Himmler

Himmler


Cartas 1939-1945

Página 14 de 25

Dos días antes de esta carta, el 15 de febrero, la amante de Himmler Hedwig Potthast había dado a luz a su hijo Helge en la clínica Hohenlychen de las SS. El jefe médico Karl Gebhardt no solo dirigió el parto en persona, fue también padrino del niño. Esto se desprende de una carta que este le escribió a Potthast en las Navidades de 1942, en la que se lee: «¡Mi querida mujer! […] Cuando pienso en el momento del nacimiento de su hijito, mi ahijado, en toda la responsabilidad y alegría que tuvimos, me faltan las palabras para expresar cuánto quiero decir. […] Solo puedo prometerle que continuaré esforzándome en ser un fiel vasallo del Führer del Reich, que siempre estaré a su lado y al de su hijo como médico y camarada. […] Con total admiración, Heil Hitler! Su Karl Gebhardt».

En noviembre de 1941, Potthast le había escrito a su hermana Thilde por primera vez acerca de su embarazo, con la esperanza de que esta se lo comunicara a sus padres con suavidad. Decía así: «He concluido mi trabajo en el Ministerio con mis últimas vacaciones y ahora estoy sin empleo. […] Después de mis vacaciones me han dado medio año de permiso sin sueldo y no he vuelto. En febrero [de 1941] empecé a organizarme una pequeña vivienda. […] Se ubica en una casa en la calle Caspar Theyss[161], que está vacía y cuyas habitaciones inferiores se utilizan para recepciones de las SS a invitados extranjeros o para congresos. Vivo aquí desde principios de mayo [de 1941] […] Hemos decidido tener niños y mientras se pueda, estar juntos sin quitarle los derechos a la mujer. Han hablado entre ellos, que él no se conforma con el hecho de no tener niños y que busca una solución al problema. Ella solo se puede enterar de que se ha encontrado el camino cuando el niño esté aquí, y como está aquí tiene derecho a vivir. No pasaremos necesidades económicas ni yo ni el niño mientras él viva. Nuestro secreto lo conocen el Führer, Bormann y Wolff. También Jochen y Sigurd [Peiper], Erika Lorenz, Brandt, Baumert […]». Así, pues, Himmler y Potthast decidieron concebir hijos en secreto, decisión que planearon y prepararon con tiempo. No es casualidad que ella coincidiera con su «decreto de procreación» de 1939 y 1940 en el que abogaba por la concepción de hijos fuera del matrimonio y segundas nupcias —los llamados friedelehen (o concubinatos)— para las SS. Igualmente en noviembre de 1941 Potthast escribió a su hermana cómo se presentaba el futuro para «K. H.»[162]: «En cuanto termine la guerra nos comprará una casa de campo en un pequeño terreno, que siempre será mi hogar y refugio. Tiene la idea de regentar en el terreno o un pequeño semillero o un criadero de animales domésticos o cultivar bayas para hacerlo rentable». Ella misma parece poco entusiasmada ante esta perspectiva: «La idea no está mal, todavía no me he decidido. Sería un cambio inmenso y tendría mucho que aprender».

El ideal de Himmler de la granjera armada nacionalsocialista asentada en el este encajaba, sin duda, mejor con Marga, mujer experimentada en el campo, que con Hedwig, una chica de ciudad.

En cambio, su amante era la persona en la que podía confiar en lo esencial. De las anotaciones del diario de Marga y su acta de interrogatorio de 1945 se puede concluir que su marido apenas hablaba con ella sobre su actividad mortal; parece, en cambio, que con Hedwig era más abierto. Como secretaria del Estado Mayor personal tenía en todo caso mucha más idea de su trabajo.

Unas semanas después del nacimiento de Helge, el 24 de febrero de 1942, Himmler asistió en Múnich al aniversario de la fundación del partido. Como revelan los diarios de Marga y Gudrun, pasó tres noches y una mañana en Gmund con su familia, antes de volar de nuevo junto a su mujer a Berlín. Pese a que el 1 de marzo esta solo anotó que «Muñequita estaba feliz» por el tiempo que habían pasado juntos y que «el vuelo fue muy bonito», se puede desprender que Himmler dedicó estos días a, por fin, informar a su esposa acerca de la segunda familia. Así lo indica una entrada del diario de Marga de ese mismo día: «La señora Berkelm.[ann] me ha escrito hoy que se separa. Al parecer su marido espera hijos con otra mujer. Esto les ocurre siempre a los hombres solo cuando son ricos y famosos. Si no, las mujeres más viejas tienen que ayudar a alimentarles o aguantar con ellos». En el diario en ningún momento mencionará de forma concreta la infidelidad o el nombre de la amante. Durante su interrogatorio en Núremberg, el 26 de septiembre de 1945, presumió de que sabía del engaño de su marido y de sus otros hijos, no así cuántos hijos más habría tenido con otras mujeres.

El 27 de mayo de 1942 dos checos, militantes de la Resistencia formados en Inglaterra, perpetraron un atentado contra Reinhard Heydrich, jefe de la Oficina Central para la Seguridad del Reich y «protector del Reich» suplente en la ocupada República Checa, cuando se dirigía desde su domicilio en las afueras de Praga al centro de la ciudad para volar a una reunión largamente planeada con Hitler sobre la política alemana en el protectorado. Una semana más tarde, el 4 de junio, murió como consecuencia de sus heridas. Himmler reaccionó con rapidez al atentado. El mismo día mantuvo una conversación con Hitler en la que hablaron sobre la nueva situación. La sed de venganza del Führer no tenía límites: en la localidad checa de Lidice se ejecutó a comienzos de junio a todos los hombres, se internó a las mujeres en campos de concentración y se deportó a los niños a familias alemanas.

