Lily

Lily


Capítulo 19

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Capítulo Diecinueve

—No hace falta que nos apresuremos —susurró su marido—. Disfruta de esto.

—Sí, debo darme prisa.

Lily no sabía cómo explicar la necesidad apremiante en su interior, la urgencia que experimentaba. Solo sabía que necesitaba a Kyle como nunca había necesitado nada en su vida.

—¿No puedes sentir lo bien que estamos juntos? —Se inclinó para presionar sus firmes pechos contra él, reclamando su atención.

Kyle gruñó:

—Sí… Tú me obligas a perder el control.

Kyle saltó al saliente del estanque, reunió la ropa que estaba más seca y preparó un suave colchón sobre la fría piedra.

Tenía una manta seca que había cogido de debajo de la montura para añadirla al pequeño montón. Ayudó a Lily a tumbarse en el lecho improvisado antes de acomodarse encima de ella, apoyándose sobre los codos.

—Lo siento. Esto no será tan cómodo como lo sería en una cama de verdad.

Lily tomó su miembro erecto con una mano y lo acarició como a él le gustaba.

—No me importa. Quiero ser una contigo, Kyle, te amo. Deberíamos haber hecho esto hace mucho tiempo.

Kyle tomó su otro pezón en la boca, lamiendo y succionando hasta que ella gimió y gritó su nombre.

—¡Dame más, esposo!

Su mano bajó primero por el sensible vientre antes de encontrar su nido de rizos. Los separó para buscar su punto sensible y lo acarició. Ella se aferró de sus bíceps mientras todo su cuerpo palpitaba de placer.

—Estás tan húmeda para mí, esposa... Me excita ver lo mucho que me deseas.

La besó con fuerza en la boca, y ella gimió mientras lo provocaba con su lengua. Sus manos producían maravillas en ella, moviéndose en su interior hasta que se arqueó hacia él y gritó de placer. Abrió las piernas para permitirle un mejor acceso.

—¡Kyle, ahora! —jadeó—. ¡Hazme tuya, por favor! Te necesito entero. —Acercó su sexo hasta su entrepierna, pero no supo qué hacer—. Kyle…

Él la penetró lentamente, pero no fue suficiente para ella, lo quería completamente dentro. Se contoneó y se empujó contra él. Kyle gruño y empujó profundamente dentro de ella hasta que sintió que atravesaba su barrera.

—Lily, esperaré hasta que estés lista —dijo jadeando.

Ella no quería esperar.

—Estoy lista. No te detengas, por favor.

La sujetó por las nalgas y la penetró una y otra vez mientras ella lo apremiaba. A Lily le encantaba ver y sentir sus cuerpos entrelazados de aquella manera. Incluso su sudor se fundía. Se empujaba contra él para que tocase su punto sensible, que la estimulaba y la tentaba con la gran liberación que estaba por venir. Separó aún más las piernas y gimió cuando sintió que él se hundía más en ella, meciéndola en una dulce tortura que era casi imposible de soportar.

Arremetía contra ella con un ritmo trepidante que la hacía rebotar y la obligaba a suplicar y aferrarse a él con todas sus fuerzas. Kyle llevó una mano hasta su punto sensible y lo frotó con el pulgar. Ella gritó, estaba al borde del abismo, pero necesitaba más, más, más... Así que empujó contra él, golpe tras golpe, hasta que su cuerpo se tensó y lanzó un grito a la vez que su simiente estallaba en ella. Su interior se estremeció en un dulce éxtasis que no quería que acabara nunca.

Era mucho mejor de lo que jamás había imaginado.

Kyle se sintió doblegado por su esposa. Ella lo había vuelto loco y perdió todo el control. Su intención era hacer de aquello una experiencia amable, pero se vio arrastrado por una pasión como nunca había la conocido.

—Lily, perdóname por no ser más considerado.

—Kyle, ¡fue maravilloso! Y fuiste muy considerado con mis sentimientos. —Lo miró con ardor en los ojos.

Desconcertado, él replicó:

—Pero era tu primera vez... ¿No te dolió?

—Sí, me dolió un poco al principio, pero no por mucho tiempo. Me ha gustado aún más de lo que pensaba. Estamos destinados a estar juntos. ¿No lo sientes tú también? —Deslizó un dedo por la línea de su mandíbula.

