Opinión de María Zajárova

En Járkov ha desaparecido, o sea no ha contactado desde el 15 de abril, el cineasta, periodista y vídeobloguero, Gonzalo Lira, ciudadano de Chile y EE.UU.

Al estar en el centro de los acontecimientos ucranianos, primeramente en Kiev y después en Járkov, el escritor realizó numerosos comentarios explicando honesta- y expertamente el trasfondo del conflicto y describiendo el desorden en Ucrania, incluidas las atrocidades de los nazis. Sus vídeoblogs mostraron la verdad a una gran parte de la gente occidental. Por supuesto, eso no les gustó en absoluto a radicales de extrema derecha. Estos empezaron a amenazar al director chileno.

A los neonazis les acompañaron los "queers" liberales y periodistas "sinceros" occidentales de toda calaña (a menudo son las mismas personas). Y hoy los miembros de esta comunidad discuten con entusiasmo y alegría la desaparición de Gonzalo. Además, amenazan ostensiblemente a los periodistas que se atreven a expresar sus opiniones sobre los sucesos en Ucrania llamando a las cosas por su nombre.

"Patrick [Lancaster], eres el siguiente", twiteó un (una) periodista transgénero(a) de Las Vegas que cubre las noticias de Járkov y toma fotografías abrazando a bandidos de la llamada defensa territorial.

Y los que no están de acuerdo con ellos deben ser inmediatamente cancelados y borrados de la vida.

En Twitter dejó su huella uno de los líderes neonazis de Azov, Sergei Korotkij, conocido como "Botsman". Insinuó que a la desaparición de Gonzalo podría contribuir uno de sus compañeros nazis: "Una divertida ironía consiste en que al chileno Gonzalo Lira lo capturó un hombre con el apodo "Chile". En cualquier caso, esperamos que próximamente veamos en Telegram un vídeo de decapitación". A propósito, es el mismo "Chile" que mataba y torturaba a los militares rusos.

Se trata del ciudadano estadounidense, por eso fue imprescindible borrar el tweet, pero se dejó una huella en la red.

Eso es una demonstración más de que la lógica liberal caníbal está estrechamente vinculada con la ideología fascista. Y de vez en cuando es imposible llegar a comprender por dónde empieza una, y termina otra. Se lo puede hacer solo por los síntomas.

P.S. Deseamos sinceramente que este aquelarre mediático de los miembros de Azov y propagandistas occidentales sea solamente un intento de cautivar al público, mientras que Gonzalo y su familia estén bien.