¡No seas neandertal!: y otras historias sobre la evolución humana

¡No seas neandertal!: y otras historias sobre la evolución humana


19. ¿Son los denisovanos los neandertales asiáticos?

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19 ¿SON LOS DENISOVANOS LOS NEANDERTALES ASIÁTICOS?

Los neandertales son quizá la especie de hominino más estudiada en el campo de la paleoantropología, probablemente porque tenemos la mayor cantidad de datos acerca de ellos y porque vivieron cerca de nosotros en el tiempo. Además, la mayoría de los paleoantropólogos son de origen europeo y buscan a nuestros antepasados en Europa. No hace mucho se ha sabido que otros homininos, es muy posible que en gran número, vivieron en Asia y en la Rusia siberiana aproximadamente por la misma época que los neandertales. Se los denomina «denisovanos». Los denisovanos están estrechamente emparentados con los humanos modernos y comparten un antepasado común con los neandertales. Así, los denisovanos son el tercer grupo de homininos que aparece de manera prominente en el acalorado debate acerca de los orígenes de los humanos modernos, después de los neandertales y de los humanos modernos.

Los restos fósiles de los denisovanos se descubrieron primero en una cueva llamada Denisova, cerca de las montañas Altái de Rusia oriental, en la frontera entre Rusia y Mongolia. Hace tiempo que los paleoantropólogos se han preguntado si otros homininos distintos de los neandertales, los homininos bien conocidos de Europa, vivían en otros continentes, como Asia. En las décadas de 1970 y 1980, cuando yo iba a la escuela en Corea, todos aprendíamos las fases estándares de la evolución humana: Australopithecus, Homo erectus, neandertales y, por último, Homo sapiens, que aparecieron en los continentes del Viejo Mundo (Eurasia y África) en una secuencia ordenada. Ahora sabemos que el Australopithecus solo se encuentra en África, pero en aquel entonces había excavaciones para encontrar Australopithecus en Asia, y China encabezaba el esfuerzo. En fecha tan reciente como la década de 1970, algunos artículos publicados en China anunciaban el descubrimiento de un fósil de Australopithecus allí, aunque tales declaraciones no se han confirmado.

Dado el deseo de encontrar Australopithecus en Asia, ¡imagine el lector lo excitante que sería encontrar allí un neandertal! Francia se ha implicado activamente en campañas de excavación en el noreste de Asia para encontrar el hominino que faltaba y que llenaría el periodo de tiempo ocupado por los neandertales en Europa, y lo mismo ha hecho China. Incluso en pleno siglo XXI, artículos publicados en China, Corea del Norte y Rusia se refieren al Homo neanderthalensis, una designación específica para los neandertales, o al Homo sapiens neanderthalensis, una designación subespecífica para los neandertales. Esta evaluación se suele basar en características que se encuentran en los restos fósiles descubiertos recientemente que se considera que están asociados con los neandertales, como arcos superciliares sobresalientes o un moño occipital.

UTENSILIOS SIN FABRICANTES DE UTENSILIOS

A pesar de estos esfuerzos, ningún fósil encontrado hasta ahora en Asia puede ser calificado claramente de neandertal. De hecho, existen pocos fósiles del tipo que sea en el noreste de Asia correspondientes al periodo de los neandertales en Europa (desde hace unos 100 000 años hasta hace unos 30 000 años). A este periodo bien pudiera calificársele como «la era oscura de los fósiles de homininos» en el noreste de Asia. Y no solo estamos hablando de fósiles. Ni siquiera se han encontrado en Asia durante este periodo los utensilios líticos asociados con los neandertales (utensilios musterienses).

Hasta fechas recientes, la parte más nororiental de Asia en la que se han encontrado restos de neandertales ha sido la región del Cáucaso, en Rusia Occidental. En la cueva de Mezmaiskaya se descubrió el fósil de un niño de corta edad en una localidad arqueológica con una fecha estimada de 40 000 años de antigüedad. Debido a que no se encontró ninguna rúbrica neandertal al este de dicho lugar o en el Sudeste Asiático, los paleoantropólogos infirieron que los neandertales no debieron de desplazarse más allá del Himalaya.

¿Significa esto que no hubo homininos que vivieran en Asia desde hace 100 000 hasta hace 30 000 años? ¿Acaso hubo un vacío después de la desaparición del Homo erectus hasta la migración de los humanos modernos que salieron de África? Muchos estudiosos así lo creían; hasta 2010, cuando se hizo un nuevo descubrimiento…: no de un neandertal o de un humano moderno, sino de un tercer hominino desconocido. Este nuevo hominino compartía un linaje con los neandertales europeos, pero también era lo bastante distinto desde el punto de vista genético para recibir su propia designación especial como el neandertal de Asia, el «denisovano».