Cuando tuvo noticia de la muerte de Heydrich en la mañana del 4 de junio, Himmler viajó esa tarde a Praga, presentó sus condolencias a la viuda, consultó con los dirigentes de las SS locales y voló por la noche de vuelta al cuartel general a fin de debatir con Hitler los próximos pasos. El 9 de junio se celebró en Berlín el funeral de Estado de Heydrich, al que asistió la dirección completa de las SS. El discurso de Himmler fue tanto una manifestación del dolor que se había producido a raíz del fallecimiento de Heydrich como un intento de ofrecer a los dirigentes de las SS confianza y orientación. En repetidas ocasiones mencionó el abatimiento en el que no había que sucumbir, el pesimismo que no se podía dar entre sus filas. La guerra podría durar todavía años. Por eso había que peinar a fondo cada departamento y conducir a la batalla a cada hombre apto para el servicio militar. «La palabra imposible no se puede utilizar y nosotros nunca la utilizaremos». En vista de las grandes pérdidas de hombres jóvenes y, según Himmler, racialmente de gran valor, urgía la reconstrucción de las SS y la Policía después de la guerra. La tercera gran tarea se hallaba en la colonización germana de los territorios conquistados del este. La gravedad con la que hizo frente a la situación se demostró en su decisión, en primer lugar, de asumir la dirección de la Oficina Central para la Seguridad del Reich.

Durante las prolongadas pausas entre sus últimas cartas de febrero de 1943 y las siguientes de julio, Himmler acudió en varias ocasiones a Gmund. Así lo menciona su hija en el diario, que pasó unos días después de la Semana Santa, del 10 al 13 de abril, en casa y que regresó de nuevo el 30 para una breve visita. El 7 de junio Gudrun escribió:

El 20 [de mayo] por la mañana por fin llegó mami. Por la noche nos sentamos en la terraza y hemos jugado al Pulok[163], oímos mucho ruido de bocina y pensamos quién se puede permitir esto y entonces apareció papi. (7:30) llegó de Holanda y [trajo] mucha fruta, verdura y 150 tulipanes[164]. […] El 29 por desgracia mami volvió a marcharse a Berlín, y luego el 1 de junio salió para Riga, para dirigir una clínica de reposo para soldados mientras la enfermera jefe está de vacaciones (un mes). El 4 de mayo murió el protector del Reich Heydrich como consecuencia de sus graves heridas (atentado). El 9 de junio será enterrado, un funeral de Estado. Papi habló, estaba muy, muy triste.

[27 de junio de 1942]

El 13 [de junio] por la tarde, a las 7, llegó papi. Jugamos un rato al Pulok. Por la mañana jugamos a ÁFFI, fue bonito, después de mucho tiempo he visto a papi de civil, estaba vestido de civil. Hemos ido solos al Waller[165], cada uno tenía unos prismáticos, hemos ido por el bosque y he cogido flores y musgo. Ha sido bonito. Por la tarde hemos remado en el lago. […] Fue un día precioso. A la tarde siguiente por desgracia se fue otra vez.

Una semana más tarde, el 20 de junio, Himmler regresó durante la ausencia de su mujer de nuevo a Gmund para pasar una noche. El motivo de la visita fue el funeral de Estado del Korpsführer (líder del cuerpo) Adolf Hühnlein al día siguiente. Marga, entretanto, había enfermado como consecuencia de una vacuna contra la viruela y estuvo catorce días internada en un hospital militar en Jelgava, Letonia, (entrada en el diario del 4 de agosto de 1942). El 4 de julio Himmler viajó a Tilsit y acompañó a su esposa en el tren a Berlín. Desde allí esta regresó el 20 de julio a Gmund.

El 11 de julio Marga anotó en su diario: «Ya no soporto tantas mentiras y engaños. Muñequita no está, estoy siempre sola, quiero ir a visitar a la señora H.[ermann], pero no está, y no puedo irme. H. se enfadó mucho. Ya no me siento bien en este mundo. […] ¿Por qué tengo que volver a Gmund? Aquí apenas trabajo, a lo sumo tres o cuatro horas en la Cruz Roja».

La siguiente carta de su marido no deja entrever nada acerca de las tensiones entre los cónyuges.

15 de julio de 1942

¡Mi querida mami!

Antes de que me marche, quiero que tengas un par de líneas mías y unas florecitas. La próxima vez que te escriba será desde Rusia.

Muchísimas gracias por tus queridas cartas del 11 y 12 de julio. El asunto con Werner Födisch, tal y como te dije ya por teléfono, está solucionado. Creo que le veré pronto en la oficina o en el koljós haciendo su cometido.

A Muñequita podría haberle enviado un bollo, lo habría hecho encantado para nuestra golosa. Qué bien que ahora esté de vacaciones, se alegrará de que vayas. Pero, mami, debes quedarte dos o tres meses en Gmund, para que puedas recuperarte en condiciones, después de haber tenido viruela. Así que quiérete un poco y hazlo.

En los próximos días estaré en Lublin, Zamosch, Auschwitz y Lemberg, luego al nuevo cuartel[166]. Tengo curiosidad por si va el teléfono, y hasta Gmund bien habrá unos dos mil kilómetros. Bueno, buen viaje y que tengas unos hermosos días en Gmund con nuestra hijita. Muchos abrazos y besos cordiales,

Tu papi

Desde que a partir del verano de 1941 los judíos fueron asesinados de forma sistemática en el escenario bélico soviético, también estaban amenazados de muerte los judíos de Polonia. Después de que se bloqueara la posibilidad de deportar a los judíos desde los territorios polacos occidentales ocupados al Gobierno General, las autoridades de ocupación alemanas se mostraron indecisas en cuanto a qué hacer ahora con los guetos. Ciento cuarenta mil personas se apiñaban en el gueto de Lódz, las espantosas condiciones higiénicas y alimenticias condujeron a la propagación de epidemias, las cuales proveyeron a los alemanes de la necesaria imagen de terror y el pretexto de que los guetos eran focos epidémicos que había que limpiar sin miramientos.

