Coco Chanel

Coco Chanel


Momentos clave

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MOMENTOS CLAVE

La ambición de Chanel siempre será salir de su condición para ascender socialmente, y no habrá nada que haga que se aleje de su objetivo. Los momentos clave de Coco están marcados tanto por los hombres que conoce y a los que ama como por la actualidad.

LOS INICIOS DE COCO

En la fuente de su inspiración: la abadía de Aubazine

La abadía de Aubazine.

La arquitectura sobria de la abadía cisterciense de Aubazine habría inspirado a Coco Chanel para crear su ropa con líneas depuradas. Asimismo, Coco se habría inspirado en los uniformes de las monjas, tomando su austeridad y el blanco y negro, colores que le gustan de un modo especial. La exuberancia de los objetos religiosos la fascina y despierta su atracción por el oro y las piedras preciosas. Así, su logo estaría inspirado en las letras C entrelazadas de las vidrieras abaciales.

Los inicios de la gran aventura: Arthur Capel y Chanel Modes

Boy Capel es el primer amor de Gabrielle Chanel. Su relación durará diez años durante los que la joven se codeará con pintores, actores y escritores. Es el primero en creer en ella de verdad, e incluso llega a prestarle los fondos necesarios para que pueda empezar en el mundo de la moda. En 1910 se abre Chanel Modes en París, donde Coco crea sombreros simples, más ligeros, más elegantes, sin plumas ni extravagancias, que compra en las galerías Lafayette antes de transformarlos. Sus primeras clientas son las mujeres galantes, amigas y conocidas de Royallieu, al menos hasta que la actriz Gabrielle Dorziat (1880-1979) es fotografiada en el escenario con uno de sus sombreros. Pronto todo París llevará sus confecciones y Chanel Modes se convertirá en un negocio rentable.

Durante una estancia en Deauville, Arthur Capel se da cuenta de que la localidad balnearia, lugar de vacaciones de los ricos, sería un mercado interesante para Coco. Por consiguiente, le alquila una tienda frente al mar. Boy no se equivocaba: en Deauville, Coco cosecha su primer éxito como diseñadora de moda. Allí, lanza su primer vestido de punto inglés con un corte ancho que hace que el corsé sea superfluo y que, según cuenta la leyenda, habría entallado a partir de un suéter de su amante. Sin embargo, son pocas las mujeres de esa época que se atreven a usar este tipo de vestido. La mentalidad no evolucionará hasta la Primera Guerra Mundial, con la escasez de tejidos y la falta de mano de obra doméstica resultantes de ella. Coco Chanel se da cuenta de esto y crea prendas sencillas y prácticas, más adecuadas a las condiciones del momento. Para lograrlo, utilizará el punto, un tejido que no está entre los racionados y que resulta ser barato y flexible. Además de eso, logra imponer la chaqueta de punto, la chaqueta abotonada y la marinera, una camiseta con rayas horizontales de dos colores inspirada en los marineros. Chanel se atreve con todo: el estilo andrógino, el pelo corto y la tez bronceada. Rápidamente, la gente adopta su look, que se extiende por todo el país. Valiéndose de este éxito, Chanel, que todavía recibe ayuda financiera de Capel, abre una tercera tienda en Biarritz.

Al final de la guerra, Chanel tiene varias casas de moda y emplea a más de 300 trabajadoras. Con el objetivo de dejar de ser una mujer mantenida, le devuelve todo el dinero prestado a Capel. Aunque esto marca el final de su colaboración, su amistad durará hasta la muerte de Boy en 1919. Para no sucumbir a la tristeza, Coco se vuelve a sumergir en el trabajo.

LA CONSOLIDACIÓN DE SU IMPERIO

La influencia rusa: Dimitri Pavlóvich y Chanel N.º 5

En 1920, Chanel conoce al gran duque de Rusia Dimitri Pavlóvich, uno de los únicos Romanov supervivientes de la masacre de la Revolución bolchevique. Pavlóvich se convierte en su amante y le presenta a su hermana y a sus amigos. A su lado, Coco descubrirá la cultura eslava, que influirá en sus creaciones: tomará la roubachka (una blusa típica que llevan las campesinas rusas), las pellizas (abrigos forrados de piel), las joyas bizantinas y las pieles. En las prendas que confecciona también resalta los motivos folclóricos eslavos, hechos con perlas y bordados, cuya elaboración se confía a la casa Kitmir, dirigida por la hermana del duque: la gran duquesa María Pávlovna (1890-1958).

Coco y el gran duque de Rusia.

