Viaje a Menorca - Septiembre 2019

Viaje a Menorca - Septiembre 2019

Trip2You
Vistas de Menorca desde el avión

¿Dónde vamos este año?

Nuestro viaje a Lanzarote del año pasado había dejado alto el listón. La isla más al norte de las Canarias nos había enamorado, y sabíamos que sería difícil encontrar un destino que igualase la sensación al ver por primera vez las playas de arenas negras y sus aguas cristalinas. Pero lo conseguimos.

Esta vez, la idea era encontrar un destino algo más caribeño, pero que no nos obligase a arruinarnos ni a tener que reducir el tiempo del viaje a menos de seis días. Tras valorar en un primer momento poner rumbo a la Costa Amalfitana, en Italia, finalmente decidimos seguir recorriendo rincones de España aún quedándonos en el Mediterráneo. Así, finalmente apostamos por Menorca.

La planificación

No importa lo llena que vaya la maleta, estas tres no faltan.

Comenzamos a planificar nuestro viaje a principios de año, entorno al mes de marzo. No fue, sin embargo, hasta mayo cuando finalmente nos decidimos y realizamos la reserva. Comenzamos por el hotel, algo que nos llevó más tiempo del esperado dado que decidimos alejarnos de páginas web como Booking o Expedia y, en su lugar, dejarnos guiar por opiniones reales de otros viajeros a través de reseñas en Google Maps o TripAdvisor. Gracias a esto, pudimos disfrutar de ciertas ventajas durante nuestra estancia.

Ya con la reserva realizada, era el momento de ver cómo llegar hasta Menorca. El año pasado tuvimos una mala experiencia con Ryanair, de modo que intentamos por todos los medios evitar esta compañía. Así, acabamos contratando el viaje de ida con Iberia Express, y el de vuelta, dado que el resto se escapaban de nuestro presupuesto inicial o eran a horas que no nos cuadraban, tuvo que ser con Ryanair. Por suerte, esta vez no tuvimos problemas.

Aún siendo una isla relativamente pequeña, sabíamos que, para poder sacar todo el partido posible a nuestro viaje a Menorca, necesitaríamos un coche. Por desgracia para nosotros, el precio de los coches de alquiler en las Baleares es bastante más alto que en Canarias, de modo que tuvimos que conformarnos con un modelo de una categoría bastante inferior al que pudimos disfrutar en Lanzarote, a pesar de haber pagado más dinero.

Encuentra las 7 diferencias

Dado que nuestra reserva en el hotel era en régimen de pensión completa, no tuvimos que preocuparnos por buscar bares o restaurantes. Esto nos permitió centrarnos en planificar con bastante antelación los lugares a visitar desde el primer día, sin tener que decidir dónde parar a comer.

Ahora que las bases del viaje ya estaban asentadas, podíamos comenzar a planificar cada uno de los cinco días y medio que pasaríamos en Menorca. Para hacerlo, Trello volvió a ser una herramienta imprescindible con la que organizar todo lo necesario antes, durante y después de viajar.

Para quien no lo conozca, comentar que Trello es una herramienta de organización basada en tableros, columnas y tarjetas. En nuestro caso, utilizamos las columnas como los distintos días del viaje, mientras que las tarjetas corresponden a las cosas por hacer o los lugares a visitar.

El hotel

El hotel fue, probablemente, la mayor de las sorpresas de este viaje. Por las opiniones de otras personas, sabíamos que era un buen hotel. Pero no imaginamos que estuviera tan bien.

Para empezar, por el simple hecho de haber realizado la reserva a través de la página web del hotel, pudimos disfrutar de una habitación de categoría superior sin coste alguno, pasando así de una de las habitaciones más económicas a una de las suites del resort.

La habitación es muy amplia. Cuenta con una sala de estar principal (la de la foto) con un sofá, varias mesas y una televisión. En el pasillo hacia el dormitorio se encuentra una pequeña cocina, con grifo, tostadora, calentador de agua y otras utilidades. En la nevera contábamos con bebidas (todas ellas gratuitas) y una botella de vino, además de café e infusiones.

El baño es lo suficientemente amplio y equipado. Como el resto de la suite, el diseño y la decoración son geniales. Mención aparte se merecen otras instalaciones como las piscinas, el SPA o el gimnasio, que sin ser demasiado grandes, cumplían perfectamente su función.




 


 


 

El viaje

 

Decía antes que habíamos utilizado Trello para organizar los distintos días que pasaríamos en Menorca, y creo que es una de las mejores decisiones que pudimos tomar. Aún siendo una isla pequeña, por la situación de las carreteras da la sensación de que todo está mucho más lejos de lo que en realidad está, y por eso lo mejor es organizar el viaje de modo que puedas visitar varios puntos diferentes situados en una misma zona sin volver al hotel, para no pasar tanto tiempo en la carretera.

