Sobre la situación en Venezuela

Sobre la situación en Venezuela

Cancillería de Rusia

El 5 de enero, la Asamblea Nacional de Venezuela inició sus trabajos en el marco de una nueva sesión legislativa, reeligiendo a Jorge Rodríguez como su Presidente y renovando su personal directivo. De este modo se garantiza la continuidad de la labor de este órgano de Estado venezolano, que está contribuyendo de manera importante al fortalecimiento del marco institucional y a la estabilidad de la vida política interna del país.

Sin embargo, la oposición radical venezolana, con el apoyo y la instigación de patrocinadores occidentales, sigue intentando reavivar el trabajo de la Asamblea Nacional paralela para mantener por todos los medios el acceso a los resortes del gobierno.

Al mismo tiempo, se tomó la decisión correcta y lógica de disolver el gobierno interino encabezado por Juan Guaidó, lo que confirma lo que venimos diciendo desde hace mucho tiempo y en repetidas ocasiones: las estructuras de poder paralelas carecen de base legal para llevar a cabo sus actividades. Debido a su corrupción y completa pérdida de credibilidad, el impostor fue finalmente abandonado incluso por sus inspiradores ideológicos en Washington, que intentaron mantener a flote el proyecto Guaidó hasta el final.

Sin embargo, el circo de dualidad de poderes continúa. Está claro que la tarea de los supervisores de la fracasada revolución de colores en Venezuela sigue siendo la misma. Tras la aprobación virtual de la nueva dirección de la Asamblea Nacional paralela, fuentes anónimas de la Administración de EE.UU. señalaron que cualquier nuevo órgano formado por las “fuerzas democráticas” de Venezuela sería considerado por la Casa Blanca como un gobierno interino.

No se oculta el objetivo último de esta farsa: mantener el control de los fondos públicos venezolanos que se encuentran bajo la jurisdicción extranjera. Al parecer, se utilizará cualquier ardid pseudolegal para mantener a disposición del “gobierno democrático de Venezuela en el exilio” elementos atractivos como Citgo, filial estadounidense de la petrolera estatal PDVSA, y las reservas de oro en el Banco de Inglaterra. Parafraseando a Francisco de Goya: el sueño de la razón produce monstruos nuevos, aunque familiares.

Todo esto es un ejemplo más del orden basado en reglas que promueven obstinadamente las capitales occidentales, que se basa en el deseo de nuestros adversarios de imponer su voluntad a Estados soberanos.

Rechazamos categóricamente los métodos de chantaje descarado, las amenazas y las medidas coercitivas unilaterales ilegales utilizados por el Occidente colectivo, así como los intentos de hacer pasar sus propias aspiraciones egoístas por las aspiraciones de los pueblos de otros países.

Sólo las normas de Derecho Internacional universalmente reconocidas y los principios consagrados en la Carta de la ONU servirán de base para un diálogo interestatal equitativo y mutuamente respetuoso y para el mantenimiento de un orden mundial sostenible y justo.

Afirmamos nuestro deseo de continuar fortaleciendo las relaciones con el país amistoso de Venezuela, de desarrollar una estrecha cooperación de mutuo beneficio con el país, que seguirá siendo nuestro principal socio estratégico.

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