REVISTA DE PRENSA
Revista de prensa rusa - Servicio Global de TASSMOSCÚ, 24 de abril. /TASS/. Washington enfrenta dificultades en sus intentos de negociar con Ucrania, pero pretende recuperar su influencia en el norte de África. Al mismo tiempo, Donald Trump suaviza su discurso sobre la guerra comercial con China y busca debilitar las restricciones climáticas en materia energética. Mientras tanto, otro expresidente peruano es condenado a prisión por actividades financieras ilícitas. TASS ha recopilado los temas más relevantes publicados en medios rusos.
Medios: Europa y Ucrania están frustrando el nuevo plan de paz de EE.UU.
Bruselas y Kiev están intentando frustrar el plan sobre Ucrania del presidente estadounidense, Donald Trump, según expertos entrevistados por Izvestia. Washington está indignado por la negativa de Vladímir Zelenski a reconocer las nuevas realidades territoriales, por eso decidió no enviar una delegación de alto nivel a las negociaciones en Londres. Consecuentemente, Francia, Reino Unido y Alemania también redujeron su nivel de participación en el evento.
La rebaja del nivel de negociación por parte de los estadounidenses es una prueba de que la coalición rechazó el plan de Trump antes de la cumbre y está preparando una iniciativa propia, afirma Tigrán Meloyán, analista del Centro de Estudios Mediterráneos de la Escuela Superior de Economía.
La negativa de Kiev y de Europa a aceptar el plan de Trump pone en duda el futuro del proceso de negociaciones. Sin embargo, Estados Unidos no se retirará del diálogo por dos razones, opina Iván Loshkariov, profesor asociado del departamento de teoría política del Instituto Internacional de Relaciones Internacionales de Moscú (MGIMO). En primer lugar, tampoco hay avances en otras áreas internacionales (Groenlandia, la Franja de Gaza, la guerra comercial con China) y Washington necesita algunos éxitos claros, al menos en Ucrania. Dado que Kiev depende en gran medida de la ayuda estadounidense, es más probable que haga concesiones que Dinamarca, Hamás o China. En segundo lugar, nadie ha cancelado el giro estratégico de la política exterior estadounidense hacia la región de Asia-Pacífico, y esto requiere redirigir recursos desde otras regiones, incluida Europa. Esto solo será posible después de la resolución del conflicto ucraniano, señala Loshkariov.
Los argumentos de Kiev y de los europeos resultaron inaceptables para Estados Unidos, explicó a Vedomosti el subdirector del Centro de Estudios Integrales de Europa y el Mundo de la Escuela Superior de Economía, Dmitri Súslov. Sin embargo, cree que, si Ucrania y los países europeos siguen resistiéndose, lo más probable es que Washington vuelva a suspender la ayuda militar a Ucrania, como lo hizo a principios de marzo. Este paso generará enormes riesgos para Ucrania y Europa, porque sin el apoyo diplomático y militar de EE.UU., Bruselas no podrá financiar el conflicto ucraniano, y el camino de Kiev hacia la derrota se acortará aún más, concluyó el experto.
Nezavisimaya Gazeta: Washington pretende recuperar sus posiciones en Libia
Por primera vez en 56 años, barcos de la Armada de Estados Unidos visitaron puertos del oeste y este de Libia en una visita pacífica. Los funcionarios estadounidenses afirmaron que la medida tenía el objetivo de demostrar su compromiso de cooperar con socios locales. Washington planea celebrar este mes una reunión con los líderes de los bandos en conflicto en Libia. Esta actitud podría alarmar a Rusia, que tiene activos militares y diplomáticos en el país, señala Nezavisimaya Gazeta.
El Cuerpo Africano, una estructura separada dentro de las Fuerzas Armadas rusas, opera en la parte oriental de Libia. Las tareas para dotarla de personal finalizaron en 2023. Pero el enfoque de Moscú es equilibrado y también incluye medidas diplomáticas. Por ejemplo, hace dos años Rusia reabrió su embajada en Trípoli.
La actividad estadounidense en Libia parece aún más sorprendente considerando que África no está en la lista de prioridades declaradas de la Administración de Donald Trump.
