Todo fuera de su posición original

Todo fuera de su posición original

Febe Angel Ciudad-Ricardo, Dr. C.
Foto tomada de la obra "La jaula de aire" del post titulado "El ojo de la mente" en el Blog del autor Carlos Adampol Galindo del 21 de septiembre de 2015. Disponible en: http://www.carlosadampolgalindo.com/2015/09/el-ojo-de-la-mente/

Los análisis y argumentos utilizados para describir y tratar de explicar cualquier postulado deben ser cuidadosamente seleccionados y contrastados seria y meticulosamente antes de finalmente ser expuestos a la luz pública. Por supuesto, esta metodología básica, es respetada por quienes pretendan arrojar luz, credibilidad y perdurabilidad a sus postulados; al contrario de quienes solo persiguen fama efímera o dudosa notoriedad con un leve escrutinio de los datos. En mi afán (como el de millones de seres humanos) de respetar el pensar diverso y colectivo; me esfuerzo siempre al presentar mis consideraciones en cualquier ámbito, en seguir la máxima inicial que presento en este comentario.

Claro está, comienzan luego a jugar su papel, otros sentimientos de los que me leen (con desdén claro, aunque nunca es obligado), o los que reciben mis comentarios a través de la interpretación (maligna y diabólica) de otros, lo cual puede tener (y casi siempre posee) una buena dosis de transformación (casi nunca a favor de mis ideas o de aquellas que defiendo). La formación científica que he recibido en Cuba y aguzada en jornadas extensas de trabajo en otros países, me ha enseñado tres grandes principios al realizar análisis y defender postulados: (1) ir siempre a la fuente original del saber o información, (2) no extraer una idea de su contexto general para alterarla en beneficio de lo que se pretende en el presente o en un contexto en particular, y (3) no extrapolar informaciones y resultados del análisis desde una fuente original a nuevas situaciones alterando (en ningún grado) el contexto concreto e histórico original (referido al tiempo en el que se ofreció o utilizó originalmente la información que se presenta).

Vuelve a ocurrir principalmente en las redes sociales (nótese que casi nunca fuera de estos ámbitos) el uso (yo diría más bien el abuso) de frases, pensamientos, figuras y hechos históricos para tratar de legitimar las protestas ocurridas en Cuba el pasado 11 y 12 de julio de 2021. Al navegar por las redes (algo que varios amigos y familiares me han dicho que en estos días puede intoxicar y deprimir en extremo, por los mensajes antihumanos y desprovistos de toda sensibilidad de “especie superior e inteligente” del planeta que pretendemos ser) he encontrado varios ejemplos de esas frases, pensamientos, figuras y hechos históricos, casi siempre realizando un uso que viola alguno o los 3 principios que mencioné anteriormente.

Si se pretende hacer uso de esas frases, pensamientos, figuras y hechos históricos para legitimar lo sucedido, entonces es imprescindible hacer un análisis más apegado a la verdad originaria del texto de las frases, de la ideología de las figuras escogidas y del momento y las condiciones que circundaron a estas figuras y los hechos históricos y las frases a las que se acuden ahora como ejemplo de “repetición histórica”. No hacerlo, es nuevamente tergiversar por completo la realidad, tal y como lo hacen las "grandes" trasnacionales de la [des]información, para convencer a su audiencia casi de cualquier cosa.

A propósito de los nuevos llamados de la minoría que no comparte el sistema socio-económico-político imperante a partir de la decisión de la mayoría en Cuba (86% a favor del socialismo en el último referendo constitucional) para crear nuevos disturbios hoy 5 de agosto, utilizaré para el análisis los cinco ejemplos que en mi lista tienen la tergiversación más gigantesca e iré analizándolos uno por uno, en todas sus partes, para concluir si ciertamente sirven para utilizarlos como legitimadores de lo que ocurrió en Cuba días atrás, de la forma en la que se les han querido [mal] utilizar. En todos los casos que mencionaré, mantendré a los cibernautas en anonimato para que no se sientan aludidos en un comentario con el que de seguro no comparten absolutamente nada, y de esta forma no comprometo sus posiciones socio-políticas (aunque alegan no tenerlas y ser "apolíticos") y la forma en la que las defienden en los respectivos países donde hoy residen (pues claro está, todos hicieron estos "señalamientos" desde fuera de Cuba).

