Batman

Batman


EL ROBO DEL "SZ-7"

Página 4 de 6

EL ROBO DEL "SZ-7"

 

BATMAN y Robín estaban! descansando en la "batcave", cuando captaron una llamada de socorro del aeropuerto de Gotham City: ¡había sido robado el avión "SZ-7", orgullo de la Compañía Aérea Transoceánica! Cinco desconocidos, ataviados como si fueran los tripulantes del avión, burlaron la vigilancia de los guardianes del aeropuerto y subieron a la cabina con unos minutos de antelación al momento de salida y el "SZ-7" remontaba el vuelo cuando la verdadera tripulación se disponía a ocupar sus puestos.

—Es muy extraño —comentó Batman mientras, acompañado de Robín, se dirigía en el "batmóvil" hacia el aeropuerto —; a primera vista, parece un robo estúpido, pues los ladrones no podrán aterrizar en ningún aeropuerto del mundo, donde serían detenidos inmediatamente por la Policía. ¿Habrán intentado raptar a algún pasajero?

Cuando llegaron al aeropuerto, el presidente de la Compañía Aérea dio más información.

—El "SZ-7" lleva un cargamento de barras de oro por un importe de veinticinco millones de dólares, que debíamos entregar en el Fuerte Knox. Tres guardianes del Tesoro lo custodiaban, pero a estas horas, seguramente habrán muerto a manos de los ladrones.

 

 

—Y ¿qué podemos hacer nosotros? —preguntó Batman.

—Sospechamos que tienen previsto aterrizar en algún lugar no distante, donde podrían descargar el tesoro y recogerlo en otros vehículos —dijo el presidente—. Es preciso anticiparse a su acción y sólo usted, Batman, puede hacerlo. Hemos preparado una escuadrilla de "Argos", cazas rapidísimos, que podrán llevar a usted y a Robín tras el "SZ-7"…

—De acuerdo, señor presidente —dijo Batman—: haremos lo que esté en nuestra mano…

—¡Gracias, Batman! —dijo emocionado el presidente—. Sólo me falta presentarle al comandante Skipper, jefe de la escuadrilla de "Argos"…

Un minuto después, Batman y Robín volaban junto a Skipper en la cabina del "Argos l", al que seguían otros seis cazas en perfecta formación.

 

 

—Atención, Chicago —habló Skipper por radio— "Argos" llamando a "Control Aéreo Chicago": denme posición última del"SZ-7" para establecer contacto.

—Atención, "Argos" —contestó Chicago—. Perdido rastro "SZ-7" en desierto Nevada. Ha aterrizado ya o vuela muy bajo…

Batman escuchó los mensajes con gran atención.

—Oiga, Skipper —dijo —; creo que los ladrones necesitarán algunas horas para transbordar el oro. ¿Cuánto tardaremos en llegar al Desierto de Nevada?

—Hora y media aproximadamente…

—Bien, Skipper. Creo que conviene que ordene desplegar sus "Argos" en vuelo lo más bajo posible para localizar cualquier indicio sospechoso…

—Tiene razón, Batman —asintió Skipper, que dio a su escuadrilla orden de desplegar. De este modo, la escuadrilla de "Argos" cubría una zona amplísima de observación.

—En cuanto crean descubrir el "SZ-7" —continuó Batman—, descienda aún más, porque Robín y yo saltaremos…

—¡Sólo disponemos de un asiento volador y lo ocupo yo! —replicó Skipper alarmado.

—No se preocupe, amigo —dijo Batman sonriendo—: Robín y yo aterrizaremos… por nuestros propios medios…

Se acercaban ya al Desierto de Nevada y la escuadrilla de "Argos" sobrevoló por una extensa pradera, asustando a una manada de búfalos que pastaban en ella.

De pronto, Skipper captó la llamada de uno de sus "Argos":

—Habla "Argos-4" a comandante: varios helicópteros… posiblemente en número de doce, rodean una nube de polvo…

Skipper dirigió su "Argos" hacia donde le indicó por radio su subordinado, llegando en pocos minutos a descubrir el grupo de helicópteros, que desaparecieron momentos después entre una densa humareda.

—No era polvo como creía el piloto del "Argos-4" —comentó Skipper—: es humo procedente de un supertransporte…

—¿Se habrá incendiado el "SZ-7"? -preguntó Batman.

—No —respondió Skipper—: en tal caso, veríamos llamas o una gran explosión. Los ladrones han debido soltar varios tubos de gas y de aire a presión accionando un mando en la cabina: de este modo, y debidamente equipados, podrán trabajar sin ser descubiertos… ¡Mire usted: se ve algo del fuselaje del "SZ-7"!

—Cierto —asintió Batman acercándose al portillo de salida—. Prepárate, Robín: sujétate a mis correas que nos lanzamos…

—¡Pero si no tienen ustedes paracaídas! —gimió Skipper.

El susto de Skipper desapareció cuando vio a Batman y a Robín descender suavemente en un campo de maíz a pocos metros de la densa humareda: ¡era uno de los pocos hombres que había visto funcionar una capa voladora!

Apenas tocaron tierra. Batman y Robín se pusieron unas máscaras anti-humo, provistas de unos cristales de visión infrarroja que les permitiría ver a través del humo.

—Robín —indicó Batman—: tú acércate a la cabina del "SZ-7" e intenta detener la humareda; conviene facilitar la visión a la escuadrilla de "Argos". Al mismo tiempo, mira si los tres guardianes del "Tesoro" están vivos… No creo que nadie te moleste: están todos muy ocupados en transportar el oro…

Batman se fue acercando, viendo con claridad creciente cómo los ladrones, ayudados por los ocupantes" de los helicópteros, iban transbordando a éstos el tesoro. Iban todos equipados con caretas protectoras y varios bandidos armados vigilaban…

Batman arrojó su "batarang" contra el bandido más próximo y éste cayó al suelo: ¡pero su arma se disparó, poniendo en alerta a sus compinches!

Siguió una lucha emocionante y desigual; Batman sorprendía con sus vertiginosos movimientos y ataques a los ladrones, que no se atrevían a disparar contra Batman por miedo de herirse unos a otros y, por otro lado, siguieron trabajando nerviosos en el transbordo. Un helicóptero ascendió con su cargamento y salió de la humareda; pero ante el acoso de los "Argos" se vio obligado a aterrizar nuevamente.

 

 

De pronto, la humareda comenzó a disiparse; Batman comprendió que Robín había manipulado oportunamente el interruptor del humo. Al verse en situación tan comprometida, los helicópteros trataron de huir, a pesar de que la mayoría no habían logrado transbordar una sola barra de oro. Los "Argos" se encargaron de obligarlos a aterrizar mientras Batman asumía la misión más peligrosa: impedir que nadie pudiera acercarse a la cabina del "SZ-7". Sus puños golpeaban con precisión y potencia y, en pocos minutos, el suelo estaba sembrado de hombres inconscientes por los golpes recibidos de Batman.

Robín salió en su ayuda después de liberar a los tres guardianes del Tesoro, que estaban atados dentro del aparato, y, una vez inutilizados todos los bandidos, comenzaron a transbordar nuevamente el oro al "SZ-7", que sería conducido a Gotham City por la verdadera tripulación.

—Vamos, Robín —dijo Batman—: sujétate a las correas. Es mejor que volemos por nuestros propios medios…

—Es verdad —dijo Robín—: así nos libraremos de las molestas declaraciones a la Prensa…

—Y quitaremos de nuestra ropa este molesto olor a humo —dijo Batman.

Ir a la siguiente página

Report Page