En octubre de 1941 el Gauleiter Arthur Greisler solicitó a Himmler autorización para matar a cien mil judíos enfermos clasificados como no aptos para el trabajo. En consecuencia, se erigió en la cercana Kulmhof (Chelmno) un campo con cámaras de gas, donde a comienzos de diciembre se asesinó a personas metódicamente. Entre las primeras víctimas se contaban romaníes, quienes habían sido deportados hasta Lódz desde el estado austriaco de Burgenland.

A mediados de ese mismo mes, Himmler concedió al jefe de las SS y la Policía en Lublin, Odilo Globocnik, el encargo de levantar en Belzec otro campo de exterminio regional para los judíos polacos en el Gobierno General. Al mismo tiempo se trasladó a Lublin el grupo de expertos de la Acción T4 del proyecto de aniquilación contra minusválidos y enfermos para construir allí un nuevo centro en el que serían asesinados con gas. Al contrario que en Kulmhof (Chelmno), en Belzec se montaron por primera vez cámaras de gas a las se conectaron grandes motores de tanques cuyos gases de combustión acabarían con las personas.

Justo después de una visita de Himmler a Cracovia y Lublin a mediados de marzo de 1942, se puso en marcha el «desalojo» de los guetos judíos en Lublin y otras localidades cercanas. Hasta mediados de abril unas cuarenta y cuatro mil personas, calificadas como «no aptas para el trabajo», murieron en Belzec. En los primeros días de mayo se agregó Sobibór y en la segunda quincena de julio, Treblinka, adonde habían sido llevados los residentes del gueto de Varsovia, para una vez allí ser asesinados de inmediato en las cámaras de gas.

Entre el 26 de abril y el 2 de mayo Himmler se reunió casi a diario con Heydrich; el 23 de abril y el 3 de mayo mantuvo largas conversaciones con Hitler. Por lo visto, deseaba que la política ejecutiva de la Polonia ocupada pasara a estar bajo su control. La credibilidad política del gobernador general Hans Frank estaba muy debilitada como consecuencia de un enorme escándalo de corrupción. El representante de Himmler en la región, el jefe supremo de las SS y la Policía Friedrich-Wilhelm Krüger, recibió el nombramiento de secretario de Estado para la seguridad en el Gobierno General el 7 de mayo.

El 17 de julio Himmler voló a Katowice y desde allí se dirigió por carretera hasta Auschwitz. De acuerdo con la descripción del comandante del campo, Rudolf Höss, durante su estancia de dos días supervisó todos los «intereses» de Auschwitz: visitó laboratorios y semilleros y comprobó la producción de caucho y la cría de ganado. En Birkenau fue testigo, según Höss, de «todo el proceso del exterminio» con sumo detalle: la llegada de un transporte desde Holanda, la «selección de los aptos para el trabajo» y el asesinato de varios cientos de detenidos con gas. El 19 de julio ordenó que para finales de año no debería haber más judíos en el Gobierno General.

Comenzaba ahora la época más siniestra del exterminio. En unos pocos meses, entre julio y noviembre de 1942, cayeron más de dos millones de personas en un genocidio sistemático. Bajo la dirección de la Policía alemana, fuerzas autóctonas arrancaban a los judíos de sus casas en los guetos. Se ejecutaba allí mismo a enfermos y minusválidos o a los niños pequeños dejados atrás. Reunían a las víctimas restantes en una plaza céntrica, donde, al final, tenían lugar las selecciones en las que aquellos en condiciones de trabajar se salvaban, de momento, de las deportaciones hacia la muerte. Se conducía al resto hasta la estación, donde les aguardaban los trenes que les trasladaban a los lugares de exterminio. Solo en los tres campos de la llamada Acción Reinhard perecieron en torno a un millón y medio de personas con gas. En Belzec murieron unas cuatrocientas treinta y cinco mil, en Sobibór cerca de doscientas mil. En el campo de Treblinka se ejecutó a unas ochocientas cincuenta mil.

Auschwitz se asocia de inmediato con uno de los más terribles crímenes de la historia de la Humanidad. Construido en 1939 como campo para los presos políticos polacos, en 1941 se amplió para albergar a miles de prisioneros de guerra soviéticos. Siempre había sido escenario de asesinato de los internos, pero en la planificación del nuevo campo en Auschwitz-Birkenau a partir de septiembre de 1941 se previeron dos crematorios. Las primeras muertes con Zyclon B se ensayaron con prisioneros soviéticos en septiembre de ese año. A partir de julio de 1942 llegaban con regularidad trenes con judíos deportados desde toda Europa occidental. En la rampa de carga en Birkenau, los médicos de las SS los clasificaban en «aptos» y «no aptos» para el trabajo. A los «no aptos» —sobre todo, ancianos y madres con niños— se les asesinaba acto seguido en dos casas de labranza ampliadas cuyas habitaciones servían de cámaras de gas. Más tarde, en la primavera de 1943, se concluyeron otros dos grandes crematorios que disponían de sus propias cámaras de gas. Se construyó un tercer campo, Monowitz, cuando la multinacional química IG Farben buscaba un terreno donde fabricar goma sintética, material importante para la guerra. Es cierto que en Auschwitz no se produjo ni un solo kilo de caucho sintético, pero los planes de levantar una ciudad modelo alemana con el gigantesco campo de trabajos forzosos ganaron terreno. Los proyectos urbanísticos y la política de exterminio caminaron siempre de la mano.

Hegewald, 28 de julio de 1942

¡Mi querida mami!

Pronto vuelo desde aquí a Finlandia. Acabo de hablar por teléfono con vosotras. Pero quiero que recibas un par de líneas. Incluyo las notas de Muñequita, podrían ser un poquito mejores.

En Finlandia espero poder descansar un poco pese al trabajo. Hay mucho que hacer, claro está. Visita al presidente del Estado, el ministro de Asuntos Exteriores, el mariscal Mannerheim, luego hacia el norte, a Dietl, junto a la división.

Adjunto un folleto sobre procedimientos de secado. Quizá te interese.

Ahora a toda prisa. Todo mi amor y recupérate.

Abrazos y besos,

Tu papi

Helsinki, 30 de julio de 1942

¡Mi querida mami y mi querida Muñequita!