Durante un viaje a Grasse (departamento de los Alpes Marítimos), Dimitri le presenta a Ernest Beaux, perfumista francés que trabaja para la corte de Rusia, con el que Coco imaginará una fragancia inimitable, sobria y elegante, «un perfume de mujer con olor a mujer», como tan acertadamente lo define ella (La Voz de Galicia 2013). El perfume, llamado Chanel N.o 5, trastorna los códigos de la perfumería: si en la perfumería del siglo XIX era característico el uso del perfume de una sola nota (una única fragancia), Coco prefiere usar un conjunto de 80 aromas entre los que destaca el jazmín de Grasse, la rosa de mayo, el sándalo de Mysore, el ylang ylang de las Comoras y el vetiver de Borbón. Para que los olores duren más, Ernest Beaux añade aldehídos, cuerpos sintéticos derivados de los hidrocarburos que en ese momento se utilizan muy poco. El perfume se lanza el 5 de mayo de 1921 y tendrá un gran éxito en Europa cuando, en 1924, Chanel se asociará con los hermanos Wertheimer —directores de los cosméticos Bourjois— y fundará la compañía Les Parfums Chanel, de la que solamente poseerá una pequeña parte. Después de la Segunda Guerra Mundial, cuando los soldados estadounidenses regresan a su país, el perfume se exporta al otro lado del Atlántico. En 1952, Marilyn Monroe (1926-1962) hará de él una leyenda al confesar que para dormir solamente usa su Chanel N.o 5. El perfume por sí solo le hará ganar millones a Coco y, aunque creará otros, Chanel N.o 5 seguirá siendo siempre el emblema de la casa.

Botella del perfume Chanel N.º 5.

¿SABÍAS QUE…?

Cuenta la leyenda que el gran duque Dimitri en persona habría diseñado el famoso frasco de perfume basándose en el modelo de las petacas de vodka de la Guardia Imperial. De este modo, propone una botella simple, oscura y minimalista, con las esquinas redondeadas y bien definidas: una línea gráfica que se adapta perfectamente al estilo Chanel.

El look inglés: el segundo duque de Westminster y los diamantes

En 1923, Chanel conoce en Montecarlo a Hugh Grosvenor, un aristócrata británico que se convertirá en su segundo gran amor verdadero y con quien mantendrá una relación que durará seis años. Durante el tiempo en el que están juntos, Grosvenor la lleva a sus propiedades inglesas y a sus castillos, la invita a sus yates, le ofrece joyas adornadas con piedras preciosas que Chanel desmonta y vuelve a montar para crear joyas únicas, y collares de perlas que se convertirán en la firma de Mademoiselle.

Del estilo inglés, Chanel adopta el corte recto de las chaquetas de tweed que usan los gentlemen, así como su suéter y el chaleco de sus criados. Asimismo, se apropia de la marinera de punto, de los pantalones con cinturón y de la boina de la tripulación del yate del duque, y los adapta para que entren en el armario de las mujeres.

Coco Chanel con marinera y pantalón con cinturón, 1928.

En esta época, Chanel cultiva su gusto por las joyas, las piedras y los strass. En 1932, expone una primera y única colección de alta joyería. Entre la gran variedad de piedras preciosas, Coco se decanta por el diamante: «He elegido el diamante porque representa el valor más grande en el volúmen [sic] más pequeño» (González 2013). Para la ocasión, crea joyas en forma de estrella, de sol, de constelaciones y de plumas, aligerando los engastes al máximo, abriendo los collares y los anillos y suprimiendo los cierres. Su colección triunfa.

¿SABÍAS QUE…?

El segundo duque de Westminster se mueve dentro del círculo de la aristocracia británica, y es un gran amigo de Winston Churchill (estadista británico, 1874-1965). Gracias a él, Coco Chanel coincide varias veces con el que acabará siendo primer ministro de Gran Bretaña.

LOS AÑOS PROBLEMÁTICOS Y LOS DÍAS GRISES

La guerra de las creadoras: Coco Chanel frente a Elsa Schiaparelli

Desde la Primera Guerra Mundial, el panorama de la moda está dominado únicamente por Coco Chanel. Sin embargo, hacia finales de los años veinte Mademoiselle ve amenazada su posición por Elsa Schiaparelli. Durante más de una década, ambas mujeres luchan en una guerra feroz en la que Coco intentará conservar su título de reina de la moda a cualquier precio, mientras que Schiaparelli intentará arrebatárselo.

Helen Bennett (actriz estadounidense, 1911-2001) con una boina Schiaparelli, 1937.

