Lily

Lily


Capítulo 18

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Capítulo Dieciocho

La confianza de Kyle se debilitaba. ¿Dónde diablos podría estar Lily? Había buscado por toda la zona siguiendo las huellas de un caballo que había detectado al salir de la cabaña, pero no tuvo éxito y volvió a perderlas en el arroyo. Parecía que esta vez el caballo llevaba a un solo jinete en lugar de dos.

Si era así y el jinete era Cormag, ¿qué había pasado con Lily? Repasó lo que le habían enseñado Quade, Logan, Seamus y Mungo, todos los maestros a los que había escuchado a lo largo de los años sobre el rastreo.

Por si acaso, decidió probar una ruta diferente. Su entusiasmo aumentó cuando descubrió huellas frescas en una dirección que no había previsto. Espoleó al caballo atravesando los matorrales para alcanzar al jinete solitario. Bastante seguro de que se trataba de Cormag, posó la mano en la empuñadura de la espada para asegurarse de que estuviera fácilmente accesible. Si tenía que matar al bastardo para averiguar dónde estaba Lily, lo haría sin dudarlo.

El tiempo pasaba y una tormenta eléctrica se había desplazado a la zona iluminando el bosque. Pero estaba tan trastornado que apenas se dio cuenta del chaparrón que le caía encima.

Todo lo que podía pensar era en el error que había cometido al querer esperar para casarse con Lily. ¿Qué clase de idiota era? Su secuestro le hizo darse cuenta de lo profundo que era su amor. Daría cualquier cosa por su muchacha, incluso su propia vida. Ella era la persona más dulce de toda la tierra, siempre generosa, cariñosa, amable y de gran corazón. Sus prioridades habían estado equivocadas. Sí, su trabajo como guerrero de los Ramsay era importante, pero no tanto como ser el esposo y protector de Lily Ramsay, el verdadero orgullo y alegría de su clan. Su jefe era el centro del clan, pero Lily era su corazón y su alma.

La amaba y ella era su prioridad: como esposa, como madre de sus futuros hijos, como su mejor amiga... Se propuso dejar de intentar posponer el matrimonio. En cuanto la encontrara, se casarían; allí mismo en el bosque o en casa, no importaba dónde. Se consagraría a ella y la tomaría como esposa tan pronto como fuera posible.

Pero primero tenía que hallarla. Señor, ayúdame a encontrar a Lily.

Seguía lloviendo a cántaros, pero la tormenta eléctrica por fin se estaba debilitando. Nada le importaba, encontraría a Cormag a pesar de cualquier inclemencia. A lo lejos oyó el sonido de otro caballo que se abría paso entre la maleza y agitó las riendas de su corcel.

Cuando llegó a un pequeño claro, pudo comprobar que el hombre que montaba el otro animal era efectivamente Buchan.

—¡Cormag, bastardo! ¿Dónde está Lily? —gritó mientras iba al encuentro del patán.

Cormag miró por encima de su hombro y respondió a voces:

—¿Cómo voy a saber dónde está? Es tu chica.

Kyle gruñó y cuando se detuvo frente a él saltó de su caballo, lo agarró y lo lanzó al suelo de un tirón. Su puño impactó contra la cara y el vientre del hombre antes de darle la oportunidad de hablar.

—¿¡Dónde está!? Encontré esa estúpida cabaña que preparaste para ella. Sé que estuvo allí.

—¡Sí, es cierto! —soltó Cormag—. Lily me quiere. No te quiere a ti. La traje a la cabaña porque deseaba estar lejos de ti. Tú la negaste, por lo que ella corrió a mis brazos. Lily me ama; me quedé dormido rodeándola con mis brazos.

Kyle no podía creer las palabras que salían de la boca de Cormag. Mentiras, todas mentiras. Tenían que serlo. Lily nunca se habría ido con él voluntariamente.

—¡Sucio mentiroso! Si te quiere, ¿dónde está? —Kyle le dio dos puñetazos más en el suelo—. ¿¡Dónde está!? —Cormag seguía negándose a responder, así que Kyle se sentó sobre él y le apretó el cuello—. Voy a acabar contigo.

Cormag chilló.

—Entonces nunca sabrás dónde está, ¿verdad?

Kyle lo golpeó en la cara. El crujido que produjo su puño reveló que le había roto la nariz al bastardo.

—¿Dónde está?

Buchan levantó las manos en señal de rendición e intentó detener la sangre que le brotaba de la nariz.

—No lo sé. Se escabulló en medio de la noche. La estoy siguiendo como tú, he perdido su rastro en la lluvia.

Se oyó un sonido que llegaba del bosque que tenían delante, un sonido que no reconoció. Dejó a Cormag maltrecho en el suelo, se levantó y se dirigió hacia allí. Escuchó atentamente con la esperanza de que le diera una pista sobre el paradero de Lily.