Según explicó Pável Koshkin, investigador principal del Instituto de Estados Unidos y Canadá de la Academia de Ciencias de Rusia, la actividad estadounidense en Libia indica, ante todo, que "en cuestiones estratégicamente importantes, Trump presta atención a los expertos en la materia". "A pesar de la retórica aislacionista inicial, este paso aparentemente inconsistente parece lógico en el sistema de coordenadas del presidente estadounidense. Porque él, aparentemente guiado por la filosofía del revanchismo, está tratando de restaurar la grandeza de Estados Unidos proyectando la influencia de su país en los países africanos, donde Rusia y China han estado activos durante mucho tiempo. Se trata, ante todo, de una cuestión de prestigio geopolítico y de rivalidad con Moscú y Pekín", sostuvo el entrevistado.
Además, el creciente compromiso con Libia refleja el deseo de Trump de "restaurar la cooperación práctica con algunos países en la región donde, según entiende el presidente republicano, los demócratas han cometido errores". Al respecto, Koshkin recordó que el líder libio Muamar Gadafi fue derrocado durante el Gobierno del expresidente estadounidense Barack Obama. Posteriormente, el embajador estadounidense en el país mediterráneo, Christopher Stevens, fue asesinado como resultado del ataque terrorista en Bengasi el 11 de septiembre de 2012. "Por lo tanto, el regreso de Estados Unidos a la región tiene cierto simbolismo en la visión de Trump. Quiere corregir los errores de sus predecesores", resumió el interlocutor del impreso.
Vedomosti: Trump ha comenzado a ceder en la guerra arancelaria con China
Recientemente, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha suavizado su discurso respecto al enfrentamiento comercial con China. En particular, anunció que reduciría los aranceles protectores del 145% impuestos a mercancías procedentes de China, escribe Vedomosti.
Sin embargo, las palabras de Trump provocaron una firme reacción por parte de Pekín, cuya postura no se volvió más suave ni más flexible. El portavoz de la Cancillería del gigante asiático Guo Jiakun, declaró que "si Estados Unidos realmente quiere resolver los problemas comerciales con China a través del diálogo y las negociaciones, debe dejar de amenazar y chantajear" y alcanzar una solución de compromiso sobre la base de la igualdad y el respeto. Por su parte, el líder chino, Xi Jinping, subrayó que las guerras comerciales socavan los derechos e intereses legítimos de todos los países y debilitan el orden económico mundial.
La declaración de Trump es una invitación a las autoridades chinas a negociar, afirma Vladímir Vasíliev, investigador jefe del Instituto de Estados Unidos y Canadá (parte de la Academia de Ciencias de Rusia). En su opinión, la Casa Blanca está tratando de "escabullirse" del tema de las guerras arancelarias para eliminar el efecto negativo sobre la economía estadounidense. Dentro de unos días la Oficina de Estadísticas de Estados Unidos publicará datos sobre los indicadores económicos de la nación, que probablemente mostrarán una disminución del PIB de entre el 2 y el 3% en el primer trimestre del año en curso. El aumento de los aranceles solo podría agravar el declive de la economía estadounidense, explicó el experto. El uso de herramientas arancelarias durante el primer mandato de Trump aceleró el crecimiento económico gracias a una hábil gestión, pero la política actual ha sido en gran medida mal meditada, opinó Vasíliev. Además, la Administración estadounidense simplemente sobreestimó sus fuerzas y no calculó bien las posibles consecuencias de sus decisiones, minando así la confianza de los círculos financieros.
La probable disposición de Trump a reducir los aranceles sobre los productos procedentes de China está vinculada principalmente al aspecto económico, coincide Lev Sokólschik, investigador del Centro de Estudios Integrales Europeos y Mundiales de la Escuela Superior de Economía. En vista de los efectos negativos sobre los mercados y las crecientes expectativas de inflación, la Casa Blanca aparentemente ha decidido introducir aranceles más específicos sobre los productos chinos. Otro factor que obliga a Trump a retroceder es la postura inesperadamente dura de Pekín, indicó el entrevistado. Al mismo tiempo, Sokólschik está seguro de que incluso una fuerte reducción de los aranceles no puede eliminar de manera fundamental las contradicciones globales en las relaciones entre Estados Unidos y China. Por lo tanto, cualquier mejora en las relaciones bilaterales sería efímera, vaticinó el científico.
