogos del film, el los recita como el padrenuestro. A cada momento. Una y otra vez.
Jamás pude mirar la película de corrido, pero juntando los fragmentos he podido reconstruir la historia que se cuenta en ella.
No obstante, hay una escena que me llama poderosamente la atención y me ha despertado tanta curiosidad que no pude evitar buscar más información.
En ella, Bob Esponja y Plankton viajan en una máquina del tiempo y llegan a una especie de dimensión paralela donde un delfín parlante, vestido con una capa roja dice ser el guardián de la galaxia. Su nombre es Burbujas. Y agrega que su raza ha estado vigilando los cielos durante diez mil años.
— ¿Es usted quién evita que los meteoritos se estrellen contra nosotros? —pregunta Bob Esponja.
—Exactamente—responde el delfín.
Fue en esta parte del diálogo donde empecé a parar oreja. Hace poco, quién sabe en cual video conspiranoico que menciona extraterrestres oí a alguien decir que existe una raza alienígena que cuida de que los humanos no perezcamos a causa de un meteorito que pueda acabar con el planeta.
La escena de la película continúa cuando Burbujas le pide a Bob Esponja y Plankton que le cuiden el chiringuito y observen mientras él va al baño, ya que se estuvo aguantando las ganas durante diez mil años. Entretanto, los planetas Júpiter y Saturno chocan entre sí, oyéndose un sonido de vidrios rotos cuando colisionan. Y fue en este momento de la película donde emití un alarido de asombro.
Escuchando a mi astrólogo preferido he sabido que las conjunciones Saturno Júpiter se producen cada veinte años. Una conjunción es cuando dos o más planetas se acercan a una distancia no mayor a ocho grados en el cielo. En marzo de 2020, Júpiter se unió a Saturno y Plutón, formando una triple conjunción que durará todo el año.
Los efectos de estas energías planetarias, ya los estamos viviendo en todo su esplendor ahora mismo, pero para diciembre, Plutón seguirá su camino por el zodíaco dejando a Saturno y Júpiter haciendo de las suyas en el signo de Acuario. Más precisamente esto ocurrirá el 21 de diciembre cuando ambos planetas choquen literalmente entre sí, haciendo una conjunción exacta.
No puedo menos que asombrarme. ¿Qué significa esa escena en realidad? ¿Acaso señala un momento concreto en el tiempo?
Quizás no. Quizás mi observación es demasiado traída de los pelos.
Y aunque no encontré referencias en Internet acerca de una raza de delfines extraterrestres que guardan de que la tierra no explote a causa de un meteorito, si me encontré con un tal John Lilly que estudió a estos cetáceos sorprendentes, afirmando que poseían un lenguaje propio. Es sabido que la inteligencia de los delfines es casi equiparable a la humana.
Que el guionista de la película de Bob Esponja haya reunido elementos tan dispares como un delfín vigilando la galaxia, y Júpiter y Saturno chocando entre sí en una misma escena a mí ya me da que pensar. Y bastante.
Dice una amiga que los amos del mundo, dueños de la industria del entretenimiento, acostumbran a contarnos sus planes por medio de sus películas y series. Porque el que avisa no engaña.
Siendo así, la serie de Netflix, Black Mirror es bastante escalofriante vista desde ese punto de vista, donde determinados aparatos tecnológicos influyen en la sociedad cambiándola por completo y planteando dilemas nuevos.
Nunca más podré mirar una película, (aunque sea infantil) a modo de distracción. Ahora ya veo señas Iluminattis en todos lados.
Añoro mi inocencia de borrega dormida. Añoro esa época en era que normal y no conspiranoica.
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