Andrea

Andrea


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Daniel la hizo pasar y nada más poner un pie dentro Esmeralda se tiró a sus brazos y la besaba sin parar.

Lucía la aupó y la besó mientras le decía lo bonita que estaba y como la había echado de menos.

- ¿A que está preciosa Daniel? Preguntó Lucía al hombre.

- Ya lo creo está muy bonita.

Entonces la niña les miro y sin pudor alguno les preguntó.

- ¿ Ya sois novios?

- Esmeralda ¡ Por Dios! Como se te ocurre_ La riñó su madre al pensar que la niña había sido un tanto indiscreta_

- No la riñas Nayala, lo cierto es que si, estamos prometidos en cuanto lleguen los papeles de mi divorcio nos casaremos. _ Dijo Lucía con los ojos brillantes y una gran sonrisa_

- ¡ Ala que bien, y tus niños ¿Están contentos?!_ Preguntó inocentemente la niña_

- ¡Están encantados, Daniel se ha ganado su cariño rápidamente!_ Respondió Lucía_

- Bueno veréis nosotros hemos venido, a parte de desear volver a veros era pediros un favor_ Esta vez fue Javier quien intentó llevar la conversación donde querían llegar. Pedirles aquel favor de que se quedasen un par de días con Esmeralda_

- Si lo cierto es que soy yo quien quisiera pediros si seríais tan amables de poder quedaros un par de días con Esmeralda. Veréis yo debo ir a Barcelona a buscar mi equipaje, está visto que será la única forma de recuperarlo. Y había pensado que tal vez……_ Lucía la interrumpió_

- ¡ Pero claro que si! Será un placer ¿ Verdad Daniel?_ Dijo Lucía ilusionada_

- Por supuesto, bueno si Esmeralda quiere porque a lo mejor no quiere quedarse con nosotros_ Daniel intentaba ponerse serio mientras lo decía mirando a la niña, aunque sabía que no habría ningún problema_

- ¿ Podré estar con Macarena y con Mario?_ Preguntó la niña encantada de pensar lo bien que se lo pasaría con los niños de Lucía_

- ¡ Claro que si, mi amor!_ Le respondió Lucía_

Nayala no sabía como agradecer a la pareja lo bien que se habían portado con su hija y lo bien que seguían portándose con ellas.

Ahora que no tenía que sufrir por Esmeralda, lo tenía decidido iría hasta Barcelona a recoger el equipaje.

Estaba casi segura que al ver sus cosas acabaría de recordar cosas que se imaginaba tenía guardadas en lo mas hondo de su mente.

Recordaba la muerte de Andrés y de sus padres pero no lograba recordar nada mas, ni el lugar exacto donde vivía ni si tenía mas familia, sabía que debía hablar con Esmeralda para que ella le ayudase a llegar a todo aquello que ella no llegaba por si sola. ¡Pero la niña lo había pasado tan mal…..! Y ahora que comenzaba a recuperarse como le iba a explicar que su mamá no recordaba donde Vivian ni si tenían mas familia o incluso algún otro hijo ella estaba casi segura que eso no era posible se hubiese acordado al ver a Esmeralda pero lo cierto era que ella ya no estaba segura de nada.

En cuanto regresase de Barcelona intentaría hablar con ella a ver que podía averiguar.

Nayala se levantó aquella mañana, nerviosa tenía que volar sola a Barcelona y sentía cierto temor pero no quería que Javier se preocupase por ella. Estaba decidida a ir y prefería no pensar en lo que se podría encontrar.

 

Capitulo 23.

Esmeralda, no se sentía nada de extraña muy al contrario estaba encantada en casa de Daniel junto a Lucía y sus hijos. Era el juguete de la casa, la princesita esta vez sabía que su mamá volvería enseguida a por ella por eso se dedicó a disfrutar de su estancia con la familia.

Le encantaba ver a Lucía y a Daniel haciéndose arrumacos, se les veía felices. Y es que para Lucía era algo nuevo jamás había sentido lo que estaba sintiendo junto a Daniel, ni siquiera de recién casada, el cafre de su marido jamás la valoró jamás le hizo sentirse guapa ni deseada. Con Daniel todo era hermoso cuando se miraban salían chispas se encendían como dos cerillas, un simple roce de sus cuerpos encendía en ellos el deseo.

Cada mañana al despertarse Daniel que era el primero en llegar al hotel, miraba a Lucía que yacía a su lado. La miraba durante unos segundos y enseguida posaba su mano en su cara con uno de sus dedos seguía el contorno de su cara y bajaba por el cuello de la mujer, el disfrutaba al ver como ella reaccionaba a sus caricias. Separaba lentamente la sabana del cuerpo de la mujer hasta dejar al descubierto su torso. Acariciaba su hombro y lo besaba suavemente, para entonces Lucía ya estaba despierta pero seguía con sus ojos cerrados para no perder detalle y centrar sus sentidos en el placer que le producía el contacto con la piel de Daniel.

Lucía dormía con un fino camisón que perfilaba su sugerente silueta, Daniel podía percibir sus pechos firmes y abundantes y podía comprobar como sus pezones reaccionaban a su contacto. Entonces si el hombre ya no podía frenar su deseo por ella e introducía su mano bajo el suave camisón acariciando lentamente la entrepierna de la mujer creando en ella un deseo incontrolado, hasta que lograba que ella se tuviese que abrir de piernas y ofrecerle su sexo sediento de placer, en poco tiempo él la conoció bien sabía como hacerle ver el cielo acariciaba su vello enredándolo en sus dedos y de vez en cuando dejaba caer uno de sus dedos en la ranura del placer de la mujer. Entonces ella gemía con deseo y reclamaba mas caricias que él le ofrecía deseoso de llevarla al éxtasis que provocaba en el aquel fuego que solo lograba calmar al introducir su miembro erecto en el volcán que ella abiertamente le ofrecía.

