Arcadia

Arcadia


Capítulo 14

Página 16 de 72

14

Alex Chang deambulaba por las calles de Oxford sumido en un mar de sensaciones apabullantes. Ahora sólo tenía una cosa en la cabeza: necesitaba, quería, dormir. Estaba más cansado de lo que pensaba. Sea lo que fuere lo que le había sucedido, había sido agotador. O quizá llevase mucho tiempo sin dormir.

¿Dónde podía descansar? Empezaba a hacer más frío, el cielo se estaba oscureciendo. ¿Qué podía hacer? Buscó algo que le sirviera de orientación en la memoria, pero no lo encontró. Necesitaba tumbarse, eso era todo.

Estuvo dando vueltas unas horas más, intentando estimular alguna respuesta, pero fue en vano. Llegó un punto en que no podía más. Iba a caerse, a hacerse daño, o a morir atropellado por alguno de los vehículos que pasaban, vomitando humo a escasos centímetros del lugar por el que caminaban las indefensas personas. Parecían acostumbradas a ello: invadían sin más ni más la trayectoria del tráfico que se acercaba en sentido contrario y llegaban al otro lado sanas y salvas. Su sentido de la oportunidad era extraordinario. Permaneció observando el temerario despliegue de habilidad por parte de pequeños y mayores, hombres y mujeres, durante un buen rato.

Se instaló en un portal de una callejuela. Era un lugar tranquilo; las calles casi estaban desiertas, y esa soledad bastaba por sí sola para asustarlo. Entendía lo suficiente para darse cuenta de que dormir en la calle era poco corriente y era posible que fuese peligroso. Para ello hacía falta tener una gran confianza o estar tremendamente desesperado. Se escondió tan al fondo como pudo, donde confiaba en que nadie lo viera, y pegó las rodillas al pecho. Hacía frío y estaba incómodo. No conseguiría quedarse…

Los recuerdos inundaron sus sueños mientras dormía, y la cantidad de información que le pasó por la cabeza era abrumadora. Demasiado o demasiado poco, siempre lo mismo. «¿Por qué no son capaces de hacer bien los ajustes? Aunque ¿quiénes son ellos?». Sabía lo bastante para ser consciente de que todavía no había atado todos los cabos, pero cuando despertó, varias horas después —entumecido, helado y hambriento—, tuvo la sensación de que al menos avanzaba. Sabía quién era; sabía dónde estaba. Ahora sólo tenía que determinar el cuándo.

Se levantó, se estiró y abandonó su escondite para salir a la calle. En ese sitio había basura de todo tipo, en el suelo o en cubos que poco tenían en consideración aspectos sanitarios. Se usaba papel en cantidades industriales. Se puso a hurgar en un cubo, ajeno a los escasos transeúntes que le lanzaban miradas de desaprobación al pasar. Encontró una cosa útil: un gran trozo de papel con una grasienta patata frita pegada, que despedía un fuerte olor a lo que según su análisis era vinagre. Había algo escrito en él: «Daily Herald», ponía. Debajo, una fecha: 18 de octubre de 1960.

En el acto lo asaltó otro recuerdo, como una suerte de recompensa. Era evidente que su memoria funcionaba por asociación. Cuando un estímulo nuevo se correspondía con un detonante predeterminado, el recuerdo adecuado afloraba a su conciencia para rellenar otro hueco. «Si todo ha salido según lo previsto —dijo la voz en su cabeza—, está usted en Oxford, en 1960».

«Eso parece», pensó.

Percibió un tono frívolo que le resultó irritante. Ojalá quienquiera que fuese se limitara a los datos y omitiera los comentarios. No estaba de humor para cháchara.

«Aparte de la paranoia y del tremendo miedo que se respira, es una época en la que no hay mucho de lo que quejarse: hasta los pobres están atendidos, más o menos. En esta parte del mundo, al menos, hace ya tiempo que nadie muere de hambre. No se puede decir lo mismo de otras partes del mundo, pero la población local es capaz de mostrar una considerable falta de interés en cualquiera que no sea ella misma. Acabarán pagando por ello, pero es posible que pueda usted evitar lo peor…».

«Muy interesante —pensó—. ¿Cómo me ayuda eso a conseguir algo de comer? Me muero de hambre».

«Me alegro de que lo pregunte. Pruebe en un café. Pero antes necesitará tener dinero».

Ir a la siguiente página

Report Page