Lily

Lily


Capítulo 16

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Capítulo Dieciséis

Al despertar, Kyle se agarró la cabeza y descubrió la sangre pringosa y húmeda que tenía impregnada allí y en la cara.

—Lily...

Se incorporó para sentarse.

—¡Kyle! —lo llamó una voz familiar. Solo entonces se dio cuenta de que Gwyneth estaba a su lado—. Kyle —repitió ella—, Logan se ha llevado a varios guardias y ha ido a por ella.

Se frotó la cara con la manga para limpiarse la sangre lo mejor que pudo mientras se maldecía por haberle fallado a Lily una vez más.

—Estaba a punto de ir a buscarlas cuando giré la cabeza y vi a dos hombres que se abalanzaban sobre mí. Intenté sacar mi espada, pero me golpearon en la cabeza antes de poder alcanzar la empuñadura. ¿Se las han llevado a las dos?

—Se llevaron a Lily, pero hemos encontrado a Molly a poca distancia de aquí. Estaba inconsciente como tú y no recuerda nada de lo que ocurrió. Está asustada y preocupada por su prima, pero estará bien. Las pruebas apuntan a que eran cuatro hombres a caballo. Deben haberse ocupado de ti primero antes de ir a por ellas.

—¿Dónde diablos estaban nuestros guardias? ¿Qué estaban haciendo?

—Algunos estaban cazando y dos fueron noqueados, también los golpearon en la cabeza.

Kyle se puso de pie tambaleándose, pero logró componerse para alcanzar su caballo.

—Debo ir tras ellos. Logan necesita mi ayuda.

Sorcha se puso delante de él y levantó los dedos.

—¿Cuántos ves?

—Tres, y también veo a una muchacha a la que me veré obligado a apartar de mi camino si no se mueve.

—Kyle —dijo Gwyneth—, no estás pensando con claridad. Son solo dos dedos. Podrías hacer más daño que bien persiguiéndolos cuando es probable que acabes cayéndote del caballo.

—No me importa. Es mi culpa. Permití que las muchachas me convencieran de mantenerme a distancia para proteger su estúpida privacidad. Ahora mirad lo que ha pasado. Debo ir tras Lily. ¿Cuántos iban a caballo?

Se subió al caballo, aunque le costaba un poco mantenerse erguido. Diablos… Debió haber sido una enorme roca la que lo golpeó.

Gwyneth fue tras él.

—Le dije a Logan que lo seguirías Se llevó a Molly por si recordaba algo que les ayudara en su pesquisa. Ve con dos guardias más. También hemos enviado un mensajero a casa solicitando ayuda. Creemos que hay cuatro caballos. —Gwyneth silbó y dos hombres se les aproximaron desde los árboles—. ¡Montad! —les ordenó—. Vais a ir con él. Se marcharon rumbo al norte.

Kyle no podía esperar. Agitó las riendas y se puso en marcha. Los guardias tendrían que alcanzarlo. Sentía como si diez hombres dentro de su cabeza estuvieran golpeando con pequeños martillos para intentar salir de allí, pero no dejaría que eso lo detuviera.

Tenía que encontrar a su Lily, estaría perdido sin su amor.

Cuando por fin despertó, Lily miró desconcertada a su alrededor. Estaba sobre una cama mullida y arropada por un montón de pieles, en una cabaña bien cuidada y limpia.

¿Dónde diablos la habían llevado? Se incorporó para buscar alguna pista por la pequeña habitación, pero volvió a caer en el lecho, la cabeza le empezó a latir con fuerza en cuanto se movió. Ahora lo recordaba... La habían golpeado en la nuca.

¿Dónde estaba Molly?

¿Dónde estaba Kyle?

¿Qué les habían hecho?

Un rostro se asomó por la puerta.

—¡Bien, estás despierta! ¿Cómo se encuentra tu cabeza? Lo siento, pero tuve que noquearte para que no gritaras. Por favor, perdóname.