Primero: José Martí inició desde los E.U.A. y como emigrado una lucha para liberar a Cuba del yugo español y era porque amaba a su patria y la quería libre y soberana.

Hacer semejante simplificación de la vida del héroe nacional cubano, con el marcado objetivo de ponerlo geográficamente en el mismo lugar (salvando las diferencias de motivos y tiempo histórico) del epicentro actual de la contrarrevolución cubana; es signo de un profundo desconocimiento de la historia, como de un deseo vil de igualar la obra del apóstol con los pérfidos intereses de quienes hoy promueven o se suman a los intentos de querer destruir la soberanía cubana. Para llegar al momento histórico donde José Martí pisa tierras norteameticanas, no se puede obviar todo lo que antecedió dicho período, que no fue poco, y que sí forjó (con dolor y sangre tanto personal como familiar) el pensamiento revolucionario y antiimperialista del más universal de los cubanos.

Tan temprano como a sus 16 años, Martí resulta encarcelado en Cuba por motivo de su carta conjunta con Fermín Valdés Domínguez, al apóstata Carlos de Castro y Castro, compañero de colegio que se había alistado como voluntario en el ejército español para combatir a los independentistas. A pesar de su juventud, ya demuestra las raíces de su pensamiento cuando le dedica a su madre la fotografía enviada de pie con grilletes y donde decía «Mírame, madre, y por tu amor no llores: / Si esclavo de mi edad y mis doctrinas, / Tu mártir corazón llené de espinas, / Piensa que nacen entre espinas flores

Es deportado a España donde se gradúa como Licenciado en Derecho Civil y en Filosofía y Letras. Vuelve a la Patria concluida la guerra del 68 y en 1878 comienza sus acciones conspirativas contra el colonialismo español en Cuba y es fundador del Club Central Revolucionario Cubano. En 1879 el Comité Revolucionario Cubano, radicado en Nueva York lo nombró subdelegado en la isla de Cuba. En el propio año, por sus vínculos con la Guerra Chiquita es nuevamente deportado a España y de ahí se traslada a Nueva York.

Es a esta etapa en Nueva York que comienza en 1880 a la que hacen alusión los actuales defensores de la "libertad" para Cuba. Pero no dicen nada de lo que he comentado antes, ni de las ideas antiimperialistas y anticolonialistas de José Martí, de su pródiga pluma y su enardecido verbo en el discurso para denunciar los desmanes de las grandes potencias coloniales, ni de su temprana visión sobre las intenciones pérfidas de los gobernantes norteamericanos hacia Latinoamérica toda para adjudicársela como patio trasero.

Tampoco mencionan que su estancia de una década en el imperio, y su breve visita a Venezuela en 1891 (donde rindió merecidos respetos y honores al libertador de América Simón Bolivar), y su forzoso retorno a los E.U.A también por causas revolucionarias, no tuvieron más motivos que reunir patriotas (también exiliados) y preparar la lucha armada contra el imperio español, que transcurrieron en privación de lujos muchas veces a costa de su propia supervivencia; por profundo amor a la Patria que nunca se vendió a cambio de pocas monedas o serviles lujos manchados de traición a los ideales independentistas.

Sin descanso alguno, ni cejar en su empeño de liberar a Cuba del sometimiento angustioso al imperio de España, realiza Martí acciones constantes hasta llegar a Cuba el 11 de abril de 1895 junto a Máximo Gómez desde República Dominicana; habiendo firmado antes en 1894 el plan de alzamiento en Cuba (Plan Fernandina), y en 1895 el Manifiesto de Montecristi; para dejar sentadas las bases de la libertad cubana, su consecución y las acciones posteriores a la liberación definitiva. Sorprenden las balas enemigas al apóstol el 19 de mayo del propio 1895.

