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Gould va a visitar al profesor Taltomar. Entra en el hospital. Sube al sexto piso. Entra en la habitación n.° 8. Taltomar está en la cama. Respira a través de una mascarilla conectada a una máquina. Está delgadísimo. Le han cortado el pelo. Gould acerca una silla a la cama y se sienta. Mira a Taltomar. Espera.) …olor a sopa. Y a guisantes. A lo mejor los guisantes les van bien a los enfermos, a todas las enfermedades, pensó Gould. A lo mejor el olor es en sí mismo curativo, han realizado estudios y han visto que. Paredes amarillas. Amarillo roulotte. Pero un poco deslavadas. No lavadas, sino deslavadas. No veas cómo será la taza del wáter.

Gould se levantó y fue a tocar con un dedo la mano gris del profesor Taltomar. Era como tocar la piel de un animal prehistórico. Lisa y vieja. La máquina respiraba con Taltomar, le daba un ritmo constante, tranquilo. No parecía una lucha. Parecía

después de una lucha. Gould volvió a sentarse. Se puso a respirar al ritmo de la máquina. La máquina respira con Taltomar, Gould respira con la máquina, Gould respira con Taltomar. Es como pasear juntos, profesor.

Luego se levantó. Salió al pasillo. Había algunas batas que se paseaban sin rumbo y enfermeras que hablaban en voz alta. El suelo era de baldosas blancas y negras. Gould se puso a andar. Mantenía la vista en el suelo e intentaba poner los pies sólo sobre las baldosas negras, sin tocar las rayas. Se acordó de una película en que salía un púgil que se entrenaba corriendo a lo largo de la vía del tren. Era invierno, y corría con un abrigo. También llevaba las manos rígidamente vendadas, como antes de meterse los guantes para pelear, y de vez en cuando lanzaba golpes al aire. Sol de invierno sobre su cabeza, ciudad de fondo, todo gris, un frío inmenso, el abrigo revoloteando, trenes parados, a lo mejor Butch tiene ganas de correr podría venir dice que iba a correr a lo mejor no por la vía del tren por la calle la ida hasta el parque y vuelta hasta aquí hasta las vías con Butch sería menos aburrido pero a mí me gusta correr solo siempre es difícil llegar a saber lo que de verdad te gusta o qué quieres que te guste si intento preguntarme si de verdad me gusta correr solo o si quizá me gustaría más correr con Butch con Butch podríamos hablar él siempre habla de mujeres es divertido podría contarle lo de Jody no me gustaría hablarle de Jody no serviría de nada Jody tetas pequeñas qué coño estoy pensando venga gilipollas no debo pensar en eso por qué siempre tienes que huir Jody estaríamos bien juntos qué es lo que siempre hace que huyas es como si siempre tuviera ganas de huir tiene que recordarte que no estará allí para siempre o del todo mierda coño piensa en otra cosa gilipollas detrás de la gasolinera hay sombra un frío de cojones aquella vez que había un tren precisamente allí corriendo por la vía del tren Mondini es un genio te robustece los tobillos sincroniza pies y ojos corres siempre sin mirar los pies pero pon los pies sobre los travesaños búscalos con el rabillo del ojo el rabillo del ojo es el que lee los pies del rival okay Maestro los golpes nacen en los pies los pies son golpes que todavía no han nacido abortos golpes abortados vram vram derecha derecha izquierda derecha Mondini buen hombre bonita la sombra que hago con el abrigo revoloteando las manos vendadas golpeando al aire ésos se están metiendo conmigo porque corro con las manos vendadas no tienes que pelear qué chorrada sigue siendo una pelea siempre estás peleando eso es lo que me gusta del boxeo es una pelea infinita cuando corres cuando comes cuando saltas a la comba cuando te vistes cómo me ato los zapatos cuando canto antes del combate me gustaría correr con los guantes es bonita mi sombra eres hermosísimo Larry Larry Lawyer Larry Lawyer contra Stanley Poreda chorradas vram vram

