Mis Emociones en 2020

Mis Emociones en 2020

Anselys Borges

Esta es mi primera #TareaDeLaSemana con las Emprendedoras Digitales de Venezuela, nada más y nada menos que con un tema tan delicado como cotidiano: Las Emociones.

Cotidiano porque todos los días estamos y sentimos. Delicado porque al desconocer sobre ellas le otorgamos poder y si les otorgamos poder, controlarán nuestras vidas.

¿Cuáles son las Emociones?

Siempre hago referencia a la película Intensamente, una producción espectácular que divierte y educa tanto a chicos como a grandes sobre la gestión de las emociones.

Allí vemos a Alegría, siempre saltando y buscando soluciones que saquen una sonrisa.

También se encuentra Tristeza, con un malestar que parece eterno y, según Alegría, volviendo gris los momentos especiales.

Ira, colorado y malhumorado, con soluciones "bomba" que no siempre ayudan a resolver los problemas.

Terminan el grupo Miedo y Desagrado. El primero congela acciones para salvar de peligros (reales o imaginarios), la segunda clasifica gustos y deseos.

Este quinteto no solo lo encontramos en la película animada si no tambien dentro de cada uno de nosotros.

Sí, los cinco elementos, como los órganos de nuestro cuerpo, tienen una función y están en nuestro interior.

Entonces, ¿son malas las emociones?

Las emociones no son buenas ni malas, simplemente SON y ESTÁN.

Lo delicado, como ya mencioné, es dejar que ellas, por impulso o reacción, dirijan nuestras vidas.

Por ejemplo, cuando la lavadora no desea funcionar y tenemos un montón de ropa sucia pendiente. Sentimos molestia, sí. Pero ¿como reaccionamos? ¿Le caemos a patadas a la lavadora (un toque técnico 😅) o después de calmarnos llamamos al técnico de turno?

Podría mencionar miles de ejemplos pero el reto que nos propuso Jennifer Schell de #EmprendeconTM a las #EmprendedorasDigitalesVE consiste en reflexionar sobre MIS emociones en este año 2020.

Mis emociones en este 2020

No pretendo que mis emociones y/o actitudes sean iguales a las tuyas, pero si coincidimos pues chévere.

Uno de los mayores retos de este año que hizo que mis emociones se desquilibraran fue la "escuela en casa".

La razón fue porque creí que podía ser la maestra de mi hijo sin ningún problema; me imaginé explicando perfectamente y que mi hermoso niño de 9 años entendería a cabalidad todos los contenidos, que él se adaptaría a mis horarios y agendas, y que todo seria color de rosa. ¡No fue asi!

Entonces la ira y la tristeza empezaron a querer tomar control. La primera quería acabar con la mesa de las clases, y la segunda me hacía llorar en las noches pensando que "No podía ser perfecta en este nuevo rol"

¡Qué ilusa!

Luego entendí que mi hijo no necesita una mamá perfecta y mucho menos una maestra perfecta en casa. Solo necesita que lo acompañe con amor.

A decir verdad, en esta "nueva normalidad" los dos (mi hijo y yo) necesitamos acompañarnos con amor, comprensión y solidaridad. Entendiendo que nada es como era antes, que tenemos una oportunidad hermosa para hacer las cosas de otra manera, y que el cambio siempre trae cosas positivas.

Hay más...

Aunque este año he vivido con alegría momentos gratos.

El lanzamiento de mi ebook, el tomarme con seriedad el rol de bloguera, el conocer (virtualmente) personas maravillosas.

Disponible en www.pasaenlavida.com


Recordar estos momentos me mantienen con alegría y a pesar de haber sentido miedo en varias ocasiones, ellos me funcionan como anclaje para mantener la esperanza y certeza de alcanzar mis metas.

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