Pretenden igualar los neo-anexionistas sus acciones cobardes e insignificantes con aquellas inmensas y cargadas de amor a la Patria que realizara José Martí. Desean poner al mismo nivel sus acomodadas convivencias en el imperio (característica esta de los E.U.A. que no ha cambiado en los últimos siglos) edulcoradas por las palabras y golosinas de los gobernantes del gigante norteamericano, con aquella vida que se autoimpuso Martí como muestra de austeridad y amor a la Patria en pos de su objetivo máximo de libertar a Cuba. Esgrimen igualdad de sus ideales a los del héroe nacional, cuando agujeréan la historia para ocultar aquello que los hace tan diferentes de José Martí y utilizar los despojos que dejan en su pérfida y tergiversada variación de la historia, para confundir a los que como ellos desconocen la raíz de su nación y de cómo se forjó la nacionalidad cubana.

Pero peor aún, olvidan, o se hacen los que olvidan, que Martí luchaba contra un imperio que oprimía a Cuba, que la saqueaba, que despreciaba a su pueblo, que masacró a sus indígenas autóctonos, que marginó (sin lograrlo) a los criollos, y que despojaba a sus hijos de su legítimo derecho a pensar y decidir su destino. Ocultan ahora que sus intenciones son totalmente las contrarias a las de Martí; pues pretenden con su lucha simbólica, a [mucha] distancia (mientras más lejos mucho mejor) y pseudo-libertadora, retornar a Cuba a las manos del imperio yanqui, que vuelva el saqueo a cambio de migajas para pocos y miseria para muchos, que prevalezcan las decisiones imperiales sobre las nacionales, que los gringos puedan campear a sus anchas de nuevo en Cuba, que no se piense más que con ideas capitalistas y de mercado, que los progresistas y proletarios sean discriminados, y que no tengamos que pensar ni decidir, pues para eso estarían los gobernantes norteamericanos, porque ni siquiera sus lacayos en el gobierno en la isla anexada. ¡Qué pérfida comparación al estilo dantesco para producir naúseas en el alma de los que verdaderamente amamos a la Patria y conocemos del heroismo de sus patriotas!

Segundo: José Martí dijo «(...) Ser bueno es el único modo de ser dichoso. Ser culto es único modo de ser libre. Pero, en lo común de la naturaleza humana, se necesita ser próspero para ser bueno (...)» [Hago notar que las “(…)” no fueron incorporadas por quien hizo uso de estas frases en su comentario, cuando realmente indican que el texto ha sido tomado de uno mayor que las contiene]

Nuevamente se omiten el contexto histórico, el contenido como un todo de la obra, el auditorio al que fue dirigida y el objetivo con el que se desarrolló; para tergiversar la génesis e intención de tan magistral obra del apóstol. Sí, es cierto que esas oraciones tomadas al azar del Artículo "Maestros ambulantes" escrito por José Martí para la “Revista Científica y Literaria” de Santo Domingo en Nueva York (no por casualidad dicho sea de paso) en mayo de 1884, fueron obra del héroe nacional cubano. Lo que no es cierto es el significado que hoy, al juntarlas y despojarlas del texto acompañante, se les quiere asignar.

La obra martiana donde aparecen estas frases, primero que todo fue escrita para exponer lo que Martí consideraba como imprescindible para reorganizar y revitalizar la educación con un fundamento científico y elevarla de sus propósitos en aquellos momentos solo espirituales, en exceso anticientíficos, y endebles para motivar el estudio y la superación del hombre. Claro, así era como querían los gobernantes imperialistas que fuera el ciudadano democratizado de finales del siglo XIX: sin posibilidades de pensar y de sublevarse (¿será casualidad acaso que todavía hoy día el acceso a la educación científica universitaria de pre y postgrado en los países [democráticos] capitalistas no es masivo y gratuito?).