Kyle suspiró y se puso de espaldas acunándola junto a él.

—Sí, estamos destinados a estar juntos. Lo supe desde el principio, solo que no estaba preparado para aceptarlo todavía. Pensaba... no sé lo que pensaba. Fui un tonto, Lily. —La besó—. Somos increíbles juntos, como tú has sabido todo el tiempo. Debo admitir que nunca había sentido esto por nadie. Te quiero más de lo que creía que era posible amar.

—Ahora podemos vivir juntos para siempre.

Ella suspiró, un suspiro de satisfacción que también expresaba perfectamente los sentimientos de él. En cuanto Kyle advirtió que ambos estaban manchados de sangre, se incorporó y le dijo:

—Ven, nos lavaremos en el manantial.

Pero instantes después de que se metieran en el agua tibia, Rayo de Luna entró corriendo, y se lo veía agitado.

—Mi tío debe estar aquí —dijo Lily. Kyle salió tan rápido del agua que casi tropieza con el lobo—. Kyle, ¿qué sucede?

—¿Ves mis testículos? Resulta que me gustan como están. Si tu tío está ahí fuera, tenemos que vestirnos en seguida.

—Pero ahora somos marido y mujer.

Lily lo siguió fuera del agua, pero él continuó recogiendo su ropa.

—No creo que Logan Ramsay lo vea del mismo modo. Sí, nos casaremos como es debido en cuanto podamos, pero es posible que él no esté de acuerdo con nuestro argumento. Por favor, no digas nada de lo que acabamos de hacer hasta que estemos casados.

Lily rio y comenzó a vestirse.

—Kyle, te preocupas demasiado. ¿Crees que él y Gwynie han esperado? Porque apostaría a que la amó en el bosque mucho antes de que estuvieran ante el padre Rab.

Kyle carraspeó y cogió su espada para guardarla en la funda.

—Aparentemente, nunca has enfrentado a tu tío en un duelo de puños, de espadas o verbal. Y también está Gwyneth…, que se divierte retorciéndoles las pelotas a los hombres.

El sudor se le acumulaba en la frente ante la idea de quedar a merced de Gwyneth.

Lily se apresuró a salir de la cueva y él la siguió de cerca.

—Espera, Lily, saldré yo primero. Tú quédate dentro. Puede que no se trate de tu tío.

—No, debo ir. Rayo de Luna solo hará lo que yo diga.

Kyle no podía discutir eso, así que se apartó para darle paso.

—No sé controlar a tu lobo, Lily. Recuérdame que te pregunte cómo ha sucedido eso, ¿quieres?

Lily se detuvo frente a la gran roca de la entrada. Rayo de Luna estaba de pie gruñendo a su lado.

—Kyle, no es mi tío.

—¿Por qué gruñe?

Kyle miró por encima de Lily y luego la hizo retroceder hacia el interior. Desenvainó la espada. Abajo, en el camino, había otro lobo, uno más pequeño que Rayo de Luna, y su mirada estaba clavada en Kyle.

—Lily, ¿qué hago?

Observando al lobo pardo al pie del barranco, Rayo de Luna dejó de gruñir y se acercó a Kyle. Aulló una vez y el otro lobo avanzó hacia ellos. Kyle blandió su espada, listo para matar si era necesario, pero no lograba entender del todo la situación. Ninguno de los dos lobos parecía estar en posición de ataque.

Lily gritó:

—¡No, Kyle! Creo que Rayo de Luna lo conoce.

Alzó el brazo para bloquear la espada de Kyle mientras ambos vigilaban la aproximación del lobo, que se detuvo a una corta distancia.

—Lily, no podemos arriesgarnos, vuelve adentro y deja que Rayo de Luna se encargue.

Apoyó una mano en la parte baja de su espalda y, gracias a Dios, ella se dejó guiar de regreso a la cueva.

El lobo se acercó a Rayo de Luna y lo olfateó por todas partes antes de llegar a la herida de su pata trasera. Entonces, aquel lobo emitió el más extraño de los sonidos y le acarició el cuello a Rayo de Luna, con lo que los dos cayeron al suelo revolcándose juntos de un modo juguetón.