Rossiyskaya Gazeta: EE.UU. y la UE se están alejando de la agenda climática en materia energética
En Estados Unidos están intentando cancelar o al menos debilitar las restricciones climáticas en materia energética adoptadas durante la presidencia de Joe Biden y mandatos anteriores. En primer lugar, el enfoque de la Administración de Donald Trump se centra en los permisos para la extracción de hidrocarburos y su uso en la generación de electricidad y en la industria química, escribe Rossiyskaya Gazeta.
Mientras tanto, las decisiones arancelarias de la Casa Blanca han comenzado a influir en la agenda climática de otros países. Para evitar una guerra comercial con Estados Unidos, la Unión Europea se ve obligada a recurrir a la compra de GNL y petróleo estadounidenses. Para lograrlo, el Viejo Continente aparentemente tendrá que reducir o incluso eliminar por completo los requisitos de emisiones para las materias primas energéticas procedentes de Estados Unidos.
Evguéniya Franke, analista jefe en materia energética de la empresa Euler Analytical Technologies, cree que, a pesar de las iniciativas contra la energía verde, no se deben esperar cambios significativos en la estructura de la puesta en marcha planificada de instalaciones de generación ni en EE.UU. ni en la UE. Hoy en día, la introducción de fuentes de energía renovables suele ser una solución más barata y el desmantelamiento de centrales eléctricas de carbón se produce por razones económicas, explica Franke. Con esto coincide el experto en energía Kiril Rodiónov, quien también opina que el consumo de carbón térmico para la generación de electricidad disminuirá, mientras que la demanda de carbón de coque para la metalurgia crecerá, incluso en EE.UU. y Europa. Rusia tampoco se quedará al margen y podrá aumentar las exportaciones de carbón de coque, aseguró.
A su vez, Valeri Andriánov, profesor asociado de la Universidad Financiera bajo el patronato del Gobierno ruso, indicó que hay tres razones para la disminución del interés en la agenda verde en el mundo en general y en Europa en particular. La primera es, por supuesto, la posición de Trump sobre las cuestiones de transición energética. La segunda razón es la sobreestimación inicial de las posibilidades de regulación del clima y de las energías renovables. Por último, la tercera razón es la crisis económica general. En el caso de Europa, tanto los aranceles de Trump como la negativa a comprar recursos energéticos rusos juegan un papel importante. Y la transición energética es un proceso extremadamente costoso que implica gastos de miles de millones de euros. En resumen, hay menos dinero para implementar los cambios y las esperanzas de un resultado exitoso en la introducción de fuentes de energía renovables no han aumentado.
Con todo, dichos cambios de agenda tendrán poco efecto en Rusia. El Ministerio de Recursos Naturales del país euroasiático confirmó al diario que la agenda ambiental sigue siendo una de las prioridades del país.
Nezavisimaya Gazeta: ¿Por qué el cargo de presidente en Perú está vinculado con acusaciones de corrupción?
Escándalos de corrupción de alto perfil no son algo inaudito para Latinoamérica. Pero uno de los países económicamente más exitosos del continente, Perú, se destaca de sus vecinos en este sentido, escribe Irina Akímushkina, candidata de ciencias históricas y profesora del Departamento de Estudios Americanos de la Universidad Estatal Rusa de Humanidades. El número de expresidentes del país andino que estuvieron involucrados en casos de corrupción, fueron investigados o cumplen penas de prisión por este motivo, supera con creces los indicadores de otras naciones de la región.
El expresidente peruano Ollanta Humala y su esposa Nadine Heredia acaban de ser condenados a 15 años de prisión cada uno por cargos de lavado de fondos públicos y aceptación de sobornos a gran escala. Tras el veredicto, Brasil concedió a Heredia y a su hijo menor asilo político en su embajada en Lima.