Para un mejor análisis de lo que se ha pretendido por los [pseudo]martianos independentistas al hacer uso de estas frases es mejor seccionarlas y asociarles la real explicación a partir del contexto de la obra de la que fueron extraídas acríticamente:

  • «(...) Ser bueno es el único modo de ser dichoso (...)»: José Martí deja claro en su artículo antes de esta oración, que toda obra humana debe tener un fundamento de amor, de hacer el bien, de solidaridad, de hermandad; valores que para él eran esenciales en una sociedad civilizada, humanista, que pensara en sus hijos todos en armonía y unidad. La "dicha" según el pensamiento martiano no estaba en la riqueza material, sino en su antítesis espiritual y actitudinal. Para Martí, el hombre es dichoso si hace el bien, si ama, si es solidario, si ayuda a sus compatriotas. Creo que queda claro que las intenciones de los neo-anexionistas del siglo XXI no les interesa ser dichosos ni buenos bajo la filosofía martiana, por cuanto sus motivos son eminentemente materiales y desprovistos de esencia solidaria.
  • «(...) Ser culto es único modo de ser libre (...)»: Resulta difícil comprender el uso de esta frase para legitimar los intereses actuales de los [pseudo]libertadores, en tanto para Martí la cultura, expresado en esta propia obra, tenía que poseer dos carácteres: general e integral. Cuando describe lo que entiende por general e integral, argumenta que con conocimientos no solo prácticos y vivenciados de la vida cotidiana, que serían los espirituales, sino científicos, económicos, sociales y principalmente históricos. Para Martí, el hombre culto domina la historia de su tiempo, tanto como aquella que lo llevó hasta ese momento y que lo habilita para comprender el futuro y dominarlo. Es un hecho que los abanderados de los deseos de [pseudo]libertad para Cuba, no conocen la lógica de la historia que llevó al país hasta su actualidad soberana y liberada de todo yugo enemigo.
  • «(...) Pero, en lo común de la naturaleza humana, se necesita ser próspero para ser bueno (...)»: Aquí en esta frase se pretende por los neo-anexionistas hacer especie de bucle interminable hacia la primera que esgrimen, diciendo que como en Cuba el hombre no puede ser "próspero", entonces no puede ser "bueno" y por ende tampoco "dichoso". Es impresionante como intencionadamente eluden la oración inmediatamente posterior a esta, donde José Martí dice «(...) Y el único camino abierto a la prosperidad constante y fácil es el de conocer, cultivar y aprovechar los elementos inagotables e infatigables de la naturaleza (...)», la cual está acompañada de toda una explicación exhaustiva del principio estudio-trabajo y la necesidad de hermanar obreros citadinos e industrializados con campesinos rurales para forjar el alma de una nación. Seguro costará mucho hacerles entender a los [pseudo]libertadores que la prosperidad a la que se refiere el héroe nacional, vuelve nuevamente a tener una base espiritual, de solidaridad, de hermandad, de unidad y sobre todo de conocimiento y cultura; algo que el capitalismo (¿democrático?) tanto imperialista como neoliberalista trata de apagar por completo en los hombres para limitar al máximo su capacidad de encontrar realización y alegría en elementos no dependientes únicamente de lo material.

En general, si desean utililizar estas frases, entonces los neo-anexionistas deben proveer a los lectores de todo el artículo y hacer un gran esfuerzo para interpretarlo y comprenderlo en toda su extensión e intención, de paso revolucionaria para la educación según la sociedad nueva soñada por José Martí y sujetada por grilletes en Latinoamérica por el imperialismo yanqui norteamericano (todavía hoy día).

Tercero: Julio Antonio Mella emigró y desde el extranjero tuvo que continuar su lucha para contribuir a la liberación de Cuba.

