Lenin

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Lenin » Prefacio

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Este libro no está terminado, en los dos sentidos de esta palabra. En primer lugar, sería absolutamente inútil buscar en él una biografía, o un estudio del carácter de Lenin, ni una exposición detallada y completa de sus opiniones o métodos de acción. Este ensayo ofrece sólo bocetos, fragmentos, esquemas para un futuro trabajo, que será quizá también del autor de estas líneas. Este método de esbozos es sin embargo inevitable e indispensable. Frente a las biografías populares y los estudios de conjunto del carácter de Lenin, se ha vuelto necesario desde ahora fijar con más detalles y más cuidado algunos episodios, rasgos de la vida y de la personalidad de Lenin tal como han pasado frente a nuestros ojos.

La parte más importante del libro consiste en los recuerdos del autor sobre dos períodos separados por un intervalo de quince años: el último semestre de

Iskra (La Chispa)[2] y el año decisivo de la Revolución de Octubre —desde mediados de 1917 hasta el otoño de 1918.

Pero este libro no está terminado en otro sentido más estrecho: porque espero que las circunstancias me permitan trabajar más aún en él, aportar correcciones y precisiones, enriqueciéndolo con nuevos episodios y capítulos. Una enfermedad[3], y la suspension de actividades prácticas que ella me impuso por un tiempo, me permitieron reconstituir en mi memoria muchas de las cosas que se narran en este libro. Al releer los primeros bosquejos, yo continuaba desenrollando la pelota de los recuerdos y acordándome de hechos significativos al menos en lo que se refiere a la vida de Lenin o que han estado relacionados con su carácter. Pero este método tiene la desventaja de hacer infinita la obra. Por ello me decidí en determinado momento a dar por concluido mi manuscrito y a publicar la primera parte. Me reservo, como ya dije, el derecho de trabajar aún más sobre este libro. No necesito agregar cuán agradecido estaré a todos quienes me procuren materiales relativos a los hechos y episodios de la época, ya se trate de correcciones a mi trabajo o que reaviven tales o cuales recuerdos.

Por otra parte, no hace falta señalar que he omitido deliberadamente cierto número de circunstancias demasiado ligadas con las discusiones actuales.

A las dos partes principales del libro —las que revisten forma de memorias— añado los artículos y discursos, o fragmentos de discursos, en los que intenté caracterizar a Lenin[4].

Trabajé sobre mis propios recuerdos, sin recurrir a documentos de la época. Ello me pareció mejor ya que mi objetivo no era presentar un estudio histórico completo sobre un período determinado de la vida de Lenin, sino sólo ofrecer un material de primera mano, lo que precisamente yo podía dar de mí mismo, de mi propia memoria.

Cuando terminé de redactar mi trabajo, releí el volumen XIV de las

Obras de Lenin y el librito del compañero Ovsjannikov acerca de la paz de Brest-Litovsk[5]. Añadí entonces a mi obra algunos esbozos —muy pocos— complementarios.

León Trotsky

PD: Al releer lo escrito hallo que en mis memorias llamo a Leningrado, Petrogrado o Petersburgo, mientras otros camaradas llaman al Petrogrado de ayer, Leningrado. Me parece un error. ¿Puede decirse, por ejemplo: Lenin estuvo prisionero en Leningrado? Está claro que eso es imposible. Mucho menos se puede decir: Pedro I fundó Leningrado. Quizá dentro de años o décadas el nuevo nombre de la ciudad, como todos los nombres en general, pierda su actual significado histórico. Pero hoy sentimos muy clara y vivamente que Petrogrado se llama Leningrado sólo desde el 21 de enero de 1924 y que eso era imposible antes de esa fecha. Por ello en estas memorias conservo, al referirme a Leningrado, el nombre con que se la conocía cuando ocurrieron los acontecimientos.

21 de abril de 1924

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