—¡Kyle! —Lily aplaudió—. ¡Es la esposa de Rayo de Luna! —Kyle la miró con incredulidad—. ¿No me crees? —preguntó ella sorprendida.

—¿Los lobos se casan?

—Sabes de lo que hablo. ¿No ves que la ama?

—No estoy tan seguro de que sea una hembra. ¿Cómo lo sabes?

Los dos vieron cómo Rayo de Luna y su amiga entraban en la cueva y se tumbaban uno al lado del otro, ambos observaban a Lily.

—¿Lo ves? Debo darle un nombre. —Lily pensó por un momento y luego declaró—: ¡Luz de Estrellas! Ese es tu nombre.

La loba la miró atentamente, pero estaba claro que no quería dejar el lado de Rayo de Luna. Un grave gruñido surgió de su garganta, se puso delante de Rayo de Luna y el pelo del cuello se le erizó.

Kyle sacó su espada y dijo:

—Lily, si ese lobo viene hacia ti, lo mataré. No me gusta.

Lily extendió la mano hacia los dos lobos y comenzó a cantar. Una melodía suave, del tipo que adormecería a un bebé. La loba retrocedió y se tranquilizó lo suficiente como para sentarse. Cuando estuvo completamente relajada, lo cual indicaba que confiaba en Lily y en Kyle, Rayo de Luna fue hacia Lily y la hembra lo siguió. Ambos apoyaron sus cabezas sobre su regazo y la miraron con insistencia, esperando que los acariciara.

—Jamás he visto nada igual —dijo Kyle—. ¡Mi pequeña esposa es una domadora de lobos! ¿Has consultado con ellos sus nuevos nombres?

—No, no hace falta. Sé que le encanta Luz de Estrellas. ¡Mira sus ojos! Tiene estrellas parpadeando en ellos.

Kyle asintió.

—No sé cómo has llegado a esos descubrimientos, pero ya no cuestionaré tu relación con los animales. Parece que se llevan muy bien contigo.

Lily acarició a los lobos antes de besar a cada uno en la frente.

—Me alegro de conocerte, Luz de Estrellas.

Llegaron a la tierra de los Ramsay ese mismo día. No encontraron a ninguno de los guardias, de modo que Kyle sugirió que fueran a un sitio seguro antes de volver a buscar a los demás. Con Rayo de Luna y Luz de Estrellas junto a ellos, se sentía un poco más tranquilo de poder proteger a Lily. Alegó que ella ya había sufrido bastante, y Lily no podía negar que deseaba volver a casa. En cuanto atravesaron las puertas de la torre, Lily saltó del caballo de Kyle y salió corriendo y saludando a todos a voces.

Las primeras personas con las que se encontró fueron su padre, su tío Logan y Torrian, todos iban montados a caballo.

Logan y Torrian desmontaron para saludarla mientras que su padre se quedó en su caballo, debido a su rodilla maltrecha.

—¡Lily! ¿Estás sana y salva? —Torrian extendió sus brazos invitándola a un abrazo—. Estábamos saliendo a buscarte.

Lily estaba más que contenta de rodear con sus brazos a su querido hermano.

—Sí, Torrian. Estoy bien.

Un sonido sibilante recorrió el aire al tiempo que dos espadas se desenvainaban a toda prisa.

—Lily, no te muevas —le advirtió su tío Logan—. Hay dos lobos que vienen detrás de ti.

Lily se rio mientras giraba para encararse con ellos. Se agachó y los abrazó.

—No, tío, estos son mis nuevos amigos: Rayo de Luna y Luz de Estrellas.

Kyle, que se había escabullido para llevar su caballo al establo y darle un momento a solas con su familia, se unió a ellos en aquel momento.

—Milord, vuestra hija tiene habilidades que apenas puedo comprender. La encontré en una cueva con Rayo de Luna custodiándola.

La mandíbula de Quade mostró un ligero tic cuando miró a Kyle con los ojos entornados.

—¿Y Cormag?

Kyle se aclaró la garganta antes de responder.

—Cormag está muerto.

—Bien hecho, Maule.

Logan se acercó a Lily para abrazarla.

—Lily, es una maravilla verte de nuevo en casa. Le has sacado cien canas más a mi cabellera, muchacha.

