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Tercera parte. El beneficio de Cristo » Tiziano » El diario de Q.

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El diario de Q.

Viterbo, 26 de febrero de 1548

Si puedo preciarme de conocer al viejo, este comenzará por los peces chicos tal como le he sugerido. Los libreros, los intermediarios, los impresores. Y si esto no basta para intimidar a los peces gordos, los financiadores de la operación, entonces ya se le ocurrirá algo para quitarlos de en medio. El viejo no actúa nunca impulsivamente, sabe esperar. También la muerte parece esperarlo, parece que no tenga ganas de llevárselo hasta que no vea cumplido su plan. A gente como Reginald Pole no la quita uno de en medio fácilmente, y mucho menos a familias influyentes como los Mendesi. Hay que pensar algo complejo, deshacer equilibrios consolidados. Los ricos judíos venecianos son personajes astutos, habituados a verse perseguidos, a pagar para salvarse, a estrechar fuertes vínculos con literatos y comerciantes, para convertirse casi en una misma cosa con ellos. Los Mendesi despiertan una obligada admiración, y sobre todo las mujeres, esas mujeres que han tenido que aprender el arte de la negociación y del subterfugio, de los negocios y de la política.

Pero poner en contra de uno a Carafa es siempre un error. Un error garrafal. ¿Quién mejor que yo para saberlo, que le sirvo desde hace treinta años?

Entretanto las noticias de los inquisidores venecianos anuncian nuevas preocupaciones en relación a la difusión de El beneficio de Cristo. Parece que en los campos están teniendo lugar episodios incontrolables.

Noticias de Venecia

—La Inquisición veneciana anda tras la pista de un franciscano, conocido con el apodo de fray Álamo, activo en la zona de Polesine. Muchos campesinos de esa región han revelado bajo confesión haber sido bautizados por él «en la nueva fe del beneficio de Jesucristo».

—Al otro lado del Po, una familia de pescadores se negó a hacer bautizar a su hijo, «ya que todavía no puede comprender el misterio de Jesucristo en la cruz». No hicieron la menor mención a fray Álamo.

—En Bassano una mujer ha pedido refugio en un convento de monjas, porque el marido la pegaba para convencerla de que se hiciera bautizar de nuevo. En casa del hombre ha sido encontrado un ejemplar de El beneficio de Cristo.

La burda religiosidad popular consigue dar vida a las más absurdas mezcolanzas. Ideas complejas en mentes elementales. ¿De dónde ha salido la idea de rebautizar a los adultos? Seguro que no del contenido del libelo herético.

Enterarse de noticias posteriores.

¿Hablarle de ello a Carafa?

27 de febrero de 1548

¿Por qué no ha usado todavía el viejo El beneficio de Cristo como arma contra Pole y los espirituales? ¿Por qué no ha desaprobado aún a los adversarios? Le bastaría con bien poco: sobre el libro se cierne la excomunión del Concilio, por lo que al viejo le bastaría con encarcelar a fray Benedetto de Mantua y hacerle decir los nombres de sus tutores, de quién recibió el encargo del texto, quién lo redactó e imprimió.

Es probable que Carafa tema jugar sus bazas demasiado pronto. Está esperando aún. Pero ¿qué? Paulo III no tiene para mucho tiempo y el inglés podría convertirse en Papa, para gran alegría del Emperador, que vería emprenderse una reconciliación con los protestantes.

Quizá sea justo esto lo que el viejo espera pacientemente, el golpe letal, lanzado en el último momento. Pero ¿cuánto cree poder vivir aún?

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