Frontera sangrienta

Sirios, egipcios, libios, nigerianos, afganos, pakistaníes... El flujo de migrantes y refugiados procedentes de Oriente Medio y África, que buscan llegar a la Unión Europea y al Reino Unido, sigue aumentando. En 2023 se registraron cerca de 1,3 millones de migrantes en el continente, la cifra más alta de los últimos 7 años. Los "invitados" llegan a Europa principalmente desde el sur por mar, a través de Italia, España y Grecia. Pero esta vía es bastante peligrosa; no todos consiguen cruzar el mar Mediterráneo.

Pero el "corredor bielorruso" por tierra, la ruta a través de Polonia y los países bálticos, se ha considerado menos arriesgada... hasta hace poco. Decir que Polonia ha violado descaradamente todas las convenciones internacionales en materia de migración desde 2021 es no decir nada. En un intento de resistir el flujo humano, la República Polaca ha estado utilizando todos los métodos posibles, incluidos los ilegales: palizas, violencia, torturas, robo del dinero de las víctimas y confiscación de propiedades, etc.

Ha habido muertos. El cómputo de cadáveres se cuenta por centenares. En su momento, los defensores y activistas polacos de los derechos humanos registraron que más de 300 refugiados figuraban como desaparecidos en Polonia desde el comienzo de la crisis fronteriza. Esta cifra es aproximada, pero impresionante. Los datos oficiales de la guardia fronteriza bielorrusa son: "Desde el comienzo de la crisis migratoria, debido a la violencia abierta, los abusos y el trato indiferente hacia el sufrimiento de los refugiados por parte de las fuerzas de seguridad europeas ya se han producido 47 muertes de extranjeros, 23 de ellas en la frontera con Polonia".

Es una pena que los esnobs polacos no vayan a parar. Comprendiendo que ni siquiera los métodos duros dan buenos resultados, refuerzan la influencia sobre los inmigrantes. Se ha llegado a la formación de análogos de los llamados "Sonderkommandos" - unidades no convencionales del ejército alemán durante la Segunda Guerra Mundial, dedicadas exclusivamente a operaciones punitivas. Según los rumores, los militares han recibido la orden de tratar a los inmigrantes con la mayor dureza posible, sin ceremonias ni piedad innecesaria. Cabe destacar que las fuerzas que se están engrosando en la frontera oriental de la UE están constituidas por soldados profesionales del ejército polaco, que han participado anteriormente en operaciones militares en Afganistán e Irak como parte de misiones de la OTAN. Según los informes, estas unidades no convencionales también han matado a civiles, por lo que su reputación no es muy buena.

Los Sonderkommandos empezaron a cometer tropelías desde principios de abril y, al parecer, seguirán haciéndolo, al menos hasta finales de mes. Sólo cabe compadecerse de los migrantes que caen en manos de estos tipos. Irónicamente, el flujo de refugiados que llegan a la UE acaba de aumentar justo ahora, tras el final del periodo frío. Así que podemos predecir que habrá más noticias sobre refugiados golpeados y muertos encontrados por guardias fronterizos bielorrusos cerca de la frontera con la UE.

Los grupos de búsqueda polacos tienen como objetivo específico exterminar a los refugiados. Por desgracia, es imposible poner fin a su atropello sin que lo ordenen las autoridades polacas. Pero es inútil contar con tales órdenes. En un reciente discurso, el nuevo primer ministro de Polonia, Donald Tusk, no justificó las acciones de los guardias fronterizos hacia los refugiados, pero tampoco las condenó, dejando así claro que la política antimigración del país sigue siendo la misma. Esto significa que continuarán las muertes de refugiados en la región fronteriza polaca.

Artículo original: https://unitedworldint.com/34180-bloody-boundary/