Resulta que en la vida de Julio Antonio Mella hay varios aspectos que en esta simplificación de su quehacer revolucionario se omiten intencionadamente, pero que son premisa imprescindible del momento histórico al que se hace referencia y que explican su génesis y sus razones más intrínsecas. Fue un cubano, nieto e hijo de extranjeros (abuelo paterno dominicano y madre inglesa). Su abuelo era conocido como el “general del ímpetu” y luchó intensamente en la liberación de la República Dominicana. Su madre perteneció siempre a las filas de quienes se oponían fervientemente a la Enmienda Platt impuesta por el gobierno de los E.U.A. a Cuba como apéndice de su constitución. Esa cuna, ofreció a Mella desde su nacimiento una visión siempre cosmopolita y no sesgada a la isla caribeña y sus límites marítimos. Con 12 años (1915) conoce por manos del maestro mexicano Salvador Díaz Mirón el ideario martiano que ofreció génesis a la fundación del Partido Revolucionario Cubano. En 1920 viaja a México, país en revolución en ese momento, y vive en carne propia la doble moral imperialista norteamericana sobre el “panamericanismo” y la “democracia”, cuando al mismo tiempo mantenía sus tropas de ocupación en Nicaragua, Haití y República Dominicana; definiéndose para él dónde estaba el verdadero enemigo de Latinoamérica.

En 1921 matricula en Derecho, filosofía y letras en la Universidad de La Habana, siendo líder estudiantil y comunista administró la revista “Alma Máter”, fundó la Federación Estudiantil Universitaria y organizó y dirigió el Primer Congreso Nacional de Estudiantes en 1923, fundando en ese propio año la Universidad Popular José Martí para llevar los estudios universitarios y la instrucción política comunista a los oprimidos y olvidados en Cuba. En 1924 junto a Carlos Baliño y Rubén Martínez Villena funda la Liga Antiimperialista de Cuba inspirada por la Internacional Comunista. También junto a Carlos Baliño funda Mella el Partido Comunista de Cuba y se convierte en su primer secretario de organización. Por sus ideas revolucionarias y comunistas fue en 1926 expulsado de la Universidad de La Habana y en diciembre de ese mismo año tiene que exiliarse a México por la persecución a la que estaba siendo sometido por sus ideas y actividades revolucionarias y comunistas.

Nótese que Mella sale de Cuba precisamente como “revolucionario” y “comunista”, con la firme convicción de génesis martiana de que el verdadero enemigo de Cuba y Latinoamérica era el gobierno y la clase explotadora de los E.U.A. Sí es cierto, salió a continuar la lucha por la libertad de Cuba desde el extranjero, pero para librarla de ser una neocolonia norteamericana, pisoteada por la Enmienda Platt y a cuyo pueblo le era saqueado hacia el imperio todo lo que por derecho le correspondía y no disfrutaba. Un pueblo sin educación, sin servicios de salud, sin respeto a su constitución, mancillado por las bases militares y las hordas saqueadoras de las trasnacionales capitalistas de Wall Street y Washington usurpadoras de sus tierras y amantes de desdeñar la raíz mambisa y libertaria del cubano.

No se puede pretender hoy presentar a Mella como ejemplo inspirador de lo sucedido en Cuba los pasados 11 y 12 de julio, cuando los que instigaron, los que dirigieron, los que siguieron y los que se dejaron llevar por sus ideas, nada tienen que ver con ser “revolucionario” y “comunista”, con querer algo por lo que luchó Mella y que ya en Cuba tenemos. Es una ignominia hacia Mella tomarlo como estandarte de una lucha pro-capitalista, pro-anexionista, pro-neocolonialista, para retornar al mismo estado (o peor aún) contra el que él luchó tanto para liberar a su Patria.

Cuarto: Fidel Castro Ruz desde México y también desde la emigración inició una lucha para liberar a Cuba de la dictadura y sus compañeros de lucha en la isla incendiaban instalaciones e instituciones del estado y el gobierno para incitar a la lucha y como muestra de descontento al régimen imperante.

