Te amo
IX. Bajo las estrellas
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La estaba tomando de la mano, él volteaba hacia su lado derecho y lo primero que podía ver era a ella, lucia tan hermosa desde su lugar, a Alejandro le encantaban los ojos tan brillosos que Emma tenía y mucho más cuando el reflejo de la luna y las estrellas se podían ver a través de ellos. Incluso mirando las estrellas y estando en el techo de su casa, Alejandro sabía que los ojos de su amada eran mucho más bonitos que cualquier otra estrella en el cielo.
No había frio en el techo, ni si quiera había un aire que indicara que iba a bajar la temperatura y aun así Alejandro apretó con mucha fuerza la mano de Emma y cuando ella volteó entonces con el otro Brazo que Alejandro tenia de sobra abrazó a Emma y la miraba fijamente a los ojos, eso le encantaba sobre manera, apretó sus brazos y así pudo cubrir el cuerpo de ella con el suyo, podía sentir el calor de su amada contra el de él, le gustaba tenerla cerca.
A continuación todo lo que Alejandro miraba era divino para él pues le veía los ojos, sus mejillas, su nariz hasta poder llegar a sus labios en donde ya no podía resistir ni un minuto más sin besarlos. Eso fue lo siguiente que hizo, y podía sentir una tranquilidad inmensa en su ser, donde tras cada movimiento mutuo de sus labios, al terminar un beso y empezar otro Alejandro le podía transmitir todo el amor y la pasión que tenía guardado solo para ella y para nadie más. Después de todo, el mejor momento de la noche no era estar bajo las estrellas, sino compartir ese momento con ella.