¿Orgullo de que?

¿Orgullo de que?

Daniel Salvador

Decía Aristóteles que el hombre es el único animal con descernimiento moral, es decir, que tiene la capacidad de entender qué está bien y qué está mal. También decía Aristóteles que el pensamiento condiciona la acción; la acción determina los hábitos; los hábitos forman el carácter; y el carácter moldea el destino. Ahora bien, ¿qué pasa si el individuo no tiene control sobre sus pensamientos, sino que vienen controlados por otros?


Orgullo. ¿Orgullo de qué? ¿De ser enfermos mentales de forma voluntaria? ¿De mutilarse de forma irreversible partes de su cuerpo para parecer lo que nunca serán en realidad? ¿De qué se puede estar orgulloso? Vale. Digamos que estos individuos han llegado a tal punto de degeneración que hasta se sienten orgullosos. ¿Por qué el Estado en lugar de ayudarlos los enaltece? ¿Por qué el Estado les da voz y publicidad? Y lo peor de todo, ¿por qué el Estado obliga al resto de ciudadanos a comulgar con ruedas de molino bajo penas por delitos de odio? ¿Cuándo perdimos la cordura para condenar a aquel que se opone a esta aberración?


¿Y por qué una parodia de Cristo y no de Mahoma? Sencillo: porque los musulmanes no van a poner la otra mejilla. Estos son los mismos degenerados que piden respeto a su degeneración, mientras el Papa Francisco habla de bendecirles. Es evidente que el Espíritu Santo dejó hace mucho tiempo de visitar el Vaticano.


Y es que hay alguien, no se sabe muy bien quién o quiénes, que desde algún lugar dictan las normas de lo que es normal y no. Alguien cuyo único objetivo es cambiar los pensamientos de los individuos (de los que hablaba Aristóteles) para procurar nuevas acciones y hábitos y cuyo único fin es la destrucción de la sociedad occidental. Ya que el vídeo tiene temática relacionada con la religión yo les llamaré satanistas (como por ejemplo se dice en Rusia sobre Occidente y sus prácticas), pero no de esos satanistas de la cabra, la estrella y los rituales trasnochados, sino aquellos que están en contraposición directa con Dios (recordemos que la palabra “Satanás” significa en hebreo “adversario”), y con Dios me estoy refiriendo no sólo al cristianismo, sino al orden natural del universo. En este sentido, ir contra la naturaleza te convierte en adversario de ella. Y en una pelea contra la naturaleza, gana la naturaleza. Y de la misma manera que el Diablo no sufre, sino que ve sufrir al resto, aquellos que desde las sombras fomentan lo antinatural viven en ese orden natural, viendo cómo las almas del resto van al infierno.


Porque sí, fuera aparte de connotaciones religiosas, esta gente ya vive en su propio infierno. Esta gente está desesperada por llamar la atención, seguramente provocado por un vacío inmenso en sus almas, bien porque no recibieron cariño en su infancia, o porque venían de una familia desestructurada. Bastante lamentable es eso como para que encima seas vilmente engañado, diciéndote que todo vale, mientras te haces viejo y te das cuenta de que el tiempo ha pasado y los que te decían que todo vale no tenían razón. Esta gente orgullosa dentro de unos años se dará cuenta de que se han equivocado, culparán de ello a la sociedad, pero será irreversible y esa rabia sólo les traerá más sinrazón. Se verán viejos, arrugados, sexualmente no interesantes para nadie y… solos. Sin mujeres, sin maridos, sin hijos, sin familia, rodeados de gatos y sin trascender en esta vida, pues la agonía de la situación irreversible probablemente no les dejará triunfar en ningún área de la vida. No serán más que un trozo de carne inservible, probablemente mutilado e ignorado y olvidado por todos. Y todo por voluntad propia. Maravilloso. Si son creyentes (cosa que dudo), ¿qué pasará cuando tengan que rendir cuentas ante el Altísimo? Y si no son creyentes y entienden que la vida no es más que un paréntesis absurdo en mitad de la nada, ¿cómo afrontarán el hecho de ser conscientes de que han tirado a la basura la única existencia posible?


Aquellos que fomentan las “modernas prácticas occidentales” quieren destruirlo todo a nivel social.

Y la sociedad occidental es como esa rana que la pones en una cazuela con agua fría y poco a poco la vas calentando. La rana no es consciente de que su vida está terminando poco a poco, incluso se siente bien en su medio acuático, hasta que ya es demasiado tarde y hierve. Una cruel y premeditada acción destinada a acabar con la vida (homosexualidad, abortos, feminismo, eutanasia), que lo venden como progreso y calidad de vida para que la rana se sienta feliz mientras muere inevitablemente.


Y es que han hecho mentalmente débiles incluso a los que nos oponemos a estas prácticas llamándonos homófobos. Yo no tengo ninguna fobia o miedo y menos a esta panda de enfermos mentales. Incluso la palabra “gay”, que significa “desenfadado, alegre, despreocupado” es una aberración al tratar de quitarle importancia y darle una virtud como una buena actitud ante la vida a algo que es un desorden mental.


Porque eso es lo que es. Un desorden mental lavado, planchado y expuesto en el escaparate de la Ventana de Overton. Y no, no me vale el razonamiento de que “la ciencia tiene que evolucionar” y “lo que antes se veía como enfermedad hoy es normal”. No, no lo es. Lo que antes era enfermedad sigue siendo enfermedad. La ciencia no puede ni debe evolucionar para satisfacer los caprichos de algunos, o directamente para manipularnos a todos.


Hoy vemos fiestas del orgullo en España que eran impensables años atrás (y digo tan sólo años, no décadas, que ya os veo venir con lo del Franquismo). Es el resultado de esa Ventana de Overton. Y de la misma manera ahora vemos como totalmente condenable la pedofilia, pero poco a poco ya se van incluyendo los colores y las reivindicaciones. Veremos qué pasa dentro de unos años…


Y por todo esto es que Rusia prohíbe toda esta locura. Es sencillo: Rusia se preocupa por la supervivencia del país. “Ningún hombre que sea capaz de dar su culo puede ser capaz de proteger su Patria”. Pero no sólo Rusia. Muchos otros países no permiten para sus sociedades que caigan en estas aberraciones. Rusia, China, Corea del Norte, los países musulmanes… ¡Oh, sorpresa! Todos aquellos que pertenecen al “eje del mal”, los enemigos de Occidente. Son enemigos porque no se dejan doblegar.


Mientras hace años los ”orgullosos” estaban callados pasaban desapercibidos. El problema es que ahora hacen tanto ruido que es inevitable que cada vez surjan más voces en contra de este despropósito. Y mientras exista Rusia existirá el mundo multipolar y por tanto la verdadera libertad de expresión. Ahí está el verdadero orgullo, en seguir el orden natural de las cosas y mantenerse fuerte pese al constante bombardeo propagandístico occidental.


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