Una breve historia de casi todo

Una breve historia de casi todo


VI. El camino hasta nosotros » 28. El bípedo misterioso

Página 41 de 49

Lo que es seguro es que en un momento de hace bastante más de un millón de años, algunos seres nuevos, relativamente modernos y que caminaban erguidos, abandonaron África y se esparcieron audazmente por gran parte del globo. Es posible que lo hiciesen muy deprisa, aumentando su ámbito de ocupación hasta 40 kilómetros al año como media, todo ello teniendo que salvar cadenas de montañas, ríos, desiertos y otros obstáculos y que adaptarse a diferencias de clima y de fuentes de alimentación. Es especialmente misterioso cómo pasaron por la orilla occidental del mar Rojo, una zona famosa por su terrible aridez hoy, pero aún más seca en el pasado. Es una curiosa ironía que las condiciones que les impulsaron a dejar África hiciesen que les resultase mucho más difícil hacerlo. Pero lo cierto es que consiguieron dar con una ruta que les permitió sortear todos los obstáculos y poder prosperar en las tierras que había más allá.

Y me temo que es ahí donde se acaban las coincidencias.

Lo que pasó después en la historia del desarrollo humano es tema de largo y rencoroso debate, como veremos en el capítulo siguiente.

Pero, antes de continuar, conviene que recordemos que todos esos tejemanejes evolutivos, a lo largo de 5 millones de años, desde el lejano y desconcertado australopitecino al humano plenamente moderno, produjeron una criatura que aún es genéticamente indiferenciable en un 98,4 % del chimpancé moderno. Hay más diferencias entre una cebra y un caballo, o entre un delfín y una marsopa, que la que hay entre tú y las criaturas peludas que dejaron atrás tus lejanos ancestros cuando se disponían a apoderarse del mundo.

Ir a la siguiente página

Report Page