Los grandes personajes de la Historia

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38: Margaret Thatcher » Mrs. Thatcher, MP («Señora Thatcher, Miembro del Parlamento»)

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Mrs. Thatcher, MP («Señora Thatcher, Miembro del Parlamento»)

En 1959 Margaret Thatcher entró por primera vez en el Parlamento británico. Había sido elegida por la circunscripción de Finchley para representar a sus votantes en la Cámara de los Comunes. Continuaría siendo elegida por dicha localidad en todas las elecciones siguientes hasta que en 1992 abandonaría la Cámara baja para ingresar en la de los Lores (ya como baronesa Thatcher). En los años posteriores a su primera elección su actividad política sería como la de cualquier diputado raso. En el Parlamento inglés éstos suelen recibir el nombre de backbenchers («los que ocupan los bancos de atrás») debido a que al no tener responsabilidades ni en el gobierno ni en la oposición su labor se centraba en la actividad parlamentaria y ocupaban los asientos finales de la cámara. Su trabajo duro en los primeros años fue recompensado pronto por el primer ministro conservador Harold Macmillan, que en 1961 la acercó un poco más al primer banco de los Comunes (donde se sentaba el gobierno) al nombrarla subsecretaria parlamentaria del ministro de Pensiones y Seguridad Social.

Se trataba de uno de los llamados cargos junior, reservados a los recién llegados al Parlamento y que ocupaban el peldaño más bajo del escalafón. Para la señora Thatcher era un paso importante ya que consagraba su entrada en el aparato central del partido. Su actividad política ya no se restringiría a una circunscripción más o menos lejana, de la que tenía que ser correa de transmisión en Londres, sino que tendría una presencia indiscutida ante los principales dirigentes del conservadurismo. Progresivamente fue escalando puestos y a partir de 1964 comenzaría a tener una presencia mucho más llamativa, conquistando alguno de los puestos senior, los más importantes. En las elecciones de octubre de ese año Thatcher fue reelegida, pero los conservadores no lograron revalidar su mayoría parlamentaria, lo que supuso su salida del gobierno. Mientras el laborista Harold Wilson era nombrado primer ministro, los conservadores se preparaban para continuar con una de las antiguas e inamovibles tradiciones de la añeja democracia británica. Es costumbre que el principal partido de la oposición forme después de las elecciones un shadow cabinet («gobierno en la sombra»), en el que el jefe de la oposición debería formar un equipo paralelo al que ejercía el poder, con igual estructura y con carteras ocupadas por especialistas en cada materia. La filosofía que inspira esta práctica es la de que, en caso de que una emergencia exigiese el recambio del gobierno por otro de la oposición, hubiese un equipo experimentado y formado listo para tomar el relevo. Poco después de la derrota de 1964, el nuevo líder de los conservadores, Edward Heath, formó su propio gobierno en la sombra, y en él entraría a formar parte Margaret Thatcher en octubre de 1967 como ministra en la sombra de Energía. En aquellos años se destacó también por ser una de los pocos diputados conservadores que apoyaron los proyectos de ley para descriminalizar las conductas homosexuales y parcialmente el aborto, así como por oponerse a otro proyecto que proponía la relajación de los requisitos legales para obtener el divorcio.

Su presencia en la cúpula del partido se fue incrementando y, cuando los conservadores regresaron al poder tras las elecciones de junio de 1970, pasó a ejercer su primer cargo gubernamental en el gabinete de Edward Heath. Fue nombrada ministra de Educación y Ciencia en un momento especialmente complicado para la sociedad británica. El panorama económico, que no había sido especialmente alentador en los últimos años, comenzó a adquirir tintes dramáticos con la crisis del petróleo desatada en 1973. Ciertamente, el boicot realizado por los países árabes productores de petróleo a las potencias occidentales por su apoyo a Israel durante la cuarta guerra Árabe-Israelí (también llamada «guerra de los Seis Días») no fue la causa de la crisis, pero sirvió de catalizador para una serie de tendencias negativas que hasta entonces se habían manifestado con moderación. Desde enero de 1972 el desempleo superó el millón de personas y la conflictividad laboral fue persistente y agresiva. El gobierno no fue capaz de trazar respuestas claras y efectivas para los problemas que atenazaban al país y la inquietud tanto en el gobierno como en la población comenzaba a ser evidente. Thatcher no practicó una gestión especialmente brillante como ministra de Educación. Tuvo que hacer frente a la hostilidad estudiantil y tomar medidas impopulares ante unos problemas presupuestarios crecientes. Desde los años cuarenta uno de los símbolos del estado del bienestar había sido el vaso de leche que se daba a los alumnos que acudían a las cada vez más numerosas escuelas públicas. El estado benefactor no sólo se preocupaba por la formación de sus futuros ciudadanos, sino que completaba su alimentación en un momento de penuria como fue la posguerra. Ante la crisis galopante, el gabinete Heath decidió suprimir la leche que se daba a los niños, medida que aplicó la ministra y que le valió ser conocida por el pareado y mote Margaret Thatcher, Milk Snatcher («Margaret Thatcher, la arrebata-leche»). No corrían buenos tiempos para nadie, pero menos que nadie para los conservadores en el poder, que pronto comenzarían a sentir en sus propias carnes el coste de la crisis.

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