A Lily le sorprendió cuánto tiempo su tío se quedó abrazándola. Cuando finalmente la soltó, lo besó en la mejilla y se sorprendió al sentirla humedecida por las lágrimas.

—Te he echado de menos, tío.

Kyle la agarró de la mano y dijo:

—Mis lairds, si es posible, me gustaría tener unas palabras con vosotros.

Torrian miró a su padre y señaló hacia la torre.

—Por supuesto, te seguiremos hasta el salón.

Lily soltó una risita al tiempo que Kyle la empujaba hacia adelante. La multitud les daba un buen espacio a causa de los lobos que los seguían, uno a cada lado de Lily como si la estuvieran escoltando.

Al llegar, Lily tiró levemente del brazo de Kyle.

—Necesito un momento. —Le soltó la mano y corrió hacia el establo gritando—: ¡Rayo de Sol, Rayo de Sol! —Corrió a través de los establos directamente a la puerta del fondo. La abrió de golpe y exclamó—: ¡Rayo de Sol! ¡Cuánto te he echado de menos!

Antes de entrar, hizo una señal a los lobos para que la esperaran. Cuando ambos estuvieron sentados, se acercó a su querida yegua, le rodeó el cuello con los brazos y le susurró:

—Kyle y yo nos vamos a casar. ¿No te alegras por mí? —El animal la acarició, pero resopló cuando percibió el olor de los lobos—. ¡Oh! Ellos son mis nuevos amigos. Pueden dormir contigo, si quieres, pero ahora los he dejado fuera. Se llaman Rayo de Luna y Luz de Estrellas. Estoy segura de que los querrás tanto como yo.

Kyle se le acercó por detrás y luego fue hasta la yegua para acariciarle el flanco.

—Me alegro de verte de nuevo, Tilly.

—Tilly no, Rayo de Sol —lo corrigió Lily.

—Rayo de Sol, sospecho que Lily te trenzará esas crines muy pronto.

Lily alzó las manos al cielo antes de rodear con ellas el cuello de Kyle.

—Sí, es cierto. Trenzaré tu melena y tal vez le haga una trenza a Luz de Estrellas también. Rayo de Luna es un muchacho, así que nada de eso para él.

—Me parece que tendrás que conformarte con ponerle flores, no creo que tenga suficiente pelaje para hacer una trenza, amor mío.

—Puede que tengas razón. Pensaré en alguna forma de hacer que se vea tan bonita como Rayo de Sol, y ella me ayudará, estoy segura.

—Me alegro de que te hayas reunido con tu yegua, pero recuerda la promesa que me hiciste. Tenemos que buscar a tu padre y a tu hermano, y luego al Padre Rab.

—Por supuesto, esposo, como tú quieras.

Besó a Rayo de Sol antes de salir a toda prisa por la puerta.

Pasaron por delante de los establos y no se detuvieron hasta que llegaron al salón. En cuanto entraron, Kyle apretó la mano de Lily. Quade, Torrian, su madre y el padre Rab eran los únicos que estaban dentro y todos se encontraban sentados junto a la chimenea.

—¡Mamá! —Lily soltó la mano de Kyle y corrió hacia su madre. La abrazó y le dijo—: ¡Te he echado mucho de menos, mamá! Me alegro de estar en casa.

Brenna alisó el cabello de Lily y le dio un beso en la frente.

—¡Vaya! Parece que este viaje te ha sentado bien, incluso después del horrible susto que nos hemos llevado. Es bueno verte de regreso y sonriendo, muchacha.

Antes de que Lily pudiera saludar a nadie más, su padre se aclaró la garganta.

—¿Lily?

Ella miró a su esposo y le tomó la mano. Podía sentir el sudor en ella, pero no dijo nada, le dio la oportunidad de ordenar sus pensamientos en palabras.

—Mis lairds, me gustaría que me concedierais el honor de casarme con Lily. Es decir… Quiero hacerla mi esposa, si os parece bien a todos.

Torrian esbozó una amplia sonrisa, pero se volvió hacia su padre para permitirle hablar primero.

Quade sonrió, hizo una pausa de efecto y luego dijo:

—¿Finalmente has entrado en razón, Maule?

—Sí. Amo a vuestra hija y me comprometo a honrarla y protegerla para siempre como mi esposa, si os place, o sea, si nos permitís...

