Regreso a Encélado

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14 de enero de 2049, (1566) Ícaro

Ese día, la nave recibió el nombre Ícaro. Hasta ahora, la automatizada nave espacial solo había sido designada por una combinación de letras, pero Marchenko pensó que eso era demasiado impersonal. Una nave se merecía un nombre adecuado, incluso si era solo una cápsula Semlya remodelada con algunos telemanipuladores externos, taladros y agarraderas. Era obvio que el Grupo RB estaba intentando recortar costes y, en vez de tener una cabina presurizada, la cápsula solo tenía una bodega de carga considerablemente ampliada. Técnicamente hablando, Marchenko ni siquiera estaba a bordo, sino dentro del casco exterior, donde se hallaban situados los ordenadores detrás de un escudo contra la radiación.

Aun cuando Ícaro había ido haciendo autoestop a través del espacio sobre este asteroide durante años, aún seguía en muy buena forma… demasiado buena, a decir verdad. Marchenko descubrió que estaba tan bien anclada a la superficie que todos sus intentos por separarla del asteroide fallaron. «¡Vaya plan genial de Shostakovich!». Después de que el Ícaro aterrizara sobre la superficie del asteroide durante su última aproximación a la Tierra, dos agarraderas se clavaron en las fisuras existentes. Fue un acoplamiento de cierre automático, porque cuanto más se acercaba (1566) Ícaro al sol, más caliente se volvía. El material se expandía, las fisuras se cerraban, y la nave estaba anclada y ahora podía hacer su trabajo, que consistía en extraer minerales raros. Cuando el asteroide se alejaba del sol, se enfriaba. Entonces la roca se encogía y las grietas volvían a abrirse de nuevo. Justo a tiempo para el siguiente acercamiento a la Tierra, el carguero quedaba libre de nuevo, permitiéndole despegar y realizar un corto vuelo para entregar su cargamento a su propietario.

Por desgracia, Marchenko no tenía tanto tiempo. Hoy tendría que separar el Ícaro del asteroide y comenzar a volar hacia ILSE. Martin ya le había informado sobre el problema con el procedimiento de acoplamiento automático, pero podía controlar con facilidad el Ícaro en modo manual. Lo principal era que comenzaran lo antes posible.

¿Cuáles eran sus opciones? Los anclajes, cuyas puntas estaban encajadas en las fisuras, no reaccionaron cuando activó sus motores. Para ser más precisos, Marchenko podía hacer que el de la izquierda vibrara, y eso podría llevar al éxito en algún momento, pero el de la derecha no se movió ni un milímetro. La nave estaba encadenada a una roca gigante con ambos brazos.

¿Cómo podía liberarse? Marchenko tenía que cortar los brazos que estaban evitando su despegue, pero estos estaban hechos de acero de alta resistencia, diseñados para soportar casi cualquier tensión. La potencia y la longitud de onda del láser de extracción que procesaba la roca estaban optimizadas para el dióxido de silicio, el material básico del asteroide.

Marchenko hizo unos cálculos. Cortar los anclajes con el láser minero tardaría unas dos semanas, y eso era demasiado tiempo. Pero… si arrancara el motor principal en el momento correcto, los agarradores podrían ser incapaces de soportar su empuje si hubieran sido suficientemente debilitados con unos cortes de láser.

Marchenko tenía reparos sobre esa solución, pero no podía pensar en una mejor. El problema era que si solo uno de los anclajes se separase, o si no se liberaban al mismo tiempo, el empuje del motor haría que la nave volcara. Entonces podría producirse una colisión con el asteroide. Podía mejorar sus posibilidades dándole al láser más tiempo para cortar, ya que eso debilitaría más los agarradores. Sin embargo, eso aumentaría el riesgo para toda la expedición.

«Tranquilo, Marchenko. Sobreviviste cuando tenías peores posibilidades». En algún momento iba a considerar todas las ocasiones en las que el destino casi le había derrotado. Si los sumaba, la posibilidad de que él siguiera estando vivo podría acercarse a cero. Y aún así, seguía allí. Le ordenó al láser de prospección que comenzara a destrozar los anclajes. Tres días. Ese era el límite que se dio a sí mismo. Entonces el despegue tendría que producirse.

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