Debo admitir que en mi lectura de semejantes deseos de los acólitos imperialistas de encontrar similitudes entre nuestros mártires, hérores y líderes, y sus desesperados actos; no puedo más que asombrarme de tanta ignorancia histórica y encuentro de burdas e inexistentes semejanzas para legitimar el vandalismo ejecutado por la mayoría de los protestantes del 11 y 12 de julio últimos en Cuba.

En esa búsqueda agitada e infructuosa en nuestra historia pasada por los neo-anexionistas para encontrar atisbos de sentimientos nacionalistas y libertadores que sirvan de motivación a posibles seguidores, cometen varias omisiones que demuestran su incapacidad para comprender la génesis de la fortaleza de la Revolución cubana; y demuestran las razones por las cuales sucumben frente al impetuoso golpeteo del capitalismo neoliberal en sus bolsillos y sus estómagos:

  • Fidel Castro Ruz y la generación del centenario no fueron a México esperando riquezas económicas y materiales para huir de carencias producidas por el propio imperio y de asumir responsabilidades en la búsqueda de soluciones en la propia nación cubana. Fueron (igual que Martí y Mella) exiliados por el gobierno pro-imperialista y pro-anexionista que existía en Cuba a finales de la neocolonia.
  • Fidel Castro Ruz y la generación del centenario, sí es verdad, lucharon contra la dictadura, pero "batistiana", servil del imperialismo yanqui, que como los españoles en la colonia servía de cómplice al gobierno norteamericano para oprimir a Cuba, saquearla, despreciar a su pueblo, masacrarlo, marginarlo y despojar a los cubanos de su legítimo derecho a pensar y decidir su destino. Resulta que Fidel Castro Ruz y la generación del centenario liberó a Cuba de la opresión del imperio, devolvió Cuba a los cubanos, expulsó a los yanquis de nuestro terrirotorio, igualó a todos los cubanos en cuanto a deberes y derechos y legitimó y habilitó a su pueblo para decidir qué hacer y cómo vivir en soberanía y sin rendirles cuentas a ninguna nación con ínfulas de amo supremo del planeta.
  • Los miembros del Movimiento 26/7 y de la clandestinidad, sí es verdad que ejecutaban actos de ataque como parte de su lucha, pero nunca fueron actos contra sus propios hermanos cubanos, contra la población civil, contra hospitales o contra escuelas. Tan grande es la historia de nuestra revolución (desde La Demajagua hasta el 1ro de enero de 1959) que hay cientos de ejemplos de respeto a prisioneros de guerra, de respeto a las garantías de los esbirros asesinos al juzgarlos, de imposibilidad de permitir tomar la justicia por las manos en contra de los anexionistas y pro-imperialistas a pesar de sus aberraciones contra los revolucionarios durante la dictadura batistiana. Sobran los ejemplos de dignidad, respeto y transparencia por encima de todo, de la condición de cubanos a aquellos que por seguirle la rima al imperio avasallaban a sus hermanos en la Patria antes del triunfo de la Revolución.

No son posibles nuevamente tales comparaciones para legitimar sus deseos anexionistas y sus anhelos de Coca-Cola y McDonald's en las tardes sabatinas para olvidar seguro la imposibilidad de asistir a una función de teatro o disfrutar de una playa por haber sido incautadas por el dueño de un hotel "recuperado" del comunismo revolucionario.

Quinto: Una cibernauta cubana residente en el extranjero plantea que «(...) fuera de Cuba, dos personas en un matrimonio [ella y su esposo, que no es cubano claro] pueden pensar diferente en cuanto al partido político que defienden [que dicho sea de paso ninguno de los dos partidos es progresista o de izquierda], al equipo de futbol que apoyan y al sistema social que quieren para el país donde viven [que ninguno de los dos pretende que sea el socialismo], y eso no implica que no puedan ir de la mano a votar en las elecciones, tomar de la misma cerveza durante el partido de futbol al verlo desde el mismo sofá en la sala del hogar o mantener a sus hijos lejos de una lucha de ponerlos en dos bandos distintos para ganar adeptos a cada ideología en caso de tenerlas diferentes (...)».