uppercut vram Poreda qué mierda de nombre vram me cortaré el pelo al cero casi casi más largo en la mollera tócame aquí Jody ella ríe pasa la mano por la cabeza quiero un albornoz que lleve escrito Lawyer ¿comprendes? quita lo de Gorman y pon Larry Lawyer ¿comprendes? claro que comprendes vram Mondini dirá que eso son chorradas Mondini vram vram no quiere entender esas cosas Mondini que te den por culo Larry por culo qué frío la hostia cuánto queda todavía a la sombra ya llevo una hora todavía una horaymedia vram mira ése se está metiendo con mi reloj de oro no se sale a correr con reloj sobre todo si es de oro pero mira ése métete en tus asuntos métete me gusta hasta el humo que sale de mi boca con este frío del copón eres fuerte Larry Lawyer pregúntame por qué boxeo con ese micrófono qué tío ese Dan De Palma mi madre lo escucha a escondidas en la radio a escondidas de mi padre que no quiere saber nada mi madre lo escucha y no es verdad que llore vram no es verdad vram Dan De Palma pregúntame de una puñetera vez por qué boxeo boxeo porque todo es hermoso en el boxeo tú eres hermoso puedes llegar a ser hermoso Larry Lawyer mi abrigo de cachemir revoloteando en la vía del tren en este invierno vram vram derecha izquierda derecha y coloca rápido los pies sobre los travesaños podría cerrar los ojos y los encontraría bajo mis pies has visto alguna vez a alguien igual Mondini nunca lo has visto tú y tu Poreda qué mierda de nombre vram vram la puta escúchame Dan De Palma quieres saber por qué boxeo quieres saberlo te voy a decir por qué porque tengo prisa eso es vram no tenía ganas de esperar el boxeo es toda la vida en pocos minutos grábate bien esto en la cabeza hubiera podido esperar tú no conoces a mi padre si lo conocieras entenderías qué quiere decir toda la vida para llegar al momento apropiado estás en equilibrio entre el éxito y la derrota ése es el momento apropiado tú tu talento y nada más no hace falta esperar sabes cómo acabarán las cosas y acaban en una noche todo se acabó si has sentido algo por el estilo seguirás deseándolo es como vivir cien veces no hay nada que me haga dejarlo y menos uno como Poreda cincuenta y siete combates catorce derrotas todas por haber amañado el combate todas por K. O. quién te ha pedido que vuelvas ladrón te han metido en la cabeza que tienes que joder a Lawyer eres un mamarracho quién quieres que pague una entrada para verte a ti y a tus brazos rotos te hicieron daño más daño te haré yo Poreda vram aquella vez en Saratoga a lo mejor y otra contra Walcot pero sólo fue al principio después siempre me he librado siempre y de todos modos no era miedo en realidad siempre están diciéndote que no debes pensar en eso quién piensa en eso yo no pienso en eso enseñadme el miedo yo no lo he visto que Poreda piense en eso dice Mondini ya veremos yo quiero miedo Maestro vram vram vram no tengo miedo de tener miedo vram izquierda derecha izquierda dos pasos atrás luego otra vez encima vram manténte ahí no bailes claro que bailo me gusta bailar ya no se enteran de nada si bailo se lo leo en los ojos no se enteran de una mierda bonitas mis zapatillas con franjas rojas y aquel que no paraba de cagar antes del combate ése sí que tenía miedo yo quiero el miedo el viejo Tom siempre en el gimnasio sonado como un saco demasiados golpes en la cabeza es un viejo cojonudo Tom puedes palmarla o quedarte como Tom yo prefiero palmarla no me importa palmarla pero como Tom no yo quiero palmarla rápidamente si consiguen arrearme no permitiré que dejen el trabajo a medias me levantaré hasta palmarla me has oído Dan De Palma me gusta todo esto es rápido no tienes que esperar años tengo prisa comprendes tengo prisa no me preguntes por qué es raro pero si pienso que voy a palmarla ahí arriba me gusta debo de estar loco es como lanzarse a tumba abierta por una pendiente extravagancias pero qué coño estoy pensando vram hubiera sido mejor venir con Butch hablaríamos si viniera Butch a correr para ya capullo piensa en Poreda qué mierda de nombre vram vram si juega sucio no importa jugaremos sucio si eso es lo que quieres o bien pasearse por delante como un dios adelante y atrás adelante y atrás no lo golpeo nunca pero le hago papilla el cerebro amagando golpes imagínate cómo sería ganar un combate con un solo golpe y todo lo demás ideas que agotan a ese pobrecillo hasta dejarlo atontado y venga das un golpe seco vram pero no con Poreda con Poreda será todo sucio a lo mejor no al principio pero luego será una bronca qué mierda de combate pelear y olvidarte quisiera que ya fuera mañana quisiera que fuera ahora calma Lawyer calma corre Lawyer corre, ahora.