El Gobierno finlandés me ha recibido con mucha amabilidad.

Ahora continúo hacia el norte. Estoy bien.

Incluyo unas cositas para mami y la pequeñaja.

Muchos abrazos y besos afectuosos,

Vuestro papi

El viaje no oficial de Himmler a Finlandia duró del 29 de julio al 5 de agosto de 1942. Se reunió con el presidente de la República Risto Ryti, con el presidente del Gobierno Johan Wilhelm Rangell, el ministro de Asuntos Exteriores Rolf Witting y el mariscal Carl G. E. von Mannerheim, antes de volar hacia el norte, a Rovaniemi, donde pasó dos días con el teniente general Eduard Dietl y la División Norte de las SS. A Dietl le conocía ya desde el Freikorps Epp. De 1942 a 1944 fue comandante general del 20.º Ejército de Montaña en Noruega; perdió la vida en un accidente aéreo en 1944.

Por recomendación de Felix Kersten, Himmler visitó un día la isla de Petäys para descansar y recuperarse allí gracias al «reparador efecto magnético de los baños de sol».

El 4 de agosto, en una concluyente reunión con Rangell, este rechazó la marginación y persecución de los judíos autóctonos y adujo que estos estaban totalmente asimilados. Himmler, según las actas de Rudolf Brandt, replicó que «la cuestión social solo se puede resolver si se mata a palos a los otros para poder conseguir sus terrenos».

Hegewald, 10 de agosto de 1942

¡Mi querida mami!

Quiero que recibas un par de líneas con el paquete. La cesta es para ti, es muy práctica, de rafia. Os he mandado todo tipo de papel, pañuelos, papel pergamino, papel higiénico; dos lámparas para ti y para Muñequita, dos bolsas para ti y Muñequita. Además, una tableta de madera y un cuenco de madera, y un contenedor para la ropa para los viajes de mami. Dos muñecas finlandesas, el platito de madera para Muñequita. Un poco de producto de limpieza, un cepillo de dientes viejo mío (quizá podáis utilizarlo para limpiar zapatos o algo así), un par de monedas finlandesas y dos saquitos de chucherías para mami y la niñita, y papel de cartas para la tía Parre[167].

Incluyo una carta de Gertrud von Patom.

Por tu querido paquetito de la farmacia y las preciosas fotos del 24 de julio y el 4 de agosto, ¡muchas gracias!

Tengo muchas reuniones y mucho trabajo. A Muñequita le escribiré la próxima vez y os contaré un poco cómo es Finlandia. Me alegro de que la señora Von Schade y la señorita Görlitzer estén con vosotras, saludadlas de mi parte. En Berlín te aguardan treinta huevos de por aquí. Paula[168] ha tenido a su cuarto hijo, es ya la tercera niña y se llama Ute. Envíale un telegrama de parte de ti y de Muñequita.

He de terminar ahora. No trabajes demasiado, ¡debes recuperarte!

Para ti y Muñequita, muchos abrazos y besos,

Vuestro papi

Hegewald, en Zhitomir, era desde julio de 1942 el cuartel general de Himmler en Ucrania. El nombre homónimo del cuartel general de Prusia Oriental se aplicó al nuevo cuartel, mientras que la ampliación del centro de control en Prusia Oriental pasó a conocerse como Hochwald. Mientras hasta ahora las instalaciones albergaban a unas quinientas personas, el nuevo complejo, ubicado en un antiguo aeródromo soviético entre Zhitomir y Vinnytsia, era claramente mayor: allí estaban estacionados más de cien oficiales de las SS y mil policías. Disponía de aeropuerto, cementerio, búnker, salas para banquetes, elegantes casas y despacho y dependencias privadas para el Reichsführer-SS. Himmler se estableció en Hegewald hasta el verano de 1943. En noviembre y diciembre las fuerzas policiales de las SS destruyeron el complejo en su retirada.

Durante la guerra Hanns Johst fue en repetidas ocasiones huésped de Hegewald. Así lo confirman las actas de Rudolf Brandt sobre las tertulias de sobremesa de Himmler el 11 de agosto de 1942: «El 8 de agosto llegó el jefe de compañía de las SS Hanns Johst y, por expreso deseo del Reichsführer-SS, permanecerá aquí cuatro semanas a fin de realizar juntos algunos viajes. Hanns Johst es, en cierto sentido, el bardo de las SS». Johst y Himmler pasaban juntos mucho tiempo, comían, se entretenían todas las tardes pescando y se enzarzaban en intensos debates durante la noche.

El 6 de septiembre de 1942 Marga escribió en el diario:

Mañana regreso a Berlín. He estado siete semanas aquí. Casi ocho días pasamos Muñequita y yo en el hotel Vier Jahreszeiten en M.[únich], dos días estuvo Lydia con nosotros[169]. Esperamos a H. Vino, visitó la tumba de sus padres, una exposición, fuimos a Starnberg a casa de los Scharfe y el viernes por la noche estuvimos en G.[mund]. H. se quedó hasta el lunes después de comer. Ha llamado, le extraña mucho que me quiera ir ya a Berlín.

[29 de septiembre de 1942]

El 7 de septiembre salí para Berlín. En la Cruz Roja hay mucho trabajo. Pero me satisface muchísimo. Sin trabajo fuera de la casa no podría estar en la guerra. […] Desde ayer H. está aquí. Hay muchas novedades y cosas interesantes. Por las noches estoy casi siempre sola. Por las tardes vienen las señoras.

