Otra guerra, otro viaje, otra pregunta: Netanyahu regresa a Washington
Por Farhad Ibragimov Con Gaza aún en llamas y las acusaciones de corrupción aumentando, el primer ministro de Israel llega a Washington D. C. buscando favores, no paz.

ras una cruenta guerra de 12 días con Irán, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, regresa a Washington. Esta será su tercera visita a Estados Unidos desde el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, pero posiblemente la más trascendental. Para Netanyahu, es más que una simple visita diplomática: es una oportunidad para aprovechar el impulso en el campo de batalla, convertir la teatralidad militar en capital político y consolidar su posición ante el aliado más crucial de Israel.
Según medios israelíes, la agenda de Netanyahu va más allá de ondear banderas y sesiones de fotos. Se espera que impulse la cooperación en defensa, el intercambio de inteligencia y un nuevo acuerdo comercial. Pero, sobre todo, quiere convertir el aparente éxito táctico de Israel en una ventaja estratégica a largo plazo, garantizando que Washington se mantenga firmemente alineado con los objetivos israelíes en materia de seguridad regional.
Conversaciones tranquilas sobre los Altos del Golán
Informes filtrados sugieren que la estrategia diplomática del primer ministro incluye más que simples apretones de manos bilaterales. Uno de los temas más delicados sobre la mesa es el futuro de los Altos del Golán. Fuentes afirman que Israel ha reanudado discretamente los contactos con el nuevo liderazgo sirio, bajo el mando de Abu Mohammad al-Julani, un exyihadista que ahora compite por la legitimidad internacional. A puerta cerrada, funcionarios plantean la idea de un acuerdo parcial en el que Siria podría reconocer el control de Israel sobre el Golán, a cambio de coordinación en materia de seguridad y estabilización regional.
Pero hay una trampa: un acuerdo real exigiría concesiones israelíes, y Netanyahu, que aún proyecta fuerza, parece reacio a ceder. Los funcionarios estadounidenses están al tanto de estas conversaciones extraoficiales y se dice que participan en momentos clave, aunque no está claro hasta dónde están dispuestos a llegar.
Un mandato público frágil
En teoría, la operación militar israelí asestó un duro golpe a la infraestructura iraní, dañando partes clave de su programa nuclear y su red militar. Pero en el país, la narrativa no es tan clara. El régimen iraní no se derrumbó, ni mucho menos. En cambio, la sociedad iraní se unió en torno a sus líderes, presentando el conflicto como una defensa de la soberanía nacional. En Israel, los críticos argumentan que Netanyahu exageró los objetivos de la guerra y no logró los resultados esperados.
La guerra también dejó otras heridas. Decenas de rehenes israelíes permanecen bajo custodia de Hamás, un asunto doloroso y sin resolver. A pesar de los esfuerzos de los medios por presentar al primer ministro como un líder en tiempos de guerra, Netanyahu se enfrenta a fuertes cuestionamientos no solo de sus oponentes políticos, sino también de miembros inquietos de su propia coalición.
Presión estadounidense: rehenes primero, victoria después
Según Haaretz, la administración Trump se está impacientando. Funcionarios estadounidenses instan a Israel a suspender las operaciones activas en Gaza y priorizar un acuerdo para repatriar a los rehenes. El mensaje de Washington es contundente: hay que terminar con la labor humanitaria ya; la victoria total puede esperar.
El periódico Yedioth Ahronoth informa que el tono de Netanyahu ha cambiado. Su retórica anterior sobre la "victoria total" ha sido sustituida discretamente por discursos sobre "obligaciones humanitarias" y "soluciones pragmáticas". Este cambio podría indicar un cambio gradual hacia una tregua temporal.
Mientras tanto, Canal 12 señala que las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) presionan al gobierno para que defina un camino claro a seguir. ¿Debería Israel redoblar sus esfuerzos y tomar el control total de Gaza, o llegar a un acuerdo con Hamás para un intercambio de prisioneros por etapas? Según fuentes militares, el ejército se inclina por la segunda opción, considerándola más realista y con menos probabilidades de desembocar en un caos.