En consecuencia, Humala se convirtió en el tercer presidente peruano condenado por corrupción en los tribunales en las últimas dos décadas. Además, servirá sentencia por malversación de fondos públicos procedentes de contratos con la constructora brasileña Odebrecht. Y, como quedó demostrado ante el tribunal, su primera campaña electoral fracasada fue financiada con sobornos de empresas brasileñas.
Humala, un exmilitar que se desempeñó como presidente de Perú entre 2011 y 2016, fue acusado de aceptar un soborno de Brasil por el monto de 3 millones de dólares para su campaña electoral de 2006. Además, supuestamente recibió unos 800.000 dólares del Gobierno venezolano durante la presidencia de Hugo Chávez, quien apoyó a Humala como político de izquierda.
Después de anunciarse el veredicto, la policía arrestó en la sala del tribunal a Humala, de 62 años, y lo trasladó a prisión. Su esposa no compareció al anuncio del veredicto sobre su futuro destino. Al enterarse de la decisión judicial, inmediatamente tomó un taxi y se dirigió con su hijo a la embajada brasileña, donde solicitó asilo político de acuerdo con la Convención de 1954, que permite la concesión de refugio en el territorio de misiones diplomáticas extranjeras.
Toda la historia reciente de Perú está estrechamente ligada a escándalos de corrupción de alto perfil. Por ejemplo, Alejandro Toledo, jefe de Estado entre 2001 y 2006, fue condenado a 20 años de prisión por aceptar un soborno de 35 millones de dólares. Fue extraditado a la Justicia peruana por las autoridades estadounidenses, donde Toledo impartió docencia en la Universidad de Berkeley.
Otro expresidente, Alan García, quien ocupó el cargo más alto del Estado en dos veces, fue acusado de cohecho y se suicidó en 2019 cuando los fiscales fueron a buscarlo. Pedro Pablo Kuczynski, quien dirigió Perú inmediatamente después del mandato de Humala como presidente, pasó varios años bajo arresto domiciliario, a la espera de los resultados de una investigación sobre corrupción entre altos funcionarios de su Administración.
Una situación verdaderamente inusual se presentó en el país andino durante la pandemia de COVID-19. En dos años, ha habido tres presidentes, cada uno de los cuales fue acusado de corrupción. Uno de estos altos funcionarios fue acusado de robar 10.000 vacunas contra la COVID-19 donadas al Gobierno peruano por la Embajada china. Su esposa vendió los medicamentos a través de conocidos en el mercado local.
Uno de los presidentes más controvertidos de Perú es el político nacido en Japón Alberto Fujimori, quien dirigió el país en la década de 1990 y fue encarcelado por cargos de asesinato y violaciones masivas de los derechos humanos. Recibió una condena de 25 años de prisión, fue indultado hace dos años por la actual presidenta Dina Boluarte por razones humanitarias y murió poco después a los 86 años de edad.
El penúltimo mandatario del país, Pedro Castillo, fue acusado por el Parlamento de corrupción y nepotismo, abuso de poder y tráfico de influencias. Cumple tres años de prisión preventiva desde 2022 y no podrá participar en las próximas elecciones. El Gobierno mexicano otorgó asilo político a miembros de la familia Castillo, por lo que la actual jefa de Estado de la nación sudamericana, Dina Boluarte, declaró persona no grata al embajador mexicano en Perú.
La propia Boluarte fue incriminada de acusaciones de corrupción en repetidas ocasiones. Durante varios meses, el país fue sacudido por el llamado caso Rolex, cuando relojes de pulsera valorados en 300.000 dólares y regalados por una empresa brasileña habían sido descubiertos en la casa de la mandataria.
Las próximas elecciones presidenciales en Perú están previstas para abril del próximo año, pero los representantes de la oposición ya están amenazando con enviar a la actual líder del país a la cárcel tan pronto como el palacio presidencial cambie de inquilino. Perú vive manifestaciones masivas de simpatizantes del encarcelado Pedro Castillo, quienes niegan la legitimidad de Boluarte. En esta situación, es poco probable que incluso el más que decente estado de la economía nacional de Perú libre a la presidenta de nuevas acusaciones.
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