Mújica. Una biografía inspiradora

Mújica. Una biografía inspiradora


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«Cuando estuve en el calabozo descubrí que el enemigo y el amigo más grande lo tenía dentro.»

Mujica ha reflexionado a menudo sobre su estancia en prisión, como en la entrevista del programa «Presidentes Latinoamericanos» del Canal 7 de Argentina, y la forma en la que consiguió enfrentarla.

Quizás ante una tesitura parecida se encontró Fidel Castro cuando, durante los juicios por la revolución contra la dictadura de Batista, aseguró que su lugar era la cárcel con sus hermanos de lucha.

Licenciado en Derecho Civil, asumió su propia defensa y redactó un alegato final, titulado «La historia me absolverá», que se ha convertido en un documento que ha sido reeditado numerosas veces y traducido a diversos idiomas. En el alegato se reflejaba, además de la denuncia de los abusos cometidos contra los asaltantes y los motivos de la causa, la dualidad de sentimientos sobre su intención de seguir el camino de sus compañeros y el temor por lo que la estancia en la cárcel pudiera sobrellevar:

«[...] Termino mi defensa, no lo haré como hacen siempre todos los letrados, pidiendo la libertad del defendido; no puedo pedirla cuando mis compañeros están sufriendo ya en Isla de Pinos ignominiosa prisión. Enviadme junto a ellos a compartir su suerte, es inconcebible que los hombres honrados estén muertos o presos en una república donde está de presidente un criminal y un ladrón.

A los señores magistrados, mi sincera gratitud por haberme permitido expresarme libremente, sin mezquinas coacciones; no os guardo rencor, reconozco que en ciertos aspectos habéis sido humanos y sé que el presidente de este tribunal, hombre de limpia vida, no puede disimular su repugnancia por el estado de cosas reinantes que lo obliga a dictar un fallo injusto [...].

En cuanto a mí, sé que la cárcel será dura como no lo ha sido nunca para nadie, preñada de amenazas, de ruin y cobarde ensañamiento, pero no la temo, como no temo la furia del tirano miserable que arrancó la vida a setenta hermanos míos. Condenadme, no importa. La historia me absolverá.»

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