Un pensamiento sobre el 12 de octubre

Un día como hoy, pero del año 1492, el navegante genovés Cristóbal Colón llega a la isla de San Salvador, descubriendo sin saberlo, el Nuevo Mundo, lo que hoy llamamos América, iniciando con ello el inevitable choque de la cultura Europea y las culturas de los pueblos originarios del continente americano.

Este es hoy en día un tema muy cargado de significado y campo fértil para sembrar el odio y la división para quienes quieren llevar agua a su molino político.

Por un lado tenemos a los indigenista que buscan, con justicia, la reivindicación de agravios generacionales a los pueblos originarios de estas tierras, en el otro extremo tenemos a supremacistas blancos que buscan hacer de este hecho un aglutinante para dispersar sus horrenda ideología en las mentes de nuestros jóvenes.

Está muy de moda ponerse del lado de las minorías y desdeñar el status quo, ¿Quien, que tenga corazón, podría ignorar la marginación histórica -por ejemplo- del pueblo Rarámuri? Esa es una lucha social justa, pero se está planteando en un espacio donde no corresponde luchar: el espacio de nuestra identidad cultural.

José Vasconcelos, en su tiempo, forjó una teoría que el muralista Dgo Rivera plasmó hábilmente en su mural "El hombre universal". Nosotros como Mexicanos, tenemos el privilegio de ser el fruto de 500 años de una auténtica fusión, como ninguna otra cultura puede presumir, 500 años que crearon un auténtico mestizaje que según Vasconcelos nos ponía más cerca del hombre universal, una síntesis genética y cultural de toda la humanidad

Dejando de lado los obvios tintes nacionalistas y que se antojan como pretexto para una ideología de superioridad racial, debemos aceptar que nuestra cultura mestiza es una síntesis que reúne lo mejor de dos mundos que en una fusión nos hace herederos los aspectos más sobresalientes de los mundos que nos forjaron.

La diversidad y síntesis cultural que podemos apreciar a lo largo y ancho de nuestro país, donde todos somos Mexicanos se puede apreciar en la belleza de nuestras tradiciones en las que sobresale un sincretismo que no se encuentra en ningún otro lugar del mundo:

La profunda espiritualidad del indígena americano y la Fé indoblegable del conquistador europeo, expresada en la Guadalupe - Tonanzin del Tepeyac, los sabores más finos de Europa expresados con los frutos de Esta tierra, el platillo más emblemático y complejo de nuestra cocina es un platillo mestizo: La misteriosa salsa de Cacao y siete chiles y multitud de especias: el mole.

Los colores de nuestros trajes típicos, la belleza de nuestra música, en el hermoso Huapango de Moncayo, la vistosidad de nuestra danza, la emoción de nuestra poesía y nuestras letras; el orgullo que sentimos cuando nuestra cultura es reconocida fuera de nuestro país.

Todo ello es fruto de ese mestizaje, de esa gran fusión, de esa unión que fue muy dolorosa pero es origen una cultura distinta, que si bien no es totalmente europea, tampoco es auténticamente nativo americana.

El 12 de octubre de 1492 no representa la dominación de indígenas indefensos por europeos invasores que llegaron a imponer, pues eso ignora 500 años de nuestra historia, debería celebrarse como el origen de una rica, diversa, en increíblemente compleja herencia cultural expresada en todos los aspectos de nuestra vida y sociedad.

Sin duda, hay una deuda inmensa con los pueblos originarios, hay injusticias históricas que se deben resarcir, pero ¡que nadie, nunca, nos haga avergonzarnos de nuestra herencia cultural indígena que nos llena de virtudes insospechadas, ni de nuestra hispanidad, nuestro idioma nuestra herencia de Europa que también forma parte inextricable de nuestra identidad!

El que intente hacerlo, busca dividir quienes somos, ensalzando una mitad y despreciando la otra. ¡Ya somos una suma que es más grande que sus partes!

¡Feliz día de la la raza!

¡Feliz día de los pueblos originarios!

¡Feliz día de la hispanidad!

¡Feliz día de una cultura más rica y diversa que las culturas que nos dieron origen!