Soltar el alma al cantar

Rachel Rodríguez tiene 21 años, justo ayer los cumplió. Sin embargo, su aparente corta edad no le ha impedido despegar su carrera musical. Ejemplos de casos nos sobran. 

Hablar con ella, conocerla, me recordó una vez más el porqué de mi oficio. Rachel inspira. Su jovialidad y carisma calan bien hondo y la que a la vista puede resultar una jovencilla parlanchina, en encuentro premeditado cada palabra cobra vida. 

En medio de la vorágine pandémica grabó parte de su álbum Susurros del alma. Canciones en las que suelta el alma, como afirma en su entrevista. “La música me fluye, como un susurro Dios me dicta y va saliendo. A pesar de que nos pasen cosas que uno no entiende, Dios siempre va a estar contigo y te va ayudar, este es el mensaje central de todas mis canciones”.

Vivió su infancia rodeada de músicos, sus primos, su hermano, su papá... No había crecido mucho cuando ya se sabía todas las canciones de Julissa y anhelaba el poder cantar algún día como ella. Pero Rachel no lo hacía bien, se desafinaba con frecuencia. “A la gente le parecía extraño porque en mi familia todos lo hacían excelente”, rememora. 

Como contrapartida a esta desilusión, comenzó a estudiar violín. Tenía diez años y era la mayor de su clase. Factor que no impidió su acometida; el violín la ayudó con la maduración del oído y pudo entonces afinar. “Estuve estudiando ese instrumento hasta los 16 años cuando les dije a mis padres que ya quería salirme de la ruta del violín y adentrarme en lo que verdaderamente me apasiona: cantar”.

A partir de ese momento comienzan las piezas a encajar, pero aún su color de voz era extraño. Necesitaba prepararse. Comenzó con clases de coro que la redireccionaron a clases de canto. Su maestra, al escucharla, no pareció convencida. “Me dijo que solo me iba a tomar de prueba, eso me dejó muy triste y me desanimó; sin embargo, pasó ese tiempo y ella se quedó enganchada con mi voz”.

“Si me llamaste yo sé que me vas a capacitar de alguna manera”, hablaba Rachel con Dios, “yo tengo que hacerlo y hacerlo bien, al menos cantar un poquito bonito”... Luego de muchas oraciones, profecías y fe, el Padre la ayudó. Cuatro años estudiando y su voz se fue amoldando, fue renaciendo. “Hubo un cambio total luego de que yo entrara a las clases de canto”. 

Así pasó a formar parte del grupo de alabanza de su iglesia; nunca había cantado como solista. Quizás este fue su verdadero primer paso para arrancar su carrera musical, para soltar la pena y sentirse más cómoda y libre en lo que luego se dedicaría a hacer como profesional. 

Quizás alguien la recuerde por los videos que subía a sus redes sociales cantando. La primera fue un cover de la canción Solo pienso en ti y a la media hora ya la habían compartido más de 25 veces, hasta la fecha tiene cerca de seis mil vistas. “Esta es la primera canción que hace que la gente me conozca como adoradora, no como buena cantante, porque no me considero así, pero sí me gusta soltar el alma cuando canto, trato de hacerlo con mucha sinceridad ante Dios. Y creo que eso se notó en el video”.

¿Cómo es que empiezas a grabar tus canciones?

“A mi papá lo invitaron a predicar en una iglesia y a mí para ministrar en las alabanzas. Una persona de ese templo que me había visto en las redes sociales me comenta que por qué no grababa un disco si tenía la capacidad para hacerlo. Entonces comencé a orar. Yo tenía un dinero ahorrado que era para otro fin, pero sentí que yo podía invertir en esto, no tanto por el hecho de vender luego ese disco, sino por que la gente pudiera escuchar la música que el Señor me había permitido componer y que diga: esta canción me ministró. Lo intenté, fui y hablé con un muchacho que tenía un estudio recientemente creado y grabamos. En octubre grabé mi primera canción Sé tú mi guía y hasta febrero ya han salido ocho canciones. Si el Señor me lo permite, en un mes grabo las cuatro que me faltan para completar mi primer álbum Susurros del alma”. 

¿Qué impacto han tenido tus canciones?

“Cuando salió Sé tú mi guía a la gente le fascinó. Me han dicho que han puesto la canción en los cultos virtuales de Whatsapp, lo cual para mí es muy gratificante. Tengo una canción que tiene ahora mismo casi cuatro mil vistas en mi canal en Youtube que se llama Me vas a sorprender. Habla de cómo Dios te sorprende con tremendas cosas. La otra que ha gustado mucho es No más dolor, una canción que compuse especialmente para aquellos que sufren de depresión. Me han escrito muchas personas para decirme que esa canción era lo que ellos necesitaban. Estos son testimonios que nadie conoce pero que te hacen sentir que Dios te está respaldando de alguna manera.

Desde tu opinión, ¿qué se necesita para emprender una carrera musical?”

“Ganas de hacerlo y de querer superarte. Entender que nunca vas a ser suficientemente bueno ni el mejor en un área. Se necesita, por supuesto, ser afinado. Quizás eres como yo, que te ibas un poquito y luego encontraste el camino. Si nunca encuentras la afinación pues quizás eso no te ayude para cantar. Pero, sobre todo, vivir siempre creyendo que Dios hace milagros. Cuando uno tiene deseo y llamado, aunque veas que el camino está un poco oscuro, Dios se encargará de darle luz”. 

¿Cuán difícil ha sido para ti comenzar tu carrera en Cuba?

“La adquisición de los instrumentos musicales fue un problema porque no existe una buena tienda a la que puedas ir a comprarle un saxofón a tu niño, por ejemplo, y si lo hubiera, los precios serían tan elevados que con un salario no se pudiera comprar. Pagar maestros particulares ha sido un dolor de cabeza en que se iba buena cantidad de dinero, además, ningún particular te da un papel que avale tus estudios. Así mismo sucedió con la grabación de las canciones, tuve que pasarme tiempo ahorrando para grabar una sola canción. Mi primer álbum lo hice por mi propio esfuerzo para disciplinarme. No quería cargar a mis padres con esto porque sentía que ya tenían suficiente con las cosas de la casa. Sin embargo, si se tiene un llamado de parte de Dios, Él se encarga de abrir puertas".

¿Qué consejos das a quienes quieran adentrarse en este camino?

Intentarlo hasta lograrlo. Codearse con personas que sepan de música. Saber recibir los comentarios negativos porque te pueden destruir o te pueden hacer más fuerte. Rodearte de familiares y amigos que te apoyen...

¿En qué otras labores estás involucrada?

Estudié Informática y trabajo como profesora de computación en un Joven Club donde imparto cursos para todas las edades. Yo lo disfruto porque me gusta mucho la maestría. Incluso, tengo sueños futuros que tienen que ver con la enseñanza. Además, gestiono las redes sociales de un youtuber cristiano. 

Y a partir de ahora, ¿qué sigue?

Quiero terminar este disco y pienso hacer el lanzamiento del álbum aquí en mi templo Confianza en Dios en Arday. Luego, como termino mi servicio social en julio, pienso tomarme unos meses libres sin trabajar para el Estado para hacer unas giras con varios pastores y llevar mi música a distintos lugares. Quiero que mucha gente pueda ser ministrada. Ese es el propósito. 

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Rachel Rodríguez

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