Cormag Buchan se acercó a ella y Lily levantó una mano para detenerlo.

—Aléjate de mí, Cormag. No quiero tener nada que ver contigo.

Movió las piernas hacia un lado de la cama para bajarse de ella, pero él estuvo a su lado en un instante.

—Yo te quiero, Lily. Me enamoré de ti desde que llegamos a tu tierra. Nunca había visto una muchacha tan amable y hermosa como tú. Pero me ignoraste todo el tiempo que estuvimos allí. Tenías que ser mía. No me temas, con el tiempo me querrás, estoy seguro de ello.

Lily se quedó helada. Ahora reconocía su voz.

—¿Tú? ¿Eras tú el que me seguía? ¿Incluso en la tierra de los Ramsay?

Los latidos de su corazón se aceleraron al darse cuenta de las implicaciones de lo que acababa de descubrir.

Había estado planeándolo durante mucho, mucho tiempo.

¿Era verdad lo que decía? ¿Lo había ignorado? Pensó en el tiempo que había estado en tierras de los Ramsay, junto con Davina y su padre. En una ocasión, cuando estaban todos en el salón durante unos festejos, había sorprendido a Cormag mirándola persistentemente. Él nunca le había dirigido la palabra, por lo que no había conocido su voz. ¿Fue entonces cuando todo empezó? También se lo encontró un día en el establo, mientras ella se encargaba de Rayo de Sol; y, otra vez, mientras conversaba con su madre, vio que la observaba desde la chimenea. Cada vez que lo veía, él se daba la vuelta.

¿Por qué no había pensado en él antes? Bueno, quizás porque no era el primer muchacho que la miraba así.

—¿Dónde están Kyle y Molly?

—No me interesa Molly. Perdóname, pero necesitaba dejar fuera de combate a Kyle, a Molly y a tus guardias. Mis hombres, por desgracia para ti, disfrutan golpeando a la gente. Es una de sus especialidades. Los contraté por esa razón. Pero no te preocupes, estarán bien cuando se despierten. Si hubieras aceptado venir conmigo cuando te lo pedí aquella vez, cerca de tu torre, nada de esto habría sucedido. No me habría visto obligado a llevarte así o herir a los demás. ¿Por qué no quisiste venir conmigo?

—Cormag, yo no te quiero, amo a otro. Por favor, libérame y no le diré a nadie lo que has hecho. —Bajó de la cama y se agachó para colocarse las botas en los pies, pero eso le provocó un dolor punzante que le recorrió la cabeza—. ¡Ahh...! No me importa el dolor, debo marcharme ahora mismo.

Él se quedó de pie frente a ella y le tomó las dos manos.

—Lo siento, Lily. Pero no vas a ir a ninguna parte. Serás mi esposa y viviremos aquí felizmente por el resto de nuestras vidas, con muchos niños correteando a nuestro alrededor. He procurado equipar esta cabaña con todo lo que puedas necesitar: suaves sábanas, cálidas pieles, una gran chimenea para el invierno y muchos tapices en las paredes. Mira toda la madera que he cortado para mantenerte caliente. —Señaló un arcón que se alzaba a un lado de la cama—. Incluso he mandado hacer bellas batas y camisones de noche para ti. Ya lo verás, seremos felices para siempre.

Lily lo miró con los ojos entornados, preguntándose qué era lo que podría haberlo confundido tanto.

—No me casaré contigo, Cormag Buchan. Pertenezco a Kyle Maule y me voy en este instante.

Trató de apartarlo, pero era demasiado voluminoso para su pequeña constitución.

Entonces él la empujó para que vuelva a la cama y se subió encima de ella sosteniéndose sobre los codos mientras la miraba a los ojos.

—No me has oído. Te quiero, y tú aprenderás a quererme. Kyle cometió un gran error y ahora serás mía. —Lily hizo lo posible por no llorar—. Mi amor, ¿por qué te has cortado el pelo? Tenías el cabello más bonito del mundo. Me disgusté mucho cuando me di cuenta de que lo habías hecho.

