Casablanca

Casablanca


7. Concebida en pecado y parida con dolor

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En 1940, cuando Burnett y Allison comenzaron a escribir “Everybody Comes to Rick’s”, Burnett decidió convertir el tema en la canción de Rick y Lois, la melodía que la pareja escuchaba en La Belle Aurore (otra aportación de Burnett, que frecuentó este local durante su estancia en París). Cuando la obra llegó a Hollywood, a nadie se le ocurrió cambiar la canción de Rick e Ilsa. Tenían un motivo de peso: “As Time Goes By” ya había sido editada por la filial musical de la Warner y Wallis podía comprar los derechos por cuatro perras.

Hay que reconocer que Wallis tenía un instinto especial para crear momentos mágicos. Como ha señalado Ron Haver en el artículo de la revista “American Film” sobre la creación de Casablanca, la escena en que Ilsa pide a Sam que toque “As Time Goes By” tiene cinco frases menos en la película que en el libreto. [34] La escena del guión era bastante más breve que la escena correspondiente de la obra de teatro, pero aún así era una introducción bastante prolija de uno de los momentos cumbre de la película:

ILSA: Tócala, Sam. Toca “El tiempo pasara”.

SAM: Se me ha olvidado esta canción. No recuerdo la melodía.

ILSA: Te la recordaré.

SAM: No me sale.

ILSA: Me lo esperaba, no sé por qué. Ya la toco yo.

SAM: No, señorita Ilsa, creo que ya me acuerdo. (Sam empieza a tocar).

ILSA: Cántala, Sam.

SAM: No me sé la letra.

ILSA: Yo la canto. “You must remember this…”.

SAM (releva a Ilsa): «You must remember this / A kiss is still a kiss / A sigh is just a sigh / The fundamental things apply / As time goes by».

Al ver la escena en la sala de proyección, el productor comprendió que le sobraba un poco de prosa y pidió a Marks que eliminara unas frases y añadiera un primer plano mudo de Bergman:

ILSA: Tócala, Sam. Toca “El tiempo pasará”.

SAM: Se me ha olvidado esta canción. No recuerdo la melodía.

ILSA: Te la recordaré. (Sam empieza a tocar) Cántala, Sam.

SAM: (Pausa) “You must remember this / A kiss is still a kiss / A sigh is just a sigh…”.

Según Haver, el montaje de Wallis creó un momento cinematográfico que «se sigue viendo en silencio absoluto y maravillado, una escena que, a su modo, le transfigura a uno tanto como una melodía de Wagner o Puccini».

Aunque parezca mentira, este momento mágico estuvo a punto de caerse de la película. Si de Max Steiner hubiera dependido, a buen seguro hubiera sido así. El compositor se había incorporado al proyecto el 12 de julio, tres semanas antes del fin del rodaje. El procedimiento no era excepcional. En la mayoría de los casos, el compositor no se ponía a trabajar hasta que la película estaba terminada y había un premontaje.

Aparte de “As Time Goes By”, el repertorio de canciones de Casablanca incluye “If I Could Be With You”, “It Had to Be You”, “Shine” y “Sweet Georgia Brown”, interpretadas todas por Dooley Wilson. Wilson también cantaba una canción compuesta expresamente para la película, la mencionada “Knock on Wood”, que Wallis esperaba se convirtiera en el mayor éxito de la película.

Corinna Mura interpretó dos números latinoamericanos, “Tabú” y “Tango des Roses”. Pero el tema que dio más problemas a Wallis fue la canción alemana que queda ahogada en el estruendo de “La Marsellesa”. En “Everybody Comes to Rick’s”, los oficiales alemanes cantan el “Horst Wessel”, y en un principio Wallis y los guionistas decidieron dejarlo así. Pero los abogados de la Warner informaron a Wallis de que en Alemania la canción aún estaba protegida por copyright.

“Horst Wessel” fue sustituida por “Wacht am Rhein”, un tema que ya pertenecía al dominio público. Sin embargo, en los primeros días de rodaje, Wallis se enteró de que la canción no gozaba del favor del partido nazi. El jefe del departamento del producción, Tenny Wright, solucionó el problema aclarando que muchos oficiales alemanes de alto rango no miraban con buenos ojos a Hitler, y que se consideraban alemanes antes que nazis. Para ellos, cantar una canción que no contaba con la aprobación del Führer podría ser una buena muestra de desafío, sobre todo a cientos de miles de kilómetros de Berlín.

