Que Rico Gime Mi Tia
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Que Rico Gime Mi Tia
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Observatorio contra el Acoso Callejero 2015
Nunca he asumido esto como un trauma, quizá está en mi inconsciente, quizá no. Quizá marcó una parte de mi personalidad o de mi conducta sexual, no sé. Es fuerte leerlo ahora, pero al menos es para dejar mi testimonio.
Tenía siete años. Todo era juego con los amigos de la cuadra, todas las tardes nos reuníamos, un grupo de ocho, a jugar al luche, a la pinta, a la escondida. Entre ellos había un niño que ya no era tan niño, de unos 14 años. Yo era tan pequeña que no sé qué edad tenía, pero por su conducta quizás era un púber. No sé qué le dio al chico conmigo, no sé qué podía ver en mí si yo era una niña que ni siquiera se desarrollaba aún. El tema es que me seguía .
Jugando al luche, se ponía detrás mío para manosearme y tocarme el trasero. Un día fui a bañarme a la piscina de una amiguita que vivía al frente y él estaba ahí. Yo andaba con unas calzas cortas, gastadas, con hoyitos en la costura. Al bañarnos, estaba todo el tiempo pegado a mí. Metía su mano debajo, intentando meter su dedo meñique por uno de los hoyitos que daba justo a mi vagina. Yo le pedía que parara, porque me dolía lo que hacía. “Pero si es rico”, decía él . Me obligaba a darle besos con lengua y a sentarme arriba de él, sobajeándome mis partes íntimas con sus piernas. Yo no entendía nada, nunca en mi vida había escuchado ese tipo de cosas, nunca había tenido interés con la sexualidad.
Un día, vino a buscarme a mi casa. Le dijo a mi abuelita que me invitaba a su casa, que tenía unos juegos nuevos. Yo, entusiasmada e inocente, dije sí y mi abuelita accedió sin saber lo que pasaría. Me llevó a su casa, jugamos un rato y luego me invitó a subir a su pieza, yo vi los juegos y le pregunte por ellos, él me dijo “sí sí, pero después”. Entonces me preguntó si sabía lo que era hacer el amor. Obviamente, respondí que no. Dijo que se hacía poniéndome arriba de él y moviéndome, que si lo quería intentar, yo respondí que no. Luego, dijo “mira, yo te enseño” y con ropa, se subió arriba mío y se balanceó un par de veces. Quizá aburrido de que yo no entendiera, cambió de propuesta. Me preguntó, “¿sabes qué es el sexo oral?”. Contesté que no. Se bajó los pantalones, tomó mi mano y me chupó un dedo. “Así es, pero aquí”, dijo señalando su pene. Insistió en que lo hiciera. Aunque era inocente, no quería hacerlo. No recuerdo cómo salí de su casa.
Hoy me pregunto, ¿qué habrá sido de él? ¿Estará enfermo de la cabeza? ¿Habrá estado enfermo a esas alturas? ¿Qué sucedía en su mente al querer vulnerar a una niña tan pequeña que ni siquiera le podía entregar lo que él quería, siendo tan joven?
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Ten en cuenta que los gemidos son involuntarios, en teoría. Un gemido es un sonido de pasión que escapa de ti cuando te ves superada por el placer o sensación, por lo general, en un contexto sensual. Es una manera de vocalizar cuán bien te sientes. Sin embargo, no todos son propensos a “ser ruidosos”, y muchas personas tienen dificultades para hacer públicos sus sentimientos sensuales. Con práctica, confianza y una pareja comprensiva, puedes aprender a desbloquear tus gemidos y hacer que se sientan más natural.
Las investigaciones también sugieren que por lo menos algunos aspectos de los gemidos son controlados de manera consciente, especialmente en las mujeres. [1]
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Fuente confiable
PubMed Central
Ir a la fuente
Por consiguiente, si no se siente natural para ti, ¡no te preocupes! Aún es posible que emitas un gemido.
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Escucha gemir a otras personas. Ve videos o escucha audios de personas que se complacen y hacen sonidos. Mira videos en YouTube acerca de cómo gemir. [2]
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Fuente de investigación
La mejor manera de dominar tus gemidos es imitar a los que lo hacen bien. Si escuchas que alguien hace un sonido que suena sexi, espera a estar sola para tratar de replicar el sonido.
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No te sientas presionado a gemir. Todos responden al placer intenso a su propia manera, y no necesitas forzarte a gemir si no te sale naturalmente. Sí, algunas personas son naturalmente bastante ruidosas en la cama, pero los gemidos que escuchar en las películas o en la pornografía son versiones intencionalmente estilizadas de la realidad. Si alguien realmente disfruta de tu compañía, no debe importarte si gimes o no. [3]
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Fuente de investigación
Incluso puedes darte cuenta de que a tu pareja (ya sea temporal o de largo plazo) no le importan los gemidos. No asumas que todos encuentran atractivos los gemidos solo porque existe un fetichismo cultural por lo sonidos.