—Entonces déjame ir. Me gusta el pelo corto.

—No. Volverá a crecer, puedo esperar. —Se inclinó y depositó un casto beso sobre sus labios—. Eres mía para siempre.

Kyle no tuvo que ir muy lejos para encontrarse con Logan y Molly.

—¿Molly está bien?

Logan llevaba a Molly en su caballo.

—Envié a los guardias al frente. No se siente bien y sus recuerdos no han regresado. Voy a dejarla con Gwyneth, pero tú sigue y yo te alcanzaré.

Kyle apremió a su caballo, pero Molly le gritó en el último instante.

—¡Kyle! Recuerdo algo.

Él se detuvo y se volvió hacia ella.

—¿Qué es?

—Cormag. Estoy segura de que fue la voz de Cormag Buchan la que oí justo antes de que me golpearan en la cabeza.

Kyle mataría a ese bastardo.

Lily había reflexionado mucho antes de decidir cuál era su mejor curso de acción. Fingiría que lo aceptaba todo. Sería mucho más fácil tratar con Cormag si él se fiaba de ella. De hecho, ya lo había convencido de que le diera algo de espacio alegando que necesitaba dormir debido a su dolor de cabeza. Él la dejó sola en la habitación y cerró la puerta tras de sí.

Se pellizcó las mejillas y se arregló la bata antes de dirigirse a la puerta, pero estaba cerrada por afuera.

—¡Cormag, tengo hambre! ¿Puedo salir a buscar algo para comer?

Tenía ganas de vomitar sobre sus botas, pero utilizó su voz más dulce y esbozó su mejor sonrisa. Con un poco de suerte, sería capaz de aguantar hasta que pudiera apuntar el vómito a las botas de él en vez de las suyas.

Oyó que se levantaba el cerrojo y cruzó las manos delante de ella en un esfuerzo por mostrarse más inocente. En cuanto vio su cara asomando por la puerta le dijo:

—Buenas noches, Cormag. ¿Me permites salir a comer algo?

El muchacho la miró con recelo mientras abría un poco más la puerta.

—¿Prometes no huir?

—Sí, lo prometo. La verdad es que estoy demasiado cansada para correr. Ha sido un viaje agotador para mí y quisiera dormir hasta bien entrada la mañana. Pero primero debo hacer algo con el rugido de mi vientre.

Cormag dio un paso atrás para permitirle salir de la habitación. Ella se dirigió a la cámara principal. Había un gran hogar en un extremo y una pequeña mesa con dos sillas frente a él. Se veían muchos utensilios de cocina, incluidos varios cuchillos. Había flores secas en los jarrones y cojines bordados sobre las sillas.

Se acercó a una de ellas frente a la chimenea y se fijó en todo lo que la rodeaba.

—¡Vaya, está todo precioso, Cormag! ¿De quién es esta casa?

Se sentó y cruzó las manos sobre el regazo. Él, aún con el ceño fruncido, fue hasta la olla que colgaba en la chimenea para servirle un tazón de estofado y lo depositó sobre la mesa junto a ella.

—Lo he preparado todo, Lily. He estado trabajando en esto desde que dejé la tierra de los Ramsay. Sabía que me querías entonces, como yo te quiero a ti. Aunque fue difícil dejar a mi padre para hacer que todo resultara adecuado para ti. ¿Te gusta?

—Has hecho un gran trabajo. Se está muy bien aquí. ¿Puedo comer ya?

Cormag asintió mientras llenaba un segundo tazón para él.

—Sí. Es estofado de jabalí, lo he cocinado especialmente para ti. No tiene granos, porque sé que no puedes comerlos. Fui muy cuidadoso.

Lily dio un bocado y luchó por no botar el horrible brebaje por toda la habitación. Se obligó a tragar y se recordó a sí misma que necesitaría alimentarse y tener fuerzas para escapar de aquel hombre.