Después cabalgaban al unísono hasta quedar extasiados de gozo y placer. Ese era el mejor despertar que podría haber soñado jamás Lucía y también Daniel. Ahora mas que nunca tenía claro que Lucía era la mujer de su vida era completamente feliz junto a ella.

Lucía se permitió faltar al trabajo esos dos días, quería estar completamente dedicada a Esmeralda.

Nayala llegó al aeropuerto de Barcelona en poco tiempo, al menos a ella se le hizo corto el trayecto. Quizás porque en su recuerdo tenía, las muchas horas que pasó en el avión al llegar a España. No llevaba mas que el bolso y una pequeña bolsa de mano, lo primero era acudir a información y preguntar donde debía dirigirse para reclamar su equipaje.

En el mostrador una joven rubia de ojos claros la atendió muy cordialmente. Nayala explicó muy claramente lo sucedido con su equipaje semanas antes cuando ella se vio obligada a quedarse en Cádiz.

La muchacha sin buscar problema alguno le hizo esperarse u momento y un par de minutos después le entregó una nota con un número y le indicó el lugar donde debía ir a recogerlo.

Nayala se despidió con una amplia sonrisa de la chica, estaba feliz parecía que todo se iba poniendo en su sitio. Pero improvisadamente escucho algo por el altavoz que le hizo poner nerviosa y un escalofrío le invadió su cuerpo.

El altavoz informaba del aterrizaje del vuelo llegado de Bogotá Colombia.

Nayala sintió que la vigilaban que la perseguían y aunque sabía que era una tontería porque los pasajeros del avión ni siquiera habían bajado del aparato.

Pero la muchacha no pudo evitar sentir miedo, miro a su alrededor varias veces e intentó calmarse, quiso convencerse de que no fue mas que una mera casualidad la llegada de aquel avión pero su parte supersticiosa la alertaba sin cesar.

Se dirigió rápidamente hacia el lugar donde la joven recepcionista le había indicado que fuese a recoger su equipaje.

No tuvo problema alguno, enseguida reconoció su maleta y la maletita con la ropa de Esmeralda. Las recogió y salio del aeropuerto rápidamente decidida a parar un taxi para llegar al centro de la ciudad donde pensaba alquilar una habitación para pasar la noche hasta el día siguiente o quizás algún otro día mas depende de lo que encontrase en las maletas.

Decidió ir al puerto olímpico, sabía que era la parte nueva de Barcelona y quería aprovechar para visitarla, ante sus ojos se levantaba el hotel "W " uno de los mas modernos y de los mas caros, por eso decidió buscar uno mas sencillo. Aunque Javier le había dado la tarjeta de crédito con toda confianza ella no pensaba gastar mas de lo necesario.

Localizó un hotel que parecía estar bien y aunque no estaba en el mismísimo paseo olímpico estaba en una calle paralela a pocos metros.

El taxi paró delante de la misma puerta y aun no siendo un hotel de muchas estrellas un joven acudió rápidamente a su ayuda. El taxista ya había dejado las dos maletas en la acera, Nayala le pagó el trayecto y el hombre se marchó. La joven siguió al joven empleado del hotel y se dirigió a recepción, se inscribió gracias al inspector Romero que después de apretarle las tuercas a Alonso el chorizo que la vio tirada al lado del contenedor en el puerto.

Nayala ni siquiera recordaba haber cogido el bolso aquella noche, la verdad era que de aquella noche recordaba poca cosa y lo que recordaba intentaba olvidarlo.

Ya en la habitación del hotel, Nayala se estiró un momento sobre la cama, repasaba todo lo sucedido desde que llegó a España, en cuanto llegó a la fatídica noche dio un bote y se levanto de la cama no quería recordar.

Decidió abrir las maletas, pensó en lo que aquellos hombres le decían repetidamente le pedían un dinero que ella jamás había visto. Nayala se preguntaba ¿ Sería verdad que Andrés se había quedado dinero de Salazar? Y si era así ¿ Donde demonios lo había puesto para que aquellos tíos pensasen que los tenía ella?

Abrió la maleta que contenía su ropa, la sacó toda no encontró nada ni notó nada que pudiese indicarle que la maleta se hubiese modificado para esconder alguna cosa.

Pensó en abrir la de Esmeralda pero sentía hambre y decidió darse una ducha y cambiarse de ropa para ir a comer.

Por un momento se sintió extraña al ponerse aquella ropa su ropa, la reconocía incluso le recordaba ciertos momentos de su vida. Sabía que había sido feliz con Andrés y que le había amado, pero le pareció un sentimiento lejano Javier había sabido ganarse primero su respeto luego su cariño y ahora estaba segura también su amor. De todas formas Andrés ya no estaba y ella sabía que él la había amado lo suficiente como para que quisiese que ella volviese a enamorarse y ser feliz.

Capitulo 24.

Vatiare y Alice llegaron al hotel encantadas de la vida, estaba atestado de personas de todos los países. Ellas se sentían pequeñitas al saber que allí estaban los mejores profesionales del mundo y que ellas iban a tener el honor de participar en aquella conferencia. Sabían que se iban a llevar de allí mucha información para poder poner en practica en su consultorio, las mejores y últimas técnicas, los mas revolucionaria mecánica. En fin un mundo nuevo para ellas.

Tardaron un buen rato en obtener la tarjeta llave de su habitación, pero valió la pena era una estancia preciosa sus grandes ventanales deban al mar, estaban en la planta 16 del hotel W con gastos pagados, por lo tanto solo les quedaba disfrutar de su estancia allí.

Las jóvenes se ducharon y se vistieron para ir a comer y a investigar los alrededores, no podían separarse demasiado del hotel pues en pocas horas comenzaría la apertura de la conferencia, ese día solo sería una recepción de bienvenida y exposición de temas, el día siguiente ya comenzaba la ardua tarea de recopilar datos e información estaba claro que debían hacer un buen trabajo porque después deberían explicarle todo a sus colegas en Bogotá. Ellas serían el centro de atención allí por lo tanto no podían perderse ni un ápice de lo que sucediese en Barcelona.