El estilo de las dos diseñadoras difiere significativamente, lo que acentúa aún más la rivalidad entre las dos mujeres. Schiaparelli, que colabora con los mayores artistas de la época —como Jean Cocteau, Alberto Giacometti (1901-1966) o Salvador Dalí (1904-1989)—, introduce una dimensión surrealista en sus colecciones. Mientras que Coco odia los artificios y la ropa y los accesorios extravagantes, Schiaparelli adora la fantasía: crea sombreros con forma de escarpín, vestidos mariposa, zapatos con pelo y se atreve con los colores vivos como el rosa, su color favorito. En 1936, lanza el perfume Shocking, cuya botella representa el torso de una mujer, lo que provoca un escándalo. A pesar de eso, de París a Nueva York, Schiaparelli es aclamada por la crítica y, además, aparecerá en la portada del Times Magazine, convirtiéndose en la primera diseñadora en lograrlo. Chanel está molesta, pero los acontecimientos del momento harán que pronto se olvide de esta afrenta.

Las revueltas sociales: Coco frente a las reivindicaciones obreras

En efecto, en abril de 1936, el Frente Popular entra en el Gobierno. Mientras que su programa electoral promete a los trabajadores vacaciones remuneradas y la semana laboral de 40 horas, se declara una huelga general en toda Francia que afectará también a la industria textil. En junio del mismo año, Chanel, que dirige a casi 3500 trabajadoras, descubre piquetes delante de sus talleres. Gabrielle, que sabe lo que es vivir en la pobreza, no puede tolerar que otros vivan en la misma situación. Sin embargo, cree que los salarios que paga ya son más altos que los que los empleados pueden obtener en otros lugares. Entonces, empieza una batalla entre las trabajadoras y Mademoiselle. Aunque en un primer momento Chanel planea despedir a todo aquel que se niegue a aceptar sus condiciones, acaba cediendo, siguiendo el consejo de su abogado y a causa de la presión generada por el lanzamiento de la colección de otoño.

No obstante, tres años después, se dibuja en el horizonte la amenaza de una guerra de una naturaleza distinta. Bajo la presión alemana, Chanel cierra sus talleres y se retira de la vida pública. En 1940, los alemanes toman París y se apoderan del Ritz. Coco, que se había exiliado en un pequeño pueblo francés después de los bombardeos de la capital, se aburre. Es hora de volver a París.

El lado oscuro de Coco: Dincklage y la colaboración

Durante la ocupación alemana, la vida parisina vuelve a la normalidad en cierto modo: se vuelven a abrir los teatros, los cines y las boutiques; se organizan nuevos desfiles de moda; y, además, la élite parisina multiplica sus salidas y sus cenas en restaurantes. En este contexto, Chanel instala sus apartamentos en el Ritz, que se ha convertido en sede de los oficiales de la Wehrmacht (ejército alemán) y en lugar de veraneo de los privilegiados. Allí, Chanel conocerá a Hans Günther von Dincklage —apodado Spatz—, miembro de la embajada alemana en París y espía por cuenta de la Abwehr. Spatz es un hombre encantador y culto, domina el francés y el inglés a la perfección y es distinguido, una característica que Chanel busca en los hombres. Se convierten en amantes.

Durante la relación que mantienen, Dincklage pone a Chanel en contacto con los dignatarios nazis en París y en Berlín. Mediante estos encuentros, Coco desea sobre todo conseguir liberar a su sobrino André Palasse, al que había cuidado tras la muerte de su hermana Julia. André había sido capturado en 1940 en la línea Maginot, y lo habían encarcelado en un campo alemán. Para conseguir que la Abwehr lo ponga en libertad, Chanel deberá realizar labores de espionaje para ella a cambio: a partir de 1941 y con 57 años, Chanel pasa a ser su agente F-7124, nombre en código de Westminster (en referencia a su antiguo amante, el duque).

¿SABÍAS QUE…?

Con la colaboración con los nazis, Chanel también ve la oportunidad de recuperar la industria de Les Perfums Chanel, de los que solamente posee el 10 %, y de poder acabar con la colaboración que la vincula con Pierre Wertheimer (1892-1982) desde Chanel N.o 5. De hecho, Wertheimer es judío y se ve obligado a exiliarse en los Estados Unidos cuando, en 1943, el Gobierno de Vichy crea una comisión antisemita para identificar a las industrias que están en manos de judíos. Además, Coco aprovecha la coyuntura para recurrir a la comisión, pero será en vano: Les Perfums Chanel seguirán en manos de Wertheimer. Después de librar una batalla jurídica durante varios años, Chanel y Wertheimer acabarán llegando a un acuerdo financiero en 1947: Chanel será indemnizada por los ingresos que ha dejado de percibir y la colaboración de ambos continuará.

