Misterios de la ultima Cena

La Última Cena de Leonardo: 4 pequeños misterios

La Última Cena de Leonardo da Vinci, el genio toscano cuyo 500 aniversario se celebra este año (2 de mayo de 1519), es una de las "víctimas" favoritas de la última tendencia esotérica que surgió tras la publicación del bestseller de Dan Brown El Código Da Vinci. El texto de la novela, sin embargo, no pasa la verificación histórica. Es por eso que...

EL CUCHILLO. El cuchillo que sostiene una supuesta "mano fantasma", después de la última restauración (finalizada en 1999 tras casi 20 años de trabajo), pertenece claramente a Pedro. Esta iconografía está inspirada en un episodio del Evangelio en el que el apóstol corta el oído de Malco, el siervo del sumo sacerdote Caifás, en defensa de Jesús arrestado en el jardín de Getsemaní. 

¿Y qué hay del parecido de Juan con María Magdalena? Según algunos, sería una prueba de que Leonardo creía en la unión entre Jesús y Magdalena, una idea también apoyada por el misterioso Priorato de Sión, del cual, según Dan Brown, Leonardo fue Gran Maestre de 1510 a 1519. Es una pena, sin embargo, que el Priorato nunca existió.

Y LOS JÓVENES SON AFEMINADOS. Otra nota "misteriosa" para muchos es el hecho de que Juan es representado como un hombre joven con una apariencia afeminada, pero esta era la práctica, como se evidencia en muchas pinturas medievales y renacentistas que tienen como tema la Última Cena.

¿Y qué hay del parecido de Juan con María Magdalena? Según algunos, sería una prueba de que Leonardo creía en la unión entre Jesús y Magdalena, una idea también apoyada por el misterioso Priorato de Sión, del cual, según Dan Brown, Leonardo fue Gran Maestre de 1510 a 1519. Es una pena, sin embargo, que el Priorato nunca existió.

Y LA EUCARISTÍA. Finalmente, en cuanto a la ausencia del cáliz y de la Eucaristía (otras supuestas pruebas de la herejía de Leonardo), hay que precisar que la obra se inspira en un episodio que "precede" a la consagración del pan y del vino, es decir, el episodio en el que Jesús declara a los apóstoles que uno de ellos lo traicionará. El desorden entre los discípulos, por lo tanto, se debe a esta noticia, y no a la designación de Magdalena como la sucesora de Cristo.