[29 de noviembre]

Mucho que hacer para las Navidades, pero estoy muy contenta. Ojalá no hubiera que hacerlo todo a toda prisa siempre. Estuve en el teatro dos veces. Una vez en el teatro estatal: el contenido, escandaloso. El teatro del pueblo: muy bueno. Estuve en dos desfiles de moda […]

A tenor del diario de Gudrun, Himmler visitó Gmund del 8 al 9 de octubre de 1942 y pudieron celebrar su cumpleaños en familia; después, prosiguió camino a Italia y pernoctó en casa una vez más en el viaje de regreso, el 15 de octubre. En noviembre, según los recuerdos de la niña, estuvo «aquí dos o tres veces». Del 16 al 19 de diciembre Himmler paró de nuevo en Gmund y en Múnich, se reunió con el jefe de la oficina de las SS en la capital bávara, Erich Schnitzler, visitó la tumba de sus padres tanto a la ida como a la vuelta y celebró con su mujer e hijos las Navidades el 17 de diciembre. Así lo relata Gudrun: «La Navidad ha sido preciosa, he recibido muchos regalos, catorce libros, vajilla, cosas para la casa de muñecas, un conjunto de piel y mil cosas más» (19/01/1943). En definitiva, Himmler visitó la casa familiar de Gmund ese año de guerra sorprendentemente con bastante frecuencia.

26 de diciembre de 1942

¡Mi querida mami!

Entre ayer y esta mañana me he trasladado, ahora estoy en un cuartel bien bonito, en una barraca habitable, un despacho grande, baño, dormitorio, comedor para el desayuno[170].

Hay mucho trabajo, pero no importa. El año probablemente será difícil y va a pedir de nosotros más que los anteriores.

Adjunto un paquete navideño tardío con café del Führer, una foto de Hegewaldheim aquí, en Prusia Oriental, la pareja de la otra en Gmund, un paquetito de Zipperer[171] para Muñequita, un libro y una carta del Gauleiter Hofer (perdona, la abrieron por equivocación, busco el librito y te lo envío), mazapán, harina y azúcar del Gauleiter Koch. Los gansos de la caza en Estiria, lo mejor ponerlos en un estante de la biblioteca. El álbum y los libros tenéis que mirarlos, son muy bonitos y quiero conservarlos. Especialmente bonito es el libro Ein menschlich Land [Una tierra humana]. Sin lugar a dudas, Baviera.

Ya sale el correo. Recuperaos las dos, tú y nuestra querida hijita.

Y muchos abrazos y besos,

Vuestro papi

Saludos a Lydia y a la señora Albers[172].

Después de que, tras la subida al poder de los nacionalsocialistas, las torturas y la persecución de romaníes y gitanos fueran en aumento y de que se deportara una gran parte de ellos en la primavera de 1941 a la Polonia ocupada desde territorio del Reich, Himmler dio la orden el 16 de diciembre de internar en los campos de concentración a «todos los híbridos gitanos, los gitano-romaníes y los miembros de clanes gitanos de origen balcánico que no fueran de sangre alemana» provenientes de Alemania, Austria y la República Checa. En Auschwitz se levantó un «campo para gitanos» en el que se confinó a unas veintitrés mil personas. De ellas en la primavera de 1944 solo quedaban con vida unas seis mil, que en agosto de 1944 murieron asfixiadas en las cámaras de gas. Según cálculos posteriores, durante el dominio nazi se asesinó a medio millón de romaníes y gitanos.

5 de enero de 1943

¡Mi querida mami!

Muchas gracias por tus cartas del 24 de diciembre y 2 de enero. Me alegro tanto de que hayas pasado un tiempo tranquilo en Gmund con nuestra querida hijita. ¡Come y duerme bien! Me encanta que hayas engordado kilo y medio. Gracias a Dios os fue tan bien en la «aventura automovilística». Tenía miedo. Disfruta también de los días en Múnich y vete al teatro. Visita con Muñequita la tumba de los abuelos, por favor.

Te mando dos paquetes: pan de especias, un trocito de tarta de frutas, el cinturón para ti, un bonito florero de cristal de Bohemia, un libro para Gerhard, libros que he leído para dejaros allí; dos que son bonitos de leer y contemplar (sobre Danzig y Schobert). Estoy dándole vueltas a lo de Födisch y Schönthaler. También te envío dos calendarios, uno para mami, el que ella elija, el otro para nuestra pequeñaja. Incluyo una carta de Maria Wendler[173].

En cuanto a cuándo regresaré, no tiene buena pinta. Todo mi amor, muchos abrazos y besos,

Tu papi

A comienzos de 1943 la situación del 6.º Ejército, que había partido en el verano para conquistar Stalingrado y así dejar libre el camino para la conquista del Cáucaso y los importantes campos de petróleo en el mar Negro, era desesperada.

En la ciudad rusa los soviéticos se defendieron con una fuerza inesperada. El Ejército Rojo la rodeó el 22 de noviembre. Ahora, el abastecimiento de los soldados alemanes solo podría hacerse desde el aire, tarea cada vez más complicada.

Hitler, para quien Stalingrado se había convertido en una cuestión de prestigio de victoria personal frente a su rival Stalin, dio a Paulus una orden de entrada y le denegó la posibilidad de salir del cerco. Doscientos cincuenta mil soldados, pues, quedaron atrapados en el interior de la ciudad durante el invierno, destruida en gran parte; su aprovisionamiento únicamente era posible mediante la fuerza aérea. El 18 de enero las tropas alemanas tuvieron que ceder las últimas líneas de defensa y replegarse por completo en el centro urbano. Pese a la esperanza del Führer de luchar hasta «una muerte heroica», el 31 de enero Paulus se rindió en la cuenca sur del cerco con las tropas que aún le quedaban; la cuenca norte de la ciudad siguió apenas dos días después.

La capitulación de Stalingrado fue el punto de inflexión definitivo en la guerra. Unos ciento cincuenta mil soldados alemanes habían perecido durante los combates o víctimas del hambre y el frío, noventa mil acabaron en cautiverio de los rusos, de los que tan solo unos pocos sobrevivieron. Sobre todo, las consecuencias sobre la seguridad en la victoria de los alemanes fueron desastrosas: arreciaron las dudas en cuanto a la «victoria final», pese a los intentos de la dirección nacionalsocialista de representar la caída del 6.º Ejército como una epopeya y pese al llamamiento de Goebbels a una «guerra total» en su discurso del 18 de febrero de 1943. A fin de alcanzar esa «victoria final», se movilizaron todos los recursos personales y materiales: todos los alemanes de entre dieciséis y sesenta y cinco años, además de todas las alemanas entre diecisiete y cuarenta y cinco años, podían ser llamados a defender el Reich. La resultante falta de obreros se tradujo en una nueva intensificación del reclutamiento de trabajadores forzosos.

