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Segunda parte. La chica que rompe el cristal » June

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JUNE

08:00 a.m.

Sector Ruby

18 °C

La ejecución de Day está programada para mañana por la tarde.

Thomas se presenta en la puerta de mi casa y me invita a ir al cine con él antes de presentarnos en la intendencia de Batalla.

—Podemos ver La gloria de la bandera —dice—. He oído buenos comentarios sobre la película. Trata de una chica de la República que captura a un espía de las Colonias.

Accedo: si quiero organizar la fuga de John con éxito, debo tener contento a Thomas. Lo último que necesito es que albergue sospechas sobre mí.

Dicen que se aproxima un huracán (sería el quinto de este año), y los rumores se confirman en cuanto Thomas y yo salimos a la calle. Sopla una brisa amenazadora, un viento helado que corta la atmósfera cargada de humedad. Los pájaros parecen inquietos, y los perros callejeros buscan refugio en lugar de vagar de un lado para otro. Por la calle se ven menos coches y motocicletas de lo normal: solo hay camionetas oficiales que reparten provisiones de emergencia, sacos de arena, linternas y radios portátiles. Incluso se han pospuesto las Pruebas que había programadas para el día en que se prevé que golpee la tormenta.

—Debes de estar nerviosa, con todo lo que está pasando —comenta Thomas en cuanto entramos al cine—. No te preocupes: ya no queda mucho.

Asiento y le sonrío. El sitio está lleno de gente, a pesar del mal tiempo y de los inminentes apagones. Ante nosotros cuelga el cubo de proyección, cada una de sus cuatro caras enfocada a un bloque de asientos. Muestra un flujo constante de anuncios y noticias que se van actualizando mientras esperamos.

—No creo que «nerviosa» sea la palabra que mejor define cómo me siento —respondo—. Pero la verdad es que estoy deseando que llegue el momento. ¿Ya sabes cómo será?

—Solo sé que estaré al mando de los soldados de la plaza.

Thomas observa los anuncios que van rotando por las pantallas: «¿Su hijo está a punto de hacer la Prueba? ¡Tráigalo a Pruebas Perfectas y obtendrá una consulta de evaluación gratuita!».

—Quién sabe lo que hará la gente —dice al fin—. Puede que ya se estén concentrando los manifestantes. En cuanto a tu cometido… supongo que te quedarás dentro para acompañar a Day hasta la explanada. La comandante Jameson nos indicará el momento.

—Muy bien.

Me quedo callada y repaso una vez más los detalles del plan que diseñé tras hablar con Kaede ayer por la noche. Necesitaré algo de tiempo para entregarle los uniformes antes de la ejecución, y también para meter a los Patriotas en el edificio. Creo que no me resultará difícil convencer a la comandante de que me deje escoltar a Day; incluso Thomas parece estar de acuerdo en que lo haga.

—June… —la voz de Thomas interrumpe mis pensamientos.

—¿Sí?

Me echa una mirada de curiosidad y frunce el ceño como si acabara de recordar algo.

—Ayer no estabas en casa.

Conserva la calma. Sonrío y vuelvo la vista hacia la pantalla.

—¿Por qué lo preguntas?

—Bueno, pasé por tu apartamento a las dos de la mañana y estuve llamando un buen rato, pero no contestaste. Oí a Ollie dentro, así que no te habías ido a sacarlo. ¿Dónde estabas?

Me giro hacia él y le miro a los ojos.

—No podía dormir. Subí a la azotea para que me diera el aire.

—No te llevaste el intercomunicador. Intenté llamarte, pero no se oía más que estática.

—¿En serio? —meneo la cabeza—. Debía de haber interferencias, porque lo llevaba puesto. Anoche hacía mucho viento.

Thomas asiente.

—Tienes que estar agotada. Deberías comentárselo a la comandante para que hoy no te haga trabajar demasiado.

Ahora soy yo quien frunce el ceño: es el momento de devolverle las preguntas a Thomas.

—¿Qué estabas haciendo en mi casa a las dos de la mañana? ¿Pasaba algo? No me habré perdido ninguna orden de la comandante, ¿verdad?

—No, no. Nada de eso —Thomas me dedica una sonrisa tímida y se pasa la mano por el pelo. ¿Cómo puede parecer tan inocente alguien que tiene las manos manchadas de sangre?—. La verdad es que yo tampoco podía dormir. No dejaba de pensar en lo nerviosa que debías de estar. Pensé ir a darte una sorpresa.

Le doy una palmadita en el brazo.

—Muchas gracias, Thomas. Pero no te preocupes por mí: mañana ejecutarán a Day, y me sentiré mucho mejor después de eso.

Thomas hace chascar los dedos.

—Ah, ese es el segundo motivo por el que fui a verte anoche. Se supone que no debería contártelo; es una sorpresa.

Las sorpresas no me seducen demasiado ahora mismo, pero me las arreglo para fingir interés.

—¿Sí? ¿Cuál?

—La comandante Jameson hizo una proposición y el tribunal la ha aprobado. Creo que sigue furiosa por el mordisco que le dio Day cuando intentó escapar.

—¿Qué han aprobado?

—Ah, mira, lo acaban de hacer público —Thomas me señala la pantalla y el anuncio que se proyecta—. Se ha adelantado la fecha de la ejecución.

La noticia no es más que un pantallazo, una imagen fija con texto azul sobre un alegre fondo blanco y verde. La fotografía de Day brilla justo en el medio.

EJECUCIÓN DE DANIEL ALTAN WING: JUEVES 26 DE DICIEMERE, 17:00.

EXPLANADA DE LA INTENDENCIA DE BATALLA.

PLAZAS LIMITADAS.

EL EVENTO SE PROYECTARÁ EN TODAS LAS PANTALLAS DE LA CIUDAD.

De pronto me quedo sin aliento. Me vuelvo hacia Thomas.

—¿Hoy?

—Hoy —sonríe—. ¿No es genial? Un día menos…

—Estupendo —intento mantener un tono optimista—. Al fin una buena noticia.

Me esfuerzo por disimular la oleada de pánico que barre mi mente. Esto puede significar muchas cosas; el simple hecho de que la comandante Jameson haya convencido al tribunal de adelantar la ejecución de Day es realmente raro. Y ahora solo le quedan ocho horas para enfrentarse al pelotón de fusilamiento, en cuanto se ponga el sol. No puedo centrarme en liberar a John; tendré que dedicar el día entero a lo de Day. Incluso han cambiado la hora. ¿Y si no logro ver hoy a los Patriotas? ¿Y si no puedo darles los uniformes?

¿Y si no logro salvar a Day?

Pero eso no es todo. Me preocupa que la comandante Jameson no me haya dicho nada; Thomas lo sabía ayer por la noche, así que ella se lo tuvo que contar por la tarde, antes de que se fuera a casa. ¿Por qué no me lo dijo a mí? En teoría, yo debería alegrarme de que Day vaya a morir veinticinco horas antes de lo previsto… Tal vez la comandante sospeche algo y quiera pillarme por sorpresa para ver cómo reacciono. Puede que Thomas sepa algo y me lo esté ocultando. ¿Y si se trata de una mascarada para ocultarme la verdad? Si la comandante Jameson sospecha mis verdaderos planes, ¿se lo habrá contado a Thomas?

La película empieza y agradezco no tener que hablar más con Thomas. Continúo pensando en silencio.

Tengo que cambiar de planes. De lo contrario, el chico que no mató a mi hermano morirá hoy.

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