Nina

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LIBRO PRIMERO » 22

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Un Doble...

No sé si ustedes la conocerán, esta sensación de una idea que toma posesión de uno, que se asienta en el cerebro y en la sangre; no sé si ustedes la conocen...

Un Doble...

Un hombre habla un día entero con ustedes. Pero una sola frase queda en la mente de ustedes. Sólo unas palabras. Estas palabras no le abandonan a uno. ¿Conocen esto?

Un Doble...

Ya no existiría culpa, ya no habría necesidad de expiación.

El crimen no lo cometí yo, Tribunal Supremo. El crimen lo ha cometido otro que se parece a mí, que habla como yo; que vive en mi casa; que hace mi misma vida. Pero él es malo. Yo soy bueno. A él debe castigar, Tribunal Supremo. A él, no a mí...

Pero un Doble así no existe.

¿Qué significa que no existe?

Algo que no existe, lo nombran los hombres una cosa que todavía no se ha descubierto. La cosa no se opone a que se la descubra.

Un Doble así no existe, pues, todavía.

No sé si ustedes la conocen, esta impresión de la idea que toma posesión de uno; que se asienta en el cerebro y en la sangre; no sé si ustedes la conocen...

En esa noche lluviosa nació una idea. Entre Treuenbrietzen y el Anillo de Berlín se formó, esa idea, él mismo la hizo nacer en mí, precisamente él, su futura víctima, Julius Brummer.

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