Origin
LEXY
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L exy no podía creerlo, Jules le había informado sobre una situación terrible en el barrio francés, después de que varias personas llamaran al 911 informando del hecho en la calle Bourbon. Hacia allá se dirigía junto a Dhark.
¿Qué pretendían esos miserables?
Pisó a fondo el acelerador, tenían que llegar a tiempo. Esperaba que Jhensen llegara antes que ellos. Por fin arribaron, Lexy estacionó derrapando.
—Distraiga a sus compañeros, yo entraré primero —le advirtió Dhark y se desmaterializó.
Lexy se acercó al oficial que la estaba esperando para que diera la orden de ataque.
—Estábamos esperándola.
—Infórmeme de la situación.
—Un sujeto ingresó en esa mansión hace veinte minutos con tres jóvenes rehenes. Antes de encerrarse disparó contra los civiles. Tenemos cuatro heridos que ya están rumbo a emergencias. No tenemos contacto visual con el secuestrador, estamos a la espera de la orden de ataque.
Lexy tenía que ganar tiempo para que Dhark hiciera su trabajo.
Mierda, mierda, ¿dónde demonios estaba Jhensen?
Otro oficial le entregó un chaleco antibalas que se colocó tras quitarse la cazadora. Escucharon descargas y Lexy no tuvo otra opción que dar la orden de ataque. Sacó el arma y se dispusieron a ingresar a toda prisa. Su corazón latía con violencia; los disparos de pronto cesaron.
—Ríndase, lo tenemos rodeado —advirtió uno de los oficiales.
De repente se paralizaron ante la exclamación de unos de los policías. Unos disparos iban dirigidos a ellos; Lexy se agachó para esquivar el ataque y después corrió hacia el asaltante. Cuando por fin pudo verlo disparando con dos armas, alguien la tiró al piso para protegerla con su cuerpo.
¡Bang, bang, bang!
Lexy se removió y se sorprendió al ver que Dhark era su protector.
—Es un humano —le susurró al oído.
Lexy por fin tuvo contacto visual con el individuo que disparaba a diestra y siniestra. Sujetó bien su arma y disparó varias veces hasta que al fin logró derribar al atacante. Cayó como una gran pieza de ajedrez.
Dhark la miró sorprendido y la ayudó a ponerse de pie no sin antes halagar su buena puntería. Varios de los oficiales se acercaron con cuidado al perpetrador para desarmarlo, Lexy corrió hacia él. El hombre seguía vivo y riéndose. Era un hombre de unos 50 años, calculó y parecía sumido en un trance.
—¡Dracus supremus! —exclamó antes de exhalar su último suspiro.
Joder, lo había matado.
—¿Las rehenes?
—Hemos llegado tarde, detective —le dijo uno de los oficiales señalando los cuerpos de las tres mujeres con heridas mortales de bala.
—¡Maldita sea!
Se volvió hacia Dhark y se espantó al verlo herido.
—Lo siento, no pude evitarlo.
—¡Estás herido!
—Tranquila, cicatrizará en un par de horas.
El lugar se abarrotó del resto de oficiales y forenses. Dhark la apartó a un costado para informarle de lo que había pasado.
—Quise desarmarlo, pero apareció Seth, que me enfrentó y me distrajo para que el humano hiciera su trabajo.
—¿Dónde está ese sujeto?
—Se ha largado justo cuando ustedes entraron —le confesó Dhark, abatido.
—¿Estás seguro que ese tipo es humano? —preguntó señalando hacia el atacante caído.
—Completamente.
—¿Escuchaste lo que dijo? ¡Dracus supremus! —comentó Lexy, espantada.
—Lo sé. Esto solo ha sido una emboscada para distraernos. ¡Maldito Seth! Tuve la oportunidad de atraparlo y se me ha escapado —exclamó Dhark, furioso.
Jhensen apareció por fin, alarmado, pero se tranquilizó cuando vio a Lexy. Corrió hacia ella para estrecharla contra su pecho.
—¿Estás bien, Jhaenia?
—Sí, pero él no, está herido.
—¿Pero qué demonios ha pasado?
Le explicaron la situación, pero fueron interrumpidos por Jules.
—Gracias a Dios que estás bien, Lexy —anunció el oficial Carter.
—Llegamos tarde, Jules —replicó.
—Pero lo atrapaste, Lexy, sabía que lo harías —le dijo un Jules visiblemente emocionado.
—Pero él no es Cassidy —negó con la cabeza, confundida.
—Buen trabajo, detective —dijo Dhark.
—Sabía que lo harías, preciosa —se unió Jhensen.
Ella los miró sorprendida, sin entender nada.
—Jules, por favor, encárgate de los forenses, que levanten los cadáveres.
El oficial la volvió a felicitar y se alejó para cumplir las órdenes.
—¿Qué diablos hacen? Ustedes saben muy bien que ese no es Cassidy —exclamó Lexy con dedo acusador.
—Lo sabemos, Jhaenia, pero es mejor que lo crean. No podemos seguir involucrando a la policía ni a los humanos.
—¿Es que se han vuelto locos?
—No, pero dijiste que tu carrera estaba en entredicho. Además, sabes perfectamente que no podrás entregar la cabeza de Cassidy, así que lo mejor es aprovechar las actuales circunstancias —sugirió, ladeando la cabeza.
—No me lo puedo creer, Jhensen, ¿qué diré si vuelven a atacar más civiles?
—Lo dudo, ahora tiene a Cora, Brenna y Madison, eso sin contar que ya son las tres de la mañana. Cierra el caso lo antes posible para encargarnos de lo otro sin la intervención humana. Es lo mejor, mi preciosa diosa.
—No puedes obligarme a mentir, ¿o es qué usaras tus poderes hipnóticos?
—Jamás, pero sé sensata, amor, trata de cerrar este caso con tus colegas lo más pronto posible para concentrarnos en el verdadero problema. Los vamos a atrapar, ¿confías en mí, no?
—No me lo puedo creer. Tienen que estar de broma.
—Detective, Jhensen tiene razón, cierre este caso por el bien de los suyos.
—Lexy, esto ha sido una emboscada para alejarnos del triángulo donde piensa atacar. Conozco perfectamente a Seth, no olvides que yo lo he entrenado, por eso necesito que finiquites este asunto, ya tengo un plan y sé que va a funcionar. Además, ya contamos con refuerzos.
—Si estás haciendo esto para sacarme de la operación, nunca te lo perdonaré —le dijo ella con mirada furibunda.
—Al contrario, te necesito ahora más que nunca, confía en mí. Dhark se quedará contigo, luego los quiero en Ravenview donde voy a esperarlos con toda mi gente, sé cómo atraparlo y lo haremos juntos.
—Más te vale que tengas un buen plan, porque te juro que no querrás conocer mi lado monstruoso —replicó entre dientes…
