Carmina Burana

Carmina Burana


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<El juego íntimo del amor>

Después de rebelarse contra las etapas estacionales de la naturaleza con relación al amor, el poeta describe sensualmente con ecos ovidianos el cuerpo de su amada en el juego íntimo del amor. El autor es probablemente Pedro de Blois. Estrofas rítmicas con estribillo.

1

Se enfurece el soplo del viento,

y de los árboles

la cabellera cae por completo

por culpa del frío tiempo.

Reina en los bosques el silencio.

Ahora se enfría de la primavera

el ardiente amor de los animales,

mas yo no quiero ser veleta

de las alternancias temporales,

a la manera de las bestias salvajes.

Estr. ¡Qué paga

tan grata

y qué gozos

tan dichosos

son las horas

con mi Flora[176]!

2

No me lamento

del largo galanteo:

a cambio recibo

un generoso estipendio;

me regocija mi regocijante premio.

Cuando me saluda locuaz

Flora con su ceño,

en mi mente ya incapaz

placeres sueño,

y de mis fatigas me envanezco.

Estr. ¡Qué paga

tan grata

y qué gozos

tan dichosos

son las horas

con mi Flora!

3

En esto a mí me regala

la suerte no contraria,

cuando en secreta cámara

el juego reinicia

y me acoge Venus propicia.

Desnuda acoge a Flora el lecho:

resplandece su piel tierna,

brilla su virginal pecho,

brotan no mucho sus senos

en suave abultamiento.

Estr. ¡Qué paga

tan grata

y qué gozos

tan dichosos

son las horas

con mi Flora!

4

Me siento más que mortal

y me ufano de llegar

al umbral

de la divinidad,

al acariciar sus suaves senos,

cuando mi mano vagar dejo

alegremente

y, recorriendo su pecho,

desciende hasta su vientre

de tacto más tenue.

Estr. ¡Qué paga

tan grata

y qué gozos

tan dichosos

son las horas

con mi Flora!

5

Desde su pecho tierno

se extienden

sus brazos tiernos

armoniosamente.

Sobre la carne sin mácula

se desliza la caricia leve,

llegando delicadamente

hasta su ombligo

bajo su cinturón

en su vientre suavemente henchido.

Estr. ¡Qué paga

tan grata

y qué gozos

tan dichosos

son las horas

con mi Flora!

6

Estimula su pubis mi deseo,

dulce consuelo,

que en una doncella

apunta apenas

con suave vello.

Las piernas delicadas

de forma bien torneadas,

de gordura moderada

que a los músculos tapa,

resplandecen blancas.

Estr. ¡Qué paga

tan grata

y qué gozos

tan dichosos

son las horas

con mi Flora!

7

Oh, si Júpiter por ventura

la viese,

temo que con premura

por ella se encendiese

y a sus engaños volviese:

así a Dánae en forma de oro

con dulce lluvia cautivó,

así a Europa raptó en forma de toro

o de nuevo como cisne de Leda

de blanco se revistió[177].

Estr. ¡Qué paga

tan grata

y qué gozos

tan dichosos

son las horas

con mi Flora!

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