 

PRIMER DÍA: LLEGADA AL HOTEL

 

 

Así lo hicimos. El primer día, tras aterrizar en el aeropuerto de Mahón viajamos en coche cerca de una hora hasta llegar al hotel, situado en el suroeste de la isla. Dado que llegamos a las 10 de la mañana, y nuestra habitación no estaría disponible hasta las 15:00, decidimos dar un paseo por los alrededores.

 

Llegamos a nuestro primer destino en Menorca, Cala'n Bosc, una pequeña cala rodeada por hoteles, que normalmente no está muy concurrida, de modo que volvimos a visitarla unos días más tarde. Desde ahí fuimos bordeando parte del extremo sur de la isla hasta llegar al Faro d'Artutx, y finalmente regresar al hotel, donde nuestra habitación ya estaba lista.

 

 

Esa misma tarde, después de habernos familiarizado ya con todas las instalaciones del hotel, decidimos visitar nuestra segunda cala. Siguiendo recomendaciones de otros visitantes, elegimos Cala en Turqueta, y aunque el tiempo no acompañaba (sobre todo porque ya eran las 7 de la tarde y estaba nublado), pudimos darnos nuestro primer baño.

 

SEGUNDO DÍA: INTENTO DE VISITA A MACARELLA (PARTE I)

El segundo día, tras una breve sesión de gimnasio y un contundente desayuno, pusimos rumbo a otra cala, Macarella. Su fama de ser la cala más bonita de Menorca nos hizo elegirla por encima del resto a la hora de decidir cuáles serían las playas a visitar durante el viaje. Y aún así, finalmente tuvimos que volver sin poder visitarla.

 

Pese a haber salido relativamente temprano del hotel, al final del camino que dirige a Macarella se encontraban varios miembros de protección civil que amablemente nos hicieron volver por donde habíamos venido, porque al parecer la playa más famosa de Menorca solo es accesible en autobús durante la temporada de verano. 

 

 

Entonces decidimos visitar otra playa, bastante más lejos de nuestro hotel que Macarella y Macarelleta, pero que aún así no nos defraudó. Mitjana, situada al sur de la isla, nos esperaba tras una caminata desde el aparcamiento (que, de nuevo, se llenó no mucho después de haber llegado nosotros). Pero tanto el viaje como el paseo valieron la pena al ver una de las playas más bonitas que hemos visitado, rodeadas de paredes de roca que forman distintas cuevas, y como nos esperábamos, hasta arriba de gente.

 

Lo mejor de esta cala fue la posibilidad de subir por uno de los laterales de la pared de roca para apreciar las vistas desde lo más alto, donde hay un pequeño mirador de fácil acceso. Finalmente, regresamos al hotel a la hora de comer. Y ya que estamos...

 

HABLEMOS DE COMIDA

 

Ya dije al inicio que nuestro alojamiento era en régimen de pensión completa. Esto, en nuestro caso, nos permitía elegir entre tres restaurantes distintos a la hora de comer: el propio "Beach Club" del hotel, el restaurante Tex Mex Fiesta situado en Cala'n Bosc, y el restaurante Venezia, italiano, ubicado justo al lado del anterior (ambos pertenecen al mismo grupo que lleva el hotel).

 

Además de eso, contábamos con desayuno y cena buffet en el restaurante del hotel. 

 

En todos ellos la comida era fantástica, pero nos sorprendió sobre todo lo bien elaborados que estaban los platos del buffet del hotel, además de la variedad ofrecida a lo largo de los cinco días que lo visitamos.

  

 

TERCER DÍA: INTENTO DE VISITA A MACARELLA Y NUESTRAS AMIGAS LAS MEDUSAS 

 

 

Visto lo visto el día anterior, suponíamos que si queríamos visitar Macarella tendríamos que madrugar. Así que el cuarto día decidimos partir hacia la cala a las 8:30 de la mañana, justo después de desayunar. Pero, sorpresa, ahí estaban otra vez los miembros de protección civil invitando a darse media vuelta a todos los coches que intentaban visitar la playa.

 

Por suerte, íbamos prevenidos por lo sucedido el día anterior y teníamos una segunda opción: subir a la Platja de Cavalleria, donde también visitaríamos el faro. De esta playa nos sorprendió ver que estaba prácticamente vacía, aunque muy pronto descubriríamos el porqué.