El 22 de agosto terminó el rodaje para Michael Curtiz, con la escena de la comisaría que había añadido Wallis: un primer plano medio de un policía leyendo un teletipo sobre el asesinato de dos correos alemanes y el robo de los salvoconductos que llevaban. En pantalla, ésta fue una de las primeras secuencias. El director había cumplido con su misión… ¡vaya qué si había cumplido!

Había llegado el momento de que Owen Marks y Max Steiner se pusieran manos a la obra con el montaje y la música, respectivamente, aunque no había prisa. Wallis no pensaba estrenarla hasta la primavera de 1943.

Como en otras películas de la Warner en las que había trabajado, Marks fue el encargado de llevar la narración de Casablanca al máximo grado de concisión que fuera posible alcanzar sin perjuicio del efecto final. El experto Wallis le prestó su ayuda en el empeño. Muchas de las notas que el productor escribió en relación con el montaje se refieren al mantenimiento del ritmo. Wallis le pidió a Marks que eliminara unos cuantos planos de los rostros de los refugiados, que suprimiese unos compases de la canción “Knock on Wood”, para que la escena entre Rick y Ferrari empezara antes, y que hiciera que Carl salvara la distancia entre la entrada de la sala de juegos y la mesa de Rick en menos tiempo del que hubiera necesitado en la vida real.

Cuando Max Steiner comenzó a trabajar en la música de Casablanca, compuso temas con títulos cortos como “África”, “Bitterness” (“Amargura”) y “Nazi Spy” (“Espía nazi”). Combinó estas piezas con música procedente de diversas fuentes, algunas de ellas, con resonancias evidentes para los espectadores: los himnos nacionales alemán y francés y las canciones que se interpretan en el “Rick’s Cafe”. Y ahí estaba el problema: a Steiner no le gustaba la canción más importante de la película, “As Time Goes By”.

En primer lugar, pensaba que el tema de seis notas era demasiado básico y que se repetía tanto que perdía su utilidad como motivo del amor de Rick e Ilsa. Por otro lado, Max acababa de triunfar con “It Can’t Be Wrong”, la canción original que había escrito como tema de Bette Davis y Paul Henreid en La extraña pasajera. Naturalmente, el compositor quería asegurarse un nuevo éxito.

Steiner expuso sus objeciones a Wallis y estuvo tan convincente que el productor acabó dándole la razón. Entonces se dieron cuenta de que “As Time Goes By” salía a relucir con tanta frecuencia a lo largo de la película que cambiar la canción hubiera supuesto repetir más de una toma, sobre todo en la escena entre Ilsa y Sam. Ahí estaba el problema.

Además, Ingrid Bergman ya se había cortado el pelo para ¿Por quién doblan las campanas? Wallis vio aquel corte radical y comprendió que no iba a poder utilizarla de nuevo. Podrían haber empleado una peluca, claro, pero, con el esfuerzo de tiempo y dinero que tendrían que realizar, no valía la pena arriesgarse sin tener la certeza de que el color del postizo armonizaría con el cabello de la actriz en el resto de las tomas.

Steiner, que era un profesional, aceptó la derrota con elegancia y demostró, desmintiendo sus objeciones anteriores, que la melodía de “As Time Goes By” podía introducirse sin dificultad, deslizada en la partitura, en todos los escenarios de la cinta. Como es sabido, “As Time Goes By” se convirtió en uno de los temas musicales más memorables del cine de los años cuarenta. Cuando la película se estrenó y empezó a recaudar dinero, el compositor no pudo sino reconocer, en una entrevista para la revista “PM”, que aunque la canción no le parecía gran cosa, algo debía de tener para que al público le resultase tan fascinante.

Así fue como, gracias al ingenio de todos y a una maravillosa conjunción de casualidades, Casablanca quedó terminada y dispuesta a convertirse en lo que nunca pretendió ser: un clásico del cine.

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