Un lobo. Era el agudo aullido de un lobo. Sintió como si un puño lo golpeara en el estómago al pensar que Lily estaba sola en el bosque con una manada de lobos rondando. Oyó un crujido detrás de él y giró la cabeza a tiempo para ver a Cormag abalanzándose con su espada apuntándole al vientre.

Actuando por instinto, Kyle desenvainó su espada, la blandió en un arco y le abrió un tajo en el abdomen. Cormag lo miró estupefacto justo antes de caer al suelo, mientras la vida abandonaba su cuerpo.

Había sucedido tan rápido… Cormag yacía muerto y él no estaba más cerca de encontrar a Lily. Subió a su caballo y continuó su camino en la dirección de donde provenía el aullido, sin saber a dónde más podía ir. Mientras se abría paso por la espesura del bosque, le llegó un nuevo sonido, uno que despertó la esperanza en su corazón.

¡Lily! Podría haber jurado que escuchó su voz gritando su nombre. Se apresuró hacia ella, pero la vegetación se tornaba demasiado densa, así que saltó de su caballo y lo ató a un árbol para continuar a pie. Corrió entre los árboles y, aunque las ramas lo azotaban por los flancos y en el rostro, no podía detenerse. Paró solo una vez para gritar:

—¡Lily! ¿¡Dónde estás!? ¡Vuelve a llamarme!

El lobo aulló una vez más. Kyle volvió a correr y llegó a un pequeño claro al pie de un barranco. Observó la altura de las piedras que lo rodeaban y trepó a una pequeña colina para ver mejor de dónde provenía el aullido. ¿Dónde diablos estaba? No había rastro de nada ni nadie, solo rocas y peñascos y la sombra de las montañas detrás.

Siguió buscando con la mirada mientras volvía a gritar:

—¡Lily!

Gritó tan fuerte que casi se atragantó.

Desde detrás de una roca, de pie bajo un saliente, emergió la visión más bella que jamás había contemplado: su Lily.

—¡Lily! ¿Estás bien?

Corrió hacia ella, pero se detuvo abruptamente cuando un lobo apareció a su lado. Comenzó a gruñir suavemente a medida que Kyle se acercaba, y lo hizo con manifiesta ferocidad cuando llevó su mano a la empuñadura de su espada.

—Kyle, no te preocupes.

Ella se agachó para acariciar al lobo y el corazón le salió por la garganta.

—¡Lily, ten cuidado!

—Es mi amigo Rayo de Luna. Lo he salvado y él me ha salvado a mí. Ven. No te molestará.

Siguió acariciando la oreja de Rayo de Luna y Kyle dio unos pasos titubeantes hacia adelante.

Se quedó atónito al ver que la bestia se sentaba de nuevo sobre sus cuartos traseros y que el gruñido abandonaba sus facciones mientras lamía la mano de la muchacha.

¡Su Lily había domesticado a un lobo salvaje! Subió por la resbaladiza pendiente aferrándose a las rocas y a las raíces para mantenerse en pie. Cuando llegó, ella lo tomó de la mano y lo guio detrás de la roca hasta la entrada de la cueva. Se arrojó a sus brazos en cuanto estuvieron protegidos de la lluvia.

—¡Has venido a buscarme! Te lo agradezco.

—Por supuesto que vine a por ti. Te amo, Lily. ¿Sabes lo mucho que me he preocupado? Encontré a la cabaña y a Cormag.

Ella jugó con los pliegues de su manta, acomodándola y sacudiéndole el polvo.

—Debemos tener cuidado, Cormag sigue ahí fuera y probablemente vendrá a por nosotros, pero quizá no lo haga hasta que haya parado de llover.

Observó a la mujer que amaba. Se dio cuenta de que no dejaba de mover las manos y de su verborrea incesante, a pesar de lo cerca que estaba de derrumbarse. Detuvo sus manos antes de tomar su rostro entre las suyas.

—Lily, Cormag ha muerto, no volverá a molestarte. Fue él quien te persiguió en el prado y en Edimburgo. Se acabó, pero lamento mucho no haber podido evitar que te secuestrara.

Las lágrimas le resbalaban por las mejillas y su labio inferior temblaba.

—Te amo, Lily. ¿Quieres casarte conmigo ahora mismo?

—Yo también te amo. Pero creo que ya lo sabes, siempre lo he hecho, incluso cuando éramos pequeños. ¿Cómo podemos casarnos ahora? ¿Aquí fuera?

—El padre Rab puede casarnos tan pronto como regresemos, pero podríamos hacer una unión de manos ahora mismo. No me importa si no es una práctica común, lo importante es lo que hay en nuestros corazones. Me entrego a ti, Lily Ramsay. Siempre te amaré y protegeré.

Sus manos descendieron sobre las de ella y las estrechó mientras aguardaba su respuesta.

