a Twitter thread from @RafaelPoulain

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Pongan atención que hoy les voy a contar la leyenda del nudo gordiano.

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Nuestra historia empieza en el mundo antiguo, en el siglo IX a.C., y sucedió concretamente en la actual región turca de Anatolia, ahí se ubicaba la capital del reino de Frigia, pero resulta que el trono se quedó vació y durante muchos años no tuvieron rey.

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Pero los habitantes no tenían Rey, así que decidieron ir al oráculo de Telmeso (una ciudad vecina), ellos esperaban que el oráculo les ayudara a elegir un gobernante.

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El oráculo les respondió de manera muy extraña (como siempre) y les dijo que un día aparecería un hombre en una carreta tirada por un par de bueyes y a ese hombre deberían coronar como rey.

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Así fue como un simple campesino llamado “Gordias”, se convirtió en el rey de Frigia al entrar de tal manera a la ciudad, Gordias fundó una ciudad con su nombre, la volvió cápital y el reino de Frigia prosperó bajo la mano de él y sus descendientes.

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De hecho su hijo fue el mítico Rey Midas, aquel al que la leyenda cuenta que se le concedió el poder de convertir en oro todo lo que tocase, bueno, pues ese señor era el hijo de gordios pero ya les contaré la historia del Rey Midas en otra ocasión.

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Pero quedémonos con que el Rey Midas le ofreció a los dioses el carro de su padre, concretamente a Sabazio (que era como Zeus para los frigios) Midas ordenó que a la carreta de su padre se le atara con un intrincado nudo, el yugo con el que los bueyes jalaban el carro

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Al final quedaron varios nudos tan apretados e intrincados que era imposible soltar la vara del carro, luego ordenó que el vehículo se colocara en la acrópolis de la ciudad y ahí permaneció por muchas décadas y siglos.

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Pero las cosas cambiaron en Frigia, el otrora reino independiente ya no lo era más, los persas ahora los habían vuelto sus súbditos, el rey Dario III controlaba un imperio tan grande que le decían el rey de reyes y los Frigios vivían bajo su yugo.

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Y entonces un joven desafió al imperio más grande que el mundo había conocido, un joven pasional, intenso, volátil, iracundo y soñador pero al mismo tiempo era ambicioso, leal, honesto sumamente astuto y determinado, con el tiempo su nombre se volvería leyenda; Alejandro Magno.

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Y en ese entonces había una leyenda que decía que, aquel que lograra deshacer el nudo gordiano sería el rey de Asia y derrotaría a los persas.

El joven Alejandro III de macedonia llegó a la ciudad dispuesto a enfrentarse a la profecía.

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Es importante mencionar que estratégicamente le convenía tomar la ciudad, y es que controlando el vado del río podía controlar el camino real que iba a Susa, pero tambien fue movido por la curiosidad y por eso se acercó a Gordios, para ver si podía ser el héroe de la profecía.

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La anécdota de lo que sucedió después la recogieron varios historiadores, Flavio Arriano, Marco Juliano, Plutarco e incluso Quinto Curcio Rufo inicia así su obra “Histroiae Alexandri Magno Macedonio”, y aunque todas difieren un poco en detalles, el resultado es el mismo.

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Y resulta que Alejandro se acercó a la acrópolis, se acercó al carro y sus generales iban detrás de él, sus hombres iban emocionados por ver el resultado de la profecía, todos querían ver si el joven líder al que admiraban y seguían era el héroe de la leyenda.

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Todos lo miraban con nerviosismo, nadie sabía lo que pasaba por su cabeza, y es que pocos entendían a Alejandro, ni el propio Aristóteles, mucho menos sus hombres así que se limitaban a seguirlo, dejarse inspirar y a confiar en su vision del mundo

Todos lo miraban en silencio.

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Alejandro se acercó al carro, analizó el nudo pero se dio cuenta que era imposible, los minutos pasaban y los hombres empezaban a murmurar, pero Alejandro estaba tranquilo, a pesar de que para todos era claro que el nudo era imposible de deshacer.

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Se dio la vuelta, sus hombres lo miraban con decepción, entonces veloz y certero desenfundó su espada y cortó el nudo en dos.

El mensaje era claro, por la inteligencia o por la fuerza iban a conquistar Asia.

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Y bueno, esa es la historia del nudo gordiano, eventualmente Alejandro conquistó el mundo, ya les he contado su historia en varios hilos y me parece que lo único que hizo mal fue haber muerto tan joven, pero ese no es el punto de la historia, el punto es que...

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A veces no vemos, la solución a un problema por estar enfocados en lo que queremos, nos echamos a perder la vida deseando cosas y no vemos todo lo bueno que nos rodea.

Relájense, y mejor disfruten el camino, disfruten este momento, este momento es su vida.

Fin.

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