Mújica. Una biografía inspiradora

Mújica. Una biografía inspiradora


PRIMERA PARTE » Presidente nabo

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Presidente nabo

En la campaña electoral retocó su imagen con un nuevo corte de pelo y comenzó a utilizar trajes, aunque nunca corbata, siguiendo los consejos de su amigo Lula que había perdido tres elecciones sin traje y en «la cuarta me lo puse y gané». El presidente brasileño pasó a ser la referencia principal de su campaña como el modelo de gobierno para Uruguay. A pesar de estos esfuerzos, fue una campaña muy dura en la que los opositores hicieron aflorar los miedos del pasado, resaltando todos los puntos débiles que nunca escondió Mujica.

Uno de estos puntos débiles, su incontinencia verbal, hizo tambalear los esfuerzos de publicistas y asesores de imagen. A solo un mes de las elecciones apareció la publicación del libro Pepe Coloquios, que transcribía una serie de entrevistas que le hizo el periodista argentino Alfredo García. Un Mujica en estado puro, descarnado, polémico y plagado de comentarios cáusticos aun con gente de su propio entorno.

Algunas frases que han engrosado su collar de perlas brutalmente francas son sobre su compañero de fórmula Astori, a quien critica por mantener su sueldo de senador, que era más alto que cuando fue ministro de Economía «y yo no quiero hablar porque si entro a hablar se arma lío. Vas de ministro y cobrás el sueldo de senador». También criticó a la «barrita del presidente», su equipo de seguridad, «que se mata por ir a todos lados porque se chupan los viáticos. La lucha es por los viajes, ¿entendés? Quieren viajar y quieren perpetuarse». A los aliados del Partido Socialista los acusa de «ser una máquina de conseguir puestos. ¿Qué tiene que ver con la historia del Partido Socialista?».

Tampoco fue muy diplomático en temas internacionales. A la Argentina que «no es un pueblo de tarados» ni «una república bananera», la acusó de tener «reacciones de histéricos, de locos, de paranoicos». De sus gobernantes, los Kirchner, dijo que «son el mejor gobierno de la izquierda, pero se comportan como peronistas patoteros».

Sobre la Cuba de su amigo Fidel que «se cae a pedazos, se cae de vejez», y su prensa controlada por el estado, «no se puede leer, es irresistible. No se puede leer por aburrimiento». A su amigo Chávez, cuenta que le dijo «mira que vos no construís ningún socialismo con esto. Lo que va a quedar a favor acá en Venezuela, es que van a tener mejor casa, van a comer más y vas a hacer una reforma decente. Pero por este camino no creas ningún socialismo».

Pasa revista a temas nacionales y se pregunta para qué tenemos esta Fuerza Aérea y propone, «la Fuerza Aérea tendría que ser de cien tipos: kamikazes. Ochenta kamikazes y veinte mecánicos, eso tendría que ser, y con unos avioncitos como la gente. Para patrullar ríos, la costa, para bajar a los contrabandistas a tiros, para vigilancia. Pero no una bruta Fuerza Aérea, que es peatonal».

Sobre las ONG, que son «una infección» que se llevan la militancia de izquierda, son inconformistas pero «la tiran lindo, no laburan mucho, hacen muchos encuentros, son especialistas en bolsos, en lapiceras, te hacen informes, especialistas en informes».

La aparición del libro provocó un verdadero escándalo con reacciones de indignación de sus propios aliados. Mujica respondió compungido desde su blog «Pepe tal cual es» afirmando que nunca se es demasiado viejo para aprender. «En estos días estoy tomando dos cursos acelerados: el primero es para aprender a callarme la boca un poco más [...]. El segundo es para no ser tan nabo (poco inteligente)», por haberse dejado engañar en su buena fe por un periodista que transcribió estas conversaciones off the record ya que «todos somos malos en el mundo en privado y en confianza».

También ha dicho entre presuntuoso y sincero: «Yo soy de los que se equivocan. Meto la pata por excesivamente sincero. ¡Pero no tengo precio!»

Pero estos contratiempos no impidieron que en la segunda vuelta Mujica se impusiera a su ex vecino de barrio Luis Lacalle y se transformara en el presidente más votado de la historia del Uruguay. Antes de asumir el cargo ya había decidido que seguiría viviendo en la chacra de Rincón del Cerro, lo que obligó a realizar algunos acondicionamientos para garantizar un mínimo de seguridad.

Cuando le destacan con asombro que siendo presidente viva en una casa tan pequeña y precaria, apela a un ejemplo desmitificador señalando que la ventaja de que la casa sea tan pequeña es que entre él y su señora le pasan la escoba y la arreglan en un relámpago. Además si viviera más gente él no podría levantarse en calzoncillos por las noches para ir al baño...

Su segundo compromiso personal fue que donaría la mayor parte de su sueldo como presidente a alguna entidad. Con el sueldo de su mujer y una parte del suyo destinado a mantener a su hermana esquizofrénica internada en un hospital, tenía suficiente para vivir. Comenzaba la historia del presidente más pobre del mundo.

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