Lily

Lily


Capítulo 20

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Capítulo Veinte

Kyle no sabía cómo explicarle todo a su esposa. Adoraba a Lily, pero si le decía lo que estaba pensando, seguro que heriría sus sentimientos.

Él nunca le haría eso.

—¿Kyle?

¿Cómo decirle que su madre podría estar decepcionada al enterarse del matrimonio? ¿O que su padre estaría enfadado en el cielo? Con sus últimas palabras, él le había pedido que lo hiciera sentirse orgulloso convirtiéndose en un fuerte guerrero Ramsay, y también habría querido que cuidara de su madre. ¿Cómo iba a hacerlo si estaba a punto de mudarse a su propia casa? ¿Esperaría ella que Lily se mudara con ellos dos? ¿Lloraría? Aunque ya le había preguntado por Lily en el pasado y había afirmando saber que él la amaba, el matrimonio era algo diferente, y todo había sucedido tan rápidamente... Tal vez no debió haber llevado a Lily con él para darle la noticia.

—Kyle, deberíamos entrar —insistió Lily con voz amable—. Es hora de contarle a tu madre que nos casaremos al atardecer. —Le estrechó la mano y Kyle miró a la muchacha que amaba.

Sí, era hora. Abrió la puerta y se quedó inmóvil ante la inesperada escena que apareció delante de él.

Lily lo empujó haciéndolo a un lado para poder ver lo que lo había pillado tan desprevenido.

Su madre estaba envuelta en el abrazo de un hombre y lloraba sobre su hombro.

—¿Mamá? —murmuró.

Su madre lanzó un grito y corrió hacia él y lo abrazó entre llantos.

—¡Kyle, mi dulce muchacho! ¡Has vuelto! —Le acarició el rostro y dijo—: ¡Tenía tanto miedo de haberte perdido! —Luego se volvió hacia Lily y la abrazó también—. ¡Lily, estoy tan feliz de verte a salvo y en casa de nuevo!

El hombre se acercó a Kyle y le aferró el hombro.

—Me alegro de verte, muchacho.

—¿Seamus?

Kyle miraba con incredulidad al que había sido jefe de los guerreros Ramsay antes de sustituirlo.

—Sí, soy yo. Te buscamos incansablemente sin éxito, después Logan nos envió a casa para ver si habías llegado antes que nosotros. Estamos muy felices de ver que has traído a Lily sana y salva. Bien hecho, Kyle.

—¿Seamus?

No le salían otras palabras.

Su madre se apartó de Lily. Kyle notó que llevaba en las manos un pañuelo de lino.

—Kyle, siento que te hayas enterado así, pero Seamus y yo...

—¿Tú y Seamus? ¿Cuánto hace?

Seamus rodeó con su brazo los hombros de la madre de Kyle.

—Muchacho, ha sido mucho tiempo.

—¿Pero por qué? ¿Por qué me has ocultado esto?

La mente de Kyle se agitaba con tantos pensamientos que no sabía qué era lo que saldría de su boca a continuación.

Seamus comenzó a hablar, pero la madre de Kyle le agarró la mano para callarlo.

—Te lo diré, Kyle. Fui yo quien le pidió que no te lo contara. Sé lo mucho que querías a tu padre y no creí que aceptaras a nadie más en su lugar. Nuestro plan era esperar a que tuvieras la edad suficiente para comprenderlo, pero el tiempo se nos escapó. Deberíamos habértelo dicho hace mucho, pero ya nos sentíamos cómodos con cómo estaban las cosas.

—¿Por eso no quisiste ir a vivir más cerca del castillo?

Su madre asintió.

Kyle miró fijamente a Seamus.

—¿Cómo pudiste?

—¡Kyle Maule! —le espetó su madre con un tono más áspero del que le había oído nunca—. Recuerda tus modales. Esto agradaría a tu padre, él no habría querido que yo pasara sola el resto de mi vida.

—Tal vez, pero ¿Seamus? Era su mejor amigo... ¿¡Cómo pudiste, mamá!? ¿¡Y cómo pudiste tú!? —dijo a Seamus con el ceño fruncido.

—Muchacho, no le hables así a tu madre. —Ella abrió la boca para decir algo, pero Seamus le dio una palmadita en la mano—. Es hora de que lo sepa. —Se volvió hacia Kyle y le dijo—: Estoy aquí a petición de tu padre. Antes de morir, me pidió que cuidara de tu madre. Le dije que no sabía si podría hacerlo. Verás… Yo estaba enamorado de ella cuando se casó con él, y él lo sabía. Él me pidió… Es más, me dijo... —Seamus se miró los pies por un momento antes de continuar—. Tu padre me pidió que me casara con ella, quería que estuviéramos juntos. —Las lágrimas amenazaban con derramarse por las mejillas de Kyle y Seamus volvió a apretarle el hombro—. Quiero a tu madre, muchacho. Tu padre conocía el valor de una buena mujer, y tuvo una maravillosa.