De hecho, la idea de un tercer hominino ya hacía un cierto tiempo que había estado circulando entre algunos grupos de arqueólogos. En la región del Altái de Rusia, donde se encuentra la cueva de Denisova, había evidencias de su ocupación por homininos (utensilios líticos y adornos) desde hace 100 000 años. A partir de la distribución continua de artefactos arqueológicos, parece que los homininos no abandonaron esta región, sino que continuaron viviendo en ella durante al menos 100 000 años. Dejaron atrás varios tipos diferentes de utensilios líticos y, de manera intrigante, los utensilios cambiaron de forma importante hace entre 70 000 y 80 000 años. Descubiertos en Kara-Bom y Ust-Karakol, dichos utensilios eran objetos de lascas, un utensilio lítico característico del Paleolítico superior, ampliamente conocido como el «utensilio lítico de los humanos modernos». Sin embargo, los humanos modernos no empiezan a aparecer en el registro fósil hasta hace unos 40 000 años. Aquí había un misterio para los paleoantropólogos: otro hominino tuvo que haber elaborado estos utensilios.

El periodo desde hace 50 000 años hasta hace 30 000 años es una época interesante. Los homininos de este periodo cazaban durante el verano y sobrevivían al invierno en cuevas, protegidos del frío riguroso. Denisova fue una de esas cuevas en las montañas del Altái. En el techo de la cueva de Denisova hay un agujero natural que incluso pudo haber funcionado como una chimenea. Era un lugar perfecto para acampar en invierno con una fogata. Naturalmente, esta cueva fue usada con frecuencia por homininos. Sin embargo, y lo cual era extraño, durante este periodo, los homininos dejaron solo dos rúbricas culturales, ambas características de los humanos modernos: se encontraron utensilios de caza usados probablemente como puntas de lanza junto con un collar hecho a partir de dientes de animales y un brazalete hecho de material pétreo. Pero no se encontró ningún hominino fósil y la identidad de los que elaboraron estos hallazgos arqueológicos siguió siendo un misterio.

Después, en 2008, se descubrió un pequeño hueso fragmentario más pequeño que un guisante. Parecía un hueso del dedo meñique, pero nadie le prestó mucha atención. Puesto que de la cueva no había salido ningún otro hueso de hominino, la gente no pensó que este hueso fuera de uno de ellos. Quizá procedía de un oso de las cavernas o de otro animal que hubiera vivido en la cueva.

NUESTROS DESCONOCIDOS PARIENTES ASIÁTICOS

En 2010, el análisis de ADN antiguo extraído de este hueso demostró que había pertenecido a una niña de seis o siete años de edad con placas de crecimiento no fusionadas. Su ADN demostraba que era humana, pero era diferente de los humanos modernos y de los neandertales. Fósiles de neandertales de una fecha similar procedentes de la cueva Mezmaiskaya en Rusia y de la cueva Vindija en Croacia eran también diferentes del ADN de la niña. Todo esto significa que había otro linaje de tipo neandertal distinto del linaje europeo.

A diferencia del ADN nuclear, que es el mismo en todas las células de un individuo dado, pueden existir varios linajes diferentes de ADN mitocondrial en un solo individuo. Del hueso encontrado en Denisova se extrajeron tres genomas mitocondriales. El ADN mitocondrial extraído del fósil asiático era diferente del de cualquier neandertal de Europa o de la vecina región del Altái. Ahora era evidente que los investigadores trataban con otro linaje hominino, además de con los humanos modernos y los neandertales. Los paleoantropólogos denominaron «denisovanos» a los homininos que estaban representados por el hueso (y el ADN).

Posteriormente se descubrió un molar (una muela del juicio) que tenía una morfología algo diferente a la de un humano moderno o un neandertal. Un fragmento de hueso del meñique y una muela del juicio no proporcionan suficiente información para decir que los denisovanos eran diferentes morfológicamente, y mucho menos una nueva especie. Ahora mismo, nuestros ancestros denisovanos existen tan solo como genes; no hay muestras fósiles sustanciales para darnos una idea de qué aspecto tenían. Pero en esta nueva era podemos estudiar especies fosilizadas incluso cuando solo se dispone de unos pocos fósiles. Puede que estemos viviendo en una época de cambio revolucionario e innovador en paleoantropología.

Genetistas y paleoantropólogos han explorado si los humanos modernos poseen genes denisovanos, dada la historia de la mezcla con los neandertales. Los resultados iniciales fueron extraños. Algunos humanos modernos poseían, en efecto, genes denisovanos, pero se encontraron lejos de la cueva de Denisova, muy al sur, entre los melanesios de Papúa Nueva Guinea y de las islas Salomón. En promedio, se encontró que entre un 4 y un 6 por ciento de sus genes se habían heredado de denisovanos. También compartían un porcentaje de sus genes con los neandertales; son humanos modernos, pero hasta el 8 por ciento de sus genes podían proceder de estos humanos arcaicos.

