Rompa la atadura de las deudas (Parte 2)

Rompa la atadura de las deudas (Parte 2)

Fernando Alexis Jiménez | Estudios Bíblicos | @Conexión365
En nuestras fuerzas resulta muy complejo librarnos de las deudas. Lo intentaremos, pero quizá fracasemos. Quien nos da la victoria en el proceso es Dios mismo. Descubra por qué.

Por Fernando Alexis Jiménez | Misión Edificando Familias Sólidas

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Cuando usted enciende el televisor, escucha radio o tal vez mira alguna página en la Internet, se encontrará con atrayentes anuncios que ofrecen la idea de una vida llena de privilegios a partir de contraer deudas. “No se preocupe por el mañana, disfrute hoy”, es el común denominador que promueven las propagandas. Lo lamentable del asunto es que infinidad de personas caen en la trampa.

Dave Ramsey lo explica de la siguiente manera:

“La deuda se nos ha presentado tan audazmente, tan ruidosamente y con tanta frecuencia que imaginar vivir sin ella exige romper con el mito. Tenemos que destruir sistemáticamente tales mitos. Se nos ha vendido la deuda con tana repetición y con tanto fervor que la mayoría de las personas no pueden concebir siquiera lo que sería cada mes no tener que hacer pagos. Así como los esclavos nacidos en la esclavitud no pueden visibilizar la libertad, nosotros los estadounidenses no sabemos qué sería un día despertar sin deudas.”(Dave Ramsey. “La transformación total de su dinero”. Grupo Editorial Nelson. 2008. Pg. 21)

Es muy probable que las deudas a las que hace frente hoy, que quizá le roban el sueño y la tranquilidad, son el fruto de un anhelo del momento, de la inquietud generada por un mensaje de los expertos en mercadeo para que viva de lo prestado.

Reconozco haber contraído deudas para comprar artículos, vestidos y hasta aparatos electrónicos que sencillamente no uso.”, dijo una atribulada mujer que está inmersa hoy en la tarea de saldar todas sus deudas por la tarjeta de crédito.

El rey Salomón que además de ser uno de los hombres más ricos de toda su historia aprendió principios de sabiduría a partir de los errores cometidos, advirtió: 

“Así como el rico gobierna al pobre, el que pide prestado es sirviente del que presta.” (Proverbios 22:7. NTV)

Cuando analizamos cuidadosamente el asunto, encontramos que las Escrituras no solo descalifican el endeudarnos por considerar que se trata de un comportamiento insensato, sino que además pone en el nivel de esclavos a quienes viven endeudados.

Pagar las acreencias incluidos los intereses mensuales disminuye nuestra capacidad financiera y, de paso, nos llevan a experimentar inquietud. Todo el panorama podría cambiar si sencillamente desarrollamos en nuestra vida la cultura del ahorro y si algo nos atrae, sencillamente lo compramos sin tener que comprometer nuestro futuro económico.

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Dios es nuestro proveedor. Él es quien satisface nuestros requerimientos. Lograrlo es posible solamente cuando aprendemos a depender de Él y depositamos en Su poder ilimitado toda nuestra confianza. Él nos ayuda en nuestras necesidades y es necesario cambiar nuestro esquema de comportamiento económico para que cambie nuestra vida en lo personal y familiar.

DECÍDASE A SER LIBRE DE LAS DEUDAS

Cuando optamos por evaluar si aquello que nos ofrecen como atrayente, así sea a crédito, podríamos necesitarlo o no; cuando tomamos unas horas antes de hacer la compra, permitiendo que se apacigüe nuestra ansiedad; cuando echamos papel y lápiz antes de endeudarnos, sin duda estamos dando pasos significativos en el proceso de liberarnos de la compulsión de comprar a crédito.

No puedo escapar a la tentación de comprar algo una vez salgo de casa”, reconoció Irma, una educadora de secundaria quien mes tras mes mira con desesperación de qué manera sigue creciendo el volumen de acreencias en su tarjeta de crédito. “He optado por no volver a salir a centros comerciales, al menos no a aquellos en los que soy consciente que me siento tentada a comprar y comprar”, reconoció.

Su iniciativa es plausible, sin duda, pero desconozco hasta qué punto resulte eficaz. No obstante debemos reconocer que dio un primer paso y, justo ese primer paso, es muy valioso. Quizá sea su caso. Hay que decidirse a cambiar nuestros hábitos de gasto.

Dave Ramsey aborda el asunto cuando dice:

“El cambio es doloroso. Pocas personas tienen el valor para buscarlo. La mayoría de las personas no cambian hasta que el dolor en donde se encuentran excede el dolor que les produciría el cambio. Si mantiene haciendo las mismas cosas, en materia financiera, por supuesto que obtendrá los mismos resultados siempre. Financieramente usted se encuentra en el punto en el que está como resultado de la sumatoria de todas las decisiones que ha hecho hasta ahora. Rompa la tentación de permanecer en la misma situación, y opte por el dolor del cambio antes de que el no cambiar sea una situación inevitable que lo alcance.” (Dave Ramsey. “La transformación total de su dinero”. Grupo Editorial Nelson. 2008. Pg. 17)

Cuando nos endeudamos, estamos asumiendo una pasada carga sobre nuestros hombros; el asunto se complica cuando— debido a la carencia de recursos— terminamos debiendo más y más y terminamos por no pagarle a los acreedores.

LAS DEUDAS ACABAN CON EL BUEN NOMBRE

El rey Salomón en sus magistrales proverbios nos recuerda que el buen nombre, de alguien responsable y cumplidor, es uno de los mayores tesoros que debemos conservar. Él aconseja: 

“Elige una buena reputación sobre las muchas riquezas; ser tenido en gran estima es mejor que la plata o el oro.” (Proverbios 22:1. NTV)

Quienes tienen la costumbre de endeudarse, incluso por aquello que no necesitan, terminan enfrentando dificultades porque los acreedores les pisarán los talones con el afán de que les paguen.

Es necesario hacer un alto en el camino, evaluar en qué hemos fallado en lo que respecta al manejo financiero y decidirnos a aplicar correctivos con ayuda de Dios.

Es un paso que debe dar hoy mismo. No es en nuestras fuerzas como alcanzamos la victoria, sino con ayuda del Señor. Y puedo asegurarle: Su persevera, tomado de Su mano, saldrá airoso y podrá declararse libre de deudas.

Si no le ha abierto las puertas de su corazón a Jesucristo hoy es el día para que lo haga. Prendidos de la mano del Salvador iniciamos el maravilloso proceso de crecimiento personal y espiritual que anhelamos. Cristo nos lleva siempre a nuevos niveles.

(c) Fernando Alexis Jiménez | @Conexión365

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