Nina

Nina


LIBRO TERCERO » 2

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Es difícil, señor comisario, fabricarse uno mismo su propio doble, pero no es imposible. Es simplemente cuestión de poseer la facultad de pensar objetivamente. Y se debe ser realista cuando se pretende crear un fantasma irreal y cruel. Debe meditarse clara y juiciosamente cuando se tiene intención de convencer. Se tiene que contar con la resistencia de la gente ante los fenómenos impalpables, metafísicos. Y para ello es preciso proceder matemáticamente. Cada una de las fases del experimento debe ser exactamente preparada. Nunca deberá existir la sombra de una duda sobre la realidad de lo aparentemente irreal, de lo aparentemente inexplicable. Sólo puede llevarse el desorden a los pensamientos de los demás, si uno tiene la facultad de pensar muy ordenadamente. Es difícil, señor comisario, fabricarse uno mismo su propio doble, pero no es imposible...

Después de haber decidido, aquella noche de niebla, matar a Julius María Brummer, sin dar con ello al Juzgado una sola posibilidad de castigarme, me puse a la tarea sin vacilación. Tres dificultades se ofrecían a la perpetración de este asesinato perfecto.

En primer lugar debía proseguir mi forma de vida actual de una guisa aparentemente intrascendente, es decir, continuar viviendo, como si me hubiera entregado a Brummer.

En segundo, debía representar ante Nina, de forma convincente, y esta era la peor dificultad, el papel del hombre que se ha resignado. En este aspecto era de temer que ella me despreciara, pero no existía otra posibilidad. Lo que proyectaba debía hacerlo solo, nadie debía estar enterado.

Mientras esta segunda era la más difícil de las condiciones, la tercera era precisamente la más hacedera: la gestación del invento de un doble.

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