—¡Oh, Kyle Maule! Sí, me casaré contigo. Te entrego mi corazón. Eres el único para mí.

Sacó su cuchillo y se hizo un corte en el pulgar, luego hizo una pequeña incisión en la mano de ella y colocó su dedo sobre la leve herida.

—Somos uno. Tú eres mía y yo soy tuyo, para siempre.

Lily le echó los brazos al cuello y lo besó.

—Ámame, esposo. No esperemos más.

Él la besó tiernamente para hacerle sentir lo mucho que la quería.

Ella se apartó y lo cogió del brazo.

—Ven a ver lo que me enseñó Rayo de Luna.

—¿Rayo de Luna?

—Sí, Rayo de Luna es mi nueva mascota.

Tiró de él hacia el interior de la cueva.

—Lily, ¿estás segura de que sabes a dónde vas?

Kyle no pudo evitar mirar por encima de su hombro para vigilar al animal. Efectivamente, estaba justo detrás de él. Se esforzó por no demostrar ningún miedo, pero le inquietaba tener un lobo a sus espaldas.

—¿Y estás segura de que Rayo de Luna no querrá que uno de nosotros se convierta en su próxima comida?

—Sí, te hablaré de él más tarde, primero debo mostrarte esto.

Llegaron a la caverna y se dirigió al pequeño estanque iluminado por la luz del día que se colaba por la grieta. Se volvió hacia Kyle y le dijo:

—Esposo, necesitas un baño, y será un placer para mí bañarte.

Kyle esbozó una sonrisa torcida.

—¿Tú te has metido en esta agua?

—Sí, me pilló el aguacero, igual que a ti. —Cogió su manta, la desató y la echó a un lado. Luego hizo lo mismo con sus calzones—. Necesito verte entero. Debemos estar piel con piel, como debe ser.

Kyle no podía creer el fervor con el que su pequeña esposa lo estaba desnudando.

—Pero, Lily, ¿y el lobo? No sé si puedo con él mirándonos. —Acarició la cabeza del animal y se complació al comprobar que aceptaba su gesto de afecto.

—Rayo de Luna, debes ir a la entrada de la cueva para protegernos. No permitas que nadie nos moleste. —Lily se inclinó para besarlo y acariciarlo detrás de la oreja, después lo empujó suavemente en dirección a la entrada—. No tardaremos mucho, entonces podrás unirte a nosotros.

Rayo de Luna le lamió la mano y se dio la vuelta para hacer lo que le habían ordenado. Kyle se quedó boquiabierto, pero el espectáculo de su mujer dejando caer sus ropas al suelo devolvió su atención a donde debía estar.

Se le secó la garganta al contemplarla.

—Lily, eres tan hermosa… —La cogió por las caderas con ambas manos y la atrajo hacia sí—. Estaría perdido sin ti.

Sus labios se posaron sobre los de ella, pero esta vez los devoró para hacerle saber lo mucho que la deseaba y la necesitaba. Ladeó la boca y sus lenguas se unieron y se entrelazaron como pronto lo harían sus cuerpos. Su corazón latía muy rápido, deseó poder calmarlo, pero estar tan cerca de Lily era más de lo que jamás había soñado.

—Kyle, ven conmigo. El agua es cálida. —Tomó su mano y lo llevó al borde del estanque, enseñándole el saliente que podía utilizar para introducirse en el agua. Él se dejó caer dentro con un chapoteo y sumergió la cabeza para desprenderse de todo lo que había sucedido fuera.

Una vez que se sintió repuesto, tendió un brazo para ayudar a Lily a meterse.

Ella soltó una risita mientras lo escrutaba atentamente.

—¿Estás de pie? No me metí tan adentro antes. Tenía miedo de lo que pudiera haber en el fondo. —Se sentó en el saliente y sus largas piernas colgaron dentro del agua.

—El fondo es de piedra, igual que la de la cueva. Pero debo admitir que me gusta verte donde estás, Lily.

Se acercó a ella y la rodeó con sus brazos fusionando sus cuerpos. Le besó los labios y luego recorrió su cuello; después uno de sus hombros hasta la parte inferior del seno, deteniéndose para cogerlo con una mano y poder explorarlo todo.

—Eres tan suave…

Su lengua buscó el borde del busto, encontró el pezón y lo acarició hasta que se convirtió en un pico tenso.

Lily respondió con un sonoro gemido. Lo empujó con ambas manos detrás del cuello para acercarlo más.

—No pares, por favor.

Kyle rio y se llevó el pezón a la boca, lo succionó hasta que los gemidos de Lily resonaron por toda la caverna. Volvió a besarla en la boca, explorándola, jugueteando con su lengua, pulsando sobre ella para que imitara lo que quería que hiciera. La deseaba toda, hasta el último centímetro de su cuerpo.

—¡No te detengas, Kyle, por favor! Te quiero dentro de mí.

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