En 1943, el Tercer Reich atraviesa un pésimo momento, y algunos dignatarios nazis empiezan a dudar de las posibilidades de que se produzca su victoria, considerando que Alemania debería firmar una paz separada con Gran Bretaña. En ese momento, se planea la Operación Modellhut («sombrero de modelo»), con el objetivo de entregar en secreto una carta para Churchill en la embajada inglesa de Madrid. Para ello, se requerirá la contribución de Coco, cuyo perfil es ideal para la misión, gracias a su antigua relación con el segundo duque de Westminster y a su amistad con Winston Churchill, que en aquel entonces es primer ministro. Para que la operación sea un éxito, Coco contará con la ayuda de una amiga, Vera Bate Lombardi (1883-1948). Sin embargo, Modellhut acaba siendo un fracaso: cuando llegan a Madrid, Lombardi acude a la embajada y denuncia a Chanel, mientras la diseñadora espera resultados en el Ritz. Asimismo, Churchill está muy enfermo, y Coco nunca obtendrá su cita.

En 1944, los Aliados liberan París y Francia. Chanel, acusada de colaboración, es detenida y sometida a un interrogatorio de tres horas tras el que, sin embargo, es puesta en libertad. Probablemente, el hecho de que no la condenen se debe a sus poderosos contactos y a la intervención de Churchill. Aunque queda libre de todo cargo, Mademoiselle prefiere exiliarse en Suiza, donde puede continuar su historia con Spatz.

EL REGRESO A FRANCIA Y LA CONSAGRACIÓN

Coco se aburre en el exilio, y su relación con Spatz acaba de terminar. Por consiguiente, decide que es hora de volver a subir al escenario. Sin embargo, durante su ausencia, la moda ha pasado a estar en manos de Christian Dior (1905-1957) y su New Look. Corsés, ligas, enaguas y otras formas abombadas así como los talles ajustados vuelven a aparecer para gran pesar de Coco, que se había decidido a eliminarlos para liberar a la mujer.

En 1954, a sus 71 años de edad, Chanel regresa a París, vuelve a abrir sus talleres y reconstituye a su personal. Fiel a su credo («Elegancia y simplicidad»), Chanel presenta una colección basada en el movimiento, el minimalismo y el corte recto, imponiendo de nuevo su silueta andrógina. Sin embargo, Coco fracasa por completo: la colección no es bien recibida por el público y los críticos la consideran anticuada y sin imaginación. Sin embargo, Chanel no se viene abajo y prepara una nueva colección.

La modelo francesa Marie-Hélène Arnaud (1934-1986) con un traje chaqueta Chanel en 1957.

En enero de 1955, Coco presenta su famoso traje chaqueta de tweed. La parte de arriba, inspirada en la ropa de los hombres, es recta y flexible para facilitar la libertad de movimiento y tiene cuatro bolsillos reales, botones y ojales, así como una fina cadena cosida al forro de seda que le asegura una caída perfecta. La falda cartera llega hasta las rodillas, y el conjunto se completa con una blusa de seda. Aunque la prensa europea se dedica a desdeñar el estilo Chanel, en Estados Unidos la prensa muestra otra opinión: Vogue US y Life Magazine alaban la colección, y pronto se les suma la prensa del mundo entero. El traje chaqueta de Chanel pronto es adoptado por las principales estrellas de cine y figuras políticas de la época y, en 1957, se produce la consagración de Coco: es galardonada con un Oscar de la moda en Dallas.

¿SABÍAS QUE…?

Jacqueline Kennedy es una de las clientas más fieles de la casa Chanel. En 1963, utiliza un traje chaqueta Chanel para acompañar a su marido, el presidente John Fitzgerald Kennedy, durante una visita preelectoral en Dallas. Pocos minutos después del inicio de la visita, el presidente es asesinado y el precioso traje rosa queda manchado de la sangre de su marido, dejando una imagen que será un símbolo del acontecimiento.

Sin embargo, pronto los acontecimientos de Mayo del 68 y el movimiento hippie dominan la moda, y Chanel no puede aceptar ver a la juventud en minifalda y en pantalones vaqueros. Tiránica y cascarrabias, se aísla en su mundo hecho de pruebas y desfiles. El domingo 10 de enero de 1971, Gabrielle Bonheur Chanel se apaga a la edad de 87 años.

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