Salieron del hotel, vestidas cómodamente para disfrutar de un largo paseo. Pantalones vaqueros las dos camiseta blanca Vatiare y camiseta negra Alice, deportivas y un bolso estilo mochila.

Después de pasear por todo el puerto olímpico decidieron entrar en un restaurante, se les había hecho un poco tarde y no podían retrasar mas su comida.

Estaban a no mas de 100 metros del restaurante cuando una mujer salía por la puerta del mismo. A Vatiare le dio un vuelco el corazón aquella mujer era el perfil de su hermana Nayala, por un momento se quedó helada es mas mientras Alice seguía caminando hacia el restaurante Nayala se quedó parada y helada al mismo tiempo. Alice al percatarse se giró hacia ella y la vio allí parada como una estatua.

- ¡Nayala, carriño ¿Qué pasó? Estas pálida como una roca._ Preguntó Alice a su amiga_

- Alice o me he vuelto loca o esa mujer que esta ante la puerta del restaurante es mi hermana.

Alice instintivamente miró hacía allí y realmente ella también creyó ver a Nayala, la joven estiró del brazo a Vatiare y echó a correr hacia allí, todo sucedió en segundos ellas estaban apunto de llegar hasta la mujer pero el taxi que la mujer había pedido se paró ante ella. La mujer subió al coche mientras las dos jóvenes gritaban su nombre pero Nayala no las escuchó.

El taxi arrancó y desapareció ante ellas que se quedaron allí paradas sin saber que hacer.

Vatiare sintió como le temblaba todo el cuerpo, aquella mujer que acababa de ver era su hermana estaba segura y no podía quedarse tan tranquila debía encontrarla.

- Vatiare cariño reacciona_ Le dijo su amiga preocupada por ella_

- Alice es Nayala, la he visto ¡No esta muerta Dios mío! Debo encontrarla ¿ Donde puede haber ido?

- Mira tambien te puedes haber equivocado, es cierto que se parecía pero quizás…..

- ¡Ni quizás ni ostias, Alice! Era ella y debo encontrarla y si se encuentra sola y perdida la niña no iba con ella y eso en Nayala es impensable.

- Mira creo que deberiamos entrar y tomar algo, se que no comerás y lo entiendo. No creas a mi tambien se me hha ido el hambre, pero podemos entrar y preguntar por ella quizás es clienta habitual o pueden decirnos algo que nos lleve hasta ella

¿ No te parece? De todas formas no nos queda demasiado tiempo, a las cuatro y media debemos estar en la recepción de hotel. _ Dijo Alice_

- ¡ Comprenderás que yo no tengo el cuerpo para conferencias aunque asistiese no me iba a enterar de nada. Espero que lo entiendas y que me cubras ¡ Por favor!_ Le pidió Vatiare a su amiga_

- ¡ Pero por supuesto boba! Como te puedo pedir que asistas si como tú bien dices no te ibas a enterar de nada. Mira de momento entremos a tomar algo y a preguntar.

Las dos jóvenes entraron en el establecimiento a la entrada una barra de bar impoluta, a su izquierda una puerta que daba a un precioso comedor y a su encuentro se acercó un camarero correctísima mente vestido se dirigió a ellas.

- ¿Las señoras desean almorzar?_ Preguntó el hombre al verlas paradas sin saber para donde tirar_

- No gracias queríamos tomar unos cafés por favor._ Fue Alice la que habló_

Mientras Vatiare ya estaba ante el camarero que se encontraba tras la barra y le preguntaba si conocía a la mujer que había salido de allí minutos antes que ellas entrasen.

El camarero negaba con la cabeza en ese momento el hombre de servicio se introdujo en la conversación.

- ¿ Quiere decir la señorita con rasgos latinos que salió hace poco?_ Dijo el hombre mirando a Vatiare de modo insistente, pues quizás había visto en ellas cierto parecido_

- Si eso es, Notó usted que tenía nuestro mismo acento, ¿ No es cierto?_ Respondió Vatiare entusiasmada_

- Si realmente hablan ustedes igual y si me permite le dire que tienen cierto parecido. ¿ Son parientes? ¿ Quizas llegaron tarde a su cita?_Dijo el hombre buscando una explicación_

-Si…, bueno no no teníamos una cita pero si es mi hermana, hace tiempo que no la veía. ¿No sabe usted donde vive?

- ¡ Lo siento señorita! Su hermana no había venido jamás al local no sabemos nada de ella, siento no poder ayudarla._ Dijo el hombre con cierta tristeza en su rostro_

En ese momento el camarero de la barra ya había puesto los dos cafés y volvió a dirigirse a Vatiare.

- Señorita yo quizás puedo ayudarlas de algún modo.

Las dos chicas y el otro camarero fijaron toda su atención en él

Esperando a ver que era lo que el hombre podía aportar.

- Verán la señorita pidió un taxi y yo mismo llamé a la compañía de taxis, si quieren…._ Vatiare le cortó de inmediato_

- ¡Por supuesto! Dígame ahora mismo que compañía era.

-Vatiare yo debo ir para el hotel, está bien que tu no comparezcas pero al menos yo debo asistir. ¿ Estas de acuerdo verdad?_ Dijo Alice al ver que se le echaba encima la hora y lo peor aun no habían comido. La joven se hizo preparar un bocadillo para ir comiéndolo por el camino. Serían varias las horas que estaría allí encerrada y si no comía alguna cosa no lo iba a soportar._

- Si claro, tu ves para el hotel, yo como comprenderás debo dar con el taxista que ha recogido a Nayala._ Respondió tajante Vatiare_

Nayala llegó a la estación de catalunya preguntó al taxista durante el trayecto y se dirigió a los ferrocarriles de la Generalitat de Catalunya, sacó un billete con destino a Sabadell, eran unos 30 km no le llevaría demasiado tiempo aunque el tren tenía paradas en varias estaciones.

