Responder correctamente a la gripe

La gripe es algo muy diferente de lo que se ha supuesto hasta ahora y de lo que se nos dice bajo el título de "gripe aviar", "gripe porcina" o cualquier otro nombre. 

La gripe en sus diversas formas representa siempre un programa especial sensato elegido por el cuerpo como la mejor medida posible para acelerar la desintoxicación. No hay nada más. El cuerpo lleva a cabo estas medidas especialmente cuando puede excretar mejor, como durante las transiciones estacionales en primavera y otoño, lo que también se conoce por los días de excreción de los ritmos lunares y así se explica que muchas personas tengan más gripe en determinadas épocas. Especialmente durante el cambio de otoño a invierno, el cuerpo está ocupado con los procesos de reconstrucción, por lo que la gripe se produce con más frecuencia. A la Organización Mundial de la Salud (WHO), por ejemplo, le gusta utilizar estos procesos para ofrecer a la gente una teoría de la infección y decirles algo sobre los virus causantes de enfermedades que supuestamente pueden infectarles desde el exterior. Sin embargo, los virus causantes de enfermedades son una imposibilidad biológica  (descrito con detalle y verificable, por ejemplo, en el artículo "VIRUS DESENREDAN" y "Virus: Un Error de Interpretación - Parte I")

Véase también: "La teoría del contagio nunca pudo demostrarse científicamente, ¡por mucho que se intentara demostrar a lo largo de décadas a partir de 1918!" (Artículo en alemán)

Lo que ocurre en el cuerpo durante la gripe: El cuerpo ha producido ciertas bacterias que necesitan un cierto aumento de la temperatura (llamado fiebre) para funcionar de forma óptima y eliminar las toxinas más rápidamente. Cuando una persona está en el flujo de la vida, normalmente se las arregla sin el programa especial "gripe" (no necesariamente sino más bien probablemente, depende de la cantidad de toxinas acumuladas), porque en una persona feliz el fluido del tejido conectivo, que reacciona en segundos a cada pensamiento de la persona, puede trabajar óptimamente y eliminar las toxinas y los productos de desecho. En una persona con ansiedad o comportamiento depresivo, por ejemplo, el líquido conjuntivo ya no funciona de forma óptima, las toxinas se acumulan y el cuerpo, para sobrevivir, tiene que eliminarlas rápidamente con la ayuda de bacterias especialmente formadas. Si la persona toma ahora antibióticos, mata, entre otras cosas, las mismas bacterias que el cuerpo necesita urgentemente como ayuda para la desintoxicación. La sensación de gripe cesa inmediatamente porque el proceso de desintoxicación se ha interrumpido bruscamente. La persona se siente mejor por fuera y ahora también cree que el antibiótico le ha ayudado. En realidad, las toxinas siguen en el cuerpo y ahora debe producir otra gripe muy pronto para deshacerse de ellas. Si ahora la persona vuelve a tomar antibióticos, se desarrollarán gradualmente problemas graves con daños serios en los órganos, ya que las toxinas se acumulan cada vez más. Además, las sustancias altamente tóxicas de los antibióticos dañan permanentemente la composición genética de las células y pueden incluso provocar infertilidad. Así, "un mosquito se ha convertido en un elefante".

Por lo tanto: superar una gripe, apoyar al cuerpo en su proceso de desintoxicación bebiendo mucha agua y, posiblemente, tomando hierbas que promueven la desintoxicación, como esencias que estimulan el hígado y los riñones (y, sobre todo, cambiar la dieta a una dieta puramente vegetal: ver el artículo "Cambia a una dieta puramente vegetal y evita los errores de principiante").

Una vez completado el proceso de desintoxicación, las bacterias desintoxicantes especiales mueren, la temperatura corporal se normaliza y la persona descansa largamente de una nueva gripe y se siente de nuevo muy bien.

También es importante no reducir nunca la fiebre con antipiréticos. El cuerpo establece la temperatura exacta que las bacterias desintoxicantes necesitan para trabajar. La afirmación de la medicina ortodoxa de que las proteínas del cuerpo se coagulan con la fiebre alta es simplemente errónea. Esto sólo puede observarse en el tubo de ensayo; en el tejido vivo es imposible que las proteínas vivas se coagulen, por muy alta que sea la fiebre. La fiebre alta indica que se ha acumulado un nivel amenazante de toxinas en el cuerpo, que ahora el organismo quiere eliminar aún más rápido aumentando la temperatura corporal para poder seguir viviendo. Puede que la persona no muera por una fiebre demasiado alta, sino porque el cuerpo no puede seguir con el trabajo de desintoxicación. Así que aquí también: apoye al cuerpo con mucha agua y otras medidas de desintoxicación y no se lo ponga aún más difícil con medidas para reducir la fiebre y otras medidas médicas ortodoxas mal consideradas.

Y, sobre todo, ayuda al cuerpo (el fluido del tejido conectivo) si te mantienes en un estado de ánimo feliz y sin ansiedad. Ahora sabes que tu cuerpo ya ha tomado las mejores medidas posibles. Entonces, ¿por qué caer en el miedo y el pánico? Estos sencillos procesos corporales básicos son fáciles de entender con nuestro sentido común. Todo el mundo debería asumir la plena responsabilidad de sí mismo, superar su obediencia a los médicos y no dejarse volver loco por el alarmismo de algunos médicos ortodoxos. ¿Cómo se puede confiar en los médicos ortodoxos que afirman exactamente lo contrario de lo que es correcto, que no entienden ni siquiera los procesos corporales más simples, que utilizan la palabra enfermedad para algo que en realidad ya representa las mejores medidas posibles para la recuperación y que luego también empiezan a luchar contra estas "enfermedades"?