De acuerdo con su diario (19/01/1943), Gudrun estuvo, junto a su madre y Gerhard, en Múnich del 7 al 9 de enero, donde se hospedaron otra vez en el elegante Vier Jahreszeiten. En estos días salieron a patinar y fueron varias veces al teatro, se reunieron con los Fahrenkamp y otros amigos y comieron, como siempre, con el famoso cocinero Alfred Walterspiel en el restaurante del hotel.

Hochwald, 9 de febrero de 1943[174]

¡Mi querida mami!

Muchas gracias por tu cartita y las cosas para fumar. Te envío dos periódicos. El de Germanische Gemeinschaft es especialmente bueno; también incluyo un buen artículo sobre las SS. ¿Te gusta el mazapán de Königsberg? También hay para Muñequita. En el verano seguramente sea más fácil obtener alcohol y huevos. Hay un cuaderno para la pequeñaja también y una postal de la patria de mami. Muchos abrazos y besos,

Tu papi

De Germanische Gemeinschaft aparecieron solo dos números, en 1941 y 1942, respectivamente. Los dos eran cuadernos de gran formato con grandes fotos brillantes de soldados, trabajadores y granjeros, personas «nórdicas» idealizadas practicando deporte o bailes folclóricos, además de reyes «germánicos». Los artículos, que versaban sobre temas como «herencia germánica», «migración hacia el este» o «familia y patria», eran breves e intensos, con numerosas citas de discursos de Hitler y Himmler. También incluían pequeños poemas o extractos de cartas de los soldados de las Waffen-SS. El leitmotiv de los dos números era la comunidad de todos los germanos: «El siglo XX es el siglo del renacimiento germánico. El resurgimiento de los pueblos alemanes y el pueblo germánico. Saludamos como camaradas y hermanos a los hombres de sangre germánica que por propia voluntad emprenden una lucha por una nueva Europa». Acompañaban el texto retratos de voluntarios neerlandeses, flamencos, noruegos y daneses.

9 de febrero de 1943[175]

¡Querida mami!

Te mando el té para la señora Göring. ¿Cómo puedes pensar algo así, querida mami? Muchos abrazos y besos.

Tu papi

En la Cruz Roja Marga se relacionó en especial con mujeres de la alta sociedad, quienes, al igual que ella, estaban implicadas en las labores de la organización de forma honorífica y cuyos maridos desempeñaban importantes papeles, como Ilse Göring, la señora Hofmeister o la señora Hase. Son frecuentes las alusiones a Hofmeister en el diario de Marga y en el de Gudrun. Su esposo, Georg Hofmeister (1892-1959) era general de brigada; tras la detención y ejecución del comandante Paul Hase en relación con el atentado del 20 de julio de 1944, este ostentó hasta el final de la guerra el cargo de comandante del Gran Berlín.

19 de febrero de 1943

¡Mi querida mami!

Un par de líneas rápidas para que pueda llevárselo todo el correo. Una lámpara y un enchufe para la condesa Wedel, mazapán y bombones y medio kilo de café para ti. (Ahora escasea). Las ampollas para masajes, la G en un brazo, la A en el otro. Cada una te dará para un par de veces.

Me ocupo de los castillos del príncipe Hessen. El correo para Gmund sale mañana. El Cinzano te lo envío desde Berlín. A la empresa de Verporten no he podido hacerle un pedido.

Muchas gracias por tu querida carta del 12 de febrero. Meto dos florecitas y en el sobre un interesante informe de Dollmann*, una carta de la [señora] Attolico y «exequias» para el príncipe Hessen[176].

Espero que te mejores, mi querida mami, y muchos abrazos y besos,

Tu papi.

*Envíamelo de nuevo, por favor.

2 de abril de 1943

¡Mi querida mami!

Rápido un saludo antes de volar. Te mando las notas de Gerhard, tres fragmentos del artículo «Luchadores para una cosmovisión» (para ti, para Muñequita, para las sobrinas), el dinero, el discurso de Dwinger[177]. También seis paquetes de mate.

Las horquillas de Baumert vienen de Dinamarca. Todo mi amor y suerte. El miércoles te llamo. Para ti y para nuestra querida hijita, muchos abrazos y besos,

Tu papi

El 30 de marzo de 1943 Himmler participó en una reunión con el Führer en Obersalzberg y desde allí voló de vuelta al frente del Este.

Desde marzo las sobrinas de Himmler, hijas de su hermano Gebhard, vivían con su madre en Gmund. Gudrun anota en su diario: «A mediados de marzo, debido a los muchos ataques en Berlín, vinieron la tía Edith Boden con sus dos hijas y la tía Hilde con tres niños. Las dos familias viven en la casa de invitados» (07/06/1943). Con sus primas mayores, de quince y doce años, Gudrun, que entonces contaba trece años, acudía a la escuela en Reichersbeuern.

A comienzos de ese mes Gudrun escribió: «Si se acabara la guerra, papi dice que todavía tendríamos que luchar mucho y careceríamos de muchas cosas» (09/03/1943).

Bergwald[178], 11 de abril de 1943

¡Mi querida mami!

Acabo de escuchar que sale un coche para Múnich y no quiero que se vaya sin una cartita y un par de cosas. He leído los libros, algunos son buenos, tienes que echarles un vistazo.

El champú y las horquillas son para nuestra pequeñaja, también las flores. Las otras horquillas y los dulces son para ti. Además dos fotos de Angoulème para la colección de Muñequita. ¡Muchísimas gracias por tu carta del 3 de abril! Me inquieta lo de Werner Födisch. Los Födisch no deberían tomárselo tan a la tremenda. Ninguna persona va a matar a Werner, eso lo ha intentado él por desgracia[179].

