Mújica. Una biografía inspiradora

Mújica. Una biografía inspiradora


PRIMERA PARTE » Filósofo mundial

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Filósofo mundial

Mujica es el político uruguayo que más bibliografía ha generado. La página oficial de la Presidencia de Uruguay dedicó un apartado especial a las extensas entrevistas que los medios de comunicación más importantes del mundo realizaron al presidente Mujica en los últimos años. Un mapa interactivo mostraba el interés global de una figura que ocupó páginas centrales o espacios televisivos destacados en países de todos los continentes. Sus apariciones en la CNN, The Wall Street Journal, The Guardian, The Economist, Al Jazeera o Le Monde Diplomatique, mostraban que el interés por su figura trascendía las tendencias ideológicas de los medios.

Mujica se transformó en una estrella mediática que regalaba titulares y sorprendía por su estilo de vida, sus reflexiones filosóficas o actos de gobierno inéditos. Muchos reporteros del mundo desfilaron por su casa de Rincón del Cerro para conversar con un presidente que no tenía tapujos de mostrar cama sin hacer o los platos sin lavar de su humilde morada. En España, por ejemplo, se registraron al menos diez reportajes en medios televisivos o gráficos que volvieron muy popular su figura.

El clima de corrupción de muchos países o la creciente desigualdad ante la opulencia de unos pocos ayudaron a destacar la ejemplaridad de su figura. El mundo necesitaba un poco de aire fresco y de buenas noticias ante el desánimo por las crisis económicas o la desafección de los ciudadanos con la clase política. Las redes sociales multiplicaron estos reportajes y los videos virales reprodujeron las salidas de tono de un presidente que no dudaba de calificar de «hijos de p...» a los dirigentes de la FIFA, o de «viejo careta» (hipócrita) a un funcionario de la ONU o expresarse sobre el matrimonio Kirchner de Argentina con la frase: «Esa vieja es peor que el tuerto. El tuerto era más político, esta es más terca.»

Pero también Mujica ofreció una cara más seria y formal que tuvo sus puestas de largo en los discursos que pronunció en la Cumbre Mundial de Río 2012 y en la 68 Reunión de la Asamblea General de la ONU. Ambas presentaciones sintetizan un pensamiento de profunda raíz filosófica y expresan principios de vida respecto de la naturaleza humana y su relación con el mundo.

En la Cumbre de Río planteó como idea central que el «gran desafío es que la gran crisis no es ecológica, es política», ya que las fuerzas que «desataron los hombres son las que los están gobernando. La lucha que se debe dar es cultural para lograr otra manera de vivir que no sea gobernada por el mercado».

Esto implica revisar la manera de vivir desde un compromiso personal con determinados valores. Una de sus frases favoritas, que definen su propio estilo de vida, mostraba el camino de la lucha contra el hiperconsumo:

«Pobre no es el que tiene poco, pobre es el que necesita infinitamente mucho y desea más y más, es una clave de carácter cultural. El primer elemento del medio ambiente es la felicidad humana.» (2012)

En la ONU planteó que si el mundo no cambia de rumbo la especie humana corre el riesgo de sucumbir. El desafío mentiroso del consumismo y el antivalor del enriquecimiento atentan contra la naturaleza y contra las relaciones humanas: el amor, la amistad, la familia y la solidaridad, así como contra el tiempo libre. «Parecería que nacimos solo para consumir, y cuando no podemos, cargamos con frustración, pobreza y autoexclusión [...]. Aturdidos huimos de nuestra biología que defiende a la vida misma, y la suplantamos por el consumismo funcional a la acumulación.»

Apeló a recuperar el republicanismo de hombres iguales, en donde «nadie es más que nadie», con gobiernos que deberían representar al bien común, la justicia y la equidad. Los gobiernos no deberían olvidar estos principios y deberían «parecerse cada vez más a sus respectivos pueblos en la forma de vivir y de comprometerse con la vida».

Criticó el funcionamiento de las instituciones mundiales que «hoy vegetan a la sombra consentida de las disidencias de las grandes naciones, que quieren retener su cuota de poder y bloquean en los hechos a la ONU, que fue creada con una esperanza y con un sueño de paz para la humanidad». Y abogó por nuevas reglas globales con «un gobierno para la humanidad que supere el individualismo y bregue por recrear cabezas políticas que acudan al camino de la ciencia y no solo a los intereses inmediatos que nos gobiernan y ahogan. Hay que entender que los indigentes del mundo son de la humanidad toda».

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