“Aun cuando alguien seamos, sigue siendo Él”

Roxana Reina - Bienaventurados Blog

Mily Marrero ama la música. Desde niña, como muchos, ha estado en sus venas, sin embargo, no todos han podido dedicar su vida y sus ansias a la creación musical. Mily ha tenido ese privilegio. Creció en la iglesia Voz de Fe, un templo donde se respiraba música, adoración... Cuando, en medio de estas circunstancias, descubrió sus dotes y su oído sensible a las notas, se entregó por completo a lo que después sería uno de sus propósitos como hija de Dios en la Tierra.

Más tarde, en la Escuela de Superación para la Cultura, cursó el Nivel Elemental de Música en la especialidad de clarinete, además de estudiar piano de forma complementaria. En el 2007 se graduó del Nivel Medio Superior con dichos instrumentos comenzando así su carrera musical de forma profesional.

Infinidad de agrupaciones, tanto cristianas como seculares, han contado con el despliegue de sus talentos. Perteneció a un cuarteto de clarinete en la iglesia Vida Abundante y fungió como directora del grupo coral Maranatha. Asimismo, se ha desempeñado en su iglesia local Príncipe de Paz en el liderazgo musical estando al frente de los programas especiales.

Como parte de su actividad fuera de la iglesia, desde su graduación se integró a la Banda Nacional de Conciertos de Cuba como instrumentista; también a cuartetos como Bohem, Vivace y agrupaciones como Ventus Habana. De esta manera se ha presentado en innumerables eventos y lugares entre los que destacan: la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), el Museo de Bellas Artes, el teatro Bertold Brecht, la Casa del Alba, el Museo de Artes Decorativas, entre otros muchos.

¿Tu presentación en ámbitos seculares ha sido alguna vez un impedimento para tu vida cristiana?

Pienso que la clave está en que todos sepan quién eres y hasta dónde estás dispuesto a llegar. Es una cuestión de identidad y de actuar siempre conforme a la voluntad del Señor. Mis estudios seculares y mis presentaciones con muy buenos directores ampliaron mis conocimientos musicales, los cuales he podido aplicar en mi vida profesional y dentro de la iglesia, pudiendo así dirigir pequeños formatos orquestales y de cámara. Creo que podemos servir en ambos lugares sin conflicto, siempre y cuando lo que se haga y se interprete no sea una afrenta a nuestro Señor; en mi caso yo escogí la música clásica y me he aislado de formatos populares.

¿Cómo has podido mostrar tu fe cristiana en tu vida profesional?

En mi trabajo todos conocen de mi fe. Ser cristiano es más que un cartel que se lleva puesto, es una luz que no puede ocultarse y de alguna manera nuestro hablar y nuestro comportamiento así lo demuestran. En caso de que tuviera que elegir alguna vez mi corazón siempre ha estado de parte del Señor.

Actualmente, Mily Marrero integra el grupo Emanuel dirigido por Darío Domínguez y continúa formando parte de la Banda Nacional de Conciertos de Cuba donde lleva casi quince años tocando como solista en el clarinete bajo. Además, gracias a la cuarentena, (creo que más de uno estamos agradecidos a pesar de todo) ha podido reenfocarse en su proyecto personal como cantante y compositora grabando y produciendo su propia música. También, desde el 2020, junto a un grupo de adoradores cristianos, forma parte del ministerio Cuba te adora, del cual Joel Sosa es su director. Proyecto que la ayudado a expandirse, crecer y conocer a otros artistas con su mismo sentir.

¿Qué te impulsó a desplegar tu carrera como artista cristiana?

Quiero que la música que el Señor me ha regalado pueda alcanzar y ministrar la vida de muchas personas; restaurar, inspirar y animar a seguir adelante. Hasta ahora he visto que mi música ha tenido buena aceptación dentro y fuera de la iglesia, y me siento feliz porque es una manera de predicar y llegar a otros con un mensaje diferente.

¿Tus canciones cómo han surgido? ¿Han sido el resultado de tu experiencia con Dios?

Casi todos mis temas son resultado de vivencias personales. Mi último lanzamiento, Una voz en el desierto, surgió en este tiempo de pandemia donde después de vivir una vida agitada entre conciertos y ensayos me sentí en paro... Comencé a hacer diferentes cosas para ocupar mi tiempo, pero ninguna de ellas me llenaban. Solo la adoración en su presencia me ayudó a salir de mi desierto. Esta canción no sé que impacto pueda tener, pero pienso que todo aquel que esté necesitando de un encuentro personal con el Señor puede sentirse identificado.

¿Qué no puede faltar en un cristiano al comenzar su carrera musical?

La humildad, el no creerse mejor o sentirse diferente. Simplemente, ser usado por Dios, reconocer que todo lo que tenemos nos los ha regalado Él y sin Él nada somos, y aun cuando alguien seamos sigue siendo Él...

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