Su madre lo estrechó en un fuerte abrazo, algo que no había hecho a menudo cuando era niño.

—Kyle, quería mucho a tu padre, pero ahora amo a Seamus. He descubierto que mi corazón es lo suficientemente grande para los dos.

El sol parecía brillar un poco más fuerte ahora que por fin sabía la verdad. Kyle asintió y una pausada sonrisa se fue dibujando en su rostro. Besó a su madre en la frente.

—¿Tu corazón es lo suficientemente grande para tres? Hemos venido a invitarte a nuestra boda al atardecer.

Su madre volvió a lanzar un grito y lo abrazó otra vez. Luego corrió a estrechar a su futura nuera.

—Lily, nada podría hacerme más feliz que verte casada con mi hijo. —Se llevó la mano a la cabeza—. Debo encontrar algo bonito que ponerme. Seamus, tienes que ayudarme a lavarme el pelo.

—Te ayudaré, amor mío.

Kyle apoyó una mano en el hombro de Seamus.

—Mi agradecimiento por cuidar bien de mi madre, y te pido disculpas por mi descortesía.

—Aceptadas. Fue un shock para ti, sabíamos que lo sería. Que sepas que estoy tan orgulloso de ti como si fueras mi propio hijo. Ahora ve a hacer lo que debes para casarte con nuestra Lily. Nos veremos pronto.

Brenna abrazó a Lily una vez más antes de que salieran a la luz del día gris y brumoso.

—Estás absolutamente preciosa, Lily. Me alegro mucho por ti. Eres una novia radiante, querida.

Lily pasó las manos por el vestido que llevaba puesto.

—Nunca había visto este vestido. ¡Es precioso!

—Tu abuela lo hizo para ti hace muchos años. Era su manera de asegurarse de estar aquí con nosotros, de alguna forma. Me sorprende lo mucho que te entendía incluso en aquel momento, el vestido refleja perfectamente tu personalidad. ¡Me gustaría tanto que ella pudiera presenciar tu boda con Kyle!

Lily besó la mejilla de su madrastra.

—Ella está aquí, mamá, y también mi primera madre. Me han dicho que estarían junto a Rayo de Luna y Luz de Estrellas.

Lily recogió la falda azul claro que había sido bordada con docenas de flores, todas en diferentes tonos. Los colores le recordaron a sus cintas.

Bajó los escalones y aplaudió en cuanto vio a todos sus hermanos y hermanas allí reunidos. Jennet y Bethia estaban muy guapas, Jennet de rosa y Bethia de amarillo; y Gregor lucía muy apuesto con su manta azul. Después de abrazar a cada uno de ellos, corrió para hacer lo mismo con Rayo de Sol. La besó en el morro y le susurró:

—Sólo serás Rayo de Sol en el futuro. Sé que no te gustaba el nombre de Tilly. —Pasó una mano cariñosa por sus crines cuidadosamente trenzadas— ¿Quién te ha hecho esto? Esperaba hacerlo yo, pero no he tenido tiempo.

Sus hermanas Bethia y Jennet sonreían. Bethia dijo:

—Sabíamos que Kyle te traería de vuelta a salvo. Lo hicimos por ti.

Jennet añadió:

—Sí, Kyle te quiere de verdad, Lily. Todo el mundo lo dice, aunque yo no entiendo lo que significa.

Lily dio un último abrazo a sus hermanas antes de acercarse a Torrian. Se le saltaron las lágrimas al mirar a su hermano, su compañero de vida durante tantos años.

—Torrian, estás muy guapo con tu manta de los Ramsay. Te agradezco todo lo que has hecho por mí.

Torrian le dio un beso y le dijo:

—Tú y Kyle sois el uno para el otro. Tendréis una vida maravillosa.

Luego se inclinó para besar a Gregor, pero él alzó una mano.

—Nada de besos, por favor.

Torrian la subió a su yegua mientras Bethia la ayudaba a acomodarse la falda. La condujeron por el patio y pasaron por delante de la capilla. Lily se volvió de lado señalándola.

—¡Torrian, acabas de dejar atrás mi boda!

Todos sonrieron como si fuera la única que ignoraba lo que ocurría. Torrian anunció:

—Lily, estás a punto de descubrir lo feliz que está tu clan por tenerte de vuelta y por verte casada con Kyle.

Su padre esperaba al otro lado de las puertas. Iba ataviado con las galas de su clan y montado en su caballo. Le encantaba el azul de la manta de los Ramsay. A veces parecía azul y otras veces parecía más bien morado.

—Papá, ningún muchacho es más guapo que tú.

Sonrió y le tendió la mano mientras cabalgaban uno al lado del otro hacia el extremo del prado. Filas y filas de miembros del clan aguardaban su llegada. Sus rostros radiantes y sus sonrisas la saludaban desde todos los rincones de su tierra.