Quade se levantó con ayuda de su bastón y extendió el brazo hacia su hija.

—Sí, me complacería mucho que te casaras con mi hija, pero solo si es lo que ella quiere.

Lily voló a sus brazos dando un alarido de felicidad.

—¡Sí, papá! Y queremos casarnos enseguida.

Las felicitaciones se sucedieron por todas partes, luego Lily y Kyle se dirigieron al padre Rab con expresión expectante.

—Estaría muy feliz y honrado de celebrar esta ceremonia —les dijo con una sonrisa—. ¿Cuándo os gustaría llevarla a cabo?

—Tan pronto como sea posible —respondió Kyle—. Pero primero debo hablar con mi madre.

—¿Por qué no al atardecer, padre Rab? —sugirió Quade—. Es una hora muy bonita para una boda. ¿Os parece bien?

—¿Debemos esperar? —preguntó Lily.

Su madre carraspeó y paseó la mirada por la bata de Lily.

Ella frunció el ceño al ver sus ropas tan sucias, dándose cuenta del aspecto que tenía. Tuvo que admitir que le apetecía otro baño.

—Eso suena estupendo, padre. Kyle, ¿estás de acuerdo?

Él hizo una pausa, perdido en sus pensamientos, pero enseguida respondió:

—Me parece bien. He de ir a buscar a mi madre. ¿Te gustaría venir conmigo? Creo que a ella le encantaría verte.

—Kyle —interrumpió Quade—, sobre tu madre... —Kyle lo miró con inquietud, pero Quade se detuvo y añadió—: No importa. Ve a verla.

Lily quiso preguntar a su padre el porqué de su comentario inconcluso, pero veía que Kyle estaba ansioso.

—Me encantaría ir a visitarla.

Salieron y Kyle guio a Lily por el patio. Sus largas zancadas le dificultaban seguirle el ritmo. En cuanto pasaron por delante de los establos, sus lobos se unieron a ella. Notó que todos los demás se mantenían a distancia.

—Kyle, ¿podrías desacelerar un poco el paso, por favor?

Él respondió:

—No tenemos mucho tiempo, y tu tío viene hacia nosotros. No me gusta la mirada que me dirige. Debemos darnos prisa.

Cuando se cruzaron con Logan, Lily le sonrió y lo saludó.

—Hola tío. Vamos a visitar a la madre de Kyle.

Kyle asintió a modo de saludo, pero siguió centrado en su propósito.

—¡Maule, me gustaría hablar contigo! —vociferó Logan.

Kyle siguió avanzando como si no lo hubiera oído. Lily se asomó por encima del hombro y vio la sonrisa de su tío, pero decidió pasarlo por alto.

—Si no vas más despacio mis pies van a abandonar mi cuerpo.

Kyle se detuvo para mirarla fijamente.

—¿Qué es lo que has dicho?

Ella tiró de su mano.

—Seguramente has notado que mis pobres piernas no son tan fuertes como las tuyas. ¡No puedo seguir tu ritmo!

Kyle se inclinó para depositar un beso en sus labios.

—Lo siento. Necesitaba adelantar a tu tío, y creo que sabes por qué. ¿No lo has oído gritar? Creo que sospecha que hemos hecho la unión de manos. Ya casi hemos llegado a casa de mi madre. ¿Y los lobos? Podrían asustarla.

Lily acarició a sus dos amigos, pero luego frunció los labios y se golpeteó la mejilla con el dedo. Después de un momento, su rostro se iluminó y se agachó para dar un suave empujón a Rayo de Luna.

—Ve a buscar algo para alimentar a tu mujer —le dijo—. Seguro que los dos tenéis hambre. Luego podéis volver, pero, por favor, acicalaos antes. Kyle y yo nos casaremos de nuevo esta tarde.

Kyle la miró con los ojos abiertos.

—¿Y crees que te entenderá?

Rayo de Luna se marchó hacia el bosque con Luz de Estrellas detrás de él. Lily echó los brazos alrededor del cuello de su marido.

—Sí, lo creo.

Cuando ya estaban a punto de entrar en la cabaña, Kyle se detuvo y le dedicó una mirada a Lily que casi le desgarra el corazón.

—Kyle, ¿qué sucede?

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