Sus tíos por parte de padre estaban allí sus abuelos emigraron a Colombia con sus tres hijos pero cuando fueron mayores dos de ellos menos su padre regresaron a Cataluña. Era extraño porque ellos se habían criado en Cartagena ( Colombia) Pero decidieron buscarse la vida lejos de allí y no les fue mal.

Se fueron jóvenes y en Sabadell se casaron y formaron una familia, mientras que su padre el mayor de los tres se caso en Cartagena con su madre una mujer muy bella tanto o mas que sus hijas Nayala y Vatiare, la mujer tenía antepasados Hawaianos de ahí su belleza exótica. Belleza que tanto Nayala como Vatiare habían heredado.

Vatiare ya estaba en la compañía de taxis, el taxista que había llevado a Nayala hablaba con ella por teléfono.

- Si señorita, en los ferrocarriles catalanes, Bueno ella me comentó algo de Sabadell. Me preguntó si quedaba muy alejado.

- ¡ Entonces ¿Me dice usted que mi hermana se dirigía a esa ciudad?! _ Le preguntó Vatiare_

- Bueno eso creo, aunque no lo puedo asegurar.

Vatiare pensó que no podía ir hasta esa ciudad sin saber donde demonios debía ir, ella era consciente de que tenían familiares en Cataluña es más casi podía asegurar que si que era en Sabadell, pero ella era la menor y la verdad jamás estuvo al tanto de eso ya que solo recibían cartas y alguna que otra llamada muy de vez en cuando.

Claro que podría ir hasta allí y en ayuntamiento intentar localizarlos con los apellidos de su padre pero era la tarde y no creia que la pudiesen atender.

Pensó que lo mejor sería pedirle a Andés que fuese a casa de sus padres y mirase de encontrar alguna carta de sus tios para obtener la dirección. Logicamente tendría que disimular muchisimo y poner un monton de excusas para no tener que decirle a Andrés que habíha visto a Nayala. ¡ Y si no era ella, y si le decía algo y después debía desilusionarle! No mejor de momento no le diría nada.

Aunque un palpito muy fuerte que era su hermana y que algo no funcionaba bien.

Capitulo 25.

Andrés echaba de menos Vatiare, ella se había convertido en su amiga su confidente, su distracción. Esperaba cada noche cuando la joven terminaba su trabajo en el consultorio y se pasaba por la pensión de la señora Magdalena. Tambien eran bastantes los mediodías en que Vatiare se acercaba allí con algún plato cocinado, fueron varias las veces que le convidó a salir para ir a comer o a cenar pero Andrés se había encerrado en su mundo y era incapaz de poner un pie fuera de la habitación que ocupaba en la pensión.

Vatiare había mantenido largas conversaciones con él, llegó a decirle lo muy enfadada que estaría Nayala al ver como perdía su vida de aquella forma. Le hablaba de las nuevas técnicas medicas y de cómo había leído aquí y allá los nuevos avances con relación a la parálisis, pero el hombre hacía oído sordos estaba claro que no quería curarse era una manera de castigarse por lo que le había pasado a su mujer y a su hijita.

Antes de marchar para Barcelona, Vatiare pensó en decirle que pensaba visitar al doctor Girau, toda una eminencia en temas de columna vertebral.

Antes de salir de Cartagena, la joven envió al doctor Girau todo el informe medico de Andrés para que el doctor se lo pudiese ir mirando mientras ella llegaba.

Al final no le dijo nada, pensó que sería mejor hablar con el doctor primero para poder explicarle a Andrés todas las ventajas que tendría si se ponía en sus manos.

Andrés no estuvo convencido del todo cuando su cuñada le dijo que viajaba a Barcelona, ella le dijo lo de la conferencia de odontología e incluso le dijo que viajaba con Alice, pero él no terminó de creérselo y sus sospechas se afianzaron al buscar entre sus papeles los informes médicos.

Esa obstinada de Vatiare le había enredado, viajaba a Barcelona para ocuparse de su recuperación. ¡ Que cabezona era! ¡ Es que no podía dejar las cosas como estaban, él no quería curarse debía pagar su culpa!

Eso era lo que pensaba el hombre y con ese dolor se pasaba el día llorando y mirando la foto de su cartera donde veía a una Nayala y una Esmeralda preciosas, sus niñas por su culpa ya no podían volver a sonreír ¿ Por qué iba ha hacerlo él si no se lo merecía?

Andrés estaba atormentado, cada día más había pensado en mas de una ocasión quitarse la vida pero eso también era causa de su desesperación pues pudo comprobar que era demasiado cobarde para hacerlo.

Y hora que hacía tres días que Vatiare no aparecía por la pensión para verle, la echaba de menos y sintió que la necesitaba mas de lo que él pensaba.

Después volvía a llorar al pensar en que demonios le iba a ofrecer si no era mas que un jodido invalido.

Así pasaba sus días, poco apoco y cada vez más compadeciéndose de él mismo y no haciendo nada por poner solución.

 

Capitulo 26.

Nayala, estuvo en Sabadell fue estupendo saludar a sus familiares. Estuvo toda la tarde allí a la muchacha le costó explicar todo lo sucedido a sus padres, a su marido y a ella misma.

Pudo comprobar como sus tíos Vivian ajenos al modo de vida, mas que de vida de supervivencia al que tenían que enfrentarse en Colombia.

Le pidieron que se quedase allí un par de días pero ella amablemente rechazó su oferta y les explicó que debía acudir con su hijita. No obstante prometió volver con la niña pasado un tiempo, pero a Nayala le cayó como un jarro de agua fría cuando su tío preguntó por Vatiare, al hombre le preocupaba que hubiese sufrido la misma suerte que su hermano y su cuñada.