En cambio, la investigación sugería que solo existían leves señales de ADN denisovano, menos del 4 por ciento, en las poblaciones de Asia Oriental, que geográficamente se encuentran mucho más cerca de la cueva de Denisova que los melanesios. Considerando que los genes neandertales están presentes de forma muy clara en los europeos modernos, los cuales viven donde vivieron los neandertales, esta discordancia geográfica del ADN es un hallazgo extraño.

¿Cómo podemos explicar estos resultados? La hipótesis más convincente es que los denisovanos debieron de haberse extendido a lo largo de todo el continente asiático en el Pleistoceno tardío (desde hace aproximadamente 125 000 años hasta hace 12 000 años). Entonces intercambiaron genes con los humanos modernos que habían salido de África (es decir, se entrecruzaron), y los genes denisovanos que tenían una ventaja adaptativa permanecieron en el ADN de los humanos modernos. Los genes denisovanos que se encuentran en los humanos modernos están asociados muy frecuentemente con el sistema inmune. Además, estudios actualizados del abolengo denisovano han sugerido una mezcla generalizada de entre el 1 y el 3 por ciento en poblaciones desde el noroeste de Rusia hasta el noreste de Asia y en todo el continente asiático, así como en algunas poblaciones europeas y africanas. En fecha reciente, un gen encontrado entre los tibetanos al que se atribuye la adaptación a altitudes elevadas se encontró asimismo en el ADN denisovano, lo que estimula la idea de que, según los casos, las poblaciones eurasiáticas y algunas africanas parecen sustancialmente mezcladas con neandertales o denisovanos.

¿Cómo explicamos estos patrones sorprendentes de mezcla denisovana? ¿Podrían los asiáticos modernos haber entrado en Asia después de que los humanos portadores de genes denisovanos migraran a Melanesia y con posterioridad difundieran los genes denisovanos? Todavía no hay ninguna conclusión posible, puesto que el descubrimiento de los denisovanos sigue siendo muy reciente. También es posible que los genes denisovanos se hallen, de hecho, extendidos entre los asiáticos modernos, pero no se conocen bien los mecanismos de su dispersión. Es solo una cuestión de tiempo que se descubran muestras mayores y, ojalá, también más fósiles. Por el momento, los datos son insuficientes, razón de más para estar deseando que se produzcan más investigaciones sobre nuestros orígenes.

TRES ESPECIES DE HOMININOS, UNA CUEVA DE DENISOVA

Hasta hoy, en la cueva de Denisova se han encontrado cuatro especímenes de homininos fósiles: un fragmento de hueso de un dedo meñique, dos muelas del juicio y el hueso de un dedo del pie; tres de ellos se han atribuido a denisovanos. Resulta interesante que el análisis genético del hueso del dedo del pie mostrara afinidades con los neandertales: su ADN parece similar al ADN neandertal. En su forma, el hueso del dedo del pie era también muy parecido a los huesos de dedos del pie de otros neandertales encontrados en Irak. En una cueva que se halla a solo 100 o 150 kilómetros de la cueva de Denisova se descubrieron también un fósil de neandertal y utensilios líticos, cuya datación indicó que tenían 45 000 años de antigüedad. Al parecer, la cueva de Denisova proporcionó refugio a través de los tiempos a denisovanos, a humanos modernos y a neandertales.

A partir de todas estas investigaciones arqueológicas, esto es lo que sabemos hasta ahora: hace entre 70 000 y 80 000 años, había denisovanos viviendo en la región de Denisova, en la frontera ruso-mongola. Posteriormente, hace 45 000 años, en la región entraron neandertales (o quizá ya estaban allí). Estos neandertales dejaron atrás sus utensilios líticos y restos fósiles, pocos y pequeños. No obstante, parece que todos abandonaron la región hace unos 40 000 años y, a continuación, los humanos modernos ocuparon su lugar. Así, la región del Altái fue ocupada por tres homininos diferentes en un periodo de tiempo breve.

¿Qué fue lo que ocurrió entre estos diferentes homininos? ¿Se entrecruzaron y dejaron descendientes? El ADN humano moderno contiene ADN neandertal y denisovano; sin embargo, vale la pena señalar que el ADN denisovano incluye un 17 por ciento de ADN neandertal. Los tres linajes de homininos parecen haberse asociado de maneras complejas que todavía no comprendemos totalmente.

La investigación continúa añadiendo profundidad a nuestro conocimiento, y con esta profundidad aparece la complejidad. Nunca se pensó que el origen de los humanos modernos fuera simple, pero nuestras raíces se están haciendo más complicadas y enmarañadas de lo que nunca hubiéramos pensado.

 

 

 

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