Así que resumamos de nuevo: La gripe es la forma que tiene el cuerpo de eliminar las toxinas inhaladas o ingeridas. La fiebre es una excelente ayuda en este sentido. Como se ha descrito anteriormente, nadie ha muerto nunca por una fiebre, aunque supere los 41°C.

Así que ahora también puede entender que, por supuesto, una "vacuna contra la gripe" no puede prevenir la gripe, porque los supuestos virus causantes de la enfermedad contra los que se administra la vacuna simplemente no existen. Cualquiera puede comprobarlo, como ya han hecho muchos miles de personas pidiendo a las autoridades sanitarias durante 14 años (!) pruebas científicas de los supuestos virus causantes de enfermedades. Hasta la fecha, no se ha presentado ninguna prueba científica del aislamiento del virus.

Las imágenes de supuestos virus que se nos presentan pueden ser rápidamente expuestas por cualquier profano como torpes falsificaciones (ver "Virus: Un Error de Interpretación - Parte II")

Las únicas "sustancias activas" de las vacunas son los aditivos disfrazados de complementos, como los compuestos de mercurio, los compuestos de aluminio y las nanopartículas (por ejemplo, el MF 59 de la vacuna contra la gripe), que son venenos de depósito extremadamente peligrosos a largo plazo. Estas sustancias penetran las barreras biológicas, entran en las células y las matan. El cuerpo reacciona a la muerte masiva de las células produciendo globulinas, que son pequeñas proteínas que sirven como sustancias reparadoras y tratan de reparar el daño donde se han destruido las células. Ahora la medicina convencional se limita a afirmar que estas globulinas, que pueden detectar de forma natural con su determinación de títulos, son los anticuerpos, la protección contra la enfermedad y contra los virus de libre invención. En realidad, es la reacción de reparación del cuerpo a la destrucción de las células por las toxinas masivas. Así de simple es la estafa de cada vacuna.

Estas toxinas tienen además la devastadora propiedad de que se abren camino a través de los sistemas corporales con mayor consumo de energía, dejando un camino de destrucción a su paso, es decir, acaban en el cerebro a través del sistema nervioso, por lo que también se habla aquí de "vacunación estúpida", ya que la muerte masiva de células cerebrales provoca Alzheimer y demencia.

 Es incomprensible que todo este fraude haya adquirido las proporciones que estamos viviendo hoy en día, porque la gente puede entender fácilmente estos procesos corporales, en realidad sencillos, utilizando su sentido común. A partir de los sencillos fundamentos de los programas especiales de salud del cuerpo, también se pueden explicar fácilmente otros procesos del organismo.

 Es importante entender como base, por ejemplo:

• que el cuerpo, guiado con la más alta sabiduría por la chispa del espíritu de Dios en el corazón, sabe mejor que nadie cómo se deben curar los trastornos patológicos y para ello retoma los programas especiales más precisos, falsamente llamados enfermedad por la medicina ortodoxa. No son la enfermedad, lo patológico es lo que ha llevado a la adopción de estos programas de recuperación.
• La comprensión de que no hay virus ni bacterias causantes de enfermedades. Las bacterias existen, pero siempre cumplen tareas útiles en el organismo y nunca son patógenas.
• La comprensión de que es imposible infectarse desde el exterior, por lo que no hay enfermedades infecciosas. Éstas, junto con la afirmación de que los virus causan enfermedades, son las mayores mentiras de la medicina ortodoxa y las más difíciles de entender para la gente, porque nos lo han inculcado durante generaciones. La teoría de la infección tampoco se ha demostrado nunca científicamente, a pesar de los grandes esfuerzos realizados durante décadas, incluso por el RKI.
• que los antibióticos destruyen los mismos ayudantes que el cuerpo necesita con tanta urgencia para recuperarse. Es una idea descabellada querer curar administrando directamente veneno (en homeopatía es otra cosa). Si usáramos un poco de sentido común, nunca se nos ocurriría tomar antibióticos o quimioterapia (tomar veneno para ratas). O tomar Tamiflu, que paraliza los procesos vitales del cuerpo a través de su veneno e impide el transporte de oxígeno en la sangre. La persona se asfixia literalmente. Y luego se afirma que estas personas murieron de gripe porcina, por ejemplo.

Sólo la comprensión de estos puntos permite liberarse del miedo en caso de enfermedad, libera del alarmismo de la medicina ortodoxa y da el requisito previo para tomar la decisión correcta para la curación. Por supuesto, la medicina ortodoxa es importante para salvar vidas, por ejemplo en el tratamiento de lesiones accidentales. Por supuesto, aquí también se cometen errores, por ejemplo cuando se utiliza yodo altamente tóxico para tratar heridas (estas sustancias, que pertenecen al grupo de los halógenos (yodo, bromo, flúor, cloro), deben evitarse estrictamente porque bloquean el centro del ego en el cerebro, razón por la cual el flúor también se encuentra en muchos fármacos psicotrópicos. El ser humano está bloqueado en su desarrollo espiritual de la conciencia.

 Sin embargo, en el transcurso de la orquestación satánica de la locura de Corona, uno debe darse cuenta ahora de que ya no hay hospitales en el planeta Tierra y que es mejor no visitar lo que antes se creía que eran hospitales, probablemente también en el caso de accidentes graves, lo que puede quedar claro si uno se informa sobre lo que ocurre en estos manicomios en relación con la orquestación de Corona. En mi decisión personal, prefiero morir de una lesión accidental que ser martirizado en dichos asilos y luego correr el riesgo de ser contado como un muerto de Corona. Lo digo muy en serio. Pero cada uno tiene que tomar esta decisión por sí mismo.      

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