Nayala no comprendía nada ese nombre le era muy familiar y de pronto comenzó a tener imágenes de una joven. Reían juntas era muy igual a ella esas visiones le producían dolor de cabeza y se sintió mareada.

Fue su tía quien rápidamente se dio cuenta de que la muchacha acababa de recordar a su hermana.

La sentó de nuevo en una silla y le acercó un baso de agua, la vio pálida y se asustó.

La tarde pasó rápidamente ya eran las nueve y media de la noche cuando entraba en la habitación de su hotel.

Vio las maletas encima de la cama todavía no había abierto la de Esmeralda lo iba a hacer cuando recibió una llamada de recepción.

- Sra. Pujol, tiene usted una llamada del señor Javier Marín_ Le dijo el recepcionista_

- ¡ Ho si pásemela por favor! _ Nayala se dio cuenta que en todo el día no se había parado a pensar en él, le supo mal pero es que no había parado ni un solo segundo_

- Javier, lo siento antes que me eches la bulla debo decirte que no paré ni un segundo en el día de hoy._ Nayala trataba de excusarse y suavizar el momento_

- ¡No pasa nada cielo! Ya imagine que tendrías cosas que hacer. ¿ Que tal, fue todo bien? Supongo que recuperaste el equipaje sin problema alguno._ Javier la hablaba con dulzura y amor_

- Si mi amor, todo bien y ya visité a mi familia mas adelante vendremos los tres a visitarles ¿ Te parece? Se les hizo poco.

- Por supuesto como tu digas, oye he hablado hoy con Lucía Esmeralda está bien no te preocupes, pero quizás será mejor que no la llames así la niña no sentirá tanta nostalgia. De todos modos tu mañana ya vienes ¿ No?

En ese momento Nayala no supo que decir, la imagen de su hermana volvía una y otra vez a su mente.

-

- Si, si claro mañana voy para allá. ¿ Sabes una cosa, tengo una hermana, Vatiare? ¡ Ho Dios mío Javier ! No se que ha sido de ella. Debo volver a casa debo buscarla y saber que le ha sucedido.

La joven arrancó a llorar y Javier intento consolarla como pudo, le prometió que el mismo la acompañaría pero que se tranquilizase de momento,

- Oye se que no es cosa mía pero ¿Qué pasó al final con aquel dinero que andaban buscando, lo encontraste?_ Javier en parte lo que tenía era miedo de que lo tuviese con ella y volviese a tener problemas, había quedado claro que aquella gentuza podía estar en cualquier lugar_

- Bueno ya abrí mi maleta y yo no he encontrado nada ni tampoco vi nada que me haga pensar que modificaron la maleta para esconderlo. ¡ No se Javier! Yo creo que Andrés lo debería dejar por allí tirado y esos mal nacidos la pagaron conmigo!

De todos modos ahora abriré la maleta de Esmeralda pero vamos, no creo que Andrés colocase nada dentro.

- Esta bien, pues te dejo y descansa ¿ Me oyes, has cenado? _ Preguntó Javier preocupado_

- No, aun no lo hice pero no sufras saldré a comer alguna cosa no te preocupes estoy bien. Mañana nos vemos todavía no se que vuelo podré coger yo te aviso ¿OK?

- Está bien un besito mi amor, te echo de menos ¿ Sabes? Te amo y me he acostumbrado a ti, te necesito para respirar.

- ¡ Mira que eres zalamero! Yo también te quiero, dame un poquito de tiempo ¿ De acuerdo?

Nayala sabía que quería a Javier, pero es que en su interior aunque de forma confusa sabía que lo que había sentido por su marido había sido un gran amor. Ahora no podía sentirlo pero sabía que había estado en ella, tenía confusos los recuerdos de Andrés, aun así sabía que le había amado pero ese sentimiento ahora no estaba en ella.

Javier había sido un cielo desde que empezó a ocuparse de ella y había logrado enamorarla. Esmeralda hablaba muy poco o mas bien nada de su padre cosa que Nayala agradecía pues no sabía como explicarle todo lo ocurrido.

Aunque la niña estaba presente cuando todo el tiroteo jamás pronunció una palabra al respecto, tal vez su pequeña memoria lo aparto de tal forma que no lo pudiese recordar para que no le causase daño.

Nayala sabía que tenía una conversación pendiente con su hija y que lo mas seguro era que debería llevarla al psiquiatra, pero de momento se la veía feliz y ella no quería empañar aquella felicidad.

Por fin se sentó a los pies de la cama e intentó relajarse, sabía que tenía que mirar en la maleta de la niña pero no se atrevía, lo cierto era que tenía mucho miedo de lo que pudiese encontrar.

Si Andrés puso allí el dinero, jamás se libraría de aquellos desgraciados tarde o temprano darían con ella. Pudiese ser que la diesen por muerta pero y si no era así y si seguían buscándola.

Se armó de valor y puso la pequeña maleta sobre la cama la abrió y de momento nada le pareció extraño. Sacó una a una las piezas de ropa que ella misma había metido tiempo atrás.

No veía nada fuera de lugar, todo estaba bien colocado como ella lo dejó, pero al sacar el pijamita de Esmeralda notó algo extraño.

Era un pijama de Mickey Mouse a la niña le encantaba, el pijama de dos piezas iba enfundado en una bolsita de felpa con la hechura de la famosa cara del ratón.

En lo que era el cuello del animalito se cerraba la bolsa con una lazada a modo de corbatín.

Nayala notó que pesaba demasiado y lo mismo le pasó al sacar una pequeña mochila que la niña utilizaba para ir al colegio.

Nayala sintió que un frío le recorría su cuerpo, era el dinero sin duda. Un montón de preguntas se agolparon en su cabeza y a ninguna podía darle respuesta.

