Todo lo que debe saber sobre el Antiguo Egipto

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III. LAS PIRÁMIDES DEL ANTIGUO IMPERIO » La pirámide de Djeser Netherijet

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LA PIRÁMIDE DE DJESER NETHERIJET

Los inicios de la historia del Antiguo Egipto están ligados a la necrópolis de Saqqara desde la noche de los tiempos. Ya durante las dos primeras dinastías los reyes tinitas se habían construido sus mastabas en los dominios de Soqaris. Su nombre antiguo era Dehenet Anj-Tawy, que significa ‘El Alto de Anj-Tawy’. Como hemos visto, fue el gran arquitecto real Imhotep quien tuvo el privilegio de diseñar y construir la mastaba que albergaría el cuerpo de su monarca, Djeser Netherijet. Su nombre antiguo nos es desconocido, y cuando fue culminada alcanzó una altura de sesenta metros. Tenía ciento setenta y tres metros de lado en su eje este-oeste y ciento siete en su eje norte-sur.

Pirámide de Netherijet.

Fotografía de Nacho Ares.

Imhotep levantó un muro de piedra caliza blanca que simulaba la fachada del palacio real de Menfis con catorce puertas, de las cuales tan sólo una era la entrada correcta. Las otras trece eran representaciones de puertas falsas. Esta superficie, que abarca quince hectáreas, nos adentra en el recinto mediante un gran portón de piedra en su esquina sur oeste. El carácter sagrado de este lugar viene dado también con el patio de la Heb-Sed, que se halla al sur del recinto, donde se alza un santuario en forma de T. Se trata de un rectángulo paralelo al patio sur de la pirámide, y sus varios complementos lo convierten en un lugar sin igual donde se encuentran todos los componentes de esta fiesta. Imhotep levantó para este evento tres clases diferentes de capillas.

Vista del patio de la Heb-Sed.

Fotografía de Nacho Ares.

Otro lugar de gran importancia se halla al norte, donde se levantan la Casa del Norte y la Casa del Sur. Están en la parte septentrional del patio de la Heb-Sed, justo frente a la pirámide. En su lado este se encuentra un patio decorado con una pilastra cilíndrica, y en sus días estaba culminada por un capitel con forma de flor de loto: el emblema del Alto Egipto. Su función es simbólica; era donde el Alto y el Bajo Egipto rendían los tributos al rey una vez regenerado tras la Heb-Sed. Al oeste de la Casa del Norte se halla el patio del Serdab[51], una pequeña capilla para el culto donde se encontró la estatua del rey que ya hemos citado, y a su interior se accedía tan sólo mediante dos aberturas que servían para mirar en su interior.

Para delimitar todo este terreno se emplearon más de cincuenta estelas que marcaban los límites del recinto sagrado, los límites del complejo interior y los distintos puntos donde se celebraban los ritos y cultos. Las estelas estaban protegidas por el dios Anubis, el protector de las necrópolis.

La edificación estrella de este complejo, como no podía ser de otra forma, es la Pirámide Escalonada. No cabe duda de que lo que quiso el arquitecto real fue que su rey poseyese una obra sin parangón respecto a lo que se había construido con anterioridad. Así pues, tras marcar la delimitación de la obra, retiró la arena y alisó la superficie. Luego levantó una mastaba a base de piedra, que en su origen tenía una altura de 8,63 metros de largo. La obra de Imhotep es el resultado de diversas modificaciones, aunque hay quien opina lo contrario. Las diversas hipótesis expuestas por otros expertos ofrecen dudas, lo cual nos permite elegir la mejor opción mediante nuestro propio criterio.

Imhotep levantó la primera grada a modo de cubrición, pues en su interior se oculta un pozo de veintiocho metros de profundidad, que es el único pasillo de conexión con la cámara funeraria y la serie de galerías y estancias donde se alojó todo el ajuar funerario.

A la hora de examinar el porqué se decidió modificar la mastaba inicial, la mayoría de los expertos en pirámides, como el español José Miguel Parra, piensan que la mastaba inicial no representaba lo que Imhotep tenía en mente. Su rey tenía que poseer un monumento funerario que le permitiese ascender al cielo, y para que esa ascensión se produjese lo que hizo fue construir una escalera.

Muro con el relieve de las cobras, recinto Djeser de Saqqara.

La evolución de la tumba real está unida a la evolución que sufrió la teología heliopolitana, con su colina primigenia, cuyo origen parece reflejarse en las cámaras funerarias de las tumbas tinitas, que se transformó en la idea de un medio de ascensión hacia el cielo. El título que Imhotep ostentó como primer profeta de Re sería crucial para el desarrollo de la mastaba. Lo más probable es el rey Djeser deseara tan sólo una tumba como la de sus antecesores, pero la evolución que sufría la figura del rey, paralela a la teología de Heliópolis como asimilación inmortal con la esencia divina, terminó por convertir a la mastaba en una especie de palacio para la eternidad, que serviría no sólo para albergar la momia del rey, sino como medio de ascensión a los cielos. La cantidad de problemas a los que tuvo que hacer frente el arquitecto debieron ser inmensos. Pero no sólo los solucionó sino que decidió añadir todavía dos gradas más a su obra. Los especialistas en pirámides también coinciden a la hora de señalar que tuvo que plantear unos problemas tecnológicos que hubieron de solucionarse al ritmo que los trabajos avanzaban. Cuando la sucesión de mastabas superpuestas terminaron por componer la Pirámide Escalonada, todo el edificio fue revestido con bloques de piedra caliza, que fueron tallados con sumo cuidado y aparejados con destreza.

Pirámide de Huni en Meidum.

Fotografía de Nacho Ares.

El interior de la Pirámide Escalonada es infinitamente más espectacular que su aspecto exterior. Las cámaras funerarias están todavía parcialmente decoradas con gran esmero. En el lado este del complejo se concentraron una totalidad de once pozos, y todos ellos miden treinta y dos metros de profundidad. Aquí fueron sepultados los miembros de la familia real, así como las damas que comprendían el harén real. La galería excavada en el sector norte-oeste de la pirámide contenía varios sellos cilíndricos plasmados en las paredes. Ninguno de ellos estaba completo, pero fue posible recomponer los textos gracias a sus numerosas repeticiones. Se trata del sello de Imhotep, donde vemos el serej del Horus Netherijet y los títulos de su visir y arquitecto. También hay unas estelas que miden casi un metro de altura, donde se representa la carrera ritual del rito de la Heb-Sed. Rodeando estas estancias se hallan otras habitaciones cuya función fue la de almacén. Todas estas se excavaron sin interés, ya que las superficies están sin pulir y el suelo sin nivelar.

En otras de las cámaras funerarias se encontró un sarcófago de alabastro con el cuerpo de una mujer, posiblemente una hija del rey, otro sarcófago cuya tapa era de oro y una habitación con más de treinta mil objetos de piedra de todo tipo: alabastro, caliza, marfil, diorita, dolerita. Eran, en su gran mayoría, los restos funerarios de los faraones de las dos primeras dinastías[52], de los cuales ya hemos hablado.

El carácter sagrado de la Pirámide Escalonada se prolongaría en el tiempo hasta la Época Saíta. En 1926 fueron halladas seis vértebras y un trozo de cadera derecha; en 1934, Lauer y Quibell encontraron un húmero derecho, una costilla y un pie izquierdo. Los análisis son claros: a excepción del pie, los otros restos son de época muy posterior a la pirámide, concretamente del III Período Intermedio. No obstante, hay en este aspecto expertos que se sitúan entre ambas opiniones, ya que, según muchos, ese pie izquierdo habría sido vendado siguiendo las técnicas de momificación de la III Dinastía, y es más que posible que sean los únicos restos que nos han llegado del gran Djeser Netherijet.

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