Gould se paró. Había una mujer llorando en la habitación n.° 3, lloraba con fuerza y de vez en cuando gritaba que quería marcharse de allí, la había tomado con todo el mundo porque no la dejaban marcharse. A la puerta estaba el marido. Hablaba con otro hombre, un poco gordo, y anciano. Estaba diciendo que ya no sabía qué hacer, ella se había tirado por las escaleras la noche de Navidad, todo había ocurrido de repente, desde que había vuelto de la clínica parecía estar curada, estaba bastante bien, luego, la noche de Navidad, va y se tira por las escaleras, ya no sé qué hacer, no puedo llevarla de nuevo a la clínica psiquiátrica, tiene una pierna rota por dos partes, y tres costillas dislocadas, pero ya no puedo más, hace dieciocho días que estoy aquí, ya no puedo más. Lo decía sin llorar, y sin mover las manos, apoyado en la pared, con mucha calma. Desde la habitación salía la voz de la mujer que gritaba. Cuando lloraba parecía que se oía llorar a una niña. Una mujer muy pequeña. Gould siguió caminando. Cuando llegó ante la habitación n.° 8, entró y volvió a sentarse junto a la cama del profesor Taltomar. La máquina seguía respirando. Taltomar estaba en la misma postura de antes, la cabeza ligeramente ladeada sobre la almohada, los brazos por fuera de las mantas, las manos agarrotadas. Gould estuvo durante un rato mirando la inmóvil película de un viejo que se estaba marchando. Después se acercó a la cama, sin levantarse de la silla, y dijo

—Decimoquinto minuto de la segunda parte. Cero a cero. El árbitro pita y llama a los dos capitanes. Les dice que está muy cansado, que no sabe lo que le pasa, pero está muy cansado, y quiere irse a su casa. Quiero irme a casa, dice. Estrecha la mano a los dos, luego se da la vuelta y cruza el campo caminando lentamente hacia los vestuarios. El público lo mira en silencio. Los jugadores permanecen inmóviles. El balón está quieto, en mitad del área, pero nadie lo mira. El árbitro se mete el silbato en el bolsillo, murmura algo que nadie oye y desaparece por el túnel.

Las manos de Taltomar no se movieron. Los párpados temblaban un poco, la máquina respiraba. Gould permaneció inmóvil, esperando. Miraba los labios de Taltomar. Sin la típica colilla apagada, parecían deshabitados. Desde el pasillo llegaba la voz de la mujer que lloraba como una niña. Pasaba el tiempo, el tiempo pasaba.

Cuando se levantó, Gould colocó la silla de nuevo en su sitio. Cogió el abrigo y se lo dejó colgado del brazo porque hacía un calor agobiante. Echó una última ojeada a la máquina que respiraba. Luego se quedó a los pies de la cama, sólo un instante.

—Gracias, profesor —dijo.

Gracias, pensó.

Luego salió. Bajó los seis pisos de escaleras, atravesó el vestíbulo de entrada donde vendían periódicos y los enfermos en pijama telefoneaban a sus casas. La puerta de salida era de vidrio y se abría sola cuando te acercabas. Fuera lucía el sol. Poomerang y Diesel estaban esperándolo apoyados en un contenedor de basura. Se marcharon juntos, recorriendo la avenida arbolada que iba hacia el centro. Bailaban los tres el paso renqueante de Diesel, pero con arte, y una elegancia de profesionales.

Sólo al cabo de un rato, cuando ya habían llegado al cruce con la Séptima, Poomerang se pasó una mano por su cráneo rapado y nodijo:

—Los dos capitanes hablan entre ellos, luego los dos equipos empiezan a jugar de nuevo. Y no dejan de hacerlo hasta el fin de la eternidad.

Gould tenía un viejo chicle pegado en el fondo del bolsillo del abrigo. Lo cogió, arrancándolo de la tela, y luego se lo puso en la boca. Estaba frío y un poco duro, como si fuera un compañero del parvulario al que no hubieras visto desde hacía años y al que hubieras encontrado por la calle.

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