Para comenzar como iba a ir en avión de nuevo se arriesgaba a que la enganchasen con el dinero¡ Vale que la otra vez tuvo suerte y no revisaron su equipaje! ¿ Pero y si esta vez no salía igual de bien?

No podía arriesgarse de ninguna manera, esta vez se iría en tren o en autobús o alquilaría un coche. Hacía tiempo que no conducía pero si era necesario lo tendría que hacer.

No sabía si llamar a Javier o no decir nada, de todos modos que ganaba preocupándole a aquellas horas de la noche. Lo que iba a hacer era ir a comer alguna cosa en el mismo restaurante del hotel y después irse a dormir, tal vez al día siguiente viese las cosas con mas calma y mas tranquilidad.

Tres horas habían pasado desde que se metió en la cama y seguía sin poder dormir, se estaba poniendo muy nerviosa le dio veinte vueltas al asunto.

Lo único que había llegado a sacar en claro era que no iría a Cádiz en avión, no pensaba pasar el control de equipajes y tener otro disgusto.

Lo mas cómodo sería ir en tren, estuvo mirando en el móvil y tenía el horario de trenes, a las 10 de la mañana salía uno y no lo pensaba perder.

Puso la alarma en el teléfono por si se quedaba dormida a última hora como así sucedió.

 

Capitulo 27.

Vatiare logró averiguar que el taxi llevó a su hermana a los ferrocarriles catalanes y el taxista le explicó de cómo su clienta dejó caer que se dirigía a Sabadell, una ciudad que no estaba a mas de 25 Km. de la ciudad condal.

Se dirigía a visitar unos parientes a los que apenas había visto una vez en su vida. El hombre relataba lo simpática que era la mujer aunque su mirada de unos ojos muy bellos era triste, como si guardase un gran dolor en su alma.

Vatiare cada vez tenía mas claro que se trataba de su hermana, ella recordaba que sus tíos ciertamente vivían en aquella ciudad pero al ser la menor jamás se preocupo de saber su dirección ni teléfono ni nada donde poder encontrarlos.

La joven se desesperó como demonios iba a encontrarla sería imposible aunque siempre tenía la posibilidad de pedirle a Andrés que fuese a casa de sus padres y mirase en la agenda que siempre habían tenido en el pueblecito de la entrada.

Lo difícil sería sacar a Andrés de la pensión, pero debía intentarlo lo que tenía claro era que aun no le podía hablar de Nayala, no sin tener la certeza de que la iba a encontrar.

Esa mañana Alice le explicaba a Vatiare como había ido la conferencia y que no debía preocuparse por nada, la tenía toda grabada Alice esperaba que su amiga pudiese asistir esa misma tarde a la segunda parte, pero entendía perfectamente que su cabeza se mantuviese completamente ocupada con el asunto de su hermana.

Pero Vatiare la sorprendió esa mañana pensaba dedicarla a hablar con el doctor Girau, era otra de las razones que la habían llevado a Barcelona y no pensaba irse de allí sin hacerlo.

Debía tomar el metro hasta Sarriá, el doctor la iba a recibir en su consulta privada.

Alice decidió acompañar a su amiga, durante el trayecto conversaban sobre lo que iba a hacer Vatiare con respecto a lo de su hermana.

- Pues me guste o no le pediré a Andrés que vaya a casa de mis padres y mire la agenda, debo averiguar la dirección de mis tíos y solo así sabré alguna cosa de mi hermana, se que es ella y debo agotar todas las posibilidades de encontrarla.

- ¡ Por supuesto! Tu tranquila y si tuvieses que quedarte aquí un tiempo cuenta conmigo yo me haré cargo del consultorio, tu por eso no sufras._ Le decía Alice para tranquilizarla_

Las muchachas salieron del hotel mirando una guía turística donde quedaban reflejadas las líneas de metro.

Vatiare decidió ir a pie hasta la estación mas próxima y allí en una esquina con la mano en alto estaba ella con dos maletas a sus pies.

Vatiare gritó como una posesa, no podía permitirse dejarla marchar esta vez no.

Salió corriendo y gritando el nombre de su hermana.

- ¡ Nayala, Nayala! Hermana mírame soy yo Vatiare. Nayala espera por favor.

Nayala escuchó perfectamente su nombre, giró un poco su cabeza y pudo ver como una joven corría hacia ella gritando su nombre. La reconoció de inmediato era su hermana, la joven dio un grito ahogado tapándose la boca. La emoción le causaba dolor en el pecho, por un momento pensó que iba a caer redonda al suelo.

Su hermana llegó a su lado y la abrazó con fuerza las dos chicas se besaron llorando con un gran desconsuelo. Vatiare solo repetía ¡ Estas viva Dios mío, estas viva!.

Alice miraba a cierta distancia la emocionante escena también ella lloraba, esperaba que las hermanas se calmasen para saludar a Nayala. Jamás había vivido algo así y le costaba reaccionar, ya casi tenían asumida la muerte de Nayala y en ese preciso momento la encuentran. Alice cría mucho en el destino y ahora aun más estaba claro que Vatiare debía viajar a Barcelona y así ocurrió. Todo se alineó para que sucediese el encuentro.

Ya mas tranquilas decidieron trasladarse al hotel donde se alojaban Alice y Vatiare. Esta tenía una ardua tarea pues no sabía como decirle a su hermana la situación en que se encontraba Andrés.

El tema se le complicó aun más cuando Nayala le explicó todo lo sucedido, fue muy doloroso explicarle a su hermana como vio morir a sus padres y a su esposo y después salir huyendo con la niña para terminar con tremenda paliza aquí en España y la separación de su hijita y su perdida de memoria…….

Vatiare no sabía si podría con toda aquella carga y ahora decirle que Andrés estaba vivo pero como muerto en vida y para colmo Nayala le dice que ha podido recuperarse un poco gracias a Javier su medico. Vatiare pensó que le iba a estallar la cabeza.