Lily dio un grito cuando se acercaron lo suficiente para ver lo que Torrian le había insinuado. Habían escogido un sitio entre dos hileras de árboles al final del prado, numerosas ramas y lianas entrelazadas formaban un arco en lo alto, lo habían decorado con flores blancas, piñas y bayas. Los guardias Ramsay estaban alineados a ambos lados, todos vestidos con sus mejores atuendos. La escoltaron hasta donde estaban el padre Rab y su esposo. Su madre y la madre de Kyle se encontraban de pie a un lado.

Su padre se le acercó para besarla en la mejilla. Luego Torrian la ayudó a bajar de su montura y la condujo hasta Kyle. Antes de que la ceremonia comenzara, Rayo de Luna y Luz de Estrellas emergieron del bosque y se posicionaron detrás de ella y de Kyle. Los gritos de júbilo y las risas se extendieron entre la multitud ante aquella inesperada incorporación a la ceremonia.

El día no podía ser más perfecto. Contempló los ojos azules de su marido y pensó en lo mucho que lo adoraba, en lo feliz que sería su vida. Pudo oír a la madre de Kyle llorar silenciosamente, y entre el público algunos otros también comenzaron a derramar lágrimas mientras el padre Rab pronunciaba las palabras que ella tanto había deseado escuchar. El sacerdote envolvió las manos de ambos con la manta de los Ramsay, representando así su unión. Kyle apretó la suya por debajo, sonriéndole, y las acomodó para que el sitio donde se habían hecho los cortes para la unión de manos coincidiera. ¡Cuánto lo amaba!

Cuando el padre Rab concluyó, Kyle la besó profundamente y luego le besó el corte en la palma de la mano. Sin aliento por la emoción, ella le rodeó el cuello con los brazos y le dijo:

—¡Atrápame, Kyle!

Saltó a sus brazos y él se giró para enfrentar a la multitud.

—¡Os presento a mi esposa, Lily! —La besó otra vez y ella le cogió la cara.

—¡Te amo, esposo!

Una vez que cesaron los aplausos y Kyle la dejó en el suelo, Lily corrió a abrazar a su suegra, a Seamus y a sus padres. Le susurró a su padre:

—Papá, ¿puedo enseñárselo a todos?

Él asintió.

—Si crees que estás preparada.

—Lo estoy. Hemos practicado durante mucho tiempo y me gustaría mostrarles lo que he aprendido.

Él le besó la mejilla y le indicó a Kyle que la ayudara a subir a su yegua, pero antes se detuvo para susurrarle algo a Molly y esta le indicó dónde se encontraba todo lo que necesitaban.

Lily levantó las manos para solicitar silencio. Cuando tuvo la atención de todos, les dijo:

—Os agradezco por hacer que nuestra boda sea tan hermosa. —Señaló el arco y las flores—. Esto os los dedico a todos vosotros. Es también parte de mi agradecimiento a mi marido, Kyle, por haberme rescatado. ¡Ven Rayo de Sol! —llamó a su yegua—. Debemos hacer una presentación.

La llevó al centro del prado. Rayo de Luna y Luz de Estrellas la siguieron, uno a cada lado. Molly cogió de su escondite el portacintas que Kyle le había hecho a Lily y se lo alcanzó.

Kyle también la siguió y la ayudó a montar mientras le lanzaba una mirada llena de curiosidad.

—Prométeme que no te harás daño el día de tu boda, por favor —le susurró.

Ella rio y le dio un beso.

—Lo prometo. —Después anunció—: Esto es por el maravilloso regalo que me hizo mi marido y por mi padre, que me enseñó a hacerlo.

La multitud guardó silencio mientras Lily cabalgaba con Rayo de Sol hasta el final del prado. El corazón le latía con fuerza en el pecho, pero estaba ansiosa por enorgullecer a su padre y hacer saber a su marido lo mucho que lo amaba.

Espoleó a la yegua al galope y, en cuanto le dio una palmadita para hacerle saber lo que quería, colocó sus pies descalzos sobre ella e hizo lo que había practicado con su padre una y otra vez

Se subió a lomos del animal mientras atravesaban el prado. Cuando se sintió segura, alzó el obsequio de Kyle por encima de su cabeza para que las cintas trenzadas ondearan detrás de ella con el viento. Cantaba mientras recorrían juntos el campo, con Rayo de Luna y Luz de Estrellas a su lado.

Permaneció orgullosamente de pie a lomos de su yegua, tal y como había hecho su padre cuando era joven.

Lily era libre y estaba enamorada y casada, tal como siempre había soñado. Pertenecía al clan Ramsay, al igual que su hermano, sus padres y tantos otros. Todos se habían unido para hacer que su boda fuera especial y los amaba por ello.

Estaba en casa.

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