Haré pagar las facturas de Spree.

Incluyo un folleto [de las SS] y un interesante artículo sobre médicos militares prusianos y un cuaderno para sellos.

La próxima vez la pequeñaja recibirá una carta. Recupérate un poco, mi querida mami.

Muchos abrazos y besos para ti y la pequeñaja.

¡Hasta muy pronto!

Vuestro papi

Reichenhall[180], 22 de abril de 1943

¡Mi querida mami!

Antes de volar mañana, quería escribirte un par de líneas. Espero que te guste el paquetito con bombones y a la pequeñaja el de almendras garrapiñadas.

Un pequeño saludo desde el este de vuestro papi[181].

Te envío también una bonita fotografía de los tres niños Ribbentrop, están preciosos. Para Rudi[182] llevo un paquete para el frente. Meto también un folleto con unos cuantos artículos muy buenos. Mañana, entonces, vuelo. Os llamaré antes. Visitaré las cuatro divisiones de las SS que hay allí. Regreso en ocho días.

Muchos abrazos y besos cariñosos para ti y la chiquitina. Recupérate y descansa un poquito.

Vuestro papi

Saludos a la tía Lydia y la señora Albers. ¿Qué tal va el inglés de Muñequita?

En enero de 1943 Himmler, con motivo de una visita a Varsovia, había ordenado aniquilar el gueto judío. Pero cuando el 19 de abril las tropas de las SS entraron en el gueto para detener a los últimos habitantes, se toparon con una resistencia inesperada y armada. Pese a la claramente superior fuerza militar alemana, varios cientos de resistentes judíos, tanto hombres como mujeres, se defendieron con valor desesperado y causaron graves pérdidas a las SS. Haciendo gala de una extraordinaria brutalidad y un pesado equipo militar, los alemanes lograron sofocar la sublevación. El valor y la firmeza de los luchadores y luchadoras sorprendió a la dirección nacionalsocialista e intensificó la decisión de ejecutar la «solución final» lo más rápido posible, sin respetar siquiera la mano de obra judía. El 19 de junio Hitler dio la orden a Himmler de que «la evacuación de los judíos había de llevarse a cabo en los siguientes tres o cuatro meses pese a los últimos acontecimientos».

15 de mayo de 1943

¡Mi querida mami!

Acabamos de hablar por teléfono. Mañana es el Día de la Madre. Muñequita y yo te enviamos flores y con ellas muchos pensamientos. Cuando te lleguen las flores y el paquetito y mi carta, coge nuestro candelabro de Yule en Berlín y enciéndelo, yo también lo sacaré y haré lo mismo, y Muñequita con el nuestro en Gmund, así pensaremos los unos en los otros.

Mañana te llamo por la mañana, durante el día estaré en Königsberg, donde he de hablar con el Gauleiter Koch, además de visitar a la viuda e hijos de uno de mis hombres más antiguos de las SS[183].

Muchas gracias de corazón, muchos abrazos y besos,

Tu papi

Mañana hablaremos los dos con nuestra querida hijita.

Envío también un cuadernito del coronel Scherff. Tienes que leerlo, es maravilloso y hay una foto mía.

Espero que te gusten los dulces.

21 de mayo de 1943

¡Mi querida mami!

¡Ojalá te gusten los pastelitos! Estos ataques aéreos son muy malos. Me da tanta pena cuando yo he dormido bien y escucho que durante la madrugada estuvieron los aviadores ahí.

Muchos abrazos y besos cariñosos,

Tu papi

Desde comienzos de año se multiplicaron los bombardeos aliados sobre zonas cada vez más extensas. Si en un primer momento la cuenca del Ruhr y otras ciudades occidentales constituyeron, sobre todo, el objetivo de los ataques, en 1943 toda Alemania se vio afectada por la ofensiva aérea de británicos y estadounidenses. Con mayor frecuencia las personas pasaban las noches en vela atemorizadas en refugios antiaéreos o sótanos, y a la mañana siguiente habían de enfrentarse a innumerables cadáveres, incendios y escombros. La finalidad de las bombas no solo era destruir la industria (de armamento) y las infraestructuras alemanas, sino también fracturar la capacidad de aguante de la población. Las consecuencias fueron desastrosas: al final de la guerra solo un puñado de ciudades se había librado de los ataques aéreos; solo en la conocida como Tormenta de Fuego sobre Hamburgo, del 25 de julio al 3 de agosto de 1943, murieron en torno a treinta y cuatro mil personas. En total entre cuatrocientas mil y seiscientas mil personas fueron víctimas de las acometidas aéreas de los aliados. Pese a las crecientes dudas en cuanto a la «victoria final», los bombardeos no lograron, como se estimaba, que los alemanes se rebelaran contra la dirección nacionalsocialista. Con una oposición política hecha pedazos desde hacía tiempo y un terror fortalecido en el interior desde la declaración de la «guerra total» esto tampoco era fácil de esperar. Los desmoralizadores bombardeos condujeron, por el contrario, a un mayor descontento de los habitantes contra los aliados e intensificaron con terquedad su resistencia hasta el final.

Marga escribe el 9 de junio de 1943 en su diario: «Calma en la Cruz Roja solo en apariencia. Ahora hablamos de la Wehrmacht por fin. Todo lo demás que ocurre, aparte de la guerra, no lo puedo poner por escrito. No se puede creer en nadie. A veces se piensa que no se puede soportar, pero yo tengo a mi niña. Cuánto desprecio a las personas. Muñequita me pregunta a menudo por qué ya no escribo en el diario. Solo Elfriede se ha dado cuenta de que mi carácter ha cambiado. Me conoce bien. Estoy en Gmund, tenemos visita a menudo».

25 de junio de 1943

¡Mi querida mami!

Te envío un paquetito con bombones y frutas confitadas, bombones de coñac y una lata de leche condensada. También un par de pastillas de glucosa y mazapán, para que en las terribles noches tengas algo para comer y puedas dormir mejor.