Alice que la conocía muy bien, le hizo varias veces señas con la cabeza a modo de negación. Ella también creyó que no era oportuno decirle lo de Andrés ya tendrían tiempo.

A Vatiare se le rompía el corazón al saber que su hermana volvía a ser un poquito feliz y ella sería la causante de que esa alegría se viese truncada.

Sencillamente no pudo hacerlo, no le dijo nada.

Esa noche la pasaron hablando, lógicamente Nayala tuvo que llamar a Javier y a Lucía para explicarles el inesperado y grato encuentro que había tenido.

Tanto Javier como Lucía y Daniel se alegraron mucho de lo sucedido, les pareció increíble tanta casualidad y se alegraron muchísimo por ambas.

Lucía le dio la noticia a Esmeralda, para que se quedase tranquila al ver que su mamá no volvía.

- Esmeralda mi amor, ¿Sabes? Ha llamado mamá vendrá mañana.¿ A que no adivinas a quien se ha encontrado en Barcelona?

La niña se encogió de hombros y puso cara de circunstancia.

- A tu tía Vatiare, ¿ Como es que nunca me hablaste de tu tía?

_ Preguntó Lucía a la niña_

- No se, yo creí que……_ La niña no sabía que decir_

- Pero no comprendo, tu tía estaría sufriendo por vosotras la podíamos haber llamado y decirle que mamá y tu estabais bien.

_ La niña hacía pucheros y con la voz entrecortada le respondió_

- Pensé que mi tía también estaba ……._ La niña no se atrevía a decir la palabra, pero Lucía lo entendió rápidamente_

- ¡ No mi amor, no llores! No sabes como lo siento, pensaste que estaba muerta ¿ Verdad? Bueno pues mira no es así y ahora está con mamá ¡ Quizás podáis volver a estar juntas!

- ¡No, yo no quiero volver allí no quiero!_ Esmeralda se agarró a las faldas de Lucía y se refugió ahí, ahogando así su miedo.

- Mi amor no llores, ya veremos que pasa tu no sufras mamá hará lo mejor para las dos. Vamos límpiate esas lagrimas que Macarena te espera en su habitación para que la peines.

Lucía sabía que diciéndole eso, Esmeralda se distraería y pasaría el mal trago. A Esmeralda le encantaba peinar la larga melena de Macarena, la hija de Lucía.

Lucía sintió pena por la niña, que debería estar pasando en la cabecita de esa muñequita. La mujer pensó como sentiría que esa niña se fuese de su vida, como la iba a echar de menos.

Confiaba que el amor que Nayala sentía por el doctor Javier Marín las retuviese en España.

 

Capitulo 28.

Pasaron una buenas horas charlando e intentando aclarar que iban a hacer con sus vidas.

Nayala le dejó bien claro a su hermana que no pensaba volver a Cartagena, había encontrado de nuevo la felicidad y no pensaba dejarla escapar. ¡ Claro que ella no sabía que su marido estaba vivo! Vatiare por su parte le explicó lo bien que funcionaba su clínica dental y que tenía un prospero futuro en su tierra natal.

Cuando a la mañana siguiente se iban a separar para ir cada una a su destino Alice le dijo a Vatiare algo que tenía dentro y que necesitaba soltar.

- Mira ya se que yo misma te dije que no le contases nada a tu hermana sobre Andrés, pero creo que nosotras no somos nadie para ocultarle algo así tienen una hija en común y aunque ella ahora crea estar enamorada de ese doctor….¿ Bueno quien sabe? Cuando vuelva a ver a Andrés lo mismo las cosas cambian e incluso él tiene una motivación para desear operarse ¿ No crees?

- ¿ Piensas que debería decírselo verdad?_ Dijo Vatiare apenada ya que en el fondo sabía que se había enamorado de su cuñado y le dolía perderle, pero Nayala era su hermana y Esmeralda tenía derecho a tener a su papá_ Está bien se lo diré y que ella decida_

Las dos amigas salieron de la habitación para encontrarse en el vestíbulo con Nayala que había ocupado otra habitación.

Nayala volvía a Cádiz, Vatiare y Alice se quedaban dos días mas en Barcelona, las conferencias estaban por terminar y a Vatiare le gustaría asistir a las dos que quedaban y todavía tenía que ver al doctor Girau ya que tuvo que anular la visita al producirse el encuentro inesperado con su hermana.

Tuvo suerte pues el doctor Girau era un profesional muy ocupado pero llevaba varios días en casa debido a una gastroenteritis que le tenía completamente agotado. Esa era la razón por la que había citado la primera vez y esta segunda en su consultorio privado que tenía en su propia casa.

Esa misma mañana pensaba hablar con él eso no se lo iba a contar a su hermana hasta que no tuviese un diagnostico del doctor Girau.

Al llegar al hall del hotel, vieron rápidamente a Nayala allí estaba ella con las dos maletas y dando orden al recepcionista para que le pidiese un taxi que la llevase a la estación de Sants para montarse en el tren que la llevaba de nuevo a Cádiz, a su casa, con su hija y con su nuevo amor.

- ¡ Buenos días chicas, dormí como una marmota! Este hotel es mucho mejor que el que yo escogí _ Nayala se veía feliz, Vatiare estuvo tentada de no decirle nada, pero Alice la animó ha hacerlo y ella decidió que era lo que debía hacer_

Las dos jóvenes le devolvieron el saludo y Vatiare se decidió a hablar.

- ¡ Nayala, yo…..! _ La muchacha tragaba saliva sin cesar no sabía como afrontar aquello_ Debo decirte algo, pensé no hacerlo pero creo que tienes derecho a saber.

- ¡Me estas asustando! ¿ Que te ocurre, acaso te han amenazado a ti también? Porque si es así yo misma mataré a ese malnacido.