 

Nada más bajar las escaleras que separan el aparcamiento de la playa y acercarnos a la orilla, cientos de medusas luminiscentes. No había un solo metro de agua libre de medusas flotando, hasta finalmente llegar a la arena, donde quedaban acumuladas y se podían contar por decenas.

 

 

Pese a no poder disfrutar demasiado del agua, sin duda valió la pena disfrutar del paisaje de arena roja y agua turquesa. 

 

Además de eso, pudimos subir al mirador situado en la parte más alta del cabo de Cavallería y sus vistas, y por supuesto del Faro, que pese a ser uno de los más pequeños de la isla, por el hecho de ser el segundo más antiguo y estar situado sobre un acantilado de 94 metros, es en nuestra opinión una de las visitas obligadas de Menorca.

 

Ese día solo nos quedaba un lugar por visitar: Ciutadella. Lo hicimos por la noche, de modo que pudimos visitar uno de los muchos mercadillos de verano, repletos de productos típicos y artesanos, situado alrededor del puerto de la ciudad, la catedral o la plaza del Borne.

 

QUINTO DÍA: SPA Y PONT D'EN GIL

 

Ya que los días anteriores apenas habíamos pisado el hotel más que para comer y dormir, el quinto día decidimos no visitar nada por la mañana, y en su lugar aprovechar una de las ventajas que obtuvimos por hacer la reserva de la habitación desde la web.

 

Pasamos una hora disfrutando de las instalaciones del Spa, entre ellas el circuito termal formado por una sauna, piscina dinámica con cascad, tumbonas oxigentantes, cuello de cisne y volcan para masaje de pies. También tuvimos acceso al baño de vapor, la ducha bitérmica y las tumbonas calientes.

 

 

 

Por la tarde, fuimos a visitar el Pont D'en Gil, un impresionante "puente" situado en un acantilado, por el cual suelen pasar pequeñas embarcaciones. A pesar de que hacía mucho viento, fue uno de nuestros lugares favoritos de la isla.

 

 

SEXTO DÍA: NAVETA, MONTE TORO Y CALA BINIDALÍ

 


 

Se nos acababa el tiempo, y el quinto día decidimos visitar algunos de los lugares que nos quedaban por ver. Comenzamos por la Naveta des Tudons. Se trata del monumento prehistórico más famoso de Menorca, accesible previo pago de entrada de 2 euros. Lamentablemente, el acceso a su interior está prohibido por motivos de seguridad, y tan solo se puede apreciar desde fuera.

 

De ahí fuimos a visitar el Monte Toro, el más alto de la isla con 358 metros y desde el que se puede apreciar la totalidad de Menorca, y cuando el tiempo acompaña (no fue nuestro caso) parte de Mallorca. También accedimos al santuario.

 

 

 

 

Antes de regresar al hotel a comer, intentamos visitar uno de los lugares que más ganas teníamos de ver. Se trata de la Base militar abandonada de Llucalari, que aún mantiene dos grandes cañones Vickers 381/45 MM, que incluso pueden verse desde Google Maps. Una pena que estuviera inaccesible debido a una finca privada que nos impidió el paso.

 

Después de esta pequeña decepción, decidimos visitar una de las calas más famosas que nos quedaban por ver: Binidalí. Es una playa muy pequeña situada en el pueblo de su mismo nombre, con aguas turquesas totalmente transparentes.

 

 

 

Para acabar el día, en el hotel nos esperaba una cena especial, formada por platos como una caldereta de langosta típica de Menorca, mejillones de la isla y solomillo, todo ello acompañado de un espectáculo flamenco.


ÚLTIMO DÍA: FORNELLS, MAHÓN Y VUELTA A CASA

Ahora sí, nuestro viaje llegaba a su fin. Nuestro vuelo hacia Madrid partía a las 15:00, de modo que debíamos darnos prisa si queríamos visitar dos de los lugares que aún nos quedaban por ver: Fornells y Mahón.

 

Por suerte, ambos lugares estaban de camino al aeropuerto, así en primer lugar paramos en Fornells, donde dimos un paseo cerca del mar y subimos a ver la torre. Finalmente, pusimos rumbo a Mahón, donde solo tuvimos tiempo de visitar el mercadillo situado en el centro de la ciudad debido a que se estaban celebrando las Fiestas de Gracia.

 

 

 

 

 

Salvo por la decepción de no poder visitar dos de las calas más famosas de la isla, nos fuimos de Menorca con un gran sabor de boca, y un muy buen recuerdo de los lugares que sí pudimos visitar. En nuestra opinión, es un destino que requiere de una buena planificación para poder disfrutar a fondo de la isla y no regresar con la sensación de no haberle sacado todo el partido posible al viaje.

 

Resumen : queremos volver













Report Page