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Evita fingirlo. Cuando gimes, debe ser una expresión más intensa de lo que ya estás sintiendo. Si finges sentirte bien cuando no es cierto, es posible que sea obvio para tu pareja. [4]
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Fuente de investigación
Piensa acerca de los momentos en que disfrutas lo que sientes pero no lo expresas exteriormente. Gemir es una expresión esencialmente externa de placer. Es una manera de compartirlo.
En algunos casos, es posible que sientas necesario fingir un gemido. Tal vez quieres que tu pareja se sienta apreciada incluso cuando no estás de humor. Tal vez simplemente crees que una persona se excitará si “subes el volumen”. Practica de antemano en un momento en que tengas ganas para que tus gemidos falsos suenen más auténticos.
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Gime suavemente durante el juego previo. Los gemidos suaves pueden ser una gran manera de comunicarle a tu pareja que estás disfrutando lo que estás pasando y que quieres continuar. Deja salir un jadeo o un “mmmm” suave cuando tu pareja te toque de una manera que te haga sentir bien. No exageres, ya que podría parecer falso.
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Gime fuertemente cuando las cosas se pongan intensas. Gemir más fuerte puede llevar un momento intenso al siguiente nivel. [5]
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Fuente de investigación
Deja que tus gemidos duren más. Libera tus inhibiciones y no tengas miedo de perder un poco el control. Cuanto más lo disfrutes, más auténticos (y probablemente más excitantes para tu pareja) serán tus sonidos.
Sé consciente del ambiente. Si tienes que guardar la calma por cualquier razón, trata de no dejarte llevar por el acto de gemir. Tal vez las paredes son delgadas, tienes un compañero de cuarto o tus padres están en la habitación de al lado. Guárdate los gemidos fuertes para un momento cuando realmente puedas soltarlos.
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Empieza suspirando suavemente. El gemido más “simple” es solo un suspiro suave de placer. Puedes dejar salir este sonido en cualquier momento que parezca apropiado. Suspira en el primer toque, durante el juego previo o en cualquier momento en que las cosas vayan despacio. Sin embargo, por lo general es un sonido que da inicio a lo que sucederá después.
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Inhala y exhala audiblemente. A medida que la situación se intensifique, deja que tu respiración acelere y trata de hacerla audible, como si estuvieras esforzándote. A medida que las cosas se ponen más calientes e intensas, es posible que notes que tu respiración se acelera mientras te pierdes en el sentimiento.
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A medida que tu respiración se intensifica, añade algo de voz y tono en tu respiración. Cada vez que respires, haz que tus acordes vocales produzcan un sonido de “uhhhh”. Si eres mujer, considera dejar que tu voz sea un poco más aguda que lo normal; si eres hombre, considera dejar que tu voz sea un poco más grave. Sin embargo, no te sientas atado a ninguna norma. Siéntete libre de gemir de cualquier manera que se sienta natural. [6]
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Fuente de investigación
Como alternativa, involucra tus cuerdas vocales cuando exhales. Puede ser más fácil hacer que el tono de tu gemido suene más profundo cuando exhalas que cuando inhalas. De cualquier manera, los músculos implicados son esencialmente los mismos.
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Añade unos cuantos “mmmmm”. Usa una inflexión que deje en claro que estás disfrutando el momento. No lo hagas monótonamente; utiliza un tono atractivo y seductor. Piensa en ti como un gato ronroneando de placer. Puedes darte cuenta de que un gato está feliz cuando ronronea a pesar de que es solo un ruido en cierto tono.
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Inténtalo la próxima vez cuando estés con tu pareja. La experiencia del mundo real es la mejor manera de desarrollar confianza y mejorar tus gemidos. Cuanto más practiques tus gemidos, más naturales y sencillos serán. [7]
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Fuente de investigación
Si has estado con alguien durante un momento, es posible que quieras empezar de a pocos. Utiliza suspiros, sonidos de “mmmmm” y gemidos suaves al principio; no empieces directamente con gemidos fuertes que puedan desconcertar a tu pareja.
Si estás con una nueva pareja, no tienes expectativas con las cuales lidiar. Considera tratar de perderte en el momento y explorar un lado nuevo y desinhibido de ti.
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Recuerda que no hay una manera incorrecta de gemir. Lo importante es disfrutar de ti con alguien que también disfruta de sí. Deja que sea algo natural, alegre y bello.
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Los gemidos le dicen a tu pareja que estás caliente o sientes placer. En teoría, los gemidos son sonidos sensuales involuntarios. Uno gime en el calor del momento porque se ve superado por la sensación. No todo el mundo gime naturalmente, pero entrenarte a gemir puede ser una gran manera de demostrarle a alguien que estás disfrutando el momento. Continúa leyendo para obtener consejos sobre cómo y cuándo gemir.
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