Reconozco que en este último ejemplo de lo esgrimido en las redes sociales, intervienen elementos que se salen de lo histórico y pasan a estar en lo sociológico, aunque claro está con fundamento político, a pesar que su autora quiera parecer "apolítica" por completo. En otros de mis comentarios anteriores, ya he abordado el por qué lo social, lo político y lo económico no solo son componentes de un mismo sistema en el nivel macro-social (nación), sino también en los niveles meso-social (clases y grupos sociales) y micro-social (familias e individuos). Es un gran mito, que se utiliza mucho cuando se quiere sobredimensionar un aspecto en particular, utilizar como argumento el "apoliticismo" como muestra de libertad de criterios, de neutralidad del pensamiento, de estar por encima de discusiones de génesis política.

La "política" no solo es el conjunto de los procedimientos y medidas que se adoptan para dirigir los asuntos que afectan a la sociedad o tienen relación con esta por un gobierno y sus integrantes; sino también la orientación o manera de actuar de una persona en un asunto determinado. Por ende, nuestra "orientación o manera de actuar" descansa en cómo percibimos y comprendemos lo que nos rodea para orientar y regular nuestros actos. En general puede plantearse una regla: si comparto y comprendo lo que me rodea, el sentido de mi orientación y el nivel de mi regulación del comportamiento son favorables; de lo contrario cambian mi orientación hacia el entorno y mi nivel de regulación del comportamiento hacia ese entorno.

Por lo tanto, para esta cibernauta es "normal" lo que ella experimenta, cuando en realidad esa tranquilidad sustentada en el "apoliticismo" familiar, no es más que una falacia; pues se sostiene realmente en que ambos cónyuges no tienen diferencias en cómo comprenden y perciben la sociedad que los rodea, por lo que pueden convivir (en sus criterios sobre partidos, en su disfrute del juego del futbol y en la atención a sus hijos) felizmente. Cambiémosle a esta cibernauta la forma en que uno de sus hijos comprende y percibe la sociedad que los rodea y veremos como su mundo "feliz" y "armonioso" se desordena completamente; por cuanto uno de los miembros de la familia tiene una interpretación diferente en la combinación: social-económica-política.

Tanto es así, que hay sobradas muestras en la historia de estos ejemplos tanto a favor del hombre y la sociedad como en contra. Solo para ilustrar en Cuba: Fidel Castro Ruz hijo de familia adinerada que se reveló en contra de los pensamientos terratenientes de su familia para liberar a su pueblo; mientras que Fulgencio Batista, hijo de familia muy humilde, protagonizó un golpe de estado para enriquecerse y oprimir a su pueblo. Igual en América Latina: Simón Bolivar hijo de una familia adinerada y protegida por el imperio español, comprende el sufrir de sus compatriotas y lidera las luchas para la liberación de América; en tanto muy fresco en el tiempo, en la propia región, Jair Bolsonaro, adinerado magnate brasileño, saquea a su país y demuestra los intereses mezquinos de la clase rica en el neoliberalismo contemporáneo.

Queda demostrado, que: (1ro) desconocer la historia es lo que produce errores imperdonables a los pueblos cuando son olvidadas sus raíces y (2do) desconocer la historia, su génesis y su lógica de desarrollo, es lo que hace a algunos incautos pensar que con pobres conocimientos se puede liderar grandes revoluciones y masas de hombres. En consecuencia y por suerte, la mayoría de los cubanos en Cuba no hemos olvidado nuestra historia, su génesis y su lógica de desarrollo, para lograr identificar a los incautos que pretenden hoy desde sus tronos virtuales e inflables, dirigir supuestas rebeliones de los oprimidos en la dictadura del comunismos cubano. ¡Cuántos capítulos hubiesen sido aportados por Cervantes a "El Quijote" de haber adivinado lo fértil de las imaginaciones de los neo-anexionistas y [pseudo]libertadores!


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