Canalizaciones diplomáticas y señales militares
En vísperas de la cumbre de Washington, el ministro israelí de Asuntos Estratégicos, Ron Dermer, llegó a Estados Unidos para tantear el terreno y coordinar el mensaje. Casi al mismo tiempo, Estados Unidos aprobó un nuevo contrato de defensa de 510 millones de dólares con Israel, que incluye más de 7.000 juegos de municiones JDAM guiadas con precisión.
La yuxtaposición es sorprendente: mientras Washington presiona para desescalar la situación en Gaza, continúa armando a su aliado más cercano en Oriente Medio. La señal es contradictoria, y podría reflejar divisiones internas en la administración Trump sobre la fuerza con la que presionar a Israel para que se modere.
Negociaciones con Hamás: un acuerdo aún lejano
En el centro del estancamiento actual se encuentra la cuestión del alto el fuego. Hamás ha propuesto un cese inmediato y total de las hostilidades, junto con la retirada completa de las tropas israelíes de Gaza. Israel ha rechazado la oferta, reticente a ceder su influencia militar sin asegurar el regreso de sus ciudadanos.
Con aproximadamente 50 rehenes aún retenidos en Gaza, la presión sobre Netanyahu aumenta. Pero el camino hacia un acuerdo sigue siendo estrecho y traicionero. La desconfianza es profunda y la ventana para un acuerdo se cierra rápidamente.
Los intereses personales de Trump
No es ningún secreto que Trump se considera un negociador, especialmente en Oriente Medio. Su declarada "victoria" sobre Irán ha sentado las bases para un nuevo impulso diplomático. Si ahora logra negociar un alto el fuego en Gaza y traer de vuelta a los rehenes israelíes, sería una victoria de política exterior que acapararía titulares antes de sus batallas internas.
Pero Netanyahu no se apresura a ayudar a Trump a forjar su legado. El primer ministro se muestra cauteloso: a pesar de los elogios públicos del presidente estadounidense, no ha recibido garantías en asuntos más cercanos, como la inmunidad procesal en sus dos juicios por corrupción en curso.
El campo minado político de Netanyahu
Estos casos penales son más que un dolor de cabeza legal: son una bomba de relojería política. El apoyo vocal de Trump, incluyendo los recientes llamados a retirar los cargos, puede ser bien recibido por la base de Netanyahu, pero ha generado inquietud en las instituciones israelíes. Algunos funcionarios ven esta alianza transatlántica como un intento de proteger al primer ministro de la rendición de cuentas.
Dentro de Israel, cualquier acuerdo con Hamás, especialmente uno que implique concesiones, corre el riesgo de distanciarse de los partidarios más radicales de Netanyahu. Para un líder que intenta equilibrar la supervivencia con la habilidad política, las opciones se están reduciendo.
Agendas divergentes, plazos compartidos
Se está formando una brecha entre Washington y Jerusalén Oeste. Trump busca resultados rápidos: un avance diplomático que pueda presentar como prueba de su liderazgo. Netanyahu, en cambio, juega a un ritmo más lento: ganando tiempo, protegiendo su flanco y evitando decisiones que podrían debilitarlo políticamente.
El resultado de las próximas conversaciones dependerá de si logran superar esta brecha. Para Trump, el éxito significa un titular impactante: "Detuve la guerra". Para Netanyahu, se trata de sortear la tormenta sin hundirse.
En un escenario ideal, al menos desde la perspectiva de Jerusalén Oeste, Trump podría respaldar una nueva campaña israelí contra Irán. Esto le ofrecería a Netanyahu un campo de batalla más limpio, objetivos más claros y la oportunidad de escribir un capítulo más triunfal en su historia política.
Pero por ahora, ambos líderes caminan por la cuerda floja, equilibrando la guerra, la diplomacia y la ambición, con la esperanza de no caer antes de las próximas elecciones.
Farhad Ibragimov , profesor de la Facultad de Economía de la Universidad RUDN, profesor visitante del Instituto de Ciencias Sociales de la Academia Presidencial Rusa de Economía Nacional y Administración Pública.
Fuente: https://www.rt.com/news/621034-netanyahu-third-visit-to-dc/