_ Respondió Nayala muy alterada_

- ¡ No, no nada de eso! Veras…. Andrés……

-¿Si? ¿Qué pasó?_ Preguntaba Nayala muy confundida_

- Está vivo……, Andrés esta vivo._ Dijo rápidamente como si supiese que si no lo hacía así no lo diría_

- ¡ Vatiare! ¿ Estás de broma hermana? Yo lo vi caer al suelo sangrando, los hombres de Salazar me lo dejaron bien clarito.

- Bueno si, también tú estabas muerta para nosotros eso le dijo Salazar a Andrés_

Nayala se quedó blanca, no sabía que pensar, que demonios se suponía que debía hacer ahora.¿ Y Javier? Dios ella le amaba como se lo iba a decir y Esmeralda ……Nayala tenía muchas preguntas y no tenía respuestas.

- ¡ Ya veo! Es cierto, ¿Cómo está él?_ Preguntó la mujer por su marido_

- Bueno lo va llevando pero la verdad es que mal, pero cuando ahora le diga que estáis las dos bien, confío que se recuperará del todo esto le dará fuerzas para dar el paso.

-¿ Que?_ Nayala no terminaba de entender a su hermana_

- Andrés está en silla de ruedas desde entonces, no te voy a mentir está muy abatido yo he intentado por todos los medios sacarle de ese pozo pero no lo consigo.

- ¡ Vaya a si que solo quedamos Esmeralda y yo! No te preocupes asumiré mis responsabilidades, en cuanto pueda iré para allá. No le digas nada de Javier quiero ser yo quien se lo diga. Hablaré con él y espero que me comprenda porque yo no soy la misma ni mis sentimientos yo…..

- ¡ Pero él no tiene culpa él te ama todavía!

- Si pero yo a él no, y mi corazón no recuerda como le amaba, se que le amé eso lo se, pero ahora también se que amo a Javier.

Alice las escuchaba atentamente, sin decir ni pío ella pensaba que eso era algo entre las hermanas, pero creyó que Vatiare debía decirle a su hermana que ella estaba sintiendo algo especial por Andrés, Alice estaba segura de que le amaba por mucho que ella le dijese que no. Pero ese interés en curarle esas horas y horas dedicadas a él. Vatiare podría decir lo que quisiese pero ella estaba segura de que su amiga estaba enamorada hasta los huesos.

Fue Alice la que percibió que dos hombres las miraban insistentemente, pero creyó que simplemente estaban recreando su vista con la belleza de las chicas.

 

 

 

 

Capitulo 29.

El viaje hasta Cádiz le resultó un tanto angustioso eran muchas las emociones que había tenido en tan solo un par de días.

Sus sentimientos comenzaban a ser contradictorios, mientras intentaba dar una cabezadita en el tren, visiones como pequeños fragmentos de una película donde se veía riendo feliz con Andrés, haciendo el amor paseando a Esmeralda. Estaba claro que era una pareja feliz Nayala se preguntaba ¡ Como podía haberlo olvidado! Tuvo un gran sentimiento de culpa debía volver a su lado y hacerle salir del pozo donde había caído. ¿Pero y Javier, como se lo iba a decir? Cierto que era un hombre inteligente y bueno y seguramente la comprendería pero ¿ Y su corazón, lo entendería?

Nayala estaba hecha un lío, las lagrimas le resbalaban por su cara sin poder evitarlo. Al final cayó rendida y se durmió.

Javier llevaba de la mano a Esmeralda, estaban a pie de vía esperando la llegada del tren procedente de Barcelona.

La niña miraba de un lado a otro buscando a su mamá pronto dio con ella Nayala se asomaba por una de las ventanas para hacerse ver y que Javier fuese hasta ella para ayudarla con las maletas.

- ¡Mami, mami ya estás aquí! Que bien mami. _ Esmeralda gritaba llena de alegría al ver de nuevo a su mamá_

- Hola mi vida, mami ya está aquí con su princesa. ¿ Como estás mi amor?

La niña se tiro a su cuello y la lleno de besos y abrazos. Javier esperaba pacientemente su turno. Nayala bajó a la niña y se adelantó para ponerse ante Javier la pareja se besó, Javier con pasión incontrolada y Nayala con cierta reserva que Javier notó rápidamente.

- ¿Estas bien cariño, te sucede alguna cosa?_ Le preguntó el hombre un tanto extrañado y preocupado_

- No, estoy bien pero debemos hablar Javier en casa tranquilamente. _ Nayala fue lo mas suave que pudo, pero eso no quitaba el ser sincera. Pasó suavemente su mano por la cara del hombre acariciándole cariñosamente.

Vatiare estaba ante el doctor Girau, no acababa de comprender lo que el eminente doctor le estaba diciendo.

- A ver señorita, lo que quiero que entienda es que su cuñado no sufre ninguna lesión ni enfermedad que no le permita caminar. Por tanto solo me cabe pensar que está bajo los efectos de un trauma neurológico.

Es como si él se sintiese tan culpable por lo sucedido a su mujer y su hija que se castiga por ello. Algo en su cerebro bloquea la orden nerviosa que dice a sus piernas que se mantengan en pie.

-¡ Pero doctor ante eso! ¿ Que se puede hacer?_ Preguntó Vatiare muy preocupada_

- Pues verá quizás con alguna otra situación traumática sus estímulos reaccionarían.

- ¿Me está diciendo que alguna información, o alguna situación extrema podría hacerle reaccionar?

- Exacto, lo ha entendido perfectamente.

- Bueno debo pensar que en cierto modo mejor así ¿ No? Pues si no hay razón física que se lo impida tal vez será cuestión de tiempo.

Vatiare salió de la consulta de doctor con una cierta tranquilidad. Ahora sabía que no era necesario pasar por ninguna operación Andrés necesitaba saber que Nayala y su hija vivían, eso le iba hacer reaccionar estaba segura.

 

Capitulo 30.

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