Tienes que tomar glucosa si te peleas con los de la Cruz Roja, da fuerza.

Le he mandado hoy un paquete a Muñequita, con cositas para comer, dos libros para la tía Lydia (por la Pascua y su cumpleaños) y libros míos para la biblioteca. A Gmund he enviado un paquete de galletas que seguro necesitarás.

Incluyo un par de libros, el Constanze (me gustaría leerlo en Gmund) y el König Geiserich como regalo de solsticio y el libro de Bismarck. Quiero leer el último cuando lo hayas leído tú.

Hay mucho trabajo, una reunión tras otra.

De sábado a martes estaré en un campo de maniobras para probar nuevas y muy interesantes tácticas. El martes por la tarde estoy de vuelta y te llamaré. Ojalá no os saquen de casa esas bestias. No te quedes mucho tiempo en Berlín.

¡Muchos abrazos y besos!

Y, por favor, ten mucho cuidado,

Tu papi

En esta carta, como en otras muchas, queda claro que hasta el final el contacto entre los esposos, pese a la segunda mujer de Himmler, fue mucho más estrecho de lo que se había creído hasta ahora. Los dos se llamaban con regularidad por teléfono y se preocupaban, como antes, del bienestar del otro. Con las numerosas golosinas Himmler no solo quería consolar a su mujer por las noches en vela a causa de los bombardeos y su constante «malestar» con la Cruz Roja, sino también calmar las quejas de esta por su habitual ausencia y su ira por su infidelidad. Además, se desprende con claridad que a ambos les parecía también importante regalarse libros en diferentes ocasiones, como el solsticio, e intercambiarse obras que ambos leían; él no dejó de enviar, además, artículos de revistas, sus discursos, cartas de conocidos en común, ya que continuaba queriendo conocer la opinión de ella.

Constanze posiblemente haga referencia a la obra de Robert Ries (1926) sobre la emperatriz Constanza, la reina medieval de Sicilia y esposa de Enrique VI. El libro sobre el rey Genserico era sin duda Eine Erzählung von Geiserich und dem Zug Der Wandalen (Una historia de Genserico y el tren de los vándalos), de Hans Friedrich Blunck (1937). Genserico, rey de los vándalos, había conquistado el norte de África y Cartago y se le consideraba el rey más sabio y poderoso de los tiempos de las migraciones masivas de los pueblos.

Las cuestiones de las Waffen-SS centraron, como muy tarde desde el ataque a la Unión Soviética en 1941, la actividad de Himmler. Como los ejércitos alemanes necesitaban con urgencia cada vez más soldados, y la Wehrmacht solo podía reclutar hombres alemanes, le correspondió a las Waffen-SS formar asimismo unidades extranjeras. De acuerdo con las notas de Himmler sobre sus reuniones con Hitler desde 1941 y 1942, la formación de nuevas divisiones para las fuerzas armadas de las SS constituyó una prioridad. Puesto que las unidades de las Waffen-SS estaban sujetas al Ejército regular, se las separaba con frecuencia, carecían del equipamiento militar apropiado y se movilizaban para batallas de las que debía librarse la Wehrmacht. La consecuencia fueron grandes pérdidas y daños para las primeras. Los viajes de inspección de Himmler al frente tenían la intención a menudo de solventar los problemas entre las unidades de las SS y las del Ejército.

Las SS reclutaron a noruegos, finlandeses, suecos y daneses, al igual que flamencos, neerlandeses y franceses, hasta musulmanes bosnios. Sobre todo entre los grupos étnicos alemanes de la Europa meridional trataron de montar divisiones. En esto desempeñó un gran papel el hecho de que los dirigentes de tales grupos quedaron bajo el mando fáctico de Himmler. Solo de Hungría llegaron en torno a veinte mil hombres, que en parte habían sido reclutados bajo falsas acusaciones. Los alemanes yugoslavos fueron en 1942 recogidos en la recientemente formada SS-Gebirgdivision Prinz Eugen. Justamente en Serbia y Croacia los reclutamientos a la fuerza fueron cada vez más fuertes. De este modo se duplicó el número de las divisiones de las SS de cuatro a ocho en 1941 y 1942; a comienzos de 1945 alcanzó incluso la cifra de cuarenta divisiones, la mayoría de las cuales no contaban desde hacía tiempo con los efectivos reglamentarios de soldados.

30 de junio de 1943

¡Mi querida mami!

Adjunto dos anguilas y un par de latas de pescado. Si quieres, puedes enviar una anguila a nuestra «pequeñaja» y darle alguna lata a la señora Kränzlin[184].

Incluyo también el dinero para julio y una caricatura rusa de la que te tienes que reír y no enfadar. Espero que te recuperes de la espalda; ojalá pudiera ayudarte con el trabajo. Un abrazo y beso afectuoso de tu papi.

Mañana por la tarde hablamos.

2 de julio de 1943

¡Mi querida mami!

Quería escribirte una carta larga, pero ya estamos aquí muchas personas y el tiempo no alcanza.

Mañana, cuando recibas la carta, pensaré en ti y te agradezco, mi querida muchachita, nuestro quince aniversario y nuestra hijita, que pronto cumplirá 14 años.

Mis buenos pensamientos y deseos son para ti y están contigo.

¡Esas rosas te llevarán un saludo muy cariñoso! En la caja hay un ámbar muy bonito. Me lo dio por Navidades el Gauleiter Koch y desde entonces está aquí en Prusia Oriental en el puesto de mando y me ha alegrado cada día y lo he tenido muchas veces en mis manos. Como lo aprecio tanto, será mi regalo para ti por nuestro aniversario de boda y de ahora en adelante deberá estar en tu habitación ¡y nos alegrará a los dos!

Te deseo salud y que Dios te proteja, sobre todo cuando lleguen los aviones.

Beso tu querida boca y tus bellas manos. Con amor,

Tu papi

Hochwald, 16 de julio de 1943

¡Mi querida mami!

Ir a la siguiente página

Report Page