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1.

«Solo queremos darle de comer al pueblo, que está hambriento», fue lo que le dijo al asustado conductor uno de los cuatro jóvenes que, a cara descubierta y visiblemente armados, abrieron la puerta de su camión de reparto de embutidos para la empresa Industrias Cárnicas Roig.

2.

Eran cerca de las nueve y media de la mañana del jueves 8 de septiembre de 1977 y, al caer la tarde, mediante varias llamadas a diversos medios de comunicación, la acción fue reivindicada por GRAPO.

3.

Sucedió en la calle Acera Tomás de San Martín, en la barriada de la Huerta de la Reina, Córdoba, mientras el camión de reparto se disponía a hacer su ruta por los pueblos de Lucena.

4.

Previamente, habían robado un coche, que aparcaron junto al camión y donde introdujeron al repartidor mientras distribuían la mercancía. Posteriormente, y siempre a cara descubierta, fueron juntos (atracadores y conductor) a un bar cercano, donde le invitaron a un café.

5.

El camión, cargado con cientos de kilos de embutidos de toda clase, entre ellos decenas de jamones, chorizos y salchichas, fue desvalijado a plena luz del día. En total, tres mil kilos.

6.

Una multitud se arremolinó a las puertas del camión, mientras los miembros del grupo iban entregando a todo el que quisiera el botín. El valor de la carga ascendió a medio millón de pesetas y ninguno de los autores de la acción fue detenido.

7.

Durante la llamada telefónica al periódico Córdoba que reivindicó el robo, afirmaron saber que «de esta forma no se soluciona el problema del hambre. Es una manera de luchar contra el sistema capitalista, concretamente contra los grandes almacenes».

8.

GRAPO eligió esta zona por ser eminentemente proletaria. La mayoría de los vecinos, muy precarios, trabajaban para la industria ferroviaria.

Meses más tarde lo volvieron a hacer, esta vez en Sevilla.

9.

El 10 de enero de 1978, tras encañonar al conductor de un camión de productos Revilla, condujeron el vehículo hasta el mercado de La Candelaria y, una vez allí, abrieron las puertas y comenzaron a repartir gratuitamente la carga.

10.

Luego huyeron en un coche. El valor de la mercancía (sobre todo jamones) ascendió a 430.000 pesetas. Horas más tarde, una llamada al diario Sur / Oeste reinvindicó la acción a nombre de GRAPO.


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