Se comió hasta el último trozo del asqueroso guiso y luego se levantó, estirando los brazos por encima de la cabeza y bostezando.

—¿Puedo volver a la cama, por favor? Estoy muy cansada, necesito dormir. Mi madre siempre dice que yo necesito dormir más que la mayoría de la gente.

Cormag le llevó a la habitación un cuenco antes de ayudarla a entrar allí como si fuera una inválida.

—Lily, te traeré un bonito camisón. Puedes ponértelo esta noche.

Corrió hacia el arcón y sacó la exigua prenda estirándola sobre la cama.

Hasta entonces todo había salido según el plan de Lily. Solo había un problema y sabía que tendría que hacer lo impensable para superarlo.

Cormag la miró, sus mejillas se habían sonrojado; luego salió de la habitación y cerró la puerta. Sí, solo había una forma de librarse de él. Al menos ya había caído la noche y estaba oscuro. Se puso el camisón, pero dejó la bata cerca para poder ponérsela encima de la delgada prenda más tarde. Encontró un pequeño saco y lo escondió debajo de la cama, luego se metió debajo de las pieles.

Mi Señor, ayúdame a superar esto.

Aguardó unos instantes e inspiró para tomar fuerzas, luego gritó a su captor:

—¡Cormag, hace frío aquí! ¿No me vas a calentar?

Pudo oírlo tantear el cerrojo de madera al otro lado de la puerta. Cuando entró, miraba a Lily con los ojos muy abiertos.

—¿Quieres que yo te de calor?

—Sí, pero me duele la cabeza por el golpe que me diste antes, así que espero que no te aproveches de una muchacha convaleciente.

Agitó las pestañas hacia él y luego bajó la mirada hacia sus manos cruzadas sobre el regazo.

Cormag entró tropezando con sus propios pies antes de arrancarse las botas y arrojarlas a una de las esquinas.

—Lily, mi dulce Lily... Haré lo que me pidas. Solo quiero tenerte entre mis brazos.

Ella volvió a acomodarse en la almohada.

—Sabes que soy tímida. Por favor, apaga la vela y ven a calentarme.

Cerró los ojos rezando para que hiciera lo que le pedía.

Cuando él se metió, ella se esforzó por evitar las arcadas. El muchacho necesitaba un baño. Cerró los ojos y pensó en Kyle, el amor de su vida, y en lo agradable que le resultaba su aroma. Esperaba que estuviera ahí fuera buscándola. Se apartó un poco de Cormag cuando este se acercó a ella, pero él atendió a su petición: no la tocó de forma inapropiada. Esto es necesario, se recordó a sí misma. Él tenía que creer que podía confiar en ella. Aunque le daba asco tocarlo, incluso acarició la mano con la que la rodeaba.

Mucho más tarde, después de varios episodios en los que Cormag tosía y se acercaba un poco más a ella, finalmente se quedó dormido. Su respiración era rítmica. Cada vez que se movía en el sueño, ella conseguía apartarse un poco más de él. Soltó un fuerte ronquido y se quedó de espaldas, entonces Lily saltó de la cama. De pie, inmóvil a un lado, contuvo la respiración y esperó.

Después de unos minutos transcurridos sin que él se moviera, se puso la bata, cogió las botas y el saco que había dejado debajo de la cama y salió de puntillas de la habitación, agradeciendo que no hubiera trancado la puerta, lo cual hizo ella una vez estuvo afuera. Se puso las botas y la manta, cogió dos cuchillos de la mesa junto con un trozo de carne cocida y dos tortas de avena y se escabulló por la puerta principal.

Una vez en el exterior, corrió tan rápido como le permitían sus menudas piernas, atravesando árboles y arbustos con la esperanza de poder llegar lejos, muy lejos antes de que él notara su ausencia. Por desgracia, no tenía ni idea de qué dirección tomar. Solo podía seguir su instinto. Rezaba todo el tiempo para que Kyle la encontrara antes de que Cormag se despertara y fuera tras ella.

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