Todo lo que debe saber sobre el Antiguo Egipto

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III. LAS PIRÁMIDES DEL ANTIGUO IMPERIO » La pirámide de Unas

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LA PIRÁMIDE DE UNAS

Unas, el último faraón de esta V Dinastía, construyó su pirámide en Saqqara. Su nombre antiguo era ‘Unas es el más perfecto de los lugares’ y alcanzó una altura de cuarenta y tres metros. El lado de su base era de 57,5 metros y el ángulo de sus lados de 56º E 18′ 35″. Realmente, para ser justos, la pirámide más importante es también la más pequeña. Estamos en un momento en el que el Imperio Antiguo toca a su fin, y Unas le concede a este período de la historia el don de la inmortalidad.

Textos de la pirámide de Unas.

La constitución de esta pirámide está formada por seis capas de piedra, bloques ásperos y toscos que van reduciéndose en peso y tamaño a medida que se asciende. Para acceder al interior de esta pirámide es necesario que nos dirijamos a su cara norte, justo bajo la capilla del norte. Un corredor nos lleva primeramente a la antecámara y luego nos conduce hasta la cámara funeraria. Estas dos estancias tienen sus techumbres, formadas por grandes lascas de granito a modo de V invertida, decoradas con estrellas amarillas bajo un fondo azul. En ambas cámaras se inscribieron los Textos de las Pirámides por primera vez en la Historia. La pared oeste está revestida de alabastro y decorada con una variedad de colores: blanco, negro, amarillo, azul y rojo. Se cree que estos son los colores con los que se decoraban las paredes de los palacios reales. Poco más se puede decir del interior de esta pirámide, puesto que lo más destacado, que son los textos, los trataremos más adelante. En una esquina de la cámara funeraria se halló un hueco donde se depositaron los vasos canopes. También se encontraron unos restos humanos, posiblemente de Unas, y un juego de cuchillos empleados en el ritual de la ‘Apertura de la boca y de los ojos’.

Ya en el exterior, si accedemos a la calzada que comunica la pirámide con los santuarios adyacentes, tendremos la sensación de vernos transportados al pasado. Gracias a los grabados que se conservan en los bloques de granito podremos ir de cacería con el rey, asistir al transporte de los pilares que viajaron desde las canteras de Aswan hasta Saqqara y ver cómo el rey, tras salir victorioso de una de sus campañas militares, regresa a su capital con una gran fila de enemigos sometidos y maniatados. En esta calzada está también la famosa escena conocida como la de «los hambrientos», una serie de dos registros donde se ve a un grupo de personas literalmente esqueléticas.

Al final de la calzada se hallaba el santuario funerario. Un gran pórtico de granito recibía al visitante. Nos adentramos en un amplio recibidor cuyo suelo estaba formado por losas de alabastro pulido. Tras este vestíbulo, había una serie de anexos donde se almacenaban los materiales rituales. Una vez rebasados estos anexos, varios pasillos conducían hasta una pequeña pirámide de culto y al sanctasanctórum. Hoy día tan sólo se conservan los cimientos de este santuario, que debió de ser, sin duda alguna, grandioso.

Jaemwaset, hijo de Ramsés II realizó aquí trabajos de restauración en la XIX Dinastía. El que fue Primer Profeta de la ciudad de Menfis dejó escrita en unos bloques de piedra la relación de los trabajos que llevó a cabo. Con este hecho se dejaba clara la importancia que para los egipcios del Imperio Nuevo tenían los Textos de las Pirámides, que derivaron en los Textos de los Sarcófagos durante el Imperio Medio y en los Textos para salir al día o Libro de los Muertos ya en el Imperio Nuevo. De alguna manera, veneraban la obra de Unas, puesto que gracias a él estos hombres podían asegurar un viaje placentero